Un día, hace mucho tiempo, me tocó escuchar a una persona corrupta (que no sólo lo era, sino que se llamaba a sí misma corrupta: que lo aceptaba con cinismo y hasta con alegría) criticar a las personas honestas. Decía que un «virtuoso» lo es por vanidad, por querer creerse mejor que los demás. Esta persona, en cambio, era mejor que ellos, según decía: virtuosa de veras, porque no negaba su naturaleza.
Esto sugiere al menos un ejercicio de escritura: inventar parlamentos en los que un personaje intente justificar alguna cualidad negativa o defecto de carácter «convirtiéndola» en una virtud.
Los interesados en intentar el ejercicio pueden dejarlo en la sección de comentarios de esta nota.
«Virtudes»
Acerca de este sitio
Las Historias es un sitio de Alberto Chimal, escritor mexicano. Contiene una antología virtual de cuento en constante crecimiento y otros contenidos en archivo.
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[…] “Virtudes” (via Las historias) By felixvargas Un día, hace mucho tiempo, me tocó escuchar a una persona corrupta (que no sólo lo era, sino que se llamaba a sí misma corrupta: que lo aceptaba con cinismo y hasta con alegría) criticar a las personas honestas. Decía que un “virtuoso” lo es por vanidad, por querer creerse mejor que los demás. Esta persona, en cambio, era mejor que ellos, según decía: virtuosa de veras, porque no negaba su naturaleza. … Read More […]
Una de las peores cosas que existen en esta vida es la MANIPULACIÓN. Detrás de la manipulación se esconde la gente corrupta, la gente que hace mucho daño a los demás y lo hacen sonriendo como si no pasara nada, como si fuera normal e incluso consiguen convencer a muchos de que es así. La manipulación es difícil reconocerla a no ser que la hayas vivido de cerca y es una lacra de las peores de nuestra sociedad. Un saludo.
El predicador justificó sus actos de enriquecimiento dudoso, de la siguiente manera:
– Dios me puso al frente de ustedes (porque de eso no hay duda). Lo hizo con el pleno conocimiento de mis debilidades y humanidades, sabiendo de antemano mi concupiscencia ante los bienes materiales. Y como bien sabemos, “entre mas pecado, mas abunda la gracia”, ergo. Mi pecado es conocido desde antes de que se cometa, y mi pecado se convierte en gracias absoluta para mi y para todos ustedes, así que; entre mas me enriquezco, son mas lleno de la gracias del Señor (o mas graciosos resultan). ¡Aleluya!
Yo quería pasar desapercibido, pero no me dejaban. A veces era uno el que me arrancaba los lentes, otro escondía el portafolios, uno más allá se robaba mis cuadernos y útiles. Al llegar el profesor de turno, calma chicha y nadie vio nada.
Por eso la adolescencia me llegó como bendición: antes flaco y enano, ahora macizo y grandote. Así, en un solo curso recobré lo que seis años de humillaciones me arrebataron, incluidos unos lápices de colores nuevecitos, aunque nunca me ha gustado dibujar, ni sé hacerlo especialmente bien.
Ahora voy al gimnasio todas las tardes, y en la mañana me dedico a los golpes. Ya entendí que, si lo hago con cuidado, nadie hablará cuando llegue el profesor a preguntar quién es el bravucón.
Diógenes.
Sus amigos lo comprendían porque varios de ellos habían sostenido discusiones con él acerca de su intolerancia, la cual defendía por sobre cualquier cosa. Diógenes decía que no teníamos porque tolerar a los huevones, engreídos, aprovechados, a las personas que sienten estar por encima de los demás. A él, le castraba tolerar los actos de injusticia, y las fanfarronerías de discursos panfletarios que con sus banderas «libertarias» mantenían a la gente en la estupidez. Era totalmente intolerante a las personas que abusaban de la buena fe de otras, a los mentirosos, a los arrogantes clasemedieros que por haber logrado una licenciatura negaban el pasado proletario de la familia que los sostuvo. Era altamente intolerante a los que sólo llevan la postura y no las acciones de lo que creen ser (intelectuales o revolucionarios). Por eso Diógenes Posmoderno vaga solo y tiene pocos amigos, por «intolerante», por ladrar verdades y ser un cínico al aceptar sus defectos y virtudes.
-Ella era muy hermosa pero muy inocente, fue necesario que yo le transmitiera mi visión acerca de los defectos humanos para que el mundo no la desintegrara.
Así la empecé a adentrar en mi mundo, era maravilloso verla amordazada y con ése terror en sus ojos. Sí, yo fui su maestro, yo mate su sensibilidad frente a las emociones puras; yo la tomé antes de que otro la mancillara. Sí, lo hice una y otra vez, hasta que sus ojos quedaron sin vida y su piel se puso fría…
¡Yo la liberé del sufrimiento que el mundo podría ocasionarle, yo fui su salvador!.. – gritaba el reo, luego que le fuera leída su condena, a cadena perpetua, por la violación reiterada de una niña inocente.
(No sé si estará bien así, en todo caso me disculpo de antemano je!)
– Qué haces?
– Qué hago de qué?
– Estás tirando basura!
– Esto? Esto no es basura, es una colilla de cigarro.
– Cómo que no es basura? Por qué crees que se tapan las coladeras?
– Una cosita así no tapa todas las coladeras. El sistema de desagües de esta ciudad es deficiente.
– No seas mamón. Sabes de qué hablo, de tu actitud. Si un universitario no es capaz de de caminar 10 metros y tirar la basura en un basurero, quién va a cuidad de nuestra ciudad?
– Pues que limpien los barrenderos.
– Que argumento de mierda.
– Al contrario, tirando basura al piso preservo su trabajo.
– Tirar basura sólo te hace ser un marrano. Pero explicar por qué la tiras te hace ser un pendejo.
ella regresa, se agacha, toma la colilla y la tira en un tacho a 5 pasos. veinte minutos después, el mismo estudiante universitario (hoy burócrata de clase media) tira una bolsa de papas fritas.
no le pidamos al presidente y a los ministros que arreglen el mundo…
-¿Qué haces?
-Intento escribir sobre alguna cualidad negativa que se justifique como una virtud.
-No existen las cualidades negativas. Por eso son cualidades. Viene de ‘calidad’. Primero aprende a expresarte.
-¿Ah sí? Espérame tantito.
-¡Uy, qué ojos me echas! Ya pégame.
Esta vieja me va a venir a corregir a mí. Como siempre le tiene que encontrar algo malo a las cosas. Como su vida no es más que criticar a medio mundo, cree que todo tiene que ser a su manera. Aparte de amargada, ignorante. Pero ahorita, déjame le enseño. ¿Dónde, dónde?… A ver. Andale chiquita, aquí está.
-¿Me vas a decir que el DRAE y Alberto Chimal están en un error? ¿Eh? Lee… Entonces, ¿le reclamo a él o a quién le creo? ¿En dónde dice que su etimología sea solo positiva?
-Pero no especifica negativos.
-Ni los excluye.
-También mira la palabra ‘defecto’.
-No, no, no. La ‘cualidad’ es la que está en discusión. ‘Defectos’ es punto y aparte. Defectos son los que siempre le ves a las cosas. Todo y todos para ti estamos mal. ¿Porqué siempre tienes que andar poniéndole caras a la vida? Pero a mí no me vas a venir a corregir con estas cosas.
-Ja, ja, ja. Está bien. Pero entonces quizá tu cualidad negativa sea la de negarte a las correcciones. ¿Qué sería de los ideales sin la necedad de apoderarse de las mentes? Si no, recuerda como se inventó la bombilla eléctrica.
…
-Y quizá si no le vieras los defectos a todos, no te habrías dado cuenta de ello. Esa entonces sería la tuya. Ver defectos donde los demás no y así mantener el control de calidad. Ja, ja. No se me habría ocurrido. ¿Ves? Por ello son ‘cualidades negativas’. Al final resultan ser en verdad virtudes.
Sigo leyéndolos con gusto. Gracias por escribir y saludos…
Alberto, gracias por la idea :=)
Escribí el cuento «El Club de los Virtuosos» en base a tu propuesta, que no pego acá por ser muy largo para leerlo en un comentario…
En realidad, es un cuento para argentinos, por la cantidad de argentinismos que contiene. Pero el que se anime a leerlo, allí está:
Solo quise anunciarlo aquí para dejar expresado que surgió de la idea de Alberto.
Un saludo y sigo a este blog en cada uno de sus posts.
Me asomo a leer el cuento, Sergio. Saludos y gracias…
A ver, a ver, creo que ha habido un malentendido respecto a lo que es la mentira, sí, realmente la gente no acaba de entender lo bello de esta virtud; tanto así que la consideran un «vicio», pero ahí encuentro yo una gran ironía, ellos mismos están utilizándola. Y precisamente aquí reside su alcance, la mentira es el conjunto que subsume toda oración que se atreva a formular el hombre, es el motor que en primera instancia permite la existencia del lenguaje. Claro, es fácil hacerse a la idea de que exagero, pero piénsenlo, ¿acaso no todo lo que dicen, después se ve inmerso en su vasto campo? Pueden engañarse, pero el engaño también es un paisaje perteneciente a su vastedad. Encuentro repulsivo que la gente pretenda decir verdades, pero más aún que pretenda tener convicciones; las convicciones no son más que mentiras en potencia, pero para qué quiere uno la potencia pudiendo tener el acto mismo. Comprendan pues que la mentira ha erigido dioses, planetas, ciudades, relaciones, lenguas…
En fin, no acabo de amar las paradojas en las que desemboca, este mismo elogio es una.