Los historietistas británicos Alan Moore (guión) y Kevin O’Neill (dibujo) publican desde fines de los años noventa una serie titulada The League of Extraordinary Gentlemen (conocida en español como La liga de los Hombres Extraordinarios o La Liga Extraordinaria). En ella, personajes de diferentes obras de ficción “popular” del siglo XIX, desde el explorador Allan Quatermain hasta el Capitán Nemo, se unen para formar un grupo, como parodia de «equipos» de superhéroes como los que aparecen en Los Vengadores o la Liga de la Justicia, pero también incorporando toda clase de referencias de la literatura, el cine la televisión y la cultura popular en general para ambientar las aventuras del grupo en un mundo alterno: un universo de la imaginación que replica y a la vez expande el de sus lectores.
Hace algunos días, una persona me dejó este mensaje por medio del servicio ask.fm:
Si hicieran una “liga de hombres extraordinarios” de México, a quien meterias tu ? Obviamente de ley estaría kustos
Yo lo pensé un poco (desde luego me halagó la referencia a mi personaje Horacio Kustos; qué puedo decir) y respondí lo siguiente:
Estaría buenísimo. 🙂 Veamos… Una alineación que se me ocurre en el momento:
Horacio Kustos, explorador
El Conde de Saint-Germain, inmortal (viene en un cuento muy divertido de Fernando de León)
Xanto, luchador y superhéroe (de José Luis Zárate)
Andrea Mijangos, detective ruda (de Bef)
Gaspar Dódolo, cartógrafo enciclopédico (de Hugo Hiriart)
Fulvio, vampiro dark (de Andrés Acosta)
Nina Complot, anarquista (de Karen Chacek)
Fue una lista hecha deprisa pero con la idea de cumplir con algunos criterios generales: son personajes a) de autores mexicanos vivos, b) cercanos a la aspiración imaginativa y aventurera de los personajes reciclados por Moore y que c) pueden, al modo de la Liga Extraordinaria, imaginarse juntos en una narración de aventuras. Al parecer, éste es un juego que lectores y aficionados de habla inglesa han jugado en muchas ocasiones, con personajes de diferentes épocas de la literatura, el cine y la televisión. ¿Por qué no hacerlo aquí también?
Para expandir las referencias, agrego ahora que la versión de Saint-Germain de Fernando de León proviene del cuento «La noche de los inmortales»; Xanto es, por supuesto, derivado y parodia de El Santo, como lo imagina Zárate en la novela Xanto. Novelucha libre; Andrea Mijangos ha aparecido en las novelas policiacas Hielo negro y Cuello blanco de Bef; Gaspar Dódolo aparece en la novela Cuadernos de Gofa de Hiriart; Fulvio es el protagonista de Olfato y Subterráneos, novelas de Andrés Acosta, y Nina Complot aparece en la novela del mismo título de Karen Chacek.
Alan Moore elabora, a lo largo de las entregas de la serie, una historia milenaria de su Liga, con diferentes integrantes en diferentes épocas, todos tomados de los periodos correspondientes de la ficción en la que el escritor se concentra (y que básicamente es de origen europeo y estadounidense). Para mi versión del juego, no pensé demasiado de los «antecedentes» de mi liga, pero sí escribí:
La liga habría sido instituida por Soledad, princesa y heroína [/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][de la extraordinaria novela Loba de Verónica Murguía] en la Edad Media, y trasladada a México por el Gran Reformador, viajero del tiempo [del cuento «Crónica del Gran Reformador» de Héctor Chavarría, clásico de la ciencia ficción mexicana].
El villano sería el hombre de los 50 Libros [la única excepción a la regla de los autores vivos: el personaje más extraño y perverso del libro La noche, de Francisco Tario], acompañado por Moisés y Gaspar [del cuento del mismo título de Amparo Dávila], invasores misteriosos y sin forma.
Puse en Twitter un enlace a la lista porque me divirtió. La vio el escritor y crítico Luis Reséndiz y propuso la lista de otra liga posible, con personajes más «clásicos» de la cultura mexicana:
Filiberto García (el detective de Complot mongol de Rafael Bernal)
El Santo (la base del Xanto de Zárate, por supuesto, y popularísimo en películas, cómics y la lucha libre durante el siglo XX)
Héctor Belascoarán Shayne (el detective de las novelas de Paco Ignacio Taibo II)
Kalimán (de la radio y los cómics, que en su día fueron los más populares de la historia de, cuando menos, América Latina)
Aura (de la novela corta de Carlos Fuentes)
Y el juego puede seguir (de hecho, se podrían muchos personajes simplemente considerando lo que se escribe y se publica en la actualidad). Lo que quisiera subrayar aquí es lo siguiente: el juego puede jugarse con personajes mexicanos, lo que da a pensar que la ficción producida en este país no es tan pobre, ni tan uniforme, como algunos quisieran creer. Hay un depósito al que no siempre recurrimos en nuestra propia imaginación (o en las muchas posibilidades de la imaginación que se han dado en el territorio y las culturas que llamamos mexicanos) y que podría servir para contar(nos) muchas historias, para darle sentido a lo que necesitemos decirnos.
Para terminar, agradezco que Bernardo Fernández Bef, dibujante e historietista además de escritor, se animara a dibujar la «liga mexicana» que inventé:
Para este mes, un cuento de la escritora mexicana Karen Chacek (1972), autora con una prosa muy especial que se ha dedicado sobre todo al guión y la literatura infantil y juvenil. En textos como «Azul infinito», sin embargo, revela también una veta más oscura e intrigante. Entre su obra publicada destacan Una mascota inesperada (2007), Nina Complot(2009) y La cosa horrible (2011). Pronto aparecerá su novela La caída de los pájaros.
AZUL INFINITO
Karen Chacek
Edgar Lee Vargas cruza la puerta del despacho sin dar el Buenos días a nadie. Todos en la agencia le abren paso, saben que llegó tarde y que atravesarse en su camino en este momento podría costarles el puesto.
Edgar Lee Vargas sube a zancadas la escalera y se encierra en el cuarto de bodega, como lo ha hecho los últimos ocho miércoles entre las diez y las doce del día.
Su asistente se apresura en preparar un doble expreso del número 4.
Edgar Lee Vargas, el director creativo de la agencia de publicidad Dulce vida, deja su computadora portátil sobre la silla plegable y se da prisa para llegar a la ventana y oprimir el botón de grabar en la mini cámara que sujeta en la mano.
Su asistente entra silenciosa al cuarto, carga la taza de café y una servilleta. Lo ve montar guardia en la ventana como francotirador con su objetivo en la mirilla. No se anima a interrumpirlo y tampoco se decide dónde dejar el café y la servilleta.
La mini cámara de Edgar Lee Vargas graba los movimientos tardos de ese joven Adonis con parálisis cerebral, quien cada miércoles, viernes y lunes gusta de sentarse en la terraza de la cafetería de enfrente, ordenar un capuchino con mucha espuma y entretenerse, por el tiempo que le dure media cajetilla de cigarros, fabricando formas caprichosas con el humo del tabaco. Después regresa a su casa y duerme hasta la hora de la comida.
En la mesa de la cocina, su lugar favorito es la silla con vista al azul infinito de la pantalla en la puerta del refrigerador. La sirvienta de la casa le sirve un plato de arroz con pollo y le acaricia la cabeza, mientras lo acompaña paciente a masticar cada bocado treinta y cuatro veces.
El joven Adonis acaba de cumplir veintinueve años, está enamorado de su sirvienta, de las flores electrónicas en el jarrón rojo y del olor a tortilla quemada.
En el cuarto de bodega de la agencia, Edgar Lee Vargas chasquea los dedos para capturar la atención de su asistente. Ella se acerca tímida, sin soltar la taza de café y la servilleta. Él le ordena citar a Parra en la tarde.
—Si es necesario que lo saques de algún llamado, hazlo —le dice.
Parra es el Director de Arte más cotizado de la industria televisiva. Hoy en la tarde, Edgar Lee Vargas le pedirá que construya en la entrada trasera de la agencia una terraza idéntica a la del café de enfrente. Planea con eso atraer al joven Adonis y a fuerza de espuma de capuchinos convencerlo de permitirle conectar a su cabeza una máquina lectora de imágenes.
El oráculo numérico que adorna el escritorio de diseño italiano de Edgar Lee Vargas, le vaticinó anoche que hacer aquello será su mayor golpe de suerte en años: la agencia ganará cifras millonarias, premios y fama internacional con sus futuras campañas publicitarias, inspiradas en las imágenes mentales de un galante fumador compulsivo con parálisis cerebral y afición por la espuma de los capuchinos.
Lo que el oráculo nunca le dijo a Edgar Lee Vargas, fue que las multipremiadas creaciones venideras le impedirán volver a conciliar el sueño sin la ayuda de algún narcótico. Y es que, los cientos de archivos que serán hurtados de la imaginería del joven Adonis y almacenados después en la memoria de la máquina lectora, remiten a una sola pregunta: “¿A qué diablos he venido al mundo?”
Esto es una felicidad: gracias al entusiasmo y las gestiones de Ruy Feben, ha aparecido la segunda antología en inglés (y la primera bilingüe) de literatura mexicana de imaginación. Empieza a publicarse hoy, de manera escalonada, en Palabras Errantes, portal de difusión de literatura hispanoamericana que se publica desde Cambridge, Inglaterra. La antología contendrá muestras del trabajo de más de una decena de autores mexicanos en español y en inglés, incluyendo uno del propio Ruy y un ensayo introductorio que yo escribí y que busca precisar qué es ese término, qué literatura nombra y por qué enfatizar la imaginación cuando (se supone) toda narrativa la utiliza. Iré colocando los enlaces a todos los otros textos en esta misma nota a medida que aparezcan. Los autores incluidos: Édgar Omar Avilés, Alejandro Badillo, Raquel Castro, Karen Chacek, Gabriela Damián, Yussel Dardón, Bernardo Esquinca, Cecilia Eudave, Bernardo Fernández Bef, Agustín Fest, Gabriela Fonseca, Erika Mergruen, Édgar Adrián Mora, Ignacio Padilla, Gerardo Piña, Carmen Rioja, Gerardo Sifuentes, Arturo Vallejo, Rafael Villegas y José Luis Zárate. Mi ensayo fue traducido por Cherilyn Elston, creadora de Palabras Errantes, a quien agradezco también su interés y todo su trabajo.
¿Qué es eso de «literatura de imaginación»? No es un «nuevo género», sino el intento de proponer otro modo de leer literatura que ya existe: lo que suele llamarse «fantástica». No habría necesidad de proponer otro nombre si el más conocido no estuviese «secuestrado» en cierto modo por el mercado editorial, que lo usa para nombrar un tipo muy preciso de obras (derivadas de autores como Tolkien o Rowling), y que en el proceso se ha vuelto víctima de numerosos prejuicios. Mi intención y la de varios colegas que han comenzado a usar el término «literatura de imaginación» en años recientes es dar a notar que en México, por lo menos, se escriben obras que van por caminos distintos del realismo pero no son imitaciones de lo que se escribe en otros países: que son una literatura mucho más viva y más amplia. En los autores de este proyecto y en muchos otros la imaginación fantástica no es una serie de reglas que todos aplican del mismo modo, sino un recurso que cada quien utiliza a su manera para escribir literatura que se asoma a los bordes de nuestra idea de lo real. (Desde luego, en la cultura autoritaria que vivimos, cuestionar una idea fija de lo real puede llegar a ser, incluso, un acto subversivo…)
Mañana, martes 3, el miércoles 4 y el viernes 6, tres libros eléctricos se presentan en la ciudad de México. Todos son historias que tienen que ver de algún modo con internet, pero no del más obvio; y a las tres los invito. La entrada será libre en todos los casos.
1. El martes 3, a las 19:00, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes (Juárez y Eje Central, Centro Histórico), Verónica Murguía, Bernardo Fernández Bef, Marina Taibo y yo presentaremos la novela El tamaño del crimen, de José Luis Zárate. El libro es especial porque se distribuye desde ya de manera electrónica, como un ebook que se puede comprar en el sitio de la editorial española SigueLeyendo.es y descargar inmediatamente, y también porque es una novela híbrida: una historia policiaca con personajes de cuentos de hadas, lo que la hace la respuesta en español a series televisivas como Grimm y Once Upon a Time, o bien a comics como Fables.
2. El miércoles 4, a las 20:00 horas, la Feria del Libro Independiente que se lleva a cabo en la Librería Rosario Castellanos (Tamaulipas y Benjamín Hill, colonia Condesa) recibirá, para su segunda presentación en la ciudad, a mi libro El Viajero del Tiempo. Publicado en 2011 por Ediciones Posdata, el libro es (como recordarán algunos lectores de esta bitácora) una colección de historias creadas originalmente en la red social Twitter y convertidas en estampas rapidísimas –o en una novela de capítulos realmente cortos– alrededor del personaje que H. G. Wells presentó en su novela La máquina del Tiempo. Me acompañarán en la presentación Karen Chacek y Arturo Vallejo.
3. Finalmente, el viernes 6, a las 17:00, de nuevo en la Feria del Libro Independiente, presentaremos un libro muy especial: Historias de Las Historias. Esta es la colección de los ganadores y menciones honoríficas de los primeros cinco años del concurso de minificción que se convoca aquí, en este mismo sitio, desde 2005, e incluye por lo tanto más de un centenar de textos de autores de media docena de países, con nuevas ilustraciones de jovencísimos artistas mexicanos. El libro está publicado por Ediciones del Ermitaño y lo comentaremos tres de sus autores: Áurea Rojano, Marcela Vargas Reynoso y Pepe Sánchez Cetina, y yo, que lo observo con perplejidad y con alegría.
En estos días empiezan a abrirse paso dos libros con los que tengo que ver: ambos son viajes, o por lo menos viajan a lugares muy raros: a otra lengua y otro continente.
El primero de estos libros es Three Messages and a Warning es una antología de literatura fantástica mexicana traducida al inglés: historias de una treintena de autores seleccionadas por Chris Brown y Eduardo Jiménez Mayo. Publicada por Small Beer Press, incluye textos de autores que nos hemos interesado de manera constante en las ramas de lo «fantástico» (como Bernardo Fernández Bef, Karen Chacek, Gabriela Damián, José Luis Zárate, Pepe Rojo, Gerardo Sifuentes y la gran Amparo Dávila) y también de «incursores», colegas conocidos por su trabajo en otras especialidades (como Agustín Cadena, Claudia Guillén, Yussel Dardón, Bruno Estañol, Liliana Blum, Beatriz Escalante y Óscar de la Borbolla, entre otros).
En esta entrevista, Brown (quien junto con Bef y Pepe Rojo fue un gran animador de incluir en la antología un conjunto tan diverso de autores como fuera posible) dice: (más…)
2. La revista Cuadrivio publicó siete minificciones mías con el título «Siete sirenas»: son textos sobre esas criaturas que o no existen o se extinguieron hace mucho, como decía el profesor Mencio Ferdinández, pero a la vez no dejan de invadir cerebros desprevenidos y organizar fugas espectaculares ante las cámaras de televisión del mundo entero, como se verá. Por lo demás, la revista, jovencísima (va en su segundo número), es estupenda y se deja leer larga y muy sabrosamente. Por mi parte, además de la buena compañía de muchos textos agradezco esta ilustración que hizo Valeria Hernández:
3. Ya aparecen los primeros lectores y comentarios de Los viajeros, la antología de ciencia ficción mexicana en la que Bernardo Fernández (Bef) reunió 18 textos mexicanos de ficción especulativa incluyendo uno mío, «Se ha perdido una niña», y otros de Mauricio-José Schwarz, Gabriel Trujillo Muñoz, Gerardo Horacio Procayo, José Luis Zárate, Francisco Haghenbeck, Antonio Malpica, Ignacio Padilla, Pepe Rojo, Cecilia Eudave, Karen Chacek, Gerardo Sifuentes, Rodolfo JM, Edgar Omar Avilés, Gabriela Damián, Rafael Villegas, Orlando Guzmán y el mismo BEF. Las primeras notas han aparecido en sitios interesados en la ciencia ficción como la revista argentina Axxón y el blog de la Tertulia Literaria Fantástica de Bilbao. Mientras me pregunto cuándo (o si) aparecerán comentarios en México más allá de los anuncios de la publicación, me preocupa la constancia de los prejuicios contra la ciencia ficción entre nosotros; aunque creo que se puede hacer cierta crítica de la CF a estas alturas de su historia, no deja de ser absurdo que se le llame «naturalmente menor», «poco mexicana» (juro que he oído decir eso a varias personas) y otras cosas semejantes. Espero que los lectores del libro no hagan caso de nada salvo lo que los textos dicen y se formen su propia opinión.
4. Finalmente, me alegra reportar la buena recepción que ha tenido en España la antología La banda de los corazones sucios, en la que Salvador Luis convocó a un grupo de autores de diversos países de hispanoamérica a escribir de villanos de la ficción y de la vida real. En este libro mi texto se titula «Acerca del alma», trata del caso Fritzl (es decir, tiene algunos puntos de contacto con mi novela Los esclavos) y saldrá (tengo esperanzas) en una edición mexicana posteriormente.
(Los otros autores reunidos aquí: Jon Bilbao, Sergi Bellver, Lara Moreno, Vicente Luis Mora, Marian Womack, Matías Candeira, Juan Carlos Márquez, Antonio Ortuño, Mariana Enriquez, Juan Terranova, Javier Payeras, Leonardo Cabrera y Rocío Silva Santisteban.)[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]