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Plagios reloaded

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José Luis Zárate me avisa de un hecho curioso: sin que lo supiera, fue víctima de un plagio, que ha provocado las mismas reacciones que otros casos semejantes y está muy razonablemente documentado, al menos ahora que escribo, en esta nota de esta bitácora.

No parece haber mucha posibilidad de controversia: una persona tomó uno de los textos brevísimos que Zárate escribe en su página de Twitter y lo publicó en su propia página sin mencionar la fuente; dado que todo sucedió en microblogs, en el que tan fácil y socorrido es enlazar y señalar textos interesantes directamente donde fueron publicados, resulta difícil creer que (como dijo la persona acusada) simplemente no mencionó a Zárate, y a otro autor de una frase que reprodujo, en aras de la brevedad.

Digamos, aunque sea para que no se me acuse de parcialidad (Zárate es mi amigo, para quienes no lo sepan), que quisiéramos atender a la idea de que una frase de 140 caracteres es poca cosa y quejarse por que alguien se la atribuya es ridículo.

Yo, por principio, no lo creo; no es sólo que en los microblogs todo el espacio disponible se reduce a 140 caracteres, de modo que los textos necesariamente se aprecian de otra manera, no como fragmentos sino como totalidades, aunque sea diminutas. Además, si empezamos a despreciar por ahí el argumento podemos llegar a toda suerte de falacias desagradables, y no sólo del estilo de «para que sea plagio el texto robado debe ser lo suficientemente largo», sino también de «para que sea plagio el texto robado debe ser lo suficientemente conocido», o pero aún: «para que sea plagio el texto robado debe ser de una persona lo suficientemente poderosa».

Digamos también que el acusado podría haberse equivocado, simplemente; podría haber copiado y pegado el texto sin pensar, sin tener claramente presente que su acto podría interpretarse como que estaba atribuyéndose una obra de otro (pequeña, sí, pero evidentemente no desprovista de interés ni de valor, porque en caso contrario no se le habría reproducido).

Aun si creyera algo de esto, o si ustedes lo creen, lo que no tiene desperdicio es la reacción del acusado: se parece muchísimo al modo de comportarse de plagiarios descubiertos con robos mucho más copiosos y mucho más difundidos. Su actitud (lean su comentario) es arrogante y agresiva pero delata, me parece, un miedo soterrado y muy particular: no trata de negar lo hecho sino de negar su importancia y de atacar (falazmente) a las personas que lo atacan, en vez de a sus argumentos; a la vez que elude todo razonamiento, trata de ofrecer una especie de compensación desplazada de las iras de sus oponentes al afirmar que no publicará más en Twitter, como si alguien se lo hubiese pedido o como si borrar la huella del hecho anulara por completo el hecho mismo. Es una actitud tan típica que debería tener nombre.

(Por cierto: enterado de todo, Zárate se involucró en la discusión y, al poner los puntos sobre las íes en el intercambio –en el que, como siempre, el cinismo y la tontería amenazaban con enterrar a las razones–, amablemente citó un texto publicado aquí mismo sobre el tema del plagio, al que remito a los posibles interesados.)

Nada de esto sacudirá al mundo: por supuesto, más preocupante en México será el aumento de la violencia y la parálisis del estado, y en el mundo la amenaza de otros cuatro años de tontería, venalidad y fundamentalismo con McCain y Palin en el gobierno de los Estados Unidos (por ejemplo). Pero la pequeñez y la mezquindad particulares del plagiario, cuando menos, son un tema literario infinitamente fascinante.

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"(...) malas lenguas daban en decir que mi padre metía el dos de bastos para sacar el as de oros" --Quevedo, <i>Historia de la vida del buscón llamado don Pablos</i> (1626)
"(...) malas lenguas daban en decir que mi padre metía el dos de bastos para sacar el as de oros" --Quevedo, Vida del buscón llamado don Pablos (1626)
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  • Si de algo ha servido la entrada de mi blog, me alegro.
    ¡Saludos!

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  • Información Bitacoras.com…

    Si lo deseas, puedes hacer click para valorar este post en Bitacoras.com. Gracias….

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  • Gracias Alberto por el comentario. :))
    Y que interesante esta el blog de Asiain.

    z

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  • …¿sin comentarios???
    Lo mismo que escribí cuando el cuento «Lucy y el monstruo» de Ricardo Bernal fue copiado en un blog de descargas de música sin que se pusiera el crédito correspondiente:
    Dan ganas de ya no escribir literatura en Internet. De verdad. O sea: ¿para qué pasar HORAS enfrente de una computadora si vas a encontrar TU texto en cualquier página sin que se te agradezca siquiera el esfuerzo? Pocas veces he tenido este problema de «plagio», incluso no me molestó cuando encontré un intento de poema mío al que se le quitaron como diez palabras ja, pero al menos sí se le agregó mi nombre y eso ya cuenta para mí como difusión…
    Lo único que estos LADRONES van a lograr es que los escritores ya no publiquen en Internet nada de literatura, puras entradas personales tipo «querido diario», o que terminen demandando a estos ciberdelincuentes. ¿Y el resto de los lectores?, a este paso tendrán que conformarse con textos mediocres de personas que no se preocupan en cómo usar adecuadamente un acento y una coma o que de plano ni siquiera parlan español.
    Eeen fin…

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  • El plagiario (hablando en general) me parece poseedor de una psique muy especial: se trata de un -potencial- escritor que ha decidido no escribir (tema ya tratado en esta bitácora), pero que, en lugar de sumirse en el silencio, busca llamar la atención. Es interesante por que se trata de una acción que conlleva en el éxito su propia condena: entre más personas lean el texto plagiado (logró su objetivo de llamar la atención), mayor será la probabilidad de que alguna conozca la fuente original.

    Así que el único éxito posible que podría esperar un plagiario es la recepción mediocre de su plagio. Mediocridad que de alguna manera ya conoce por su propia pluma, y que ahora intenta sustituir con otra.

    En lo personal -y esto ya es cosa muy mía-, no me molesta cuando se plagia una idea mía. Considero las ideas como a un virus: entre más cuerpos infecte, mayores probabilidades de que al final se transforme y sobreviva.

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  • Por lo pronto, nuestro plagiario amigo ya se ganó su premio:

    http://lonjho.blogspot.com/2008/09/los-microplagios-de-mikel-agirregabiria.html

    Saludos.

    Tonini

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  • Saludos para ti, Juanjo, y gracias por la visita.

    Aurelio, me quedo pasmado yo también. Alguien tiene que empezar a hacer una tipología de las conductas del plagiario. ¡Qué caradura!

    Un abrazo, José Luis. Sí, el Margen del Yodo es buenisimo.

    Jéssica, no te desanimes. No todos los lectores se comportan igual ni reciben del mismo modo los textos, y todos lo sabemos.

    R., estoy de acuerdo… Sobre la última observación, yo sólo diría que, en mi caso, el hecho en sí ni siquiera me molesta tanto como la alevosía y la arrogancia de quienes lo cometen. Toda la literatura puede y debe ser de todos (digo esto en el sentido más borgiano posible) o, pero (me repito, ni modo) no creo que la obra del plagiario tenga siquiera aspiraciones literarias. Si pueden obtener dinero o atención de de una forma más fácil aún, lo hacen.

    Andrés, está buenísimo el premio.

    Saludos a todos…

    Responder
  • plagio reloaded: http://tinyurl.com/4woapq

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  • plagio reloaded: http://tinyurl.com/4woapq

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  • […] Luis Zárate (recently plagiarized master of Mexican micro-fiction; all links in Spanish, […]

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  • Me parece que esto del plagio es mucho más común de lo que pudiera creerse. Respecto a las posibles cláusulas para la permisión del plagio, estoy de acuerdo en que no es necesario que el texto sea demasiado conocido o la persona que lo escribió, demasiado poderosa. Brevemente les cuento un error que cometí por ingenua: hace años trabajaba en un colegio en Monterrey, al que por azares del destino llegó como invitado a dar un taller un tipo del cual me reservaré el nombre por obvias razones. El individuo era conocido en el ámbito del teatro infantil regio (y sigue siendo) e incluso, teníamos en común una amiga. Cuando terminó el taller, el sujeto explicó que la compañía de teatro con la cual trabajaba (muuuuy conocida) estaba buscando material para sus próximos proyectos. Yo me acerqué y le comenté que tenía algunos cuentos infantiles que tal vez podrían interesarle. Me pasó su correo electrónico y a los pocos días le envié un cuento. Pasó el tiempo y no recibí respuesta, así que le escribí… se hizo el silencio. Un par de años después, platicando con una maestra de la FFyL de la U.A.N.L, me contó que había sido juez en un concurso (Castillo de cuentos) y que el cuento ganador estaba fabuloso, me contó la trama y comencé a reconocer personajes, situaciones… en este momento caí en la cuenta de que años antes había puesto en manos de una persona sin escrúpulos un cuento que no había registrado (pensaba hacerlo en formato de libro, no texto por texto). Como no había registro, no había delito qué perseguir. Me pasé de ingenua.
    Cuidado al publicar en internet… aunque la mayoría respetamos el mandamiento de no meternos con la producción ajena, hay quienes lo consideran pecado venial, como el cuate del twiter.
    Saludos

    Responder
  • Una historia más de plagio, profe:

    «Agua en mis ojos», 17 de abril de 2006, escrito por tu servidora y con todo y dedicatoria que ya ni es válida.
    http://ilusoriomundoreal.spaces.live.com/blog/cns!8CAD77746A417AD6!1880.entry

    «Te vuelves agua en mis ojos», 27 de julio de 2008 por una chica argentina que se hace llamar Shumilu. Ni mi nombre, ni mi seudónimo ni mi link, NADA…
    http://shumilugrupie.blogspot.com/2008/07/te-vuelves-agua-en-mis-ojos.html

    … y pues ya lo notifiqué en TodoMePasa, y de paso me plagié la foto con que adornaron mi texto plagiado 😀

    Me regañó el profe Obón por subir textos sin registrar, así que estoy considerando muuuy seriamente no subir más literatura, puro debraye e historias de la vida cotidiana.
    Alguna vez un chico subió un poema mío a su blog y le cortó como tres líneas, pero dejó mi seudónimo así que el asunto ni me molestó porque cuenta como difusión.

    ¿Te imaginas si nos pusiéramos a buscar cada uno de nuestros textos en Internet a veeer quién los copió y pegó para hacerlos pasar como propios??? ¡HORROR!!!

    Responder
  • Prof: Mil gracias por incluir mi comentario anterior. Ya estoy subiendo los screenshots para evitar las pruebas perdedizas, jaja. Lamento dar lata con el mismo asunto reloaded, pero de aquí a que los legisladores tomen en serio los «delitos informáticos» lo único que nos queda es señalar con el dedo y pasar la voz para que otros ciberescritores tengan cuidado y sepan a qué atenerse (auch: ya me regañó el profe Obón por ser tan confiada).

    Te debo una entrevista. No es pretexto decir que he estado ocupadísima porque tú lo estás mil veces más que yo; la mera verdá es que estoy en lista de espera para leer de nuevo Los Esclavos (increíble: ¡pusiste a leer a mi novio, quien ni siquiera me lee a mí!!!). Desde acá sigo al pendiente de tus apariciones en TV, Twitter, Feisbuc y demás. Un besote y de nuevo: mil gracias.

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  • No hay de qué, Jéssica. Estas cosas no se pueden detener, me temo, pero sí se pueden recordar. Seguimos en contacto.

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  • ¿Cuenta como plagio si una encueratriz de ésas que se toman fotos en ropa interior para subirlas a Internet se roban un fragmento de tu texto??? Me encanta que escribe tres veces «te quiero», una con tres puntos suspensivos, otra con dos y otra con cuatro 😀 ¿Le prestamos neuronas???
    Ya mejor estoy subiendo screenshots. http://todomepasa.com/blog/2009/07/06/how-will-you-contribute-jesus-john-lennon-michael-jackson/
    Sorry por molestarte oootra vez, prof… ¡pero ya estoy HARRRTA! Si me plagiara una persona inteligente sería un orgullo, caray. Creo que definitivamente no más poesía ni cuento ni novela en mi blog por lo menos en un bueeen rato (de aquí a que aparecen más cursitextos míos regados en todas partes).

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  • @LaSantaInsomne Están ese (http://bit.ly/9ioIJK) y otro (http://bit.ly/cOeeUc). Espero que te sirvan.

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  • @Changoteque Según esto http://digg.com/u1T3eT el plagio no es por la extensión del texto fusilado sino por los exabruptos del plagiador.

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  • Hola, Teacher… De plagios, pa’ variar:
    Mi cuento «El diario de un súcubo», publicado con copyright en el libro Casi un día (Sogem, generación 38) y en Letralia (http://www.letralia.com/177/letras09.htm), aparece con el título «Diario , de una Súcubo..» y sin mi crédito en http://nochesdelunamenguante.blogspot.com/2009/06/diario-de-una-sucubo.html (Evelin; Alicante, España).
    Le decía a Angélica Santa Olaya que HOMENAJE es que difundan tu texto e incluyan tu nombre, seudónimo(s), link, etc (ejemplo: http://elbosquedenoah.blogspot.com/2008/09/el-hada.html)… esto es una falta de respeto, PUNTO.
    ¿De verdad tiene caso seguir denunciando??? (ya sé, ya sé: ¡ah, pero cómo chi… con lo mesmooo!). Lo único que he hecho al respecto es ya no publicar cuentos en internet; el mismísimo Ramón Obón me aconsejó no subir a la Red la conclusión de mi cibernovela Eterno Domingo…
    ¡ESTOY DECEPCIONADA DE ESTOS «LECTORES»!!! =(

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