La que sigue es la traducción del texto (no va cantado) de «Seen and not seen», una pieza del disco Remain in Light (1980) de Talking Heads:
Él veía caras en las películas, en la tele, en revistas y en libros… Pensaba que algunas de esas caras podrían ser perfectas para él… y que con los años, manteniendo la estructura facial ideal fija en su mente… o en algún sitio en el fondo de su mente… podría, mediante fuerza de voluntad, conseguir que su cara se aproximase a aquellas de su ideal… El cambio sería muy sutil… podría tomar diez años o algo así… Gradualmente su cara cambiaría de forma… Una nariz más ganchuda… Labios más anchos y delgados… Ojos saltones… Una frente más amplia.
Se imaginó que ésta era una habilidad que compartía con la mayoría de las personas… también ellos moldeaban sus caras de acuerdo con algún ideal… Tal vez imaginaban que su nueva cara se adecuaría mejor a su personalidad… o tal vez imaginaban que su personalidad sería forzada a cambiar para adecuarse a su nueva apariencia… por esta razón las primeras impresiones frecuentemente son correctas… Aunque algunas personas podrían haberse equivocado… Podrían haber llegado a una apariencia que no tuviera relación alguna con ellos… Podrían haber elegido una apariencia ideal a partir de un capricho infantil, o un impulso momentáneo… Algunos podrían haberse quedado a la mitad, y luego haber cambiado de opinión.
Él se pregunta si podría haber cometido un error semejante.
El ejercicio es tomar el texto, en prosa pero a medio camino entre la poesía y el cuento, y considerarlo el punto de partida de una historia. La pregunta fundamental es, creo, la siguiente: ¿quién es él, y qué se responde al preguntarse si cometió algún error al querer cambiar de rostro?
Por si les interesa, he aquí el texto en inglés (no garantizo que la puntuación sea la correcta):
He would see faces in movies, on T.V., in magazines, and in books…. He thought that some of these faces might be right for him….And through the years, by keeping an ideal facial structure fixed in his mind….Or somewhere in the back of his mind….That he might, by force of will, cause his face to approach those of his ideal….The change would be very subtle….It might take ten years or so…. Gradually his face would change its’ shape….A more hooked nose… Wider, thinner lips….Beady eyes….A larger forehead.
He imagined that this was an ability he shared with most other people….They had also molded their faced according to some ideal….Maybe they imagined that their new face would better suit their personality….Or maybe they imagined that their personality would be forced to change to fit the new appearance….This is why first impressions are often correct… Although some people might have made mistakes….They may have arrived at an appearance that bears no relationship to them…. They may have picked an ideal appearance based on some childish whim, or momentary impulse….Some may have gotten half-way there, and then changed their minds.
He wonders if he too might have made a similar mistake.
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Diferente
Como los demás, él también pensó en moldear su rostro a conveniencia. ¿Qué más valía si lo hacía dependiendo de su estado de ánimo, de su personalidad? Dejó de lado esas preguntas, superficiales para él, y continuó en su experiencia, en su aventura de mutar el rostro a voluntad.
Al caminar por la calle, al abordar el camión no importaba si traía sus audífonos y su discman, era igual: quería aislarse un poco más, tan sólo un poco más. Así, cuando no quería que lo miraran ponía un rostro común, como el de cualquiera otra persona y seguía en sus asuntos. Si percibía que algún extraño se dirigiría a él para preguntarle por alguna calle simplemente su cara adoptaba un aire de extranjero, de turista. En su casa, si alguien llegaba a preguntar por él transfiguraba su rostro y simplemente decía que era un trabajador contratado para reparar cualquier cosa.
Sí, también llegó a preguntarse si algún día se arrepentiría por hacer eso y entonces qué cara iba a tener… poco a poco se dio cuenta de que su rostro no era el mismo de antes. Había cambiado tanto. Cuando decidió que era un error aislarse así de la gente, desesperado, buscó entre sus cosas viejas, libros, álbumes. Comenzó a ejercitar el rostro una vez más, a concentrarse.
Logró rejuvenecer tanto que cuando llegó a encontrarse con antiguos compañeros de escuela muchos de ellos le comentaron: «sigues igual , no has cambiado nada. Te recuerdo tal y como estabas, estás igualito, pareces una foto». Sonrió al verse en el espejo, donde tenía pegado el retrato de la fiesta de graduación. Unas semanas más tarde aún dudaba de si había hecho lo correcto.
Sin embargo la respuesta a la pregunta era que no importaba… ahora era consciente de lo que pasaba… esto le daba una ventaja sobre su antiguo yo, entendía y eso era lo importante… Lo asaltaba la duda si debía regresar a su punto de partida… si los errores serían irreversibles… pero sería mejor tomar el camino ahora y a partir de ahí redefinirse.
Analizaba rostros y rostros cada día… sumergido en la obsesión de esa locura… la locura de no quedarse jamás a medio camino… el rostro de la televisión, de la revista, era su objetivo único… las arrugas le jugaban malas pasadas… perturbaban el plan que había trazado en imágenes, dibujos, recortes, fotografías… poco a poco sin embargo, día a día renacía en alguien nuevo… reinventando la expresión de su rostro y sus facciones… acariciando el destino de la figura que lo aterrorizaba desde el espejo.
Años después, convaleciente en un hospital… pasando horas concentrado en su destino… miró ese rostro reflejado en los cilindros, de metal frío y opaco y supo que tenía poco tiempo para lograrlo.
Finalmente se contempló desfalleciente… su rostro anciano y al mismo tiempo renovado… obra final de un escultor del tiempo… que en carne a voluntad dejó su trazo cincelado… no sabía el nombre del rostro que veía… no recordaba el nombre con el que alguna vez fue conocido… ya no era nadie, desconocido moriría… pero era Él, lo había logrado.