Poe en el cine (3/5): selección de cortos
Durante toda esta semana, la Biblioteca de México (Plaza de la Ciudadela, Centro, ciudad de México; metro Balderas) será la sede del ciclo de cine «La noche en la pantalla», que ofrecerá versiones fílmicas de varias obras clásicas de Edgar Allan Poe para continuar las celebraciones de su bicentenario. Las funciones serán a las 17:00 horas en el auditorio de la Biblioteca y la entrada costará seis pesos (es decir, prácticamente nada). Aquí en Las historias aparecerán, de lunes a viernes, notas sobre las películas, acompañadas por los comentarios que escribí para cada una de ellas.
EL MIÉRCOLES 19: selección de cortos
EL GATO NEGRO (THE BLACK CAT, Estados Unidos, 2007)
Dirección: Stuart Gordon
Guión: Dennis Paoli
Intérpretes: Jeffrey Combs, Patrick Gallagher, Aron Tager, Eric Keenleyside
Sinopsis: Edgar Allan Poe, el famoso escritor de historias de miedo, está pasando por una mala racha creativa y bebe para olvidar su mala situación. A la vez, se obsesiona con el gato de su esposa, que se convierte en el punto focal de sus frustraciones. Mientras pierde poco a poco la cordura y se acerca a una racha de violencia homicida, también se aproxima a escribir una de sus grandes obras.
LA CAÍDA DE LA CASA DE USHER (ZÁNIK DOMU USHERU, Checoslovaquia, 1981)
Dirección y guión: Jan Svankmajer
Intérprete: Petr Cepek (narración)
Sinopsis: “La caída de la Casa de Usher” es representada sin actores, por medio de una serie de escenas animadas que acompañan a una lectura del texto del cuento y muestran una vieja mansión donde todo – sillas y ataúdes, clavos y armarios; las paredes, la tierra misma– vive y se mueve. La destrucción de los objetos simboliza la de los seres humanos que los utilizan y les dan sentido.
EL PÉNDULO, EL POZO Y LA ESPERANZA (KYVADLO, JÁMA A NADEJE, Checoslovaquia, 1983)
Dirección y guión: Jan Svankmajer
Intérprete: Jan Zácek
Sinopsis: un prisionero de la Inquisición es condenado a morir lentamente en un aparato de tortura atroz: si consigue desatarse antes de que un péndulo que desciende hacia él lo parta en dos, tendrá que hallar la manera de evitar que las paredes de la celda, que se cierran, lo empujen a un pozo sin fondo. Y aun si consigue escapar a esto, tal vez no tendrá la posibilidad de salvarse.
COMENTARIO
Las tres adaptaciones de hoy son versiones sumamente libres de las obras en las que se basan y representan extremos, visiones muy personales de la obra de Poe hechas por creadores muy respetados en sus respectivos campos (y ambos provocadores y políticamente incorrectos) pero distintos entre sí.
El gato negro, versión muy libre del cuento del mismo título (1843), se estrenó en televisión dentro de la segunda temporada de Masters of Horror, una serie antológica en la que participaron diversos directores de prestigio. Stuart Gordon, director de culto conocido principalmente por sus adaptaciones de la obra de H. P. Lovecraft, elige aquí utilizar la leyenda más antipática y falsa de Poe: la del demente depravado que toma todas sus historias de su locura real, para convertir al autor en personaje de sus propias ficciones. El resultado es a la vez truculento y contenido: una descripción de las profundidades más oscuras del alma.
En cuanto a los filmes de Jan Svankmajer, éste es otro tipo de autor secreto: uno de los grandes maestros de todos los tiempos del cine de animación, muy alejado de la ñoñez y la uniformidad técnica y argumental de los productos de Hollywood, y en estos dos cortos –parte de uno de sus mejores y más fecundos periodos como realizador– se apropia de Poe y lo usa como un ingrediente más en dos representaciones muy críticas de la realidad, incluyendo la realidad política.
En El péndulo, el pozo y la esperanza –que funde “El pozo y el péndulo” (1842) de Poe con “La esperanza” (1886), un cuento del escritor simbolista francés Auguste Villiers de l’Isle Adam–, Svankmajer opina sobre la opresión totalitaria al mostrarla desde el punto de vista de una de sus víctimas. Literalmente, durante toda la película sólo vemos sus manos, sus pies, por un momento su pecho, como si fuéramos él mientras intenta librarse del aparato de tortura y encontrar una salida de su encierro; de pronto escuchamos sus gemidos, su respiración… Al contar la historia de forma tan ceñida, el director nos obliga a participar como espectadores de todo el horror de la situación y de todas las percepciones de su personaje, incluyendo la decrepitud del mundo que lo rodea, visible (enfatizada) en las texturas de las cosas, que la fotografía en blanco y negro vuelve más tremendas. La caída de la Casa de Usher, por su parte, es toda texturas y estados diversos de la materia inanimada, que cobra vida gracias a la pericia de Svankmajer y su colaborador, el animador Bedrich Glaser. El tema de la decadencia que antecede a la muerte, tan importante en el cuento de Poe, se muestra aquí en un mundo donde, al contrario de lo que sucede en El péndulo, el pozo y la esperanza, no hay un solo cuerpo humano, y en cambio la materia inanimada adquiere todas las características de los cuerpos vivientes para mostrarnos una agonía que parece abarcar el universo entero.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]