Bien hecho, este ejercicio da resultados de lo más interesante: escribir un cuento por medio de una enumeración de elementos semejantes. En lugar de poner episodios que se sucedan cronológicamente, y cuyas relaciones de causa y efecto se muestren, la idea es colocar sólo pequeños vistazos de esos hechos: imágenes tan breves y homogéneas como sea posible, y permitir que el lector construya sin ayuda, a partir de ellas, la sucesión de la historia. Un conjunto de puntos alineados puede percibirse como una línea continua; lo mismo ocurriría en este caso.
Un ejemplo: en este cuento del gran Luis Britto García, cada frase es una orden dada a un mismo personaje. El hecho de que las órdenes se sucedan (y formen una lista enorme, incontenible de prohibiciones) nos da la idea de que el personaje no obecede. La sucesión de las órdenes produce la ilusión del transcurso del tiempo, y de que asistimos a varios momentos de una existencia muy concreta.
Taller literario: enumeración
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Las Historias es un sitio de Alberto Chimal, escritor mexicano. Contiene una antología virtual de cuento en constante crecimiento y otros contenidos en archivo.
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«VIAJE A CUBA»
Agua, sol, caribe.
Aviones, visas, papeleos.
Calles, gente, gente, gente.
Santería, bendición, ron, cerveza.
El llanto, tormenta, puerta que abre.
Santa Bárbara Bendita, Changó.
Yemayá, Dios del trueno. Tempestad.
Bendito quien estuvo cerca de mí.
Despues, la calma.
Ahora, paz, amor, quietud.
Todos somos dioses.
Yo soy dios,
¡Ajá!, conque ése es el secreto de «Álbum», ¿eh? Los dos cuentos me parecen muy buenos. Saludos, Alberto, si puedes checa mi nuevo blog, te dejé la dirección.
Imaginé al ejercicio como un comic, como una sucesión de imágenes. Me parece que uno debe primero tener el recorrido y luego debe ir cortando las rebanadas. Y tiene algo de construcción poética al buscar que el lector genere la historia.
Me parece interesante para describir ciertos momentos de protagonistas en cuentos.
Mi ejercicio:
La puerta del hall y la puerta a las escaleras. Escalón, escalón, escalón, descanso, escalón. Pasos largos y las botas. El ventiluz, escaleras, descanso, piso, escaleras, el venitluz, escaleras, descanso, piso, escaleras. Pasos cortos y las botas. Humo en el techo, humo frente a la cara, humo frente al pecho, humo frente a las botas y los pasos muy cortos. Estalla una puerta y crujen las maderas. Estallan mil maderas y crujen mil ventanas. La máscara y el humo, el plástico y el sudor. El sudor y la piel de plástico. Humo, llamas, humo y llamas por el techo. Una puerta cerrada y el llanto. Una puerta que estalla y el hombro. Una mujer al hombro y un bebe bajo la chaqueta. Una máscara sobre el rostro del bebé. Escaleras, descansos, pisos, ventiluces y el sol quemando la piel.
Brevisisísiima Historia de Roma.
…Un cuadrado, Marte, una pandilla y dos hermanos…barrios, dos cónsules, leyes, guerra, más cónsules y aparte años, no muchos, amenaza, ciudad sitiada, hambre, guerra, heroes y otros dos cónsules, dictador «amable», lejos de ahí muere un rey etrusco y romano, el último, celebración, pasos hacia la libertad absoluta al mando de un dictador, guerra, guerra, mucha, con todos sus heroes, Livio quien las escribe todas, la mano que carga el Orbis, Augusto y su mano muerta.
(Me van a colgar)
Saludos!
Papel en blanco
Muerto.
Cuerpo desnudo.
Músculos tensos.
Cara rasguñada.
Bolígrafo en el pecho.
Forense.
Indagación.
Piel azulada.
Asombro.
Bola de papel en la garganta.
.
Una esquina.
Un testigo.
Mujer con miedo.
Mirada al suelo.
Voz cortada.
Declaración:
Se llamaba Alberto…
Toda la noche luchó contra el papel en blanco…
El papel lo venció.
«Declaración:
Se llamaba Alberto…
Toda la noche luchó contra el papel en blanco…
El papel lo venció.»
es una buena mini…
alta traición
Abrió los ojos con un suspiro. Grandes, Amalia tenía los ojos grandes y si alguien hubiera estado ahí, a su lado, en la bañera, hubiera podido ver sus nalgas enrojecidas y su espalda baja llena de lunares cuando se levantó; abrió la puertita del botiquín-espejo para buscar las navajas de rasurar, una le bastaba para cortarse las venas. No las encontró: Rubén ya no las utilizaba para afeitarse.
Amalia lo maldijo por haber arruinado su gran final. Ahora no podría desangrarse en la bañera como ella quería hacerlo. Maldito Rubén, chinga tu madre Rubén; eres un pendejo, Rubén. ¿Por qué tiraste el rastrillo? Rubén ¿Dónde carajos dejaste mi rasuradora eléctrica Rubén? ¿Por qué te cogiste a esa vieja Rubén? Vete a la chingada Rub… ya no dijo más porque el agua encontró antes el aparato, conectado a la corriente eléctrica, que ella tanto buscaba. No había luz en la casa cuando Rubén regresó.
Lluvia.
Una buhardilla oscura.
Soledad.
Las ventanas cerradas al viento.
Osmosis diáfana, impenetrable, imposible.
Gotas que se arrastran.
Depresión.
Dos mujeres se abrazan.
No hay puertas.
Percepción uno, percepción dos…
Sus nalgas se tocan.
Duermen.
Para siempre.
Gracias David Chávez. Me gusta la propuesta que haces. Saludos