La metamorfosis de Franz Kafka (o La transformación, como prefieren llamarla algunas traducciones recientes) comienza con estas palabras: «Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.» No es difícil averiguar lo que pasó después. Pero se puede jugar a que no se sabe, a que la situación es enteramente distinta:
Cuando _____________ se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en _____________
Se deben rellenar los blancos e imaginar el resto. Teresa Dey, profesora y tallerista, me contó por vez primera de este ejercicio, y agregó que funciona mejor cuando quien lo ejecuta escribe su propio nombre y el de la primera criatura que se le ocurre.
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Cuando la ciudad se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertida en pueblo.
Se que no es la instruccion exacta (otra vez) pero las demas cosas que se me ocurrian era mucho peores.
Una parafraseada:
Cuando Augusto Monterroso se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en Dinosaurio, en Gregorio Samsa, en un monstruoso insecto, en Franz Kafka, en Chuag Tse, en una mariposa que no sabía si soñaba que era Mao Tse Tung, o Pao Cheng, o un blogger, o un tallerista de Las Historias al que le revolotean las ideas como una mariposa cuando trata de escribir de manera semejante a Augusto Monterroso y termina escribiendo como David Chávez.
Cuando Eclecctica se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertida en rana. Las sábanas rebozaban de materia pegajosa y ella se sentía un poco fofa y reseca. Con sus grandes y saltones ojos trató de ubicarse. Reflejo inmediato, una mosca que pasaba fue alcanzada y digerida rápidamente.
¿Fue cuestión de Karma? Tal vez era necesaria la transformación, en la espera del príncipe que bese a la rana.
Cuando Ángela se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertida en una masa aforme de arena y miel que requería un doble esfuerzo para ponerse en pie. Trastabillando logró llegar al baño embarrando de sí todo lo que encontraba a su paso, la mesita de noche, el sofá junto al ropero, el viejo tapete para los pies y por supuesto la perilla de la puerta del baño.
Durante toda su vida fue necesario para ella lavarse los dientes al despertar, más que nunca sintió esa necesidad, pero al mirarse en el espejo no encontró nada parecido a su boca, un grito de angustioso dolor retumbó dentro de ella, caminó de un lado para otro en la habitación sin saber que hacer, desesperada casi hasta el delirio por aquella terrible sensación de tener los dientes sucios.
cuando Harmodio se despertó una mañana después de un sueño intranquilo se encontró sobre su cama convertido en un reloj despertador.
🙂
Cuando _____________ se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en _____________
Ojalá todo hubiese sido tan sencillo, todo habría sido más satisfactorio si no fuese porque la paz inundo la consistencia de la noche, y encontró que era hora de dejar de ser la mujer de todos.
Siempre había sido más precisa de esa forma, que si tratase de despertarse a media mañana, después de una noche de intranquilos sueños, nunca era suficiente vivir una doble vida, menos si María tenía que ser Mario, cuando se descubría sobre la cama., lo que nunca supo era porque sus locuras lo transformaban de noche.
🙂
Daanroo
Una broma:
Cuando Ernesto se despertó, uan mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en algo realmente sin importancia.
Abrazo Alberto.
Debo decir que el texto de Daanroo me gustó; mil perdones por no responder entonces.
Elisenda querida, un abrazo de vuelta. ¿Cómo están?
Bien, muy bien amigo querido, guardándote como siempre en nuestro corazón. Abrazo para ti y para Raquel.
Abrazos fuertes, Elisenda.
Cuando Carlos se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en Juan. Aunque comparten el mismo cuerpo, él sabe que cada nombre cumple una función. Cada nombre determina su personalidad. El tono de su voz cambia, dependiendo de cómo lo hayas llamado. Al vocativo Carlos responde de manera seria, y pone cara de lector de algún periódico llamado El Economista; en cambio si se le llama Juan responde con una sonrisa apretada, como la de las chicas borrachas intentando parecer muy sexys. Si se le llama Sr. Gutiérrez, agacha primero la mirada después la dignidad para acatar cualquier orden que le sea dada. Cuando su mujer le llama gordito; levanta la frente, saca el pecho y se sienta a la mesa (quiero decir que se sienta en un silla, obviamente, que está muy cerca de una mesa) a esperar que le sirvan la comida, la bebida y le acerquen la servilleta. Así, su personalidad cambia de acuerdo a su nombre, lo que éste y todos los días no sabe Juan Carlos, es cómo actuar cuando le llaman México.