Acabo de saberlo (estaba fuera): a la edad de 46 años, ha muerto el escritor David Foster Wallace; el pasado viernes 12 se suicidó en su departamento de Claremont, California, luego de haber trabajado varios años como profesor de creación literaria en el Pomona College y de haberse consagrado como uno de los mejores narradores estadounidenses de, por lo menos, los últimos cincuenta años.
Foster Wallace, promisorio y premiado desde muy joven, comenzó su carrera en 1987 y se volvió mundialmente famoso con su novela Infinite Jest (el título shakespeareano se tradujo, no del todo bien, como La broma infinita), de 1996: un libro no sólo impresionante por su longitud (más de mil páginas en letra pequeña) sino también por su erudición, por sus juegos con el lector, el texto y la cultura occidental (esta novela perfeccionó la definición de lo que entendemos por literatura posmoderna), por su rechazo del realismo más rutinario y por su retrato de una cultura estadounidense, y global al fin, sujeta a numerosas adicciones; las más tiránicas, como hemos terminado por ver en la misma realidad, no son a las drogas, sino al dinero, al consumo y al entretenimiento.
Las excentricidades de su estilo, como el uso de notas (que iban mucho más allá del texto que decían acompañar y a veces terminaban por avasallarlo), se convirtieron en parte de su imagen; pero además de un gran acróbata formal (y el poseedor de una voz rarísima, irreverente) era un pensador lúcido, que escribió numerosos ensayos y artículos sobre temas de actualidad; por ejemplo, criticó la pérdida de libertades que provocó en su país la «guerra contra el terrorismo» de la administración de George W. Bush, y tuvo entre sus temas más constantes el modo en que la ironía, en nuestra cultura contemporánea, muchas veces termina no por afilar la percepción de aquello de lo que se burla sino por mellarla.
Además, era un gran maestro del cuento, y escribió varias historias que pueden considerarse obras maestras, a la vez profundas y penetrantes y capaces de proponer renovaciones en esa forma añeja. Una de las mejores es «Adult World» («Mundo adulto»), incluido en Brief Interviews With Hideous Men (Entrevistas breves con hombres repulsivos, 1999): a la vez un ejemplo de pericia técnica y la mejor descripción moderna que he encontrado de la epifanía: el descubrimiento crucial, el instante que cambia una vida humana.
No solamente yo llego con retraso a esto: al parecer, hundidos como estamos en nuestros horrores recientes y el letargo de las fiestas, en México no nos hemos enterado, o por lo menos no se ha publicado casi nada, acerca de la muerte de Foster Wallace (justo es decirlo, yo lo supe por esta nota del portal de Bellas Artes, pero no tiene más referencias que boletines de periódicos).
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La necrológica de El País es excelente. Esta nota de La vanguardia ofrece varios enlaces interesantes (y las típicas especulaciones sobre cómo el escritor suicida habría «prefigurado» su muerte). En The Paris Review se han enlazado dos cuentos (en inglés) del escritor: «Little Expressionles Animals» («Pequeños animales Inexpresivos») y el #6 de la serie «Brief Interviews With Hideous Men». Acá nos queda preguntarnos las razones de final semejante (de nuevo: lo típico) y seguir leyendo (Foster Wallace, por suerte, nunca fue típico).[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]
17 comentarios. Dejar nuevo
Información Bitacoras.com…
Si lo deseas, puedes hacer click para valorar este post en Bitacoras.com. Gracias….
Ignorante como es uno de muchas cuestiones, jamás había escuchado hablar de él. Se agradece la información. Un abrazo, Alberto.
Un poquito sobre DFW: http://tinyurl.com/5ba7vh
Alberto, por cierto, ¿tú sabes (o alguien sabe) dónde se puede conseguir La broma infinita? En el gran remate de libros que hubo hace poco en el Auditorio Nacional yo conseguí de Wallace (por la realmente módica cantidad de 30 pesos) una antología de relatos realmente estupenda, que se llama Extinción, y me dejó ganas de leer la que consideran su obra maestra. Un saludo
Alberto, me he enterado del acontecimiento en el blog El síndrome de Chèjov. Ahora encuentro la noticia aquí y se reaviva el impacto. Hace unos meses, por medio de una antología del cuento norteamericano: «Una generación quemada», me enteré de la existencia de DFW y de algunos otros miembros de está generación. Me dí a la tarea de buscar algún libro suyo y sólo pude conseguir «La niña del pelo raro» que confirmó la entraña del relato que había leído. Esperemos que los mercadólogos (para nuestra fortuna, está vez), exploten el acontecimiento y lo reediten o lo importen a nuestro país.
Un abrazo.
David.
Es una gran pérdida Alberto. Yo lo supe por El País y lo que más me impresionó es que él ya había pedido ayuda justo por ese problema. Es evidente que no pudo superarlo. Saludos
Ahi, al final de tu texto, se encuentra una clave: preguntarse el porque de este final es tipico, pero DFW nunca lo fue. De esto se sigue que las razones por las cuales DFW se suicido no son tipicas, pero no por esto no son significativas.
Aca en EUA tampoco se ha dicho mucho sobre su muerte. La mayoria de la informacion se ha divulgado por internet. No existe la provervial nota suicida ni el tipico «adios mundo cruel» (si existen no han sido publicados) Quienes buscan una respuesta esperan hallarla en sus textos: disecan frases y parrafos enteros en busca de una clave, de una prefiguracion. Quienes invierten tiempo en dicho esfuerzo lo hacen por que saben que el suicidio de DFW va mas alla de la simple desesperacion, de la desesperanza, del «spleen» o del angs kurtcobainiano. Foster Wallace era ante todo un filosofo, un hombre capaz de encontrar sentido y significado en cosas tan diversas como cruceros por el caribe, el tennis de Roger Federer la esclavitud por medio del dinero, la adiccion al entrtenimiento, etc. En varias entravistas, DFW expreso su admiracion por Socrates, el filosofo griego que bebio, voluntariamente, la cicuta. Todos -incluyendo las autoridades de Atenas- esperaban que escapara antes de cumplir con su sentencia de muerte, sin embargo Socrates decide morir por amor y respeto a Atenas y sus leyes y por sus creencias escatologicas. Socrates expone estas creencias antes de apurar el veneno y le da un significado profundo a su muerte. No digo que Foster Wallace creyera en el mas alla, pero si que su decision de morir habla sobre la actualidad de la vida en EUA, el deterioro en la cultura, la inercia -quizas insuperable- del deterioro cultural, el aislamiento y el vacio de nuestros solipsismos. Preguntarse porque David Foster Wallace se decidio a morir es tipico, si, pero la respuesta estara cargada de significados atipicos para todos nosotros.
¿Cuántas cosas debemos reconocer como parte de nuestra ignorancia?
No sólo no lo había leído, sino ni siquiera había oído hablar de él…
el mar es infinito…
Benjamín, Abraham, si se animan a buscar a DFW se encontrarán una agradable sorpresa, un narrador espléndido.
Christian, estoy de acuerdo. De ese modo es como hay que preguntárnoslo. Un abrazo.
Sí, Rosemary. Una pérdida. Quién sabe si de veras no habría tenido aún grandes obras por venir. Saludos…
Ojalá que sí, David, porque todavía hay varios libros sin traducir de Foster Wallace; mínimo, haría falta una antología de lo mejor de sus artículos… Un abrazo.
Fernando, la verdad no tengo idea. Pero si llego a ver el libro te aviso. Ah, y quizás se podría hacer algo encargando en alguna librería virtual… Mondadori tiene los libros de DFW, que yo sepa…
Saludos y suerte.
Tan joven para tanto
Yo me enteré por La Jornada, que publicó la noticia en su edición de hoy.
Un saludo, Alberto.
Y sí, Hernán… ¿Cómo estás, cómo va todo?
Apenas veo la nota, Lobita. Gracias por el aviso. Suerte.
Sin duda, una gran pérdida. Me enteré por el NY times hace pocos días (http://www.nytimes.com/2008/09/14/books/14wallace.html). Por cierto, felicidades por tu nuevo sitio. Es excelente.
Así lo creo, Omar: una pérdida que no podremos aquilatar nunca, además.
Gracias por lo que me dices del sitio. Saludos y acá seguimos.
En la lucha
Tomando clases particulares y entusiasmado
En realidad la lucha es el resto, las clases un placer
🙂
Que todo vaya bien, Hernán, y no dejes de venir. Suerte.
Yo vivo en venezuela y en ninguna librería he conseguido nada de este autor. No se pueden bajar algunos de sus articulos por internet?
Saludos a todos