Notas surtidas para redondear este año, que fue nefasto de muchas maneras pero que tuvo –al menos para mí– un poco más de vida que 2016.
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Me enteré tarde de un par de mensajes donde se me pedía hacer mi lista de los mejores libros del año. Es un ejercicio incómodo: por un lado es muy halagador, porque da a pensar que la opinión de uno tiene valor, y por el otro obliga a dudar. ¿Cómo se puede pretender –saber siquiera– que real e indudablemente se ha leído «lo mejor»? Es un problema que tienen hasta los críticos más reputados, y yo ni siquiera soy crítico.
Una tercera invitación, que sí pude aceptar, fue para esta encuesta de la revista Nexos, en la que los libros ganadores lo fueron por mayoría de votos, así que mis preferencias no se ven (y probablemente así sea mejor). Sí puedo decir, por otro lado, que los libros que propuse fueron escritos exclusivamente por mujeres. No fue difícil hacer la selección. Había mucha neblina o humo o no sé qué de Cristina Rivera Garza; Temporada de huracanes de Fernanda Melchor; Orfeo de Martha Riva Palacio Obón y bastantes más libros estupendos, y aparecidos en 2017, estaban en la lista. (Casi con seguridad habría estado también un libro que apareció en 2017 pero no he conseguido todavía: The Mountain With Teeth: historias de piedra de Alejandra Gámez.)
Desde luego, lectoras, activistas y escritoras no necesitan que ningún hombre se sume a las muchas iniciativas que ellas mismas están haciendo ya para reclamar más visibilidad y justicia para las mujeres en un mundo con enorme desigualdad y, concretamente, en un país en el que miles de mujeres son muertas cada año sin que sus asesinos sean castigados. Pero no sólo es necesario contribuir a compensar la desigualdad, y hacerlo no disminuye el mérito de los libros no escritos por mujeres: además, en mi caso el acto es (por supuesto) ajeno a cualquier identificación tribal, y en el futuro que viene nos van a hacer mucha falta muchos actos así: más formas de encontrar puntos de contacto con otros seres humanos que no estén ya en nuestras burbujas informativas. Los medios no estarán de nuestra parte.
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Hablando de medios, hace un año terminé las publicaciones de 2016 con un artículo en Medium, que titulé «El año nefasto». Fue la última vez que me asomé a aquella plataforma: durante 2017 (pienso) se ha vuelto mucho más visible la forma en que nuestra publicación incesante en redes sociales es trabajo no remunerado que hacemos para ellas. No sé si haré más al respecto, pero entretanto este sitio seguirá abierto al menos un año más. También he agregado textos nuevos para leer en línea, y habrá algunos más en las semanas por venir.
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En la FIL Guadalajara de este año, me tocó escribir una columna diaria para el suplemento FILIAS, del diario Milenio. Hacía mucho que no tenía un encargo así, que contribuyó al agotamiento general que suele producir la Feria pero que agradezco a José Luis Martínez. La columna se llamó «El buscador»; como me gustan los libros raros, recomiendo uno o más en cada entrega además de comentar aspectos de la Feria. Aquí está la lista de las entregas:
«Encuentro Internacional de Cuentistas» (que vino en dos partes: la primera y la segunda), acerca del Encuentro y también de la persistencia del cuento, que es una forma de escritura antigua a la que dan por muerta con frecuencia pero no se muere.
«Elogio de la Feria», acerca del valor que tiene, pese a lo que crean algunas personas, algo tan humilde como un espacio físico lleno de libros.
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Siempre deseo, al final del año, que el que viene sea mejor de lo que esperamos. Es una despedida laica y de buenas intenciones. Los años recientes –o eso parece desde mi perspectiva, con no poca influencia de redes y medios masivos– nos han quedado muy mal, y el que viene será particularmente duro en México. De cualquier forma, espero que podamos encontrarnos en su otro extremo, igual que ahora, y esperar nuevamente una sorpresa en el futuro.
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Esta música nos puede acompañar en el paso de un año al siguiente, o en cualquiera de los días aún por venir. Es una versión en vivo, y muy bella, del Canto Ostinato de Simeon Ten Holt, grabada en Holanda. ¡Feliz 2018!
Pues bien, aquí va la invitación: muy pronto estaré en la Feria Internacional del Libro de Lima –dedicada a México a este año– en varias actividades. Si están por allá, me encantaría verles. Y si difunden esta información se los agradeceré mucho.
[Y si les interesa participar en #LimaFicción, un juego colectivo de escritura en línea…, sigan leyendo.] 😉
He aquí por dónde andaré:
JUEVES 3 DE AGOSTO
20:00 / Presentación de la revista Libros & Artes, cuyo número más reciente, doble, está dedicado a Juan Rulfo. El evento será en el auditorio Clorinda Matto de Turner.
VIERNES 4 DE AGOSTO
15:00 / Conversatorio: «Minificción: la novela mutante», dentro de las Jornadas Peruanas de Minificción en el auditorio Ciro Alegría. Carlos Saldívar y yo hablaremos acerca de los cuentos brevísimos que, enlazados unos con otros, pueden convertirse en historias más largas y complejas.
18:00 / #LimaFicción, un juego de escritura colectiva por Twitter. Será en vivo, en el auditorio Jorge Eduardo Eielson, pero podrá participar cualquier persona, desde donde esté, usando el hashtag. Todos escribiremos microtextos usando pies creativos que seleccionaremos en el momento. Creo que se puede poner divertido… Una convocatoria detallada está aquí.
Un video sobre #LimaFicción y minificción en general:
18:00 / Conversatorio sobre los 100 años de Juan Rulfo, con Cristina Rivera Garza y Julio Ortega, en el auditorio César Vallejo. (¿Qué más decir de aquel enormísimo autor mexicano? Entérense yendo a la charla, y participando, cómo no…)
20:00 / Conversatorio: «Las formas del horror», en el que Daniel Salvo, José Güich Rodríguez y yo hablaremos de cómo nos asustan las muchas formas de la literatura de imaginación. (Y cómo, además, nos invitan a contemplar la realidad de otro modo, para asustarnos un tanto más.) Esto será dentro del Café Cultural El Dominical – FIL Lima 2017, en el auditorio Jorge Eduardo Eielson.
Todo esto será en las instalaciones de la Feria del Libro, que están el Parque de los Próceres de la Independencia, en Jesús María, ubicado en la cuadra 17 de la Av. Salaverry, en la ciudad de Lima.
Muchas gracias a Jade García y todos en la Cámara Peruana del Libro, Paola Moran y toda la organización de la delegación mexicana, Alessandra Miyagi Fukushima, Julio Cesar Zavala Vega, Beto Benza, Rony Vasquez Guevara y Juan Casamayor. ¡Qué gusto será volver a Lima!
1. Los cursos. De hecho, son cursos-taller, uno en León el 4 y 5 de mayo y otro en la ciudad de México del 22 al 25 de abril.
a) En la Feria Nacional del Libro de León (FeNal) daré un curso de escritura en red: «Taller de escritura mínima». Será el sábado 4 de mayo, de 16:00 a 18:00 horas, y el domingo 5 de mayo, de 11:00 a 13:00 horas. Se pueden obtener todos los informes desde el sitio de la Feria.
b) Como el año pasado, este 2013 daré un curso-taller gratuito de Literatura de Imaginación en la Librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica, en la ciudad de México. Las inscripciones están abiertas desde ahora y las sesiones serán del lunes 22 al jueves 25 de abril, de 18:00 a 20:00 horas. Más detalles:
Sede: Librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica (Miguel Ángel de Quevedo 115, Col. Chimalistac; muy cerca del metro Miguel Ángel de Quevedo)
Mecánica de trabajo: durante las sesiones se alternará entre porciones teóricas, en las que se expondrán los fundamentos de la literatura fantástica a partir de textos escogidos de grandes autores, y porciones prácticas, donde se llevarán a cabo ejercicios creativos orientados a la creación fantástica.
Contenido temático:
1. ¿Qué es la literatura fantástica? Su origen y sus (muchas) definiciones.
2. ¿Qué sentido tiene escribir semejantes historias? La imaginación y el discurso fantástico.
3. De lo clásico a lo contemporáneo: cómo se transforma la literatura de imaginación.ç
4. Corrientes populares:horror sobrenatural, fantasía épica, ciencia ficción y otras.
5. La literatura de imaginación en México.
Para inscribirse es necesario solicitar un formulario de inscripción a la dirección de correo depto.relacionespublicas@fondodeculturaeconomica.com. Hay más datos todavía en el cartel que se ve a continuación:
2. Las presentaciones. La torre y el jardín sigue todavía promoviéndose por el país, y lo que resta de abril habrá cuatro presentaciones en otras tantas ciudades:
a) El domingo 21 de abril, en San Luis Potosí, en la Feria Nacional del Libro de esa ciudad. La cita es a las 12:00 horas en el Patio de la Autonomía del Edificio Central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (Álvaro Obregón 64, Centro).
b) El martes 23 de abril, en Toluca, en la Feria Estatal del Libro. La cita es a las 12:00 del día en el Centro Cultural Mexiquense, situado en Bulevar Jesús Reyes Heroles No. 302, San Buenaventura, al lado del Tecnológico de Monterrey.
d) Y, por último, el lunes 29 de abril, en Xalapa, en la Feria Internacional del Libro Universitario. (Hacía años que tenía intenciones de ir y por fin sucederá.) La cita es a las 19:30 en la Galería de Artes Plásticas, Unidad de Artes. Aquí se ve cómo llegar.
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3. Los sitios web.
a) La revista El Asombrario me incluyó en un perfil de cuatro escritores hispanoamericanos marcados por sus lecturas de adolescencia; Germán Sierra, Jenn Díaz, Liliana Colanzi y yo respondimos a Sardiflor sobre nuestros libros favoritos, y ella completó los perfiles con una investigación acuciosa. Creo que es un artículo excelente, muy ameno e informado.
b) El blog del Proyecto Escritorio, de Jesús Ortega, está reuniendo notas de diversos escritores sobre sus espacios y hábitos de trabajo, y ahora presenta una nota mía sobre mi propio espacio: las figuras a cada lado de la pantalla son efectivamente Jorge Luis Borges y un Dalek. Recientemente, Cristina Rivera Garza y Jorge Téllez han escrito sobre este proyecto, de los más interesantes de la red literaria en español.
Lo que sigue es una serie de ideas breves sobre los talleres literarios que publiqué hoy mismo en Twitter usando la etiqueta #talleresdeescritura. La serie fue compilada mediante Storify (no del todo satisfactoriamente en lo que hace a su formato, me temo) y se puede leer también aquí.
1. Un taller que vale la pena no enseña: encauza.
2. El cauce que puede ofrecer un buen taller, por lo demás, nunca es igual para todos sus miembros.
3. Lo anterior, de otro modo: un buen taller no impone verticalmente un modo único de «escribir bien».
4. Un buen taller busca propiciar, primero, diferentes modos de leer los textos: la escritura deviene re-lectura.
5. Un buen taller busca que sus miembros precisen sus aspiraciones al escribir y encuentren sus modos de alcanzarlas.
6. En un buen taller, pues, puede haber muchas aspiraciones distintas de escritura: cada una dará lecturas distintas.
7. Un buen taller no lo es en un sentido moralizante. Tampoco intenta promover una escritura «correcta».
8. Un buen taller acompaña, mientras deba hacerlo, la búsqueda que hace cada uno de sus miembros: la de su propia voz.
9. Un buen taller trabaja desde los textos: no desde las aspiraciones de quien escribe ni las conjeturas de quien lee.
10. Un buen taller suplementa –no suple, mucho menos «remedia»– la soledad de la escritura.
11. Un buen taller no enseña artería ni tráfico de influencias, habilidades acaso útiles pero más allá de la escritura.
12. Un buen taller propicia la idea de que toda escritura es, en el fondo, provisional: mutable.
13. Un buen taller busca trabajar a partir de incertidumbres e indagaciones: cada texto puede resultar una poética.
14. En un buen taller las «reglas» y las «normas» ayudan al escribir: nunca lo rigen.
Dejo estos breves textos para lo que puedan servir y para que los comente quien lo desee. Por supuesto, soy una parte interesada en la discusión, dado que imparto talleres y cursos literarios, pero justamente me parece que vale la pena cuestionar ese prejuicio –que tienen muchas personas– contra la idea misma del taller de escritura. Recomiendo además, entre otros, este artículo sobre la actividad de tallerear, escrito por Cristina Rivera Garza.
[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][Actualización: Ya está en línea el número 11 de FLURB, una revista virtual dirigida por Rudy Rucker en la que, entre otros, hay un texto mío en versión bilingüe y otros de Bef, Pepe Rojo, Kek-W. Leslie What, Chris Nakashima-Brown, Minister Faust y más.
Además, Vacillations, el blog de Khun San (misterioso autor que no conocía, pero cuyos libros suenan de lo más interesante), ha publicado la traducción al francés que hizo el querido amigo Iván Salinas de mi cuento «Álbum».]
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El viernes 1 de abril comienza a funcionar el LAAP: Laboratorio Académico para el Arte y el Pensamiento, un nuevo espacio para la creación y la reflexión. Junto con varios otros amigos y colegas, yo participaré en el Laboratorio dando un curso de narrativa dentro del diplomado de Escritura y Pensamiento Literario. Todos los datos sobre ese diplomado y los otros cursos que se ofrecerán en este nuevo lugar están en http://www.laboratorioacademico.com/.
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Hoy apareció un reportaje de Alejandro Flores en El Economista. Su tema es la escritura en Twitter y en él opinamos, a veces de acuerdo y otras no, Cristina Rivera Garza, Sergio González Rodríguez, Ruy Feben y yo. El asunto, en todo caso, es muy interesante y los invito a leer.
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Por último, el periódico El Nuevo Mexicano publicó una nota sobre mi trabajo a partir de una entrevista muy sabrosa que tuvimos Francisco Morales y yo. Es la primera de dos que aparecerán; la segunda tendrá que ver más con Twitter, escritura e imaginación.
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Ah, y mañana habrá aquí el aviso de un libro nuevo…
El próximo martes 22 de febrero empieza «140 caracteres», una serie de mesas redondas donde se discutirá la escritura que se origina en la red social Twitter y en especial lo que ocurre allí con la creación literaria: cómo algunos géneros tradicionales se adaptan, cómo empiezan a aparecer géneros nuevos, cómo cambia la relación de quienes escriben y también de quienes leen con la palabra escrita y la imaginación.
La idea de estas mesas redondas, además, es aprovechar que tratan de Twitter e invitar a participar a quienes lo usan. Un grupo de personas hablará sobre el tema en vivo en la sede del ciclo (que será el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, antes Centro de Lectura Condesa, en la ciudad de México), pero en cada sesión se invitará también a los usuarios de Twitter a hacer preguntas y comentar sobre el tema, desde dondequiera que estén, por medio de la etiqueta (hashtag) #140cc. Las notas (tuits) que se publiquen usando esa etiqueta se verán en la sede y entrarán en la conversación en vivo, además de (por supuesto) en las conversaciones que se puedan dar en la red.
El Centro Villaurrutia se encuentra en Nuevo León 91, en la colonia Condesa, en la ciudad de México.
El programa empezará con una mesa introductoria, «La llegada de la tuiteratura», que será el martes 22 a las 19:00 horas. En ella estaremos Isaí Moreno, Ruy Feben, Renato Guillén, Antulio Sánchez y yo. Posteriormente habrá más mesas con temas diversos (creación de una personalidad virtual y un proyecto de escritura; remakes, retuits, experimentos; palíndromos y otros juegos literarios; polémicas y relación de Twitter con otras artes y medios, literatura y género, etcétera). Entre otros participantes de mesas posteriores estarán José Gordon, Cristina Rivera Garza, Jezreel Salazar, Francisco Hinojosa, Aurelio Asiain, José Luis Zárate, Erika Mergruen, Cecilia Juárez, Graciela Romero y muchos más.
Por supuesto, la entrada a todo será gratuita. Aquí dejo el cartel de la primera mesa. Los invito (los invitamos) a ir si pueden… y si no a ir de todas formas, pero al espacio virtual donde también discutiremos todas estas cuestiones.
La siguiente es una convocatoria para todas las personas interesadas en leer buenas historias:
Renato Guillén, muy joven escritor mexicano, ha comenzado un proyecto de escritura en Internet. Llamado NanoFicción, tiene como objetivo completar un libro de minificciones de aquí a un año con la ayuda de sus posibles lectores. Durante el año, como lo explica él mismo, Renato publicará narraciones de manera constante en la cuenta de Twitter @nanoficcion. Como los mensajes de Twitter no pueden tener más de 140 caracteres, una obligación de los textos será (desde luego) ser brevísimos: concretos y rápidos. La propuesta es que los lectores que lo deseen comenten los textos, seleccionen sus favoritos, critiquen los que no lo sean…, ayuden, en fin, a seleccionar los que pasarán a formar parte del libro al término del año. Esto puede hacerse contactando al autor en su blog o, aún mejor, por medio del propio Twitter, comentando los textos, redifundiéndolos (retuiteándolos) o bien señalando aquellos que más gusten como «favoritos». Esto último será especialmente útil porque es posible contar cuántas personas eligen como favorito un texto dado: en el servicio Favstar.fm puede verse ya una lista de los textos más «favoriteados» del proyecto hasta el día de hoy y también de los más recientemente señalados.
Este proyecto tiene precedentes en otros países y también en México. Aquí, por ejemplo, José Luis Zárate utiliza su cuenta de Twitter desde hace años exclusivamente para escribir minificción y ya ha creado varios libros con los textos de su autoría; desde aquí también, Cristina Rivera Garza inventó en su propia cuenta la etiqueta #cuentuitos, que ahora es utilizada por muchas personas para identificar sus propuestas de narrativa brevísima. Pero NanoFicción es el primer proyecto de este tipo que recibe una beca del FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) para su realización. También, hasta donde sé, es el primer proyecto de minificción, escrita o no por medio de Internet, que recibe apoyo. Este año me tocó ser parte de la comisión de selección de proyectos de escritores jóvenes y el de Renato nos entusiasmó.
El proyecto está en línea ahora, aunque el periodo de vigencia de la beca comenzará hasta diciembre, no sólo por el interés de su creador: además, es necesario acumular tantos textos como se pueda: ir mucho más allá de la cantidad propuesta en el planteamiento del proyecto. ¿Por qué? Como decía arriba, no todos los textos escritos hasta ahora pasarán a formar parte del libro terminado, y no sólo por razones de espacio, sino porque la creación de minificciones –como lo saben muchos escritores excelentes que se dedican a ella de manera constante– implica un proceso de refinamiento y sobre todo de descarte: se crean variaciones y series, se acumulan ideas, pero hay que eliminar las que no resulten logradas, los chistes fáciles, los juegos de ingenio que no lleguen más allá, las repeticiones. No más de una de cada cien minificciones publicadas en Internet (o fuera de Internet) vale la pena. Con suerte, 10% de los textos de NanoFicción podrán llegar a formar parte del libro terminado…
(Quienes critican la escritura en Twitter –y también quienes la intentan, por desgracia– se olvidan muchas veces de esta necesidad de rigor.)
En cualquier caso, como también decía al principio, el proyecto necesita la ayuda de todos sus posibles lectores: sus opiniones, sus preferencias y sus críticas. Ojalá se animen a visitar el proyecto y ayudar a su creador; cuando menos, tendrán un rato de lectura muy interesante.
Una persona me dijo que mis cuentos le parecían excelentes. Inmediatamente después comentó que por otro lado, bueno, el cuento es un género muerto, que nadie lee y a nadie interesa. Un arte obsoleto y un desperdicio de tiempo y dinero. ¿Yo no escribía novelas por terquedad?, me preguntó. ¿O más bien era que lo había intentado y no me salían?
Inmediatamente después, esa persona entendió que había metido la pata: vi su pensamiento. Y puso cara de no saber cómo reparar la ofensa. Pero como seguía pensando lo mismo (se veía) lo dejé fingir un poco más (y no le dije que ya tenía una novela publicada; ¿para qué?).
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Tengo la idea de que todavía se puede hacer mucho con el cuento. No es por justificar algunos años de trabajo, que según la persona de la que escribí arriba se habrían malgastado estúpidamente: el equipo de la revista Luvina, de la Universidad de Guadalajara, la tiene también y la carrera de la revista ha sido brillante a lo largo de sus varias épocas. Luvina, dirigida por Silvia Eugenia Castillero, ha dedicado su número más reciente (el 59, subtitulado Cuento mutante) al cuento. Es un número extragrande, con más de doscientas páginas: una antología de la narrativa breve actual en español con muestras de una veintena de autores, desde Daniel Sada, Esther Seligson, Ana María Shua y Edmundo Paz Soldán hasta Antonio Ortuño, Arturo Vallejo y Cristina Rivera Garza.
Tengo el gusto curioso de haber dado nombre a este número: el único ensayo publicado en él lo escribí yo, se titula «Manifiesto del cuento mutante» y apunta al modo en el que el cuento se transforma en la época presente, como no ha dejado de hacerlo en toda su historia (la novela como la entendemos ahora, de hecho, se deriva en parte de las colecciones de cuentos de la Edad Media: el cuento es muy anterior a la novela, y no al revés como creen algunos).
Pronto publicaré el «Manifiesto» entero aquí en Las Historias; mientras –para que se animen a conseguir la revista completa: a tener el objeto en sus manos–, una muestra:
Actualización: No es lo mismo, realmente no es lo mismo, pero Luvina 59 se puede leer entera aquí.
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Todas estas cuestiones desde luego, no sólo son literarias (es decir, ajenas a lo que un país como éste considera realmente importante) sino que implican un trayecto cuesta arriba y entre piedras dentro del propio mundo literario. Dos ejemplos recientes:
1. Mi querido amigo Bernardo Fernández (Bef) ha publicado en su blog un resumen de las reglas para escritores propuestas por Robert A. Heinlein y modificadas por Robert Sawyer. Si bien los consejos son útiles, uno de los comentarios al margen sugiere que para ser escritor profesional en el país es necesario escribir novelas. Ese comentario necesita discutirse porque implica muchísimo más (y muchísimo con lo que, ni modo, disiento).
2. Por Ernesto Priego he sabido de la nueva editorial Underwood, cuyo fin es difundir cuentos en un tirajes limitado y un formato rarísimo: retro-audiolibros, grabaciones en discos de vinil de los autores leyendo sus textos. La editorial toma su nombre, claro, de la empresa centenaria de máquinas de escribir. Y si su idea de un libro-objeto que descansa por completo en una base material cuya realidad es ineludible (¿cuántas personas podrán escuchar los cuentos en sus tornamesas?) me parece admirable, también se pueden prever los chistes fáciles sobre caducidad y obsolescencia.
Todas estas cuestiones implican dificultades pero no importa, desde luego.
Reproduzco la convocatoria siguiente, para cualquier persona interesada. Creo que se ve muy interesante…
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,
a través del Centro Cultural Tijuana, convoca al
Diplomado Fronterizo de Novela
a desarrollarse del 5 de junio al 12 de diciembre de 2009,
en las instalaciones del CECUT.
El Diplomado Fronterizo de Novela estará dirigido a escritores interesados en perfeccionar su trabajo novelístico y será impartido por Cristina Rivera Garza, Juliana Spahr, Mario Bellatin y Daniel Sada, entre otros autores mexicanos y extranjeros de reconocida trayectoria.
Coordinación: Heriberto Yépez.
Duración: 12 módulos de 10 horas cada uno.
Periodicidad: Quincenal.
Horarios: Viernes de 18:00 a 21:00 hrs. y sábados de 10:00 a 19:00 hrs.
Fecha límite para la recepción de trabajos: 18 de mayo.
Cupo máximo: 15.
Costo: $6,000.00 m.n. (en dos pagos).
*10% de descuento a quienes cubran el costo total del diplomado por adelantado.
Cada módulo estará destinado al aprendizaje de técnicas narrativas para escribir una novela, con énfasis en la disolución de fronteras entre géneros literarios, disciplinas, estilos y perspectivas narrativas. Las obras de los participantes serán revisadas durante los módulos rectores a través de la supervisión personalizada del Coordinador del Diplomado. Al final, cada participante tendrá una novela de su autoría.
Los interesados deberán entregar en la oficina de la Gerencia de Literatura un avance de la novela a desarrollar o una muestra de su trabajo narrativo con un mínimo de 20 cuartillas, a doble espacio, en letra 12, times new roman; llenar un formato de preinscripción y responder un cuestionario. Sólo se recibirá un texto por participante.
La selección se hará estrictamente con base en la calidad de los escritos presentados.
Mayores informes al (664) 687 96 00, extensión 9508; o al correo literatura@cecut.gob.mx