Empieza una serie nueva con base en personajes tomados de la vida real.
Al dueño de una enorme cadena de salas de cine, con sucursales en varios países, se le pregunta qué le parecía tal actriz en tal película.
–No la vi –responde.
–¿De verdad?
–Yo no veo cine. Odio el cine.
La propuesta es escribir la biografía (o autobiografía) del personaje y explicar en ella la aparente contradicción entre su ocupación y sus gustos. No se vale investigar de quién se trata (de hecho, algún detalle está cambiado en los párrafos que anteceden); la idea es ver si se puede llegar a más de una explicación plausible.
* * *
Feliz comienzo de año…
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Mmmm
Dos anécdotas:
No recuerdo en qué libro de cierto escritor argentino, rey de la falsa modestia, se puede leer que los libros que escribió no están en su biblioteca porque sería un insulto para Platón y Chesterton y no sé cuántos más; en el caso concreto de Chesterton, me parece que la literatura del argentino supera a la del inglés, pero eso lo deciden «los que saben», no los lectores, así que realmete no explica si ese respeto viene de la influencia o de un sencillo culto al pasado que, el argentino, afirma no profesar… Por eso es un mal ejemplo.
dHay uno mejor:
Al vocalista de The Beta Band le preguntaron una vez cuál de sus dos discos, sin contar los EPs, era el mejor. No sé, no he escuchado ninguno, fue su respuesta, y no podría esperarse otra cosa de un vanguardista de la música comercial de finales de los años noventa: una banda de rock sin influencias rock tendría que escuchar otra cosa. Uno no puede autoinfluenciarse, o al menos, no debería.
Descubrí este taller y me parece que realizaré los ejercicios, mi cerebro empieza a llenarse de herrumbre.
Lo de The Beta Band no me lo sabía… Realmente daría para un cuento, Rafael.
Espero que estas ideas te sean útiles. Bienvenido.
Hay apellidos que pesan. Tener mi apellido y haber nacido, en el domicilio más cotizado de la ciudad de Morelia tiene sus privilegios, pero también sus molestias.
Los privilegios, son todos aquellos que el dinero puede comprar. No hay más límites que los de la imaginación ni existen caprichos fuera de nuestro alcance. Las molestias son, que como buena parte de mis privilegios, vienen del gusto que la pelusa tiene por ver cursilerías en una pantalla, haya quienes crean que disfruto de esas vulgaridades. Yo heredé esta empresa y he de disfrutar hasta mi último aliento de los beneficios que me da, pero de eso a desperdiciar, por propio gusto, hora y media de mi vida en una de esas salas inmundas… ¡Jamás!
Ahora sí, vayamos a inaugurar el próximo complejo VIP