Seguimos, dentro de la iniciativa #Escritura2018, con esta serie de ejercicios semanales, no obligatorios, para quienes quieran practicar diferentes aspectos concretos del proceso de escritura.
Esta semana (1/2/2018): comenzar por la mitad.
Instrucciones: encontrar una narración conocida que tenga un desarrollo lineal, es decir, que cuente los sucesos de su argumento desde el primero hasta el último en estricto orden cronológico.
Después, redactar un breve resumen de cómo sería esa narración si comenzara no en el primer suceso contado, sino a la mitad (o por lo menos en algún suceso posterior), y tuviera que explicar sus antecedentes de forma retrospectiva: con flashbacks, como se dice a veces, o bien mediante explicaciones dadas por los personajes o el narrador, o de otra manera. Este resumen debería contener cómo, y en qué puntos de la narración, se dan todos esos antecedentes faltantes.
A veces se recomienda comenzar una narración con un episodio llamativo, aunque no sea el “primero”: el más temprano en la cronología de los sucesos. Este ejercicio puede servir para que se vean mejor las ventajas que puede tener ese juego con la estructura narrativa, y también el esfuerzo que exige. Para usar un ejemplo clásico, si Don Quijote de la Mancha comenzara en el famoso episodio de los molinos de viento, Cervantes tendría que haber puesto después de ese episodio todas las explicaciones necesarias sobre su protagonista, que en la versión real de la novela comienzan de inmediato en el primer capítulo, cuyo subtítulo es precisamente “Que trata de la condición y ejercicio del famoso y valiente hidalgo don Quijote de la Mancha”.
Como los demás, este ejercicio se puede realizar en privado –escrito en una libreta, por ejemplo– o publicar en algún espacio en línea. También se puede enlazar, si se desea, en la sección de comentarios de esta nota, o dejarse allí directamente.
Importante: para que otras personas puedan comentar el ejercicio, es mejor que realmente parta de una historia conocida (y no, digamos, de una historia propia, inédita o hasta inconclusa de quien hace el ejercicio).
El objetivo es, a partir de redactar el resumen, hacernos algunas preguntas sobre la forma de un texto narrativo, y no sólo sobre su contenido.
Seguimos con esta serie de ejercicios semanales, no obligatorios, para quienes quieran practicar diferentes aspectos concretos del proceso de escritura.
Esta semana: la palabra prohibida.
Instrucciones: imaginar a un personaje “normal”, sin atributos muy llamativos. Un ser humano cualquiera que podríamos encontrar fácilmente con sólo salir a la calle.
E imaginar también que este ser humano jamás utiliza en su conversación cierta palabra común del idioma. No una “mala” palabra, sino una palabra rutinaria y aparentemente banal. Que nunca dice –o siente mucha incomodidad al tener que decir– “moneda”, o “amarillo”, o “vientre”, o “lápiz”.
La explicación es que esa palabra recuerda al personaje un suceso vergonzoso, inconfesable, de su propio pasado: algo que le sucedió, algo que hizo o que le hicieron, y que no quisiera tener que recordar nunca más. El ejercicio consiste en escribir brevemente la historia de ese suceso, de forma que se entienda por qué queda resumido en la palabra clave elegida.
Como los demás, este ejercicio se puede realizar en privado –escrito en una libreta, por ejemplo– o publicar en algún espacio en línea. También se puede enlazar, si se desea, como un comentario a esta nota, o dejarse directamente aquí.
Importante: se vale utilizar cualquier palabra, pero es mejor si no se utilizan palabras de obvias connotaciones violentas o sexuales, que dan para sucesos más obviamente vergonzosos. También es mejor si el texto es realmente convincente a la hora de sugerir y explicar las causas de la vergüenza.
El objetivo es pensar en la caracterización de un personaje a partir de un hábito, y de cómo representar de modo plausible tanto ese hábito como al personaje entero.
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Por si les interesa, hay más publicaciones de #Escritura2018 en el grupo de Facebook que hemos creado para ello, así como en Twitter, el sitio de Raquel y nuestro canal de YouTube (en el que está, ya, una colección de todos los videos realizados sobre #Escritura2017 el año pasado, y pronto habrá otra con los videos de 2018).
Este es el segundo ejercicio de #Escritura2018, que se dedicará a ofrecer apoyo –sugerencias, ejercicios y más, tanto por escrito como en video– a personas interesadas en realizar un proyecto propio de escritura durante este año.
Aquí en Las Historias, #Escritura2018 agrupa a una serie de ejercicios para quien quiera practicar diferentes aspectos concretos del proceso de escritura, y en especial de la escritura narrativa.
Esta semana: el alfabeto del personaje.
Instrucciones: imaginar a un personaje, pensando en tantos atributos físicos y de carácter como sea posible, pero siguiendo esta regla: crear la lista de esos atributos de modo que cada uno empiece con una letra distinta del alfabeto latino en su versión castellana (es decir, 27 letras incluyendo la Ñ). Por ejemplo, un personaje podría ser (A)nimoso, (B)onachón, (C)argado de espaldas…, y así sucesivamente hasta llegar a (Z)urdo.
La dificultad es la siguiente: los atributos no sólo no deben repetir iniciales, sino, sobre todo, deben ser CONSISTENTES: no contradecirse entre sí. Un personaje (D)elgado no puede ser (O)beso al mismo tiempo; alguien (L)eal no puede ser (D)esleal, etcétera.
Como los demás, este ejercicio se pueden realizar en privado –escrito en una libreta, por ejemplo– o publicar en algún espacio en línea. También se puede enlazar, si se desea, en la página de este grupo.
Importante: se vale que una lista dada se salte alguna letra y también que no alcance el máximo de 27, si los atributos que sí aparecen dan para imaginar a un personaje creíble. Y no se recomienda (obvio) perder el tiempo con una lista de atributos hecha al puro azar, ni llenarla a fuerzas forzando palabras que no vienen mucho al caso (esto significa que está bien que haya problemas con la X, por ejemplo), ni hacer trampa ignorando la definición habitual de personaje, es decir, la representación de un carácter humano posible.
El objetivo es pensar con detenimiento en las características de los personajes, y también ver que es posible imaginar MÁS atributos de los que pueden llegar a ser necesarios, o significativos, en un texto narrativo.
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Por si les interesa, hay más publicaciones de #Escritura2018 en el grupo de Facebook que hemos creado para ello, así como en Twitter, el sitio de Raquel y nuestro canal de YouTube (en el que está, ya, una colección de todos los videos realizados sobre #Escritura2017 el año pasado, y pronto habrá otra con los videos de 2018).
Estamos empezando (Raquel Castro, mi esposa, y yo) una nueva iniciativa de escritura anual. #Escritura2018, igual que #Escritura2017, se dedicará a ofrecer apoyo –sugerencias, ejercicios y más, tanto por escrito como en video– a personas interesadas en realizar un proyecto propio de escritura durante 2018.
Aquí en las historias, #Escritura2018 empieza aquí, con el primero de una serie de ejercicios para quien quiera practicar diferentes aspectos concretos del proceso de escritura, y en especial de la escritura narrativa.
Esta semana: observar.
Instrucciones: en algún sitio fuera de la red (la calle, la escuela, un lugar público: el mundo) dediquen todo el tiempo que sea posible –sin estalquear ni molestar a nadie– a observar a una persona desconocida. Su forma de moverse, la postura de su cuerpo, las facciones de su cara, el tono de su voz si llega a hablar, la ropa que viste y los objetos que lleva. Después, escribir la descripción de lo que vieron con tanto detalle como sea posible. Después, imaginar y redactar una biografía de esa persona. Quién es, cómo se llama y cómo llegó a tener el aspecto con el que la vieron.
Estos ejercicios se pueden realizar en privado –escritos en una libreta, por ejemplo– o publicar en algún espacio en línea.
No se vale hacer preguntas a la persona observada, y mucho menos tomar fotos o video (todo lo cual sería, como mínimo, un poco desagradable). El objetivo es ejercitar la capacidad de observación, la memoria y la imaginación.
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Por si les interesa, hay más publicaciones de #Escritura2018 en el grupo de Facebook que hemos creado para ello, así como en Twitter, el sitio de Raquel y nuestro canal de YouTube (en el que está, ya, una colección de todos los videos realizados sobre #Escritura2017 el año pasado, y pronto habrá otra con los videos de 2018).
Hace tiempo me preguntaron en Ask.fm acerca del proceso para publicar un texto ya terminado. Reproduzco aquí la respuesta: siete pasos sencillos que cubren las eventualidades más frecuentes.
Un procedimiento para seguir, cuando ya se tiene el libro terminado y no se cuenta con «palancas» o recomendaciones:
1. Registra tu libro en el Indautor (Instituto Nacional de Derechos de Autor) si estás en México. Si no, busca alguna institución semejante en tu país.
2. Localiza una editorial que te interese y que publique cosas similares a las que escribes. Sugiero evitar las muy grandes si estás empezando, y también aquellas que cobran por publicar. Pregunta si están recibiendo manuscritos.
3. En caso de que sí, pide una cita con un editor o editora. Lo mejor es hablar personalmente con él o ella; lo siguiente mejor es por teléfono.
4. Entrega tu texto (que no sea tu única copia) solamente al editor o editora, o en el peor de los casos a una secretaria (o secretario) u otro asistente. A nadie más: ni al cuate que dizque «conoce a alguien» ni a quien cuida la entrada.
5. Al entregar, pregunta por la fecha precisa en la que ellos tendrán su dictamen (en la que te avisarán si te publican o no). Sé cortés pero firme. Te tienen que dar un plazo.
6. Si no te han llamado un día hábil después de que el plazo se cumpla, comunícate y pregunta qué pasó. Insiste cada pocos días hasta tener una respuesta.
7. Si te acaban diciendo que no, prueba otra vez con otra editorial.
Como extra, un video reciente de las #ListasRápidas que hacemos Raquel Castro y yo. Su tema: consejos para meter textos en concursos literarios.
Un breve ejercicio de escritura, que podríamos llamar argumento paradójico, inspirado por un par de lecturas recientes en talleres y por el famoso argumento de Chéjov.
Supongamos que en una narración una persona recibe lo que parece ser una muy buena noticia. En su famoso «argumento», que Antón Chéjov nunca desarrolló como cuento completo –y por lo mismo es más atrayente, más misterioso–, él elige plantearlo así:
Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón (…)
¿Qué pasaría si este suceso, sin embargo, fuera por el contrario el aviso de un cambio terrible en la vida del personaje? Chéjov termina su argumento escribiendo que el ganador del millón
(…) vuelve a casa, se suicida.
La acción, aparentemente absurda, se ha intentado explicar en centenares de ocasiones en narraciones que inventan motivaciones y antecedentes para el suicida (algunas, incluso, fueron propuestas por lectores de este sitio en la nota que enlacé arriba).
Sin embargo, las circunstancias precisas que inventa Chéjov no son las únicas que se pueden imaginar para el argumento paradójico. Por el contrario, puede servir cualquier causa que tenga un efecto radicalmente opuesto a la que supuestamente debería tener, es decir, que vaya contra nuestras expectativas de la manera más completa o sorprendente posible. Algunos ejemplos:
Una mujer y un hombre que se odian se casan y viven felices, juntos, por el resto de sus vidas.
Una persona recibe un diagnóstico de cáncer terminal y organiza una fiesta enorme para celebrar.
Una mujer gana un puesto muy codiciado en una gran empresa –altísimo sueldo, poder de decisión, grandes posibilidades de ascenso– y renuncia el primer día.
La propuesta es inventar algún otro de estos argumentos paradójicos y desarrollarlo luego. Quien lo desee, puede utilizar la sección de comentarios de esta misma nota.
Este viernes 4 de agosto, a las 6:00 pm (hora de Lima y de la ciudad de México), me tocará conducir #LimaFicción, un juego de escritura digital, desde la Feria Internacional del Libro de Lima, Perú. Cualquier persona con acceso a Internet y una cuenta de Twitter puede participar. Esta es una invitación a que vayan al evento en vivo (si están por la ciudad de Lima) o participen desde cualquier otro lugar.
¿Cómo hacerlo? De este modo:
Al comenzar el evento, se pedirá los asistentes una palabra o tema que sea la consigna de escritura.
Los asistentes en vivo o por internet quedarán invitados a publicar textos breves a partir del tema elegido en Twitter, marcándolos con la etiqueta (o hashtag) #LimaFicción. Aquellos que participen en vivo y no tengan aparatos móviles podrán usar lápiz y papel, y los pondremos en línea en el momento.
Usaremos la etiqueta para hacer búsquedas continuas de textos que participen en el juego y proyectarlos en pantallas. De entre los textos presentados en vivo se elegirán ganadores, que podrán recibir premios, y se hará una antología digital con los mejores entre todos los textos presentados.
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Estos juegos de creación en línea pueden dar resultados muy interesantes. Aquí se puede ver lo que sucedió durante tres de ellos: #Amalgamas, #RetoCuento y #FridaFicción, realizados en años recientes. Este es un ensayo donde escribo algo más del asunto, y de las muchas formas de escritura horizontal, comunitaria que pueden crearse en línea. Y este texto es una defensa de la minificción en general. No es que la necesite mucho…
Ojalá se animen a participar con nosotros. Gracias a Jade García de la FIL Lima por su apoyo. ¡Ah! Y este martes primero de agosto, a las 9:30 pm (de nuevo, hora de Lima o de la Ciudad de México), Raquel Castro y yo transmitiremos un programa sobre minificción en nuestro canal de YouTube.
Seguimos con nuestro proyecto #Escritura2017, para ofrecer consejos, ejercicios y más materiales escritos y en video a personas interesadas en escribir su propio proyecto durante este año. Aquí van dos nuevos ejercicios para crear personajes:
1. Está de moda la autoficción: la novela cruzada con autobiografía en la que, con el nombre real de un autor o autora, se pueden referir hechos presuntamente reales aunque estén tratados de modo novelesco e incluso maticen, modifiquen o falseen lo que efectivamente pasó. Un ejercicio que puede usar las técnicas de la autoficción es éste: seleccionar un hecho trivial de la propia vida (salir a comprar algo a la tienda, hacer trámites para un pago, conocer a un nuevo profesor o profesora en una clase) y escribir el relato de ese hecho como si fuera importantísimo: un suceso crucial que marca un cambio fundamental en la vida de quien lo vivió. No fue así para quien lo escribe, así que una vez hecho el escrito hay que preguntarse: ¿para quién sí podría ser algo muy importante? Ese alguien es un personaje de ficción que después se puede perfilar y describir como alguien distinto de su creador o creadora.
2. Una variante del anterior, más compleja: partir de un hecho vergonzoso en el que cometimos un error o una torpeza y tratar de darle al vuelta, presentándolo como un suceso en el que hicimos todo bien y se demostró nuestra inteligencia, virtud, etcétera. Sobre todo si no tenemos una compulsión por el autoengaño (como algunos personajes de la vida política actual), la búsqueda de pretextos también puede dar a imaginar un nuevo personaje, distinto de quienes somos.
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Como extra, en estos videos, agrupados todos alrededor de #Escritura2017 se puede ver más sobre el tema:
Más ejercicios y respuestas sobre creación de personajes
Cinco consejos para escribir historias de horror
Cómo dar forma a un libro de cuentos
Más sobre creación de personajes
Tanto aquí como en el canal, en Ask.fm o en el sitio de Raquel estamos atentos para conversar y recibimos peticiones sobre temas a tratar en futuras entregas de #Escritura2017.
Con frecuencia se recomienda a las personas que quieren escribir que lo hagan acerca de «lo que saben», y esto se suele interpretar como que la gente debe escribir exclusivamente acerca de su propia vida y su entorno inmediato. Sin embargo, el escritor islandés Sjón (Sigurjón Birgir Sigurosson, 1962) ofrece una interpretación diferente de este consejo en un video para la serie Louisiana Channel, del Museo de Arte Moderno de Louisiana, en Dinamarca. Dice:
Mi consejo a un joven escritor o escritora sería que él –o ella– trabajara con aquello que lo forma. Con esto quiero decir que no deberíamos tener miedo de trabajar con las cosas que nos fascinaron en el momento en que éramos más impresionables. Puede haber sido la música, o los cómics, o una novela juvenil de detectives, o una Barbie con vestido de princesa, o cualquier otra cosa. Creo que a todos nos dan forma aquellas cosas que nos fascinan y nos emocionan cuando somos muy jóvenes. Yo, por ejemplo, estoy seguro de haber sido más o menos formado entre los 8 y los 12 años de edad; me parece que lo que leía entonces, la música y el cine que disfrutaba entonces, regresa constantemente, y siempre que vuelve mi escritura mejora. Así que recordar lo que nos emociona, y llevarlo más allá, a un nuevo escucha o un nuevo lector, es lo que debemos hacer. (…) No estoy hablando exactamente de eventos de la propia vida, sino de las «cosas culturales» que nos emocionan, y en esto incluyo todo lo que se produzca en los campos de la música, teatro, literatura, cualquier cosa. En mi caso, la impresión que me causaron los cuentos populares islandeses, al mismo tiempo que me impresionaban las novelas belgas juveniles de detectives de Bob Morane (…) Yo sé que estos dos elementos me formaron, me emocionaron como lector.
Aquí se puede ver el video completo.
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Adicionalmente, en el canal de videos de YouTube en el que estamos publicando material sobre el proyecto #Escritura2017 tenemos dos nuevas listas rápidas de consejos.
Cinco consejos para escribir cuento:
Y cinco consejos para escribir minificción, con la colaboración de José Luis Zárate:
Por último, en esta charla en video Raquel Castro habla sobre los talleres literarios:
Tanto aquí como en el canal, en Ask.fm o en el sitio de Raquel estamos atentos para conversar y recibimos peticiones sobre temas a tratar en futuras entregas de #Escritura2017.
El lunes pasado hice una breve lista: 10 libros útiles para quienes desean escribir. Son manuales, tratados, alguno que otro instructivo. No son los únicos que hay, ni mucho menos, pero todos se pueden encontrar (tanto impresos como en línea) y pueden ser útiles. Reproduzco aquí las recomendaciones –aparecieron por primera vez en Twitter– y les agrego sugerencias adicionales hechas en el momento por otras personas.
(Un manual de escritura no debe tomarse como un conjunto de recetas infalibles. Es más bien la descripción de las ideas y procedimientos que le sirven a una persona –quien lo escribe– y a partir de los cuales podemos hacer nuestros propios descubrimientos.)