Escritura creativa

Invitación a una resucitación

26 comentarios

Encontré el texto que sigue por casualidad. Es un cuento brevísimo del escritor y psicoanalista argentino Emilio Rodrigué (1923-2008) perteneciente a su último libro de ficción: La respuesta de Heráclito.

El octavo día
Nada en un principio.
      En el primer día Dios hizo la luz y vio que era buena, dándole el nombre de Día.
      En el segundo día separó el agua de la tierra seca.
      En el tercer día Dios hizo el Sol, la Luna y las estrellas.
      En el cuarto día Dios hizo la hierba verde y el árbol de fruto y vio que eran buenos.
      En el quinto día Dios hizo a los reptiles grandes y pequeños, las ballenas y los otros mamíferos, los cefalópodos y los peces. También hizo las aves y los insectos.
      En el sexto día Dios hizo al hombre.
      En el séptimo día, habiendo completado su obra, descansó.
      Y al día siguiente, ya descansado, Dios se fue.

No conozco mucho del autor, pero quiero pensar que éste no es su mejor cuento. La sensación que me dejó fue curiosa y desagradable: la de haber leído esa historia antes, y no sólo una vez. Además de que, salvo el final, todo suena muy semejante al texto del Génesis, está la «sorpresa» del último renglón: la idea de que Dios abandona su creación, aunque puede sonar original para algunos lectores (e indignante para algunas personas muy creyentes) se remonta por lo menos a la Edad Media y el texto no hace más que repetirla.
      La propuesta es ensayar una resucitación del texto de Rodrigué: tratar de encontrar una nueva forma de escribir una historia a partir del lugar común. Los comentarios quedan abiertos para quien desee intentarlo. Algunas posibilidades:
      1. ¿Qué otra cosa podría hacer el personaje de Dios tras concluir su creación?
      2. ¿Cómo podría contarse la anécdota sin imitar o parodiar el texto bíblico?
      3. ¿Se podría contar la idea del abandono de Dios desde un punto de vista que no fuera el de la propia divinidad?

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  • Información Bitacoras.com…

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  • Al principio una hoja en blanco.
    Un hombre se dibujó a sí mismo en lo alto de una montaña y se nombró Dios.
    Hay que ver cómo creamos una divina historia -se dijo el hombre-. ¿Qué diferencia hay entre nuestro Dios y un escritor, que siendo ambos creadores crean y destruyen a destajo? Algunos podrían decir que es absurdo, pero es justamente lo contrario. Amanece; alzando la vista a un amarillo claro, aparece la felicidad conmvedora del sol. Que alguien se atrevió a llamarle luz, pero que en este caso, es la falta de claridad lo que ilumina.
    Esto de aquí -dijo el escritor-, será una ventana. Entonces Dios separó el exterior del interior.
    Entonces, al ver que todo iba bien, el escritor eliminó los días de la hoja y dijo: ayer, hoy y mañana. No habrá días. Y el escritor dividió el dibujo en tres. A cada porción la nombro como «pasado», «presente» y «futuro».
    La creación sigue pareciéndonos un misterio. El escritor se conviertió en lector y vio que su obra no era buena. Y es que algo faltaba. Fue entonces cuando el escritor, llamado a sí mismo Dios invitó a sus hijos a participar en su obra, invitación que tuvo varias consecuencias. Su hija dibujó la luna y las estrellas, las nubes y los mares. Por su parte, el primogénito, varón, dibujó a varios animales. El turno siguió a la hija, quien añadió una suerte de flores y árboles, un verde intenso y rejuvenecedor; tal vez fue aquí donde los tres se convirtieron en uno solo, de modo que lograron una obra consistente en el campo de la creación. Fue cuando escritor e hijos se dibujaron en lo alto de la montaña, pensando sólo en uno mismo, y a la misma hora, en tres diferentes creadores. El dibujo les pareció incompleto. En ese momento la hija estaba muy necesitada de afecto. Dibujó, a un extremo de la hoja a una pareja, hombre y mujer, la figura de una familia.
    En cuanto al mar, los cielos y la tierra, también crearon una cantidad de animales que habitaron aquél dibujo, entre otras cosas.
    Permítanme que piense un segundo -habló el escritor-. Así está bien.
    Más tarde, el escritor y sus dos hijos se mostraron satisfechos ante aquél dibujo.
    Es probable, por supuesto, que después de terminar su obra, el escritor y compañía pensaran también en otras cosas. Pero no les dieron importancia.

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  • Se podría, para empezar, usar una elipsis para no cansar al respetable con tanto detalle:

    «Nada en un principio.

    En el primer día Dios hizo la luz y vio que era buena, dándole el nombre de Día. Y el segundo y el tercero continuó creando y nombrando, hasta llegar al sexto, donde creó al Hombre a su imagen y semejanza.

    En el séptimo, agotado, descansó.

    Al siguiente, Dios se fue. Y quiso que el Hombre se encargara de crear y nombrar lo que le faltó.

    Y hasta el día de hoy el Hombre sigue creando y nombrando, y se pregunta si Dios ve esto con buenos ojos…»

    Para responder la 3, el teclado y el cerebro no me da en este momento.

    Saludos.

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  • Versión bañil del génesis

    Cuando Dios entró al espacio, desde ahora nombrado así como una practicidad más que en un afán de precisión, prendió la luz. Y al prender la luz vio que era un baño, y sus ojos, malignos y divinos, fulgurantes y apagados, creyeron ver agua en el piso. Y no importa si el agua estaba ahí o no, no importa ni siquiera si se trataba en realidad de un baño, sino que él se dio cuenta y vio esa agua de un modo diferente a como miró al resto del piso, quizás, de diminutos mosaicos azules.

    Había una planta; notó al mirar hacia su izquierda, y sobre la planta había un bichito, y quizás una multitud de criaturas microscópicas junto a él para las que el bicho parecía la criatura más grande sobre la tierra, es decir, esa tierra específica. Al voltear a su derecha vio su reflejo y quizás eso pruebe que en verdad se encontraba en un baño; es decir, era él en un baño. En seguida se sentó, como se hace comúnmente en estos lugares y divagó, lo que sólo refuerza más mi teoría sobre el espacio donde él fue e hizo.

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  • Fernando Luis Vargas Peña
    14/03/2011 8:10 pm

    En el principio de los tiempos Dios creó un sin número de cosas tan bellas, que le dolía el corazón de sólo verlas, fue cuando decidió crear la raza humana (que en definitiva no tiene ninguna semejanza con él) para destruir todo lo bueno que había, hecho esto desapareció para ocuparse de cosas mas importantes; No sin antes dejar algo que destruyera su última creación, mando más humanos (políticos, narcos, rateros), desastres naturales, guerras, etc.

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  • Semana y media
    En el séptimo día, Dios descansó.
    Y no durmió bien.
    En el octavo día Dios apagó la luz; la de verdad.
    En el noveno día Dios revolvió aguas y tierras, y fue todo barro.
    En el décimo día alzó Dios la mano y borró el Sol, la Luna y las estrellas.
    En el día decimoprimero despertó Dios agrio, antiagrario, y deshizo lo verde y el verdor.
    El día decimosegundo comenzó Dios sus planes de extinción: reptiles grandes y el dodo. Apareció entretanto el Papa Gregorio XIII, que sustituyó el original calendario juliano por otro de su invención, con días más largos, o más cortos; no recuerdo.
    Y aquí estamos, sin saber en qué día vivimos. Esperando.

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  • En el primer día Dios hizo la luz y vio que era buena, dándole el nombre de Día.
    En el segundo día separó el agua de la tierra seca.
    En el tercer día Dios hizo el Sol, la Luna y las estrellas.
    En el cuarto día Dios hizo la hierba verde y el árbol de fruto y vio que eran buenos.
    En el quinto día Dios hizo a los reptiles grandes y pequeños, las ballenas y los otros mamíferos, los cefalópodos y los peces. También hizo las aves y los insectos.
    En el sexto día Dios hizo al hombre.
    En el séptimo día, habiendo completado su obra, descansó.
    Y al día siguiente, Dios sedio su lugar al Diablo.

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  • En el día uno, dios se vio asimismo sin respuesta manifiesta del por qué había aparecido él allí.
    En el segundo día, su deambular trémulo se encontró con una nada abismal e incomprensible.
    Ante esto dios se angustio de un presentimiento sobre qué acomodar aquello era su responsabilidad. Y en la soledad apabullante se urgió ser percibido. pero los átomos y los quark( nombres tentativos e irrelevantes) no lo veían, no lo notaban.

    En el tercer día, dios comenzó la encomienda enigmática. Ya en su mente se organizaba todo como un presagio sin remitente. Ya dios notaba como la mayor parte del trabajo lo hacia la mera casualidad; ésta no era una casualidad cualquiera, sino una con limites bien fijados. Ante él, que nada había logrado, se formo una estrella. Hija predilecta de la casualidad y la causalidad. Y dios contemplo su luz y se vio ofuscado. De ese pequeño ejemplo pudo el señor conjuntar planetas.
    En el cuarto día vio dios que el mundo no lo percibía .Sin idea de como lograr esto, vino dios a la tierra y encontró a su imagen percibiéndolo en un espejo undoso. Le aconsejo el reflejo: «¿ No soy algo ya?»
    Entonces dios creo al hombre a su imagen enclenque y semejanza sin origen, no sin reservar para él los que consideraba los mayores dones.
    En el quinto día los contemplo con encomio y laureo su creación. Empero, comunicarse directamente con ellos no se le permitía, por sabe que fuerzas del orbe. Los vio ser sádicos y asquerosos; tiernos y lustrosos. Ya su devenir lo hastiaba y lo excitaba. Entonces, en un determinado momento, el hombre reavivo la pregunta al universo, o a él, quien también se interrogaba sobre aquella cuestión.
    En el sexto día, dios mando uno tras otro mensajes firmes pero insuficientes. ¿Cuál era el sentido de todo?, era la pregunta cabal. Dios no lo sabia. Pensó como su cuasiomnisciencia le dejaba; llegó pues, a una conclusión que al final los humanos refutaron. Mando otra y encontró el mismo sino. Así al pasar los siglos. Y, entretanto, dios veía sufrir a sus juguetes.
    En el séptimo día, dios dilucido que sufrir era cruel y le dio al hombre su más grande anhelo, pero que él mismo no tenia: les concedió la muerte. Aquello no resultaba suficiente tampoco.
    En el octavo día, dios se marchó avergonzado de lo que había creado, no notando como la angustia era el inicio del universo. Dios encontró material virgen en el no-universo, y, tratando de solapar su error, creo otro universo más: pero no le satisfizo, y la abandono también. Así, creo otro, y otro, y otro, y otro, y otro, y otro, y otro, y otro y…ad infinitum.

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  • me gustó el ejercicio de propílogo y el humor de fernando.

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  • En el séptimo día, habiendo completado su obra, descansó.
    El lunes su madre lo despertó a las seis de la mañana:
    -¡Levantate, mi dios, es tu primer día de escuela!

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  • Al septimo dia descanso
    el octavo que era un lunes, le puso color de rojo carmesi el horizonte y la lluvia la hizo dulce con un color azul parecia al cielo y que se perdiera con lagrimas que sabian a sal de la misma procedencia del mar.
    el noveno fue en partes le dio conocimiento al ser humano y sexualidad
    el decimo hizo del corazon un soplido de dolor de austera cobardia de pudor de sentimientos tan maliciosos que ese dia bajo del cielo
    el onceavo le dio resguardo a ala envidia bajo a sus serafines y arcangeles
    el doceavo nos dio el regalo precioso que destruye almas que roba piedad que nos hace vunerables ala fuerza de gravedad que nos aleja y nos repara que nos hace libres en nuestra propia ignorancia el libre albedrio.
    el treceavo ya teniendo un mundo de hijos que no podian vivir como borregos siguiendo al pastor ala sombra y lavando sus pies soplo el pequeño diente de leon asi sea y se desintegro esta en el aire atrapado en nuestra humanidad

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  • Había pasado mucho tiempo ya desde ese tan famoso séptimo día, al que después la gente llamaría Domingo.

    Esa tarde, aquel dios decrépito y cansado repasaba el primer bosquejo de su tan celebrada mitología creada hace tantos años. Recordó como ocultó durante tanto tiempo la grán explosión generadora y la transmutación de los seres vivos hasta llegar a aquel ser autonombrado «Hombre» que, a decir verdad, no hizo a su imagen y semaejanza. Rió un poco cuando reflexionó acerca del don de la imaginación que otorgó al hombre y su capacidad para inventar tantas y tantas cosas fantásticas: ángeles, monstruos, lugares y hechos, dioses y diosas incluidos. De pronto lo inundó una gran melancolía. Sabía que llegaba el fin de su tiempo, porque ¿cómo ser dios y tener que sufrir la tortura de una vida eterna? No. Entre ellos, los dioses, había un tiempo de expiración, latencia y resurrección.

    Con un suspiro cerró el gran libro, lo guardo, apagó la tenue luz que iluminaba su lectura, se recostó y, mientras su sustancia se esfumaba, toda su creación sucumbía al unísono quedando sólo una nube de ceniza que flotaba y esperaba paciente su resurrección.

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  • El primer día Dios creo todo.
    El segundo día se divirtió observando las peripecias de su creación…
    El tercer día fue muy similar al segundo, aunque observar y entender a su creación se volvía más complicado…
    El cuarto día comenzó a verse retratado en dibujos, obras de teatro, literatura y poemas…
    El quinto día sufrió agruras; su retrato era de un hombre mezquino, débil, egoísta y autoritario.
    El sexto día no vio nada, su obra se nublo de tal modo, que por un día entero, no supo que pasó.
    El séptimo día, su creación creó otro dios, éste lo desbancó y lo destronó del puesto de “Dios”.
    El octavo día, la humanidad vivió en paz, y el nuevo Dios miraba angustiado…

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  • Elizabeth Pérez Cortés
    15/03/2011 8:30 pm

    Sin temor al lienzo vacío, se comienza. Poco a poco, claros y oscuros toman su lugar. Arriba sol si es claro, luna y estrellas si no. Abajo agua y tierra se dividen el territorio y los animales se acomodan plácidamente según tengan la capacidad. El mullido cesped recibe los maduros frutos y se aparta del andar del lugareño. Es perfecto. Casi tanto como el aroma de este café.

    Es suyo, gracias por los $50 pesos.

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  • En el principio un útero negro y virgen. Un sexo cósmico llenó de polvo estelar el espacio vacío y un orgasmo de magnitudes irrepetibles dio origen a todo. Así pues, sabemos que Dios no creó todo lo existente, pues cuando el nació (el primer día), todo estaba ahí, pero todo lo que estaba era un caos (sólo las estrellas tenían orden, pues ellas eran la brújula de Dios), un desorden que aquél niñito que apenas podía caminar no podría resolver. Y sin embargo, en sus juegos se encuentra el origen mismo de las cosas, pues el pequeñito que era, observaba en la enormidad las cosas más asombrosas, y en este primer, día, el de los juegos, Dios creo cuerpos enormes, hechos de piedra y carbono, con apenas unos líquidos y gases en ellos.
    En el segundo día, Dios era ya un niño, y más conciencia le acompañaba, pero aunado a eso, Dios era caprichoso. Por tal razón, Dios creó los mares y las plantas, tan sólo para chapotear sus descalzos pies y jugar con su primera genialidad. A veces, debido a que sus encías dolían debido a los dientes que lo acechaban, metía plantas a su boca para mitigar su dolor.
    Al final del segundo día Dios lloró al ver que las plantas se marchitaban y morían. De aquí se le ocurriría una idea para una de sus futuras creaciones, pues ésta fue la primera vez que se experimentó el sufrimiento.
    En el tercer día, Dios era un joven pre-adolescente, y fue así como una urgencia sexual abarcó su cuerpo, así que hizo de las plantas y las aguas una pareja amorosa que en su contacto constante daba origen a más plantas.
    En el cuarto día. Dios era finalmente un adolescente, ardiente en deseos de experimentar la dicha del coito. Fue en este día que el sexo cósmico se repitió, pero esta vez Dios depositó su semilla juvenil en todos los planetas que encendieron su deseo. Y fue así como la vida animal asomó su cabeza por primera vez. Así fue como los microorganismos surgieron.
    En el quinto día Dios era un joven adulto, quien por primera vez tenía aspiraciones y decidió que la vida debía crecer a más lugares. De este modo, la vida creció con rapidez y los reptiles terrestres aparecieron. Su juventud lo hizo desesperado, y esta vez decidió que los animales debían crecer. Fue así como surgieron los dinosaurios.
    En el sexto día Dios ya era un ser maduro, así que sin mayor reparo, destruyo su creación juvenil con un nuevo invento; los asteroides. Dios sopló para disipar el humo y así nacieron las nubes. Dios decidió entonces crear a los mamíferos, pues ellos le parecían más sofisticados, pero no eso abandonó a los reptiles, simplemente consideró que estarían mejor con un tamaño menor.
    En el séptimo día, Dios era un hombre muy mayor, casi entrando a la vejez, y le pareció que ahora podría dar al hombre su capacidad moldeadora, y compartir con ellos su don más grande: Sus emociones.
    Y Dios los vio erigir estatuas, cuestionarse sus vidas, investigar la constitución misma de su ser (la de él y la de ellos).
    En el octavo día Dios estaba orgulloso de su obra y decidió visitarla. Por azares del destino cayó en un lugar llamado Israel (los nombres son para él insignificantes, pues las ideas puras son su lenguaje). Aquí Dios nació de una mujer aprovechando los anhelos de su hombre. Y toda su vida insistió en ser él quien nos dio la vida, la inteligencia, todo. La humanidad, en toda su sapiencia, se rió al pensar que Dios se rebajaría a convivir con el hombre.
    Y es así como Dios nunca nos abandonó, es sólo que le dimos muerte. La idea de tenerlo entre nosotros fue insoportable.

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  • Y en el séptimo día, ya descansado y decidido, fue a la convencion de dioses multiversos a exponer su pequeña maqueta original, coincidiendo todos los asistentes que «virus» hubiera sido un mejor nombre que «hombre».

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  • Felipe Kadick
    16/03/2011 10:47 am

    Infinito…
    Nada en un principio.
    En el primer día Dios hizo la luz y vio que era buena, dándole el nombre de Día.
    En el segundo día separó el agua de la tierra seca.
    En el tercer día Dios hizo el Sol, la Luna y las estrellas.
    En el cuarto día Dios hizo la hierba verde y el árbol de fruto y vio que eran buenos.
    En el quinto día Dios hizo a los reptiles grandes y pequeños, las ballenas y los otros mamíferos, los cefalópodos y los peces. También hizo las aves y los insectos.
    En el sexto día Dios hizo al hombre.
    En el séptimo día, habiendo completado su obra, descansó.
    Y al día siguiente Dios creó a un Dios a su imagen y semejanza.
    Y entonces ese nuevo Dios hizo una nueva luz y vio que era buena, dándole el nombre de Día…

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  • — Ai tienes que llega un cuate sin cuerpo, así como que bien inmenso e intemporal y de pronto agarra y empieza a hacer un cagadero en la nada, osease que como te explico, que el cuate no habitaba en este mundo quesque porque existió desde antes de que el espacio fuera espacio y la chingada ¿no?
    — ¿Na, voacreer?
    — Neta carnal, por ésta que es la pura verdad. No y todavía no te dejo caer la parte gruesa, el cuate del que te hablo, tampoco vivía en el tiempo, osease que no era ni ruco, ni morro, ni jovenzuelo porque no le hacía daño el tiempo y la chingada ¿no?
    — Oye vato, ¿Te las truenas?
    — Mmmta, pos si quieres te cuento un chiste de pepito…
    — No, a ver, quiero ver como terminas tu cuentito aunque esté medio jaladón.
    — Bueno el caso es que este cuate un día hizo la luz, y otro día la tierra, y otro la agua, y las plantas y los animales y la chingada ¿no?, total que dicen que ya pal sexto día, y está es la parte choncha, creó al hombre quesque igualito quel al menos de vista, osease que le salieron igualitos que él y la chingada ¿no?
    — A ver a ver, ¿cómo sta que los hizo igualitos quel? ¿No dijistes pues que el cuate no tenía cuerpo, ni era ruco ni morro ni vato? ¿Y cómo que sexto día, no que no había tiempo?
    — No, ya había inventado el tiempo y creo que ya tenía cuerpo.
    — ¿Entonces ya podía ser ruco o de menos morro, no? Digo…
    — Yo no inventé el cuento carnal, además es un méndigo cuento, no tiene que ser verdá, si vas a estar de quejoso ai le paramos.
    — Ta bien pues pero si no está bueno el final…
    — Ooh tú aguanta. Entonces agarra y al último día dice no pos que a toda madre y que bonitos colores y la chingada ¿no? Y entonces dice no pos me quedo aquí acostadito, bien agustirri nomás porque estoy cansadísimo y la chingada ¿no? Entonces ai tienes al cuate en su camastro y la chingada ¿no?, tirado al sol y ahí se acurrucó y que se queda jetón. Total que pa no hacerte el cuento largo al día siguiente llegó un hombre y dijo “¿a chingá? ¿Y este cuate?” Y otro respondió “no pos cuando llegué así estaba” el primer cuate se rasca la choya “¿Se murió o que pedo?” “No pos creo que más bien se quedó jetón” “Ah, así muy jefe el vato ¿Y qué espera que hagamos o qué? Despiértalo” “Nel se va enojar, imagínate que este vato gigantón se enoja contigo, ni madres, despiértalo tú, a ver” “Miedoso, ya pues, ai déjalo, se le va a ofrecer al vato, amos a ver cómo cómo está el pedo” Y los hombres se fueron a intentar hacerse funcionar y a hacer funcionar lo que el gigantón había hecho, algunos tienen la esperanza de que el cuate gigantón, al que de pronto comenzaron a llamar el Dios, despierte y les explique “cómo está el pedo” otros ya se resignaron a la idea de que la jeta que se está aventando el Dios, está fuera de tiempo y de espacio y no queda más que aventarse al tiempo y al espacio, tal y como hizo el tal Borras, y la chingada, ¿no?

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  • Este ejercicio estuvo genial!
    Me gustaron las intervenciones de Alonso Fragua, Propílogo y ADOS!
    A ver que les parece la mía,
    Imperecederos saludos!

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  • Abrió los ojos. No vio nada. Entonces imaginó el mundo que quería crear.
    El primer día iluminó la oscuridad con un delicado pincel de acuarelas.
    El segundo día rellenó se cantinplora con un líquido transparente al que llamó agua y sació su sed.
    El tercer día trazó dibujó muchos circulos de diferentes tamaños y le agragó detalles: a uno lo llamó sol, a otro luna y a otros estrellas.
    El cuarto día se le chorrearon las acuarelas y se creó un color verde que embelleció todo.
    El quinto día vio unos puntos negros sobre su obra: «Animalitos» -pensó.
    El sexto día apareció un trazo semitransparente y exclamó «hombre, qué creatura.»
    El séptimo día ya no tenía colores para continuar. Se fue a dormir
    Al siguiente día desperto para concluir el cuadro pero alguién lo había robado.
    «¿Empiezo de nuevo?» -pensó. Y después de un rato decidió que ser artista no era rentable.

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  • Mi
    Alegría™
    juego de teología experimental
    Reporte
    último
    experimento
    -versión bilingüe (traduccíon de Alí Rendón)
    ?????
    […] Al siguiente día,
    «???????
    ¿al octavo?,
    ???? ?????? ??? ?? ???? ?????? ???
    JehovAlá pensó en su primer día,
    ???, ???? ???, ?? ????? ?? ??????? ????.
    en su madre, en su propio sexo, o en la profesión de cianurólogo.
    ????
    Siguió
    ????
    construyendo
    ? ???????.
    y viniendo.
    ?????? ?????:
    Se hizo su lugar en el universo:
    ? ‘: 03:09 ???????, ???? 00:01, 07:04 ???????, ?????? ?????,
    YHWH: Itrio3:9, Hidrógeno 0:1, Wolframio7:4, Hidrogenesis:
    ??????? ????
    compuesto alquímico
    ?? ?????? ????????? (?)
    con (d)efectos sobre la salud.
    ??? ?? ???? ?? ?? ????
    No sé si esté escrito
    ?? ?? ?? ??? ?????
    o si ya fue leído
    ??? ????? ?????? ????? ?? ? ????? Aelo ?????? [???? ?????????] ????? ?? ?????? ?? [?????] ???? ???????, ?? ?? ???? ??????,
    pero habrá que pedirle pruebas al profeta Maelo [hermano electrónico] que da la predicción del [estado del] tiempo último, si ya es el noveno día,
    ?? ?? ????? ??????
    o sólo es la septima noche
    [U ???? ??????: ????? ??????]
    [u octava maravilla: la octava madrugada]
    ??? ?????? ??? ???? ?????,
    y Dios está simplemente estremecido,
    ?????
    sonriendo,
    ?? ??????,
    hablando sólo,
    ???? ???,
    babeando,
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    muy exausto,
    ????? ?? ???,
    acostado con la fiebre,
    ??
    pues tiene
    ???????
    los ojos
    ????
    cerrados
    ????
    ron-
    ca.

    Responder
  • jajaja no salieron los caractéres hebreos…
    va de nuevo sólo en español:

    Mi
    Alegría™
    juego de teología experimental
    Reporte
    último
    experimento
    (traduccíon de Alí Rendón)
    […] Al siguiente día,
    ¿al octavo?,
    JehovAlá pensó en su primer día,
    en su madre, en su propio sexo, o en la profesión de cianurólogo.
    Siguió
    construyendo
    y viniendo.
    Se hizo su lugar en el universo:
    YHWH: Itrio3:9, Hidrógeno 0:1, Wolframio7:4, Hidrogenesis:
    compuesto alquímico
    con (d)efectos sobre la salud.
    No sé si esté escrito
    o si ya fue leído
    pero habrá que pedirle pruebas al profeta Maelo [hermano electrónico] que da la predicción del [estado del] tiempo último, si ya es el noveno día,
    o sólo es la septima noche
    [u octava maravilla: la octava madrugada]
    y Dios está simplemente estremecido,
    sonriendo,
    hablando sólo,
    babeando,
    muy exausto,
    acostado con la fiebre,
    pues tiene
    los ojos
    cerrados
    ron-
    ca.

    Responder
  • pirrurris v.3.0
    19/03/2011 6:43 pm

    en el principio era un lonche. huevo con machaca. al ver dios que le hacía falta sabor, agregó la salsa. curadita de habanero con chicharrón. ¡sabor! entonces dios bebió un largo sorbo a su coca cola light. después engulló de una mordida medio lonche. pensó dios -qué buen lonche-, después eructo para agradecer al padre por la comida. todo terminó en un atorón. al ver dios que tenía la panza llena y el corazón medio contento, se dijo así mismo: ya estuvo de tragadera, mejor me pongo a chambear. así creo dios al hombre a su semejanza, tragón, borracho y desobligado. pero vio que le hacía falta compañía, y de su nalga derecha creo dios al travesti. güerote, de caderas prominentes, cintura de avispa, platitetánico. una chulada de ingenieria sexual. al ver su obra, dios encendió el televisor, abrió una cerveza y se carcajeó eternamente viendo a los simpson.

    Responder
  • NADA

    Al principio solo existía la nada.
    Aburrida de ser solo nada quiso jugar a ser dios y creó la luz, el agua, la tierra, la noche, el día, las plantas, los animales y el hombre.
    Hasta que se cansó de ser dios y todo volvió a ser nada.

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  • Dios dar cuenta ser mayúsculo: DIOS… Por aquel entonces la cosa era una soberana pendejada a la que decidió quitarle lo pendejo. Así surgieron los tiempos, ósea uno es primero infinitivo y luego presente y luego pasado, a veces pretérito o copretérito, y como la cosa marcha hacia delante el futuro es un presente en proceso que a su vez es un pasado en proceso, ósea que pal caso la cosa sigue siendo la misma, aunque que ya mas ordenadita. Creado el primer redundante caos Dios procedió a darse cuenta de que era DIOS, así, en mayúsculas. Al proceso de mayúsculización se le llamó los siete días de la creación, cosa que le pareció una reverenda pendejada, palabras peculiares que en conjunto refieren a que ya valió madres, otro conjunto de palabras para denotar que la cosa no va bien. Bueno, sí iba bien porque era buena pero se estaba volviendo muy aburrida. Entonces DIOS, tal vez los demonios internos de DIOS, procedieron a tentar al Diablo, que por aquel entonces era un ángel (recordemos aquel psicologismo que reza: todos le temen al Diablo, el diablo sólo le teme a Dios; conclusión: Dios es el diablo.), quien de una manera muy imbécil cayó y le gusto la cosa de ser seducido y al desear ponerlo en practica fue a tentar a los humanos (probablemente en ambos verbos) como chamaquito que corre a presumir sus juguetes (el primer juguete es entonces la tentación, y por eso los juguetes son del diablo).
    DIOS, que era como hiperactivo, cualidad divina ya que lo contrario contendría en Dios un defecto, Dios que no tiene cabida para defectos porque… porque… ¡porque si! La hiperactividad de DIOS ya había hecho un buen de cosas e iba por más. Entonces se dio cuenta que podía preconocer todo, y comenzó a plagiarse sus propias ideas (motivo por el cual DIOS, y más concretamente San Juditas, que es como un segundo hijo para ÉL, perdonan a los chacas y a los rateros porque el robo es una cualidad divina mal entendida). Y de repente DIOS se ve envuelto en un trafical enorme, y justo cuando procedía a tomarse un break para seguirle chingando (motivo por el que somos chingones), el mentado séptimo día, provocado por los mismo chacas en plena avenida de la Reforma en hora pico. Se entretuvo preconociendo más en lo que salía del embotellamiento que hicieron los mismos chacas al levantarse en guerra civil, aunque no sabían lo que ello significaba pero estaba de moda en medio oriente, y ahí le dio en la madre al asunto. HA CHINGA (por cierto, DIOS habla en mayúsculas), SI YO NO INVENTE EL TRAFICO, Y ESTOS CABRONES DICEN QUE ESTOY DESCANZANDO, Y QUE DECANZADO YA ME FUI. Acto seguido Dios se da cuenta de que somos unos engendros y piensa en como revertir el proceso creativo al que le estamos dando en la madre —destruirnos— mientras los chacas le bloquean el paso.
    Reza la leyenda (con base talmúdica) que el día que los chacas dejen de hacer procesión el mundo será un lugar mejor.

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  • Gracias a todos por los textos que han escrito hasta el momento. Deberíamos hacer una antología de reversiones del Génesis…, creo que no estaría mal. Habrá que pensarlo.

    Saludos y suerte.

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