Dejo una pequeña constancia: del sitio La Oficina Live me propusieron que les enviara una lista de música para crear una mezcla: una mixtape que luego pudieran colgar en su sitio. Les mandé piezas que me gustan y que, para mí al menos, representan personajes: criaturas de la imaginación. El resultado se puede escuchar en esta página. Dejo a continuación una lista de las piezas y de quienes las habitan. Algún día escribiré una historia que los incluya a todos.
1. «Den Antwaarpse Shabi», Think of One: los emigrantes
2. «El canto del gallo», Radio Futura: el músico ambulante
3. «Scarlet Cross», Edward Ka-Spel: los vampiros
4. «I Will Be Absorbed», Egg: el artista
5. «If No One Marries Me», Natalie Merchant: la niña solitaria
6. «Lullaby-Waltz», Lech Jankowski: los alumnos de la escuela de sirvientes
7. «Bully Boys», The Tiger Lillies: los abusones
8. «Te ofrezco lo que tengo», Luz Casal: la amante
9. «The Unfolding», Lisa Gerrard / Pieter Bourke: la vidente
10. «Flores en la ventana», Real de Catorce: el borracho
A la hora de escribir una narración, y en especial de crear un personaje, los prejuicios pueden atravesarse sin que se dé cuenta quien está escribiendo; cuando ocurra, el texto se alejará de su control y, en vez de revelar las virtudes de su creador o creadora, revelará sus carencias. Por ejemplo, una historia sobre gente pobre escrita por alguien que desprecie a la gente pobre puede tratar de ser «objetiva», aun de «mirar con simpatía» a sus personajes, y en realidad ser una serie de insultos disfrazados (mal disfrazados) y mostrar, más que la realidad de la pobreza, la idea de ésta que tiene alguien que no la ha experimentado ni se ha molestado en investigar sobre ella. John Gardner menciona un caso opuesto al referirse a Las uvas de la ira de John Steinbeck, quien describió con minuciosidad las complejidades y contradicciones de sus «buenos» (una comunidad de agricultores explotados) pero no hizo lo propio con sus «malos».
(Recuérdese también la declaración de aquella funcionaria que, para defenderse de acusaciones de elitismo, dijo haber conocido la pobreza con los peones de sus haciendas, con quienes convivió tanto que le «pasaron los piojos».)
Por otro lado, también es posible integrar prejuicios en la construcción de un personaje, para volverlo más rico, más lleno de matices. Un ejercicio entre muchos posibles a partir de esta idea: (más…)