Gracias al blog Reek of Putrefaction descubrí la existencia de Pontypool, una película canadiense de 2008 dirigida por Bruce McDonald. Y es una película excelente.
Si la buscan la encontrarán descrita como un filme de zombis, y lo es, o al menos tiene que ver con la aparición y propagación de una extraña enfermedad que convierte a grandes masas en autómatas asesinos y desprovistos de razón, al modo tantas otras películas. Pontypool se distancia de todas ellas, por una parte, gracias a la economía de su hechura, pues se filmó prácticamente en un solo escenario y con tres actores (todo sucede en un estudio de radio, durante un turno de locución en el que no se ven, pero sí se escuchan, todos los detalles espeluznantes); por otra parte –y es la mejor– debido a la «explicación» del contagio, que no tiene que ver con los clichés habituales (virus mutantes, contenedores de sustancias tóxicas, etcétera) y cuya rareza ha hecho enojar a más de uno: en el mundo de Pontypool la locura se propaga a través del lenguaje. El acto de entender algunas palabras, nadie sabe cuáles, ocasiona que la locura se apodere del cerebro humano. ¡El propio idioma está infectado! La idea no ha sido entendida cabalmente por ninguno de los reseñistas que se ha ocupado de la película, y que en cambio se han dedicado a darle lecturas superficiales (la reducen a una metáfora del conflicto entre canadienses de habla francesa y de habla inglesa) o a quejarse de su falta de elementos gore. Pero la idea apunta a la crisis –que apenas podemos ver y no digamos articular– del pensamiento simbólico, sobre la que ha escrito, muy provocadoramente, John Zerzan. ¿Qué hacemos cuando las representaciones se vuelven contra nosotros?
Los personajes de Pontypool intentan eludir el contagio repitiendo las palabras hasta que las des-entienden: hasta que les quitan todo sentido. Pero ¿podríamos hacer eso todos, todo el tiempo? Si el lenguaje fue un error de la especie (el error crucial), ¿sería posible repararlo?
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Enlaces surtidos:
- Éste es el cuento de Ray Bradbury que traduje para el último número de la revista Luvina.
- Esta nota de Faro Viejo contiene detalles de la presentación de Los esclavos durante la pasada FIL de Guadalajara, además de un segmento de video tomado entonces. (¡El primero del que sé!)
- Y esta otra nota, aparecida en el blog Cultura Pirata, se refiere también a la presentación y contiene otro video. (¡El segundo!)
- «Variación sobre un tema de Coleridge», un cuento de La ciudad imaginada, apareció en Archivos del Sur. Poco antes, allí apareció también una entrevista que me hizo Guillermo Bravo hace algunos meses.
- Y aquí mismo está, desde ayer, un cuento de Grey: «La Pasión según la Sombra».
(Muchas gracias, por supuesto, a Guillermo, a Araceli Otamendi, a José Israel Carranza y Silvia Eugenia Castillero de Luvina, a Faro Viejo y a la gente de Cultura Pirata, en especial a Tania Ochoa… Ahora, a trabajar otra vez.)
No: antes, un hallazgo. El que sigue es un fragmento de una función de Apocalypsis Cum Figuris (1969), la última puesta en escena del Teatr Laboratorium de Jerzy Grotowski (quien sale a relucir en «La Pasión…»). Grotowski y su compañía, luego de tres años de ensayos, llevaron su propuesta de una recreación de textos bíblicos hacia una investigación del ritual –de otra forma de representación, cuyos resultados finales fueron tal vez inciertos— de un modo que nadie ha continuado cabalmente. Nunca había visto ninguna grabación ni filmación del trabajo de Grotowski…, y ésta, como verán, deja más dudas que certezas debido a su falta de resolución. Es como si ese teatro –la obra se considera una de las cumbres del teatro del siglo XX– se resistiera a quedar en la memoria de quienes no lo vieron directamente. Si no conocen la historia completa de la puesta y el director, dense un momento para investigarla: es un ejemplo abrumador de la altura y la fragilidad de las obras humanas.
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(Paréntesis:
Ayer tuve un breve momento de pánico: un desperfecto del servidor dio al traste con el sistema de categorías de esta bitácora. Ya está arreglado, pero por varias horas llegué a temer que no hubiese remedio. Casi nadie se ha planteado seriamente esta pregunta desde 1997: ¿qué tanto, realmente, de la vida virtual que uno se ha ido construyendo se vuelve parte de la vida a secas? La respuesta podría parecer obvia; no lo es al considerar la posibilidad de desprenderse de una parte de esa vida. ¿Qué tanto de todos esos mensajes hechos a la carrera, con caracteres intangibles, referidos a contextos tan frágiles, es de verdad desechable?
Respuesta posible: es tan desechable, o tan precioso, como todo lo demás. Como escribió Margaret Atwood, los objetos más preciados de uno son la basura de quien llega después.)[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]
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Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Ayer tuve un breve momento de pánico: un desperfecto del servidor dio al traste con el sistema de categorías de esta bitácora. Ya está arreglado, pero por varias horas llegué a temer que no hubiese remedio. Casi nadie se ha p…..
Cine de zombis, enfermedad del lenguaje, Ray Bradbury, varios enlaces, teatro. Retazos del 11 de diciembre: http://bit.ly/6aO1qC
Bueno quien lo sabe no? no se si sea verdad pero un dia conoci a esta chica enfermiza y de brakets en la escuela, ella olia como huelen los utiles nuevos y se peinaba impecablemente siempre, teniamos doce eramos, amigos caminabamos la misma calle para despues separarnos, y si tu repetias varias veces la palabra «cochambre» ella rompia en vomito asi sin mas ni mas, de hecho me gane su confianza defendiendola y me lo conto todo, cierta ocacion un primo abusivo que ella tenia quito cochambre de una estufa asquerosa en un negocio de comida de mercado, habia cucarachas y demas cochinadas, sucede que el niño malora este le metio a la boca la cuchara con cochambre, y segun ella( pues lo imagino) fue el peor sabor que jamas nadie ha probado, y que aun en la noche el sabor y el gusto le acompañaban tras hacer todo por quitarselo, asi que ocurrio lo inevitable se obsesiono con el cochambre y cada que escuchaba eso u olia algo similar algo en su estomago detenia la vida para entregarse al asco, al asco indescriptible del cochambre, hace tanto que no se de ella que lo unico que asocio a su estampa es sus dientes presos en acero de ortodoncia y el olor increible que tenia a cuadernos nuevos, y su loca obsesion por el asqueroso cochambre, como vez Alberto, creo que si hy un principio fundamental en el lenguaje sea talvez la forma de bombardear la mente de imagenes y asociaciones alquimicas en nuestro mas profundo ser, afectando a la voluntad y creando un nexo simbiotico entre el «logos y el fobos» incluso las filias se comprometen en el lenguaje como antecedentes de la emocion misma. Bueno eso pienso yo
Cuando yo posteo (cada vez menos, lo acepto), primero hago un borrador en Word y enseguida lo corto y pego en el editor de Blogspot. Enseguida cierro el archivo de Word. Me pregunta «¿guardar archivo? y como veo la hoja en blanco recién despojada de mis palabras, me parece poca cosa y escojo «No».
Es decir, no tengo más respaldos de mis posts que el propio editor de Blogspot, es decir, Google. Yo mismo le estoy dando poder. Igual sería si respaldara en Gmail o Google Apps, ¿no?
Esa historia tendrías que escribirla, Christian…
Creo que sí, Pablo. ¡Ah!, y ahora que el sitio se cayó por unas horas descubrí que esto es el único respaldo de bastantes páginas… 🙁
Saludos.
Alberto: Tenìan razòn de Pontypool: pedazo de pelìcula = ) . Un abrazo fuerte para ti y Rax (y primo, yyy Primo); los echo de menos y espero verlos tan pronto como pise casa. Los quiero, como siempre. Vibra positiva.