Qué curiosa novela es Anathem (2008) de Neal Stephenson: entretenida, sin pretensiones, pero a la vez muy inteligente. Como ficción especulativa, juega a situar porciones de la historia y la filosofía de occidente en otro planeta (para alternarlas con una trama de aventuras que no contaré) y parte importante del texto tiene que ver con las religiones de ese mundo distinto y cómo se enfrentan entre sí y con quienes no creen en ninguna de ellas.
En alguna parte de esos enfrentamientos, el lector se entera de la cosmogonía (el relato mítico sobre el origen del universo) de cierta iglesia. Es la siguiente, que he traducido de mi ejemplar de la edición en rústica:
[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][Aquella religión] había sido inventada unos dos mil años antes por algún profeta ingenioso que debía haber sido inusitadamente modesto, pues se sabía muy poco de él y no se le adoraba. […] Todas sus sectas y cismas estaban de acuerdo en que había otro mundo, ajeno a este que habitamos y más grande: en cierto sentido más real. Y que en ese mundo había un ladrón que asaltó a una familia. Mató al padre de inmediato, violó y luego mató a la madre, y se llevó como rehén a la pequeña hija de ambos. Poco después, mientras intentaba evitar que lo capturaran, estranguló a la niña inocente. Pero de todas formas fue capturado y encerrado en un calabozo por largo tiempo («la mitad de su vida») mientras esperaba que su caso fuera llegara a un Magistrado. En el juicio admitió su culpa. El Magistrado le preguntó si había alguna razón por la que no debiera sufrir la pena de muerte. El Condenado respondió que la había, y que había llegado a él durante sus años en el calabozo. Al meditar sobre sus horribles crímenes, lo único que no había podido expulsar de su mente había sido el asesinato de la niña –la Inocente– porque en ella había habido el potencial de hacer muchas cosas que ya nunca se realizarían. En toda alma, arguyó el Condenado, estaba la habilidad de crear un mundo entero, tan grande y tan variado como el que habitaban él y el Magistrado. Pero si esto era verdad para la Inocente, también debía ser verdad para el Condenado, y por lo tanto ni él ni nadie debía sufrir la pena de muerte.
Al oír esto, el Magistrado expresó su escepticismo sobre la capacidad del Condenado de generar un mundo entero. Aceptando el reto, el Condenado empezó a contar la historia de un mundo que había imaginado y a relatar las historias de sus dioses, héroes y reyes. Esto consumió el día entero, por lo que el Magistrado dio un receso a su corte, pero también advirtió al Condenado que su destino estaba aún en riesgo porque el mundo que había inventado parecía estar tan lleno de guerras, crímenes y crueldad como aquel en el que ambos vivían. La conmutación de la sentencia del Condenado sólo sería tan buena como el mundo que estaba inventando. Si los varios problemas de ese mundo no llegaban a una conclusión satisfactoria en la sesión del día siguiente, él sería ejecutado al anochecer.
Al día siguiente el Condenado intentó satisfacer al Magistrado, y avanzó un poco en su historia, pero al hacerlo introdujo nuevos problemas y dio vida a nuevos personajes de moralidad no menos ambigua que los primeros. El Magistrado no pudo hallar causa suficiente para ejecutarlo, así que el juicio continuó al día siguiente, y al siguiente, y al siguiente.
[Nuestro mundo] era justamente el mundo que se creaba día a día en la mente del Condenado en ese tribunal. Tarde o temprano todo acabaría en un juicio final por parte del Magistrado. Si ese mundo le parecía al final un sitio decente, dejaría vivir al Condenado y el mundo (nuestro mundo) seguiría existiendo en su mente. Pero si el mundo, por el contrario, sólo reflejaba la depravación del Condenado, el Magistrado lo haría ejecutar y nosotros dejaríamos de existir. Nosotros podíamos ayudar a mantener con vida al Condenado, y así preservar nuestra existencia y la de nuestro mundo, esforzándonos todo el tiempo en convertirlo en un lugar mejor.[…] El Condenado representaba un principio creativo pero defectuoso. El Magistrado representaba el juicio y la bondad. La Inocente era la inspiración con el poder de redimir al Condenado.
Este mito parece arbitrario, aunque no faltan algunos que se le parecen en las historias antiguas. En todo caso, la propuesta es simplemente que los interesados inventen su propia cosmogonía: su propia historia del origen de Todo –tan extraña o caprichosa como deseen–, y la coloquen en los comentarios de esta nota.
Mientras se animan, felices fiestas.
18 comentarios. Dejar nuevo
Un juego literario: invente su propia cosmogonía. http://bit.ly/5Tz8EO
RT @albertochimal: Un juego literario: invente su propia cosmogonía. http://bit.ly/5Tz8EO
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: No hay resumen disponible para esta anotación…
Cosmogonías (Blog: @albertochimal):
http://bit.ly/8NxZ9F
Más que una participación, una cita:
«Dios no existe y nosotros somos sus profetas»
Cormac McCarthy.
saludos, Alberto.
Saludos de vuelta, Rafa, y gracias a quienes han enlazado aquí…
Cosmogonia Daemons et Anges
El creador de todo: Universe y donde todo esta se llama Cosmos (tambien llamado universo o paraiso)
después de ël existen los tres dioses carnales de los tres mundos; el submundo (mundo bajo o tambien llamado Infierno, Inframundo): Belial; el medio mundo (osea el mundo humano) Babel (el cual anda desaparecido); y al final el sobre mundo o mundo alto (el cielo): Gahia. Esos son lo dioses. Al inicio de todo solo estaba Universe, solo en la plenitud del Cosmos, un dia decidio compartir su espacio y creó tres mundos que puso en una misma esfera y en cada uno de ellos coloco la primera especie a quienes otorgo la habilidad de dar vida. Ellos entre si, con el don que Universe les habia concedido, crearon a las subespecies, comenzando por los animales, cada uno a su imagen y semejanza. Vivian asi los tres en una perfecta armonia en el paraiso terrenal, cuando se les ocurrio hacer algo mas parecido a ellos, asi crearon a los humanos, por parte de Babel, a los Angeles, por parte de Gahia, y a los Demonios por parte de Belial; Las tres nuevas especias en su caldo de especies vivieron durante algunos milenios con ellos llevando una paz considerable, no eran especies muy duraderas, en realidad eran bastante fragiles, pero amaban a sus creadores como cualquier otro ser. Sin embargo, con el paso del tiempo, se fueron alejando cada vez mas, recluyendose en sus mundos. Asi vivieron humanos, Angeles y Demonios otros varios milenios mas, siendo gobernados por sus Dioses que amargamente miraban a los que habian sido hermanos alejarse. claro que habia los que se relacionaban, dando espacio a subespecies, como lo eran los equiseres. Estas relaciones mal vistas entre los tres clanes dieron paso a una guerra… pero esa es otra historia.
Según Simón el Estilista, un muchacho emasculado pero muy talentoso, rey de la tijera en la Portales, todos los problemas de nuestra época se pueden atribuir a una lectura equivocada de la historia de Sansón y Dalila. En su alianza con los filisteos, ella sólo quería concretar la malograda paz que él mismo, por medio de su primer matrimonio, había intentado. Al cortarle el pelo, no lo domaba, lo domesticaba, lo civilizaba. No fue, por más que lo digan todos desde casi el principio de los tiempos, una traición. «Además —agrega siempre— seguro que Sansón quedó muy guapo, como usted —y pone un espejo detrás del cuello del cliente— ¿Qué tal? ¿Le gusta?»
Al salir de los baños Azul y Pátzcuaro, en la vecindad de la peluquería (perdón, de la clínica estilística), muchos de sus habituales aprovechan la humedad y los poros abiertos para darse un buen corte que los deje listos para la jornada, o la semana (depende sobre todo de cuestiones económicas). Ya están un poco hartos del sonsonete «Dalila esto, Dalila lo otro», pero no pueden decirle nada a Simón porque, también, amenaza siempre con rebanar orejas si no se están quietos. Eso sí, las patillas y el bigote nunca se tocan.
(No salió cosmogonía, pero es lo que salió. Agradezco infinidades a la wikipedia… como si les importara).
Gracias, Pau, Santiago… Sus historias están muy bien. Saludos.
Wahh, seguro ni se acuerda de ti, me dijo, ese tipo del baston, como quiera que se llamara. yo le solte un golpe en la coronilla con la palma de la mano, fastidio, le dije, eso es lo de menos, consegui mucha informacion util en su taller. aja, volvio con su aire arrogante, y ¿como se llamaba?, el silencio nos abrazo a ambos… una imagen de puntos suspensivos sobre mi cabeza se formo en mi mente… ¿como se llamaba? se llamaba… ¿Adrian? no, ese era mi maestro de dibujo… ¿Chetumal? ¿Que tiene que ver eso? oh, Chimal, claro… mientras el sol se ponia en el horizonte, sobre los barcos camaroneros de Mazatlan, vaya imagen comun, me dijo nuevamente como en todos los atardeceres, el cielo se mancha de sangre, en mi cabeza solo estaba una pregunta mientras veian las crestas cabalgar el vidrio pulverizado de la costa ¿Que demonios tenia que ver todo esto con las cosmogonias?
P.D: tengo otra cosmogonia a mi parecer mas elaborada que la primera… ¿la puedo poner tambien?
El Origen de los colores
El todo era un rojo intenso que se concentró en una esfera y se llamó sol.
Ese sol después alumbró otro rojo, que se llamó tierra.
De ese alumbramiento salió el azul que se llamó cielo, agua y mar.
El sol cansado de estar al rojo vivo todo el tiempo, se tornó amarillo y naranja por unas horas al día.
De sus horas de sueño nació el blanco que se llamó luna, llena, creciente, menguante.
De la luna nueva nació lo incoloro que se llamó aire y que se llamó legión de virus y de espíritus.
El azul y el amarillo dieron vida al verde, que se llamó planta, árbol, bosque.
El rojo fermentado de la tierra se llamó vino, sangre, animal.
De la suma de todos los colores surgió el negro, que se llamó el primer hombre.
Neal Stephenson, el dios, el anti-dios, al que tantos millones adoran y otros tantos odian, nuestra guía y nuestra perdición, el creador de un número entero e improbable de futuros perdidos entre los millones e imposiblemente infinitos futuros ya pensados y definidos. Pensador de mundos imaginarios probables e improbables que nos han dado espacio para imaginar millones de detalles.
Creador y destructor de mundos, vidas y pensamientos, asesino nato pero productor de vidas, hombre y mujer a la vez, windows y unix, memoria y olvido, mafiosos y pizzas, libros vivos y hakers en la historia.
Neal Stephenson, con los engranajes del código enigma a su derecha, las matemáticas del pontifex a su izquierda y la informática de aretusa como su hijo nunca nacido.
Neal Stephenson, el sumerio, el virtual ciberhabitante, el neovictoriano, el barroco…., el anatémico.
El que vive gracias a nuestra imaginación y morirá debido a nuestro olvido.
Y al final, ¿alguien comprende esto?
El tipo del bastón envía saludos, Pau. 🙂
La última oración de tu texto, Magay, es sumamente… negra. No faltaría quien quisiera creer una cosmogonía así en este tiempo, creo. 😉
Inge, yo creo entender. Y como decía arriba: no faltaría quien lo creyera. ¿No han creído en David Koresh o en el impresentable Marshall Applewhite, el promotor de la castración química y los cometas apocalípticos?
Saludos a todos.
son mejores en leyendas
Sí, pero de pronto hay quien puede crear hasta leyendas nuevas…
Alberto, no entiendo bien tu comentario, crees que tenga alguna lectura política o algo por el estilo? Yo lo siento un poco machista al final, quizá sería mejor «la primera mujer». Aunque yo me refería a la raza humana en general.
Hola, Magay. No, pensaba en el ánimo depresivo de muchas personas, nada más.
Para evitar cualquier connotación sexista, tal vez sería mejor «ser humano», pero creo que no es para tanto. La mayoría de las cosmogonías clásicas dicen «hombre» refiriéndose a la raza humana.
Saludos…
si, el mundo fue creado y destruido, pero en distintos lugares, porque el espacio es demasiado grande.
si, nuestro dios es unico, pero ni el esta seguro, porque el espacio es demasiado grande.
si, el existe, pero no nos visito nunca, porque el espacio es demasiado grande… y al planeta tierra no lo conoce.