Concurso

Concurso #42

93 comentarios

Una vez más, esta bitácora convoca a su concurso mensual. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:

Instrucciones:
1) Suponer que esta imagen ilustra una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están allí, qué hacen.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción), en los comentarios de esta misma nota.

El ganador de cada mes será elegido tomando en cuenta la opinión de quienes decidan opinar, y recibirá un trofeo virtual. (Los concursantes deben dejar una dirección válida de correo electrónico, para poder recibir su premio.) La fecha límite para hacer propuestas es el 24 de abril.

Quedan invitados…

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  • Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Una vez más, esta bitácora convoca a su concurso mensual. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen: Instrucciones: 1) Suponer que esta imagen ilustra una historia. 2) Imaginar cuál es esa historia: qué está p…

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  • No era un foco, era un bulbo.

    Y se había encerrado en él para ser una estrella de televisión. Pero no contaba con que trabajaría como televisión de circuito cerrado, por lo que era siempre el principal sospechoso.

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  • Juan Pablo G.
    01/04/2009 10:23 am

    La vida en el cinescopio

    La imagen se mantenía fija en el monitor. Él, desde dentro, miraba el exterior. En sus ojos un brillo extraño parecía sugerir cierta nostalgia por el pasado; por su vida fuera de aquel cinescopio en el que había sido enclaustrado voluntariamente. Al principio, toda la comunidad científica se burló de su gran descubrimiento. Él había encontrado la formula de la inmortalidad y se había autonombrado el único alquimista moderno. Había logrado descomponer todas las moléculas de algunos de sus animales de laboratorio, estás moléculas luego eran transformadas en ondas electromagnéticas de información, que eran transmitidas y archivadas en aquel cinescopio que se encargaba de desfragmentarlas. En diez años de investigación, ninguno de sus animales había envejecido o muerto dentro de aquel cinescopio, empero, habían dejado de interactuar entre sí. La imagen se mantenía siempre fija en el monitor. Aquellos animales miraban el exterior llenos de nostalgia

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  • Apenas había reparado el televisor y, confundido, descubrí que ahí estaba. Al principio supuse que era producto de mi cansancio, es decir, uno no pasa media tarde de sàbado reparando lo que dejan en el patio del edificio y menos aùn cuando el toque de queda se había impuesto tan temprano debido al horario de verano.

    La imagen estaba fija y de nuevo creí que no le había compuesto del todo, pero no, no se trataba de eso, el mensaje era claro: «FUMAR EN LA CALLE ES DELITO MUNDIAL Y MERECE LA PENA DE MUERTE». Detrás del cintillo en amarillo tintilante aparecía de nuevo Joel; en efecto, se trataba de aquel muchacho del mercado, solo que ahora se le veía diferente; los lentes que ahora usaba y aquella barba escondían el rostro del otrora mensajero.

    Ni hablar, deberé seguir fumando en la cobacha, a solas… ¿en qué estaba pensando cuando puse a andar el generador? Pobre Joel…

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  • MIGUEL LUPIAN
    02/04/2009 12:00 am

    ¿SERÁ POSIBLE?

    -¡Misa, Misa! ¿A dónde te fuistes? ¡Ya te extrañaba!-
    -Probé otra línea bombón-
    -¡Espérame en Zapata!- alcanzó a decir antes de cerrarse las puertas. A continuación, con el peculiar sonsonete, ofreció los ciento veinticinco temas del disco formato mp3 con lo mejor de la salsa.
    Eso es lo último que recuerdo. A esa pareja de vendedores que le brindaron vida a ese vagón de muertos.
    Despierto con la extraña sensación de no saber dónde estoy. Todo está oscuro y borroso. Instintivamente mis manos recorren el sillón hasta encontrar los anteojos. Una televisión al fondo brinda la única iluminación al cuarto. Me acerco. Lo reconozco. Mi mano derecha recorre la descuidada barba. Recuerdo esa entrevista. Fue para el canal cultural con motivo de mi reciente novela. Me he convencido. ¡Cambiaré ese viejo televisor por uno de plasma de 52 pulgadas! Escucho sollozos detrás de mí. Es ella. Me acerco pero sale de la habitación maldiciendo y azotando la puerta. Quiero seguirla pero algo llama mi atención. Es un periódico en el sillón donde estaba sentada. Lo desdoblo. FATAL ACCIDENTE EN EL METRO. Algo dentro de mí hace que lo aviente instantáneamente. ¿Será posible?

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  • Me gusto muchisimo este cuento. Esta muy padre., Ojala reconozcan los cuentos que realmente valen la pena. Saludos

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  • Lilu Guzmán
    02/04/2009 6:10 pm

    De otro aparato para soñar

    Cada mañana despierto con un sabor de boca amargo, casi como tú. No puedo evitar sentir un poco de asco y me levanto de la cama para arrojar un escupitajo al inhodoro, lo observo un momento y tiro de la palanca brillante que se llevará todo eso hasta contaminar algún mar, pero no mi casa.

    Prendo el televisor, ese aparato mágico que puede evocar imágenes inexistentes y te encuentro a t; a ti acostado sobre la cama, soñando, casi muerto; y a tí frente a mí, queriendo involucrarme en tu persona. No puedes tocarme, sólo te quedas ahí como pez atrapado en un cuerpo de humano, dando vueltas a tu pecera de cristal, mirando cuando tomo el control y aprimo el boton verde. Ahora ya no estas, sigues dormido.

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  • RENATA: ¿De cuáles cuentos estas hablando?
    ¿Si según tú no se están reconociendo los cuentos que realmente valen la pena, por qué no los reconoces TÚ?
    ¿Contamos contigo?

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  • El minicuento de Miguel Lupian está muy padre, y como dice Renata, ojalá reconozcan a quien tiene madera de escritor.

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  • Big Brother

    Cuando desperté, el Gran Hermano todavía estaba allí.

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  • jajajajajaja Mi naturaleza humana me permite equivocarme, asi que agradeciendo a la logica que mi comentario esta despues del cuento de Miguel Lupian, se presupone que es ese, pero para especificacion .El cuento que me gusto fue el de Miguel Lupian. Y es que han habido cuentos que ganan y que sinceramente no me gustan. Espero mis comentarios no ofendan a nadie,y menos a quienes han ganado reconocientos. Saludoos

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  • De alguna manera sabía que era él: esa debía ser su mirada, aunque seria y tenue como los focos de sesenta wats, la barba crecida y los labios duros a cuasa de estar constantemente al acecho. Pero después de tanto tiempo de no observar el espejo con atención, sin miedo a los recuerdos, no podía asegurar que realmente fuera él y no sólo las circunstancias que a su cuerpo habían tomado forma.
    Esperó un tiempo para pasar la saliva y organizar las palabras desparpajadas de lo que tenía que decir.
    -Antes que nada, hijo, esto no es una confeción como la de la iglesia, simplemente es una confeción a secas. Para que las preguntas que te llegues a hacer o te lleguen a hacer no te agarren mal parado.
    Yo fui torturador en esa época oscura de mi Uruguay que nunca he vuelto a ver…..

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  • perdón por eso de confeción.
    Aquí está la correción, que verguenza.

    De alguna manera sabía que era él: esa debía ser su mirada, aunque seria y tenue como los focos de sesenta wats, la barba crecida y los labios duros a causa de estar constantemente al acecho. Pero después de tanto tiempo de no observar el espejo con atención, sin miedo a los recuerdos, no podía asegurar que realmente fuera él y no sólo las circunstancias que a su cuerpo habían tomado forma.
    Tomó un tiempo para pasar la saliva y organizar las palabras desparpajadas de lo que tenía que decir.
    -Antes que nada, hijo, esto no es una confesión como la de la iglesia, simplemente es una confesión a secas. Para que las preguntas que te llegues a hacer o te lleguen a hacer no te agarren mal parado.
    Yo fui torturador en esa época oscura de mi Uruguay que nunca he vuelto a ver…..

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  • ¡QUE FEOS!

    -¡Ya estoy harto de este horrendo lugar!
    -Mmm… ahí vamos de nuevo; sólo toma nota, filma ¡Y cállate! Yo estoy harto de ti.
    -El capitán debería aprovechar más nuestro talento; es este momento deberíamos estar diseñando rutas interestelares, modificando generadores antigravedad, experimentando manipulaciones genéticas o…
    -…O practicando algunas maneras de desintegrar idiotas hablantines.
    -¿Tú no estás fastidiado de explorar este lugar desierto?
    -Hay muchas cosas interesantes aquí. ¿Sabes como terminó todo en este lugar?…
    -Lo único que sé es que estoy aburrido de ver siempre lo mismo.
    -¡Yo puedo mostrarte algo que nunca has visto! Lo encontré en una de las primeras exploraciones que realicé junto con Yulmin y Zulgiert. ¡Acompáñame!
    Después de caminar algunos minutos por varias calles, los dos individuos entraron en un alto edificio que a diferencia de las demás edificaciones colindantes, estaba casi intacto.
    -Mira esto.
    -¿Un visualizador primitivo? ¿Qué puede tener de especial un proyector Holográfico? ¡Bidimensional además!
    -Pero observa lo que sucede si presiono el botón rojo del proyector y otro botón identificado con una flecha del aparato que está conectado al proyector.
    Imágenes borrosas y sin sentido se proyectaron segundos después en la pantalla del televisor después de algunos ruidos, se notaba que el aparato apenas funcionaba, se detenía, brincaba de una imagen a otra hasta que repentinamente se detuvo.
    -¡Por el gran creador! ¡¿Qué es eso?! No me digas que así eran los habitantes de este planeta.
    -Así es; no te parece fantástico.
    -¡Mira el color de su piel! No es azul como la nuestra; y eso que tiene en la cabeza y en la cara ¿Qué es?
    -El capitán dijo que es un recubrimiento natural en ciertas razas que existen en el universo, él lo llamó “pelo”.
    -Realmente era aberrantes los nativos de este planeta ¡Que feos!

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  • BURBUJA
    La burbuja en que crecimos nos vendió comodidad, así nos educaron, respirando imágenes enfermas que nos obligaban a pensar que éramos otra cosa.
    Hoy intento no respirar, proponer el aire a inhalar, uno diferente para mí.
    Aunque el señor de enfrente me venda emociones nuevas en brindis de año nuevo.
    Dejo de respirar esta burbuja y los colores se vuelven nítidos. Como antes de todo

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  • SALVATOR EX MÁCHINA

    PRIMERO FUE EL HOMBRE en un sólo cuadro, de los veinticuatro que componían cada segundo de la función, un estigma en la percepción sub-umbral de los espectadores.

    Leyendas urbanas eslabonaron una cadena de correspondencia electrónica, tejida con la imagen del hombre barbado. Agencias de seguridad perfilaron un supuesto terror palestino a partir del retrato. Más de mil palabras le interrogaron a La imagen.

    Información filtrada, científicos, grupos religiosos, naciones, conspiración, leyenda.
    Movimientos, insurgencias, socialismo renaciendo, mesías comunista adivinado.
    Luego, la roja nota que entonó un voceador. Un cura le puso su armazón Gucci al cristo de su iglesia.

    Mundo abismado. Muerte a quien difundió La imagen, reconstruida por computadora según el genoma en la sábana ensangrentada, anatemas para el que fraguó Su regreso clonando Su sangre seca, infierno a quienes revelaron Sus verdaderos rasgos de judío, no de caucásico de ojos claros. Los anteojos fueron una extrapolación, un hallazgo en Sus genes, también lo fue una posible enfermedad esbozada en la mutación del gen DISC1 (Disrupted-in-Schizofrenia).
    Sólo un desajuste cromático del monitor ocultaba Su verdadero color de piel.

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  • CORTEZA….

    Cada que veía a un tipo de lentes y barba, el chico gritaba señalando
    «ese es el autor favorito de mi papá, es argentino, se apellida Corteza»
    La culpa, obviamente, era de su padre que nunca le había corregido.

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  • SUPERSTAR

    Durante varios meses intentó sofocar la idea. Pasaron varios más hasta que tomó la decisión. Otro tanto para conseguir lo indispensable. Finalmente, logró ver su imágen en la pantalla. Y se disparó, con la certeza de haber visto todo.

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  • Prueba de vida.

    Consiguió la prueba irrefutable que, a la posteridad, demostrará su existencia y paso por el mundo: Salió en televisión.

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  • Eran menos de 15 minutos de fama., pero qué mas daba, si ni siquiera se había rasurado, de saber que matar a su esposa lo convertiría en noticia principal del pueblo, habría tenido la delicadeza de arreglarse

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  • LA CINTA

    I I
    …………………..

    Despues de 20 años la gente cambia, cambia mucho, y despues de tantos años, tanto alcohol y tanta humedad yo he cambiado….tanto que si no me viera todos los dias en esta cinta no podría reconocerme cuando me hablan, !Mira!, lo único que tenemos en común ese hombe y yo, ese Jose Juarez y este wey postrado en un pinche catre son las gafas, ¿recuerdas José? ¿recuerdas como se veia el mundo a traves de ellas? ….son las mismas gafas pero son otros ojos, !Mira, mira como brilla tu rostro desenfocado! …te veias tan chingón José, ¿cuando te convertiste en esto que soy? ¿cuando paso, Jose?….. tú sabes cuando….

    < » …no me esperas pero ya estoy aquí, afuera de tu habitación, emocionado por lo que puede convertirse en el mejor dia de mi vida cuando entre y te haga «la pregunta», diras que si, ¿verdad?, estoy a un paso y no sabes lo que feliz que estoy»

    < no sabes lo feliz que estoy

    < o sabes lo feliz que estoy

    < no sabes lo feliz que estoy

    Responder
  • Ops me cambio el formato al «enviar» ahi va corregido (espero)

    LA CINTA

    (I I)
    …………………..

    Despues de 20 años la gente cambia, cambia mucho, y despues de tantos años, tanto alcohol y tanta humedad yo he cambiado….tanto que si no me viera todos los dias en esta cinta no podría reconocerme cuando me hablan, !Mira!, lo único que tenemos en común ese hombe y yo, ese Jose Juarez y este wey postrado en un pinche catre, son las gafas, ¿recuerdas José? ¿recuerdas como se veia el mundo a traves de ellas? ….son las mismas gafas pero son otros ojos, !Mira, mira como brilla tu rostro desenfocado! …te veias tan chingón José, ¿cuando te convertiste en esto que soy? ¿cuando paso, Jose?….. tú sabes cuando….

    (<) …no me esperas pero ya estoy aquí, afuera de tu habitación, emocionado por lo que puede convertirse en el mejor dia de mi vida cuando entre y te haga «la pregunta», diras que si, ¿verdad?, estoy a un paso y no sabes lo que feliz que estoy

    (<) no sabes lo feliz que estoy

    (<) o sabes lo feliz que estoy

    (<) no sabes lo feliz que estoy

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  • agggggg me cambia el formato!!! no puedo agregar los (.<) Joder 🙁

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  • bueno lo re-mando con otra configuración, lástima que no pude usar las flechitas, perdón por «postearlo» tanto, borra los otros que no me salieron jeje SALUDOS!!!

    LA CINTA

    (pause)
    …………………..

    Despues de 20 años la gente cambia, cambia mucho, y despues de tantos años, tanto alcohol y tanta humedad
    yo he cambiado….tanto que si no me viera todos los dias en esta cinta no podría reconocerme cuando me hablan,
    !Mira!, lo único que tenemos en común ese hombe y yo, ese Jose Juarez y este wey postrado en un pinche catre,
    son las gafas, ¿recuerdas José? ¿recuerdas como se veia el mundo a traves de ellas? ….son las mismas gafas
    pero son otros ojos, !Mira, mira como brilla tu rostro desenfocado! …te veias tan chingón José, ¿cuando te
    convertiste en esto que soy? ¿cuando paso, Jose?….. tú sabes cuando….

    (rwd)………………..

    (play) …no me esperas pero ya estoy aquí, afuera de tu habitación, emocionado por lo que puede convertirse
    en el mejor dia de mi vida cuando entre y te haga «la pregunta», diras que si, ¿verdad?,
    estoy a un paso y no sabes lo que feliz que estoy

    (rwd)……..

    (play) no sabes lo feliz que estoy

    (rwd)…

    (play) o sabes lo feliz que estoy

    (rwd)…

    (play) no sabes lo feliz que estoy

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  • sobre LA CINTA
    hay un cortometraje español muy muy muy parecido, pero con una conversacion telefónica

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  • No todos recibimos el disco digital el enero pasado, sólo algunos. “Véanlo y cualquier duda llaman inmediatamente al departamento de seguridad nacional”. Yo por supuesto, no lo vi, me bastó con saber que en caso de emergencia nuclear, aún tendría un par de minutos para verlo a partir de que sonara la alarma.
    La sirena me tomó por sorpresa en el vagón del metro dirigiéndome a mi trabajo a las 6am, ensordeciéndome por completo y provocando la histeria colectiva. Mientras veía como se aplastaba la gente en su incesante carrera hacia los bunkers convirtiendo los pasillos en una alfombra de sangre, piel y huesos molidos, recordé que siempre pensé que de terminarse el mundo (en este caso México), sería por la tarde o por la noche. No sé, algo más romántico, como lo que veíamos en las películas de Hollywood.
    Nadie sabe cómo el presidente consiguió esas ojivas nucleares, pero en su desesperación por perder la guerra contra el narco decidió “empezar de nuevo con la gente que sí vale la pena (sic)” y por eso recibí el disco digital con la caja que ahora sé, traía un traje especial y bueno, estoy aquí esperando la detonación en mi departamento de la Condesa, paseando la mirada y mi atención entre el noticiario con imágenes de lo que fue Chihuahua, Sonora, Tijuana y el video para sobrevivir la ola y la lluvia radioactiva con mi traje especial y mi comida en píldoras…-por fin nos llevó el carajo- digo sonriendo frente al funcionario del video.

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  • Aquí mi cuento:

    «Pero es mucho más complicado que eso, no es sólo el sentimiento de burda y simplona vanidad. Te lo juro, te lo juro.»

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  • Beatriz S.
    09/04/2009 2:27 am

    PLEGARIA

    Gracias Señor por lo vivido en este día. Protégeme y aparta de mí la imagen de ese hombre, que -de un tiempo a acá- he visto en todas partes. Mi petición de siempre: «Ayúdame a conocer a mi padre». Amén.

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  • Duda posmoderna

    Un hombre muere acribillado en una calle y no hay una cámara de tv cerca. Horas más tarde un reportero encuentra el cadáver, llama a la policía y elabora su reporte para el noticiero, que la transmite por la noche… ¿qué tan real es su muerte?

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  • La prueba definitiva de que lo perseguían pasó en el canal 26 como a eso de las 8. En la pantalla aparecía el video de él junto a un funcionario hablando de dinero. Qué gordo me veo ¿Será? Esas camaritas de vigilancia hacen poco por uno…Apagó la tele cuando acabo el noticiero. Vio los resultados del futbol y el último vestido de una guera bastante bonita. Luego se durmió.
    En la mañana a primera hora tomó unos billetes del bolso y salió a comprar unas cosas; entre ellas una cámara digital. Se tomó una frente al Angel y otra dando la espalda a varios edificios de Reforma. Entró a uno de los comercios y las imprimió en papel mate. Cuando abandonó el hotel dejó copias en la cama.

    –Oiga Rodriguez -dijo el oficial que le seguía la pista- mírelo nomas, hasta puto. Aunque ni tan feo el novio eh.

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  • Miguel Arredondo
    10/04/2009 1:41 pm

    EN TOMA ENCERRADA

    Desde que tengo memoria, siempre supe que sería una celebridad. Que al verme, la gente me reconocería y hablaría de mí. Me imaginaba las caras de los cuates del barrio mal disimulando la envidia y los cuchicheos de las chavas al verme pasar.
    Últimamente me han entrevistado de radiodifusoras, revistas y hasta he salido en vivo en la tele. Esta foto en close up tomada de una T.V. viene a ratificar que tuve razón:
    soy famoso… aunque el número que me pusieron en el pecho no me favorece en tomas abiertas.

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  • «Pulsiones»

    Ella no podía salir más de casa. Ya no podría ir tras él, grabar cada uno de sus pasos, apropiarse de su vida.
    Ella se hundía en el colchón, se estaba dejando morir.
    Yo no podía soportarlo. Lo seguiré por ti, dije, y me llevé la cámara de video.
    Y aunque desde entonces ya poco la he visto (es la imagen de él la que ocupa sus ojos y los míos), sé que con eso ella es feliz. Así yo.

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  • PAREIDOLIA

    POR ESO ME HE FILMADO, porque el espejo me las ofrecía al revés. Hasta la palabra pareidolia llegó a aparecerme en la barba.
    Estaban allí desde que tuve edad, se formaban con letras disímiles como de nota de secuestro hecha con caracteres recortados del periódico.
    Las miraba y las iba bajando por mi brazo hasta llegar a la mano, a los dedos, a la pluma y a la libreta, o al teclado, a la pantalla, a la impresora y al papel. Eso es lo que hacía a cada momento, aparte de exhumar el pasado a los álbumes y a las cintas. No sé desde cuál de mis antepasados se venga dando, no sé qué hicieron ellos con todas sus palabarbas. Yo construí versos con las metáforas, las figuras, los símiles. Encontré binomios fantásticos, prefijos arbitrarios, los hice escaletas, supersíntesis, sinopsis, cuentos, novelas, poemínimos; entonces las palabras que estaban en mi barba cambiaban, jugaban a conjugarse, cedían paso a otras, a nuevas funciones de Propp (a veces sólo tuve que añadir algunas leyes de Orlik), a otros números, a otro Torá.

    Muy de vez en cuando salí a divertirme pero lenguas ajenas vinieron a mi barba y se complicó más mi destino. Es increíble cómo, con sólo nuestras veintiséis letras diferentes, mi barba tardaría eternidades en fatigar todas sus combinaciones y permutaciones (¡Cómo no me conoció Borges!). No supe si llegaría a reproducir alguna vez por azar algún texto de Cervantes. Me volví admirador del Teorema de los infinitos monos, (y del sitio web The monkey Shakespeare simulator). ¿Hallaría tiempo para corregir todos mis escritos? Sentí que sería pronto, en unos años más, pero tuve miedo, ¿dónde encontraría los detonantes de mi creatividad? Había sentido este oscuro miedo al otoño de mis años que al fin me encara con la hoja en blanco de mi barba.

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  • Permanecí tanto tiempo ensimismado por la lectura, tanto, tanto, que al levantar la vista del libro y contemplar que el hombre que parecía observarme desde el otro lado del monitor era el mismo que a primera hora de la tarde se había despedido me preocupé. Me pregunté si aún estaba en mis cabales, o todo era producto de mi imaginación. No se había movido del sitio, y tal vez prorrogaba su permanencia a la espera de que le correspondiera en el saludo y así poder cerrar la emisión del programa. Le hice señas, pero no se inmutó. Entonces le pedí disculpas por mi mala educación, me despedí de él y le deseé felices sueños. A continuación desconecté el televisor y me fui a la cama seguro de mis buenos modales.

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  • Uzli Samáno.
    13/04/2009 1:34 am

    Sólo entre nosotros.
    Nuevamente volvimos a encontrarnos: mutuamente prevenidos de las palabras familiares que tendieran los preámbulos imperiosos, atenuadas por efecto del control remoto, separados por una distancia sin importancia ni –creo yo- consecuencia; como un premio que me obsequiaron antes de gastarse el insomnio y la madrugada. Te hablo de años, aunque será mejor que no hablemos de tiempo, mi amigo. Eso y nada más. No fue fácil, pero supe aguardar el momento en que estaríamos, una vez más, cara a cara. Ni siquiera estoy nervioso o sorprendido, acaso resignado a conocer en la boca aquel regusto desabrido de derrota. Presintiendo, como solías hacerlo atinadamente para ti mismo, la caída libre, involuntaria del cuerpo hacia la resistencia pasmosa del mar que hay en cada uno de nosotros, donde es inevitable que nos ahoguemos. En fin, que lo único que varía es el detalle de los anteojos. Ella podría decir si los usabas o no. Lo triste es que ya no está más para ti, o para mí; tragada por los olvidos voluntarios. Sí, probablemente lo sepas así como otras cosas: ella y yo, insistiendo en prolongar el juego desesperado de hallarnos en las noches de cualquier hotel de los suburbios, furtivos, desnudos, cínicos y cortados entre las sábanas de la cama por la intermitencia del neón. ¿Celos por quién eras, y porque ella realmente te amaba a ti?, dejémoslo así; aunque cada uno carga una culpa secreta que sólo el antagonista alcanza a ver. Pero no merecías el engaño, aquel odio, mi anonimato, mis pasos furtivos tras de ti hasta el estacionamiento, el disparo certero en el cráneo. Y yo –para preservar un remedo de orgullo-, no merecía que una hora cualquiera de oscuridad me devolviera la presencia fija de tu muerte, y una repentina soledad que aventajara el precioso efecto del miedo en el cobarde.

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  • CATEMACOTECH S. de R. L.

    –Es lo más nuevo en tecnología de cristalomancia, le permite ver varios futuros posibles y grabar el que más le guste para que lo pueda disfrutar una y otra vez. El único detalle es que, con cada repetición, el porvenir va adquiriendo una parda vetustez, pero esto no se debe al sistema en sí.
    –Me lo llevo.
    –Sabíamos que lo haría. Llevamos cierto tiempo monitoreando aquelarres en busca de clientes potenciales.

    Responder
  • Y no era para más… un domingo a las 3 pe eme… ¿Quién iría a salir -y más aun- recibir los rayos del terrible sol de esas horas, pudiendo, en la comodidad de su casa, ver aunque sea la película que le había llevado el enfadoso de su sobrino?
    Pero tampoco es tan buena que valga la pena verla, aunque el cuarto por sí solo ofrece un exquisito frescor, gracias a las persianas que acababa de comprar… pero ese tiempo… esa soledad… esa frescura necesitaba algo que le llenara… un no sé qué…
    Y es en el culmen de esa duda, cuando sentía que el placer se disgregaba pedacito por pedacito… cuando se colocó sus chanclas poco a poco… decidido a revivir en sí aquello que le daría final al círculo de la perfección… “sí… esa barba debía ser tratada; no era preciso que algo tan imperfecto tuviera el privilegio de la existencia…”
    Y como veíase en sí mismo al esperpento de la película, sin más ni más se dirigió al espejo… tomó espuma y decidió alcanzar el equilibrio labrando una bella barba; la mejor barba que en el mundo se haya visto jamás… y tras muchos juh-juhes y otros crash-crashes que sonaban en el lavabo, al fin contempló su obra maestra con tantas formas cuantas vinieron a su imaginación que tan sedienta estaba de perfección…
    Satisfecho, volvió al mundo que le ofreció solamente una película de Vicente Fernández en el cinco… todo pintaba demasiado bueno para ser verdad…

    Simplemente GABE…

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  • Bitácora de vuelo
    Boston, Estados Unidos
    10 de septiembre de 2001

    “Esta noche será la última. Mañana caerán las fortificaciones que han de quebrarles la esperanza. Despertarán entre ríos de sangre, calcinándose en Babel, pidiendo clemencia. Mañana los pecadores sentirán miedo y nuestra fuerza los hará temblar. Es hora de cerrar el puño y cernerlo sobre ellos. Mañana todo cambiará…”

    Una y otra vez, los patriotas verán en las habitaciones de sus respectivos hoteles, la grabación que en video les envió su enlace de la Yihad, alentándolos antes de cumplir su cita con la historia.

    Responder
  • Górico Junior
    15/04/2009 6:56 am

    Górico el Fantasma

    – Papá, no puedo dormir…
    -¿Porqué?
    – Hay fantasmas en el cuarto
    -¿En el clóset? ¿Debajo de tu cama?
    – No, en la tele

    – Procura orientar la antena, nene, con eso desaparecen los fantasmas
    – Ya lo hice pero ahora son más y uno de ellos dice que se llama Górico igual que tú y es… es…
    – ¿Es…?
    . ¡Es fantasmagórico!

    – ¡Ya duérmete!
    – No puedo…los fantasmas no me dejan…
    – ¡Apaga esa televisión!
    – No quiero, los infomerciales están buenísimos

    – A ver… ya hablé con el técnico, dice que tuerzas el cable de la antena eso elimina los fantasmas
    de la tele, al menos los saca de ahí…

    Torcí el cable de la antena como dijo mi papá lo cual no eliminó a los fantasmas sino solamente los sacó de la tele. Una vez fuera, uno de ellos, el que se hacía llamar Górico como mi padre sí lo eliminó a él y tomó su lugar. Mi mamá vive feliz con Górico el fantasma mientras que mi padre desde ese día viaja de monitor en monitor asomando su cara barbuda y con lentes en espera de que otro niño sepa cómo diantres sacarlo de ahí.

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  • Niño Resentido
    15/04/2009 8:17 am

    Cuento Infantil

    Hace poco murió mi hermanita. Entonces me pregunté a dónde irían las almas.Aquí de seguro ya no cabrían. Se me hizo que la luna era un buen lugar para ello. Fui y se lo dije a mi padre…

    – ¡Cuando alguien se muere se va pal carajo! Eso de las almas en la luna es una reverenda
    pendejada, seguramente lo viste en las estúpidas caricaturas esas…te tienen jodido el
    cerebro – me dijo mientras se embriagaba, como de costumbre.

    Por eso lo metí a la tele. Ahí lo perseguía el coyote (hambrientus del desiertus) con sus armas marca ACME y mi papá pegaba su cara a la pantalla y me pedía casi llorando que lo sacara de ahí. Chale. Si el correcaminos siempre se escapa. ¿Será que el BEEP BEEP no es tan pendejo como él?. Estaba a punto de alcanzarlo el coyote cuando mejor apagué la tele pues ya no aguantaba los gritos. Al día siguiente lo iba a poner en «Ahí viene el Cascarrabias» para que le estornudara encima el dragón. A ver si así ya deja de fumar esos molestos puros ¡Guácala!.

    Pero mi mamá se me adelantó y llamó al técnico pues no podía ver sus telenovelas. El técnico dijo que el problema era la imagen de mi papá que los actores se quejaban de él y lo sacó de la tele.

    Mi papá me hizo prometer que no lo volvería a meter a la tele y después me dio una golpiza. Hijo de la Chingada ¡Cómo me dolió! Pero ya no podía yo meterlo a la tele de nuevo. Lo había prometido por el Osito Bimbo. De rodillas.

    Por eso mejor saqué al coyote de la tele. Ahora el hambrientus del desiertus persigue a mi papá por toda la casa y aunque no se trajo sus armas marca ACME se las arregla bien con los utensilios de la cocina y las herramientas de mi papá (Al fin sirvieron para algo, dice mi mamá). Mi papá sigue gritando. Si no se calla voy a sacar al dragón del Cascarrabias y a Pierre Nodoyuna y Patán y a Boris Malosnov y a Natasha Fatale y a Pinkie y Cerebro para que lo pongan en paz de una buena vez por todas.

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  • Miguel Angel
    15/04/2009 6:37 pm

    EN TOMA ENCERRADA

    Desde que tengo memoria siempre supe que sería una celebridad. Que al verme, la gente me reconocería y hablarían de mí. Me imaginaba las caras de los cuates del barrio mal disimulando la envidia y los cuchicheos de las chavas al verme pasar.
    Últimamente me han entrevistado de radiodifusoras, revistas y hasta he salido en vivo en la tele. Esta foto en close up tomada de una T.V. viene a ratificar que tuve razón: soy famoso… aunque el número que me pusieron en el pecho no me favorece en tomas abiertas.

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  • Carlos Monaura
    15/04/2009 11:46 pm

    Ventura Febris

    En ocasiones una intensa fiebre puede inducir a lo que antiguos médicos abisinios llamaron «Ventura Febris». En medio de las profundas alucinaciones causadas por la temperatura corporal, tiene lugar la imagen, ya sea un rostro o un objeto, de aquello que alterará irremediablemente el destino del paciente.
    Los testimonios de la Ventura Febris son numerosos; entre los más célebres se encuentra la aparición del arcangel Gabriel a Mahoma, el símbolo cristiano que Constantino vio la noche anterior a la batalla del Milvio o la imagen de la quijada de asno que despertó angustiadamente a Caín.
    A pesar de la fugacidad con la que se muestra, algunas personas aseguran seguir padeciendo la Ventura Febris aun en estado de vigilia, durante mareos, a través de la niebla matutina o en espejos de agua.

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  • Broadcasting

    Siempre quise que mis palabras resonaran por dentro de tu corazón; grabarme en ti, igual que Moises en el pueblo de Israel, con letras de fuego. Esta fue la única manera.

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  • CLARA ANGELINA
    16/04/2009 11:51 pm

    CUENTO: «DIOSITO»

    ALGUIEN BAJÓ EL SWITCH.

    -PENSÓ.

    ERA UN TERREMOTO.

    FIN.

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  • habriase que ver a la abuela maria cuando la encontramos aquella mañana de canarios chillones, toda ella y su carga de sobada fatiga de tantos partos, nuestros partos en realidad, inclinada ahi con los guantes fosforecentes de caucho, los concetrados olores que ya habian corrido al gato filippe, habria que verla con corbas tumbadas en aquellas baldosas partidas cual arrugas de su cara, por soportar el cuerpo de tantos pasos, habria que verla como afanaba secretamente en aquel abandono postergado, dando y dando al trapo sobre la pantalla de cristal, y quesqe dijo, que la imagen no se escurria y no vaya hacer que la famalia la culpase , que no tenian derecho, llimpiase y limpiase, con los guantes rotos aquella mañana desde que el junior se fue en aquel accidente ampliamente documentado, y la imagen quedo en esa forma de cristal liquido en los ojos de la abuela, abria que ver que filippe se termino comiendo al canario.

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  • Pensó que sería bueno imaginarla y así lo hizo. Sus manos se elevaron en el aire de su vacía habitación para delinearle sus caderas, su exquisita cintura, su rostro que era un huerto de ilusiones. Roció perfume, el más fino, para oler a cada paso su presencia. Con su índice, le dibujó un coqueto lunar.
    Bailaba con suave cadencia mientras paraba sus labios, que rozaba apasionado en aquella boca transparente. Y llegó a amarla tanto que cuando él salía de casa, por si demoraba mucho, le prendía el televisor con una imagen suya, pues sabía mejor que nadie lo triste que era padecer la soledad.

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  • El pijama de Eco

    He ahí que Humberto Eco descubrió, no sin tristeza, la diferencia entre el espejo y la televisión mientras miraba una conferencia suya en un video tape de los ochenta. “El espejo, al menos –dijo al tiempo de congelar la imagen–, tiene la ventaja del olvido. En cambio la televisión…” se acomodó el pijama, se mesó la barba y pensó en el infierno de la memoria. “Sí –dijo–, el infierno de la memoria”. ¡Carajo!, pensó en italiano, “el infierno de la memoria”. Prometió escribir algún día un libro sobre aquel infierno, pero, y esto fue un regalo para un hombre como él, lo olvidó de inmediato.

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  • Así que despues de tantos años de busqueda, en una remota región de la Etiopía, el reconocido científico y y arqueologo griego Mikas Jagueras, habia encontrado la legendaria Arca de la alianza; pero cuando él y su grupo la llevaron al campamento para abrirla, nunca imaginaron que dentro de élla encontrarían grabados en video los 10 mandamientos.

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  • Saludos Alberto, soy Fco. kubaliz y fuíi alumno tuyo del taller de cuento allá por el 2000, es un placer saludarte otravez.

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  • Él abre los ojos. La habitación oscura y vacía con apenas una mesa de madera y un televisor apagado le resultan desconocidos. Todo le parece ajeno y misterioso. Piensa que son cosas que jamás había visto. Se llena de un sudor frío que le recorre todo el cuerpo. Cierra los ojos e intenta recordar. Nombre. Cara. Amigos. Pareja. No puede. No hay nada. De alguna manera todo ha desaparecido. Lo que era. Lo que lo formaba. Se ha quedado sin pasado. Con un presente que le resulta nublado y aterrador. Se tira al suelo y quiere llorar pero todo se contiene y se acumula en su pecho llenándolo de un dolor que lo deja mudo. Permanece tirado en el suelo. Sus ojos abiertos como esperando una señal que desencadene un desfile de recuerdos que lo traigan de vuelta a este mundo en el que ahora no es nadie. Su respiración se agita. Aprieta sus manos contra su cara en una danza que obedece al ritmo de un gritito que sale de su boca de labios agrietados.
    De repente su cuerpo se conmociona y de un salto precipitado se pone de pie y con sus manos empieza a tocar su rostro como si sus dedos fueran los exploradores que llegan a una tierra que jamás han pisado. Una barba prominente que rodea una piel grasosa conducen hasta unas gafas gruesas de un plástico que adivina indestructible. De pronto un sonido tieso rompe con el silencio de la habitación. El televisor se enciende… un rostro aparece… se reconoce…los recuerdos…un grito…el televisor se apaga… todo comienza…

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  • ¡Hola, Francisco! Qué gusto saber de ti. Que no sea la última vez; bienvenido.

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  • Voto por el de Miguel Lupian!! si se vota aquí? soy nueva… por cierto qué buena página 😀

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  • Gracias, Lila. Sí, aquí puedes dejar tu voto. Bienvenida.

    Y los demás, recuerden que todavía quedan cuatro días para participar… 🙂

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  • Monaguillo Resentido
    20/04/2009 5:53 am

    Nicknames, Nicknames

    Se hacía llamar en la red el sacerdote y solicitaba acólitos para sus ritos. Acudimos varios adolescentes inocentes (e imprudentes) a la convocatoria. En cuanto lo vimos le pusimos de apodo el sacerdito debido a su escasa estatura. Después de que nos hizo lo que nos hizo y vimos en video lo que a otros más hizo cambió automáticamente su sobrenombre de sacerdito a sacerdotototototote

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  • EL INICIO.

    Lo sé y lo siento, al llegar a la habitación vacía del hotel, vacía de tu presencia, llena de lágrimas, sólo encontré un vidieotape con una etiqueta que decía mi nombre.
    Ya que las lágrimas no me dejaban ver, como suelen hacerlo las caprichosas, decidí hacerle caso omiso a la etiqueta que decía: Ponme en la videocasetera.

    Y entonces la habitación se llenó de tu presencia: En la pantalla tu diciendome aquello que sonaba entre mis sueños como el deseo reconfortante de un beso: Te quiero, pero me fui porque tu no soportas la idea de que sea padre…

    Era verdad. Yo con mis 23 y tu con tus 45 realmente no haciamos una pareja exquisita, pero quizá en otra cinta, quizá algún día el tiempo nos alcance y esto sólo sea el comienzo.

    Desnuda en la cama, viéndote una y otra vez lo comprendí: Podría ser el inicio de mi propia vida, tu hablando, yo escuchando y la vida allá afuera, sucediendo.

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  • Hidra

    Se dice que la cabeza fue hallada hace más de 30 años, durante la construcción de una carretera en lo que alguna vez fue el camino sagrado entre Eleia y Lerna. La leyenda cuenta que, al remover una gran roca con maquinaria pesada, se encontró la vacija de bronce en cuyo interior yacía lo que una crónica nombró como «la cabeza viva de un dragón». A partir de ese momento, las historias alrededor de ese suceso y de lo que ocurrió después se confunden con todo tipo de leyendas. Una versión señala que, después de que varios trabajadores cayeron muertos en el sitio, un equipo proveniente de Atenas llegó al lugar y con el mayor sigilo, levantó los cadáveres, compró generosamente el silencio de testigos y se retiró llevándose consigo la cabeza de dragón. Lo que ocurrió después, nadie lo sabe, pero se rumora que la cabeza, con su infinita habilidad para anestesiar y encadenar el corazón humano, fue puesta en el interior de una bóveda a la que sólo un guardia tenía acceso. Cada luna nueva, el guardia, un hombre robusto que usaba una barba cuidadosamente recortada y gafas, tenía la obligación de entrar a hacer una inspección. Un día, éste desapareció llevándose consigo la cabeza.
    Desde entonces, el mundo vive bajo el dominio de ese hombre. Su cabeza, ese rostro omnipresente, aparece multiplicado en todos los televisores del planeta, proclamando el triunfo de la Hidra a la que, esta vez, según su prédica hipnótica y estúpida, ningún Heracles podrá jamás vencer.

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  • El séptimo día

    Al principio Dios creó el cielo y la tierra. Trabajó arduamente por seis días creando uno a uno, desde la luz hasta el hombre, los prodigios animales, vegetales y minerales que pueblan el planeta. El séptimo día, Dios concluyó su obra.

    Para celebrar bendijo ese séptimo día y ordenó al hombre y a su eterna descendencia, consagrarlo a alabar los milagros de la creación. Durante siglos, se metió en templos y santuarios de todo tipo, donde cada siete días, los hijos del hombre acudían a visitarlo y hacerle los honores.

    Hace unos años (menos de lo que toma un respiro en tiempo de Dios), se dio cuenta de que muchos hombres faltaban a verle, por eso, acudió con los más reconocidos especialistas en manejo de imagen, renovó a todo su primer equipo de colaboradores, colgó la túnica, compró trajes nuevos, calzado de moda, se puso lentes, cortó su cabello, se tiñó la barba y se metió en la tele. Fracasó porque ese día estrenaban el nuevo reallity de moda.

    Esta es palabra Dios

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  • Sonrió discretamente, pausó la reproducción y le dijo al oído:

    – Trémula, detrás de las cortinas y con la luz apagada, mi madre lo filmaba todos los días desde aquella ventana.
    – Lo sé. Ednna también…
    -¿Cerramos las cortinas?
    -Temo que sea demasiado tarde.

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  • MKT

    Adoptando la imagen del barbudo de Jarabe de Palo, después de los canales de música y tres de ruido gris, ahí estaba. Renovado, aún acostumbrándose al no infinito, al blanco y negro, a la transmisión de fe mediante ondas televisivas, bien asesorado por Philip Kotler y un bonche de mercadólogos ya enterrados, Dios arremetía (en una mega campaña) contra los infomerciales de todas las demás religiones, contra el 01 900 B U D H A, contra los mensajes de texto de los brasileños que gritan su nombre y jamás lo consultaron, en un mensaje minimal, global, subliminal, completo, como Dios manda.

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  • Otrova Gomás
    21/04/2009 1:31 am

    VIDA TV

    Llegó un día a su casa y al encender la TV le llamó la atención ver los movimientos de su imagen reproducidos fielmente dentro de la pantalla. Pensó que se trataba de una broma. Se cansó de buscar la cámara en miniatura, escondida por algún bromista. Nunca la encontró. Le intrigó ver que la imagen en el monitor a veces mostraba eventos ocurridos minutos antes. Pensó que se trataría de un sistema de grabación y reproducción. Se asustó mucho al ver que el monitor en ocasiones también mostrara imágenes que, contra toda lógica, sucederían minutos después. Hoy al llegar encendió de nuevo la TV y ahí se mostraba su imagen en el piso entre un charco de sangre. Retrocedió aterrado. En ese preciso momento irrumpió en la recámara el ruido que hizo la puerta al abrirse…

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  • Felipe Huerta
    21/04/2009 4:46 am

    Virtuality Show

    En el principio fue la TV…

    Después vinieron: películas, novelas, deportes, música, caricaturas, comedia, noticias, documentales, entretenimietno, reality shows, comerciales…Al final siempre venían los infomerciales. Y después de ellos, un día apareció en mi tele: Él. Con barba de candado y lentes. Burlándome, quise ponerle de nombre: El Profeta. Él me aclaro que era el Mesías. Pensé que sólo aparecía en mi TV. Él me aclaro que estaba en todas las teles. Le dije que el hombre había inventado la TV y por lo tanto a Él. Me aclaró que Él nos había creado, a su imagen y semejanza. Traté de apagar la TV al tiempo que le decía que él mentía, que era esclavo de mi control remoto. Intenté en vano apagar el aparato. Me dijo que Él era libre y nosotros sus esclavos, parte de su proyecto, que no nacíamos sino que nos hacía ingresar y que no moríamos sino que eramos nominados y expulsados, que no crecíamos y nos reproducíamos sino que nos desarrollábamos de acuerdo a su guión. No pude apagar el monitor, le pedí , le exigí gritándole que se callara. Me miró molesto y me dijo que ya se estaba aburriendo. Me apuntó con su control remoto y oprimió un botón. CLICK

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  • Ya sabíamos que ibas a irte. Desde el primer día. Desde la primera noche que dejaste tus enormes gafas junto a mi cama y me raspaste la cara al besarme con esas barbas tuyas, tan densas. Ya lo sabíamos. Por eso me dejaste grabarte mientras hacias la cama, te limpiabas los dientes, regañabas con esa voz tan oscura al gato… Ahora me sigues mirando, desde el televisor. Y no me averguenzo de decir que duermo más tranquila cuando sé que estás cerca.

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  • M. Santos
    21/04/2009 8:41 am

    Herencia
    Y por fin sucedía sin que yo pudiera darme cuenta, porque estaba dormido. El rojo del REC lo indicaba, mi primer sueño estaba siendo grabado. Y la pantalla sin espectador vigilante lo atestiguaba.
    Debía decir que el ambiente allá afuera era favorable: nubes elegantes y amenazadoras cerrando el cielo, sin poder diferenciar si había un alba o un ocaso. La luz parecía estar abandonándolo todo, agónica, resignada y no muy distinta a la de la imagen. Tenía razón, yo no puedo soñar en color.
    Su registro, frecuencia y sintonía, me hizo sobrevalorarlos, creer que eran más interesantes que mi vigilia, y aun más, que habría allí en su registro visual otra información incapaz de retener yo aquí.
    Mi padre frente a mí, con su barba menos rancia, fuera de cuadro, sutil e irritante. Le acabo de decir que en la escuela hay unos niños que me molestan mucho; hoy abrieron mi mochila y me tiraron los cuadernos. Ya sé lo que hará ahora, lo sé porque lo he soñado toda mi vida. Se soltará a llorar. Y yo no entenderé por qué lo hizo.
    Sé también lo que sigue.
    Ni aquí ni allá hay tolerancia a la frustración, dos y un instantes más; uno preciso en que se prenden las ambarinas lámparas del alumbrado público; otro intermitente en que muere-se-funde un foco ahorrador hasta que sólo queda un olor chamuscado. Estática en la tele.
    Eugenia esperaba el transplante de pulmones, Virginia la legalización de la eutanasia… yo sólo quería una grabadora de sueños… y un tercio más de vida, si no cómo iba a poder revisarlos.

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  • MI «Yo»

    Adán y Eva regresan de la sala acompañados por Theo, quien les mostró desde lejos; un extraño aparato de: forma cuadrada, color oscuro y con un frente de cristal. Al mostrárnoslos exclamo con un tono grave:

    -Queda prohibido tocar lo que les acabo de mostrar, al que desobedezca mis ordenes será castigado severamente.

    Aquel día la pareja se sumergió en dos perspectivas la primera: en la prohibición dictada por Theo y en la lista de acciones drásticas para quien desobedeciera, y la segunda: en el deseo colectivo de: tocar, ver de cerca, sentir la textura de esa figura cuadricular que los arrastra y los detiene al mismo tiempo, hacia un drama o quizás hacia una tragedia.

    Por largo tiempo discutieron el tema, los dos completamente obsesionados con esa imagen misteriosa que vieron; decidieron arriesgar su existencia al maquinar el plan preciso que los llevaría a poder acceder a esa extraño aparato.

    A la llegada de la noche todo estaba preparado, esperarían que Theo durmiera para trasladarse hacia la sala.

    Caminaron hacia su destino los dos entes nerviosos.

    -¡Tengo miedo!, -exclamo Eva con voz aguda al penetrar en la sala que permanece en completa oscuridad-.

    Con pasos lentos y sigilosos se introducen, Eva detrás de Adán transpira sin control, su pulso se acelera, el pánico la bloquea, la envuelve con alevosía en una desesperación; que la lleva a abandonar la sala y a Adán.

    -¡No me dejes Eva!, -Gritó con decepción e impotencia al oír los pasos ágiles que se alejan-.

    Adán retomo su espíritu e inicio el camino hasta posarse de frente ante ese extraña figura. Enciende una lámpara la cual detalla sin fuerza la estructura del cuerpo cuadricular que yace inmóvil, Adán lo observa, sus emociones brotan al ver con detenimiento aquélla figura, se acerca cada vez mas, eleva su mano, no recuerda la prohibición y oprime con alevosía el primer botón. Los ojos absortos de Adán descubren con gran placer su rostro sumergido en esa brillante y mágica caja de televisión.

    El castigo por desobedecer, fue la de vivir con Eva, vivir con la inseguridad, la decepción, el abandono, existir junto a un alma incompleta.

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  • Mi » YO» (segundo final)

    Adán y Eva regresan de la sala acompañados por Theo, quien les mostró desde lejos; un extraño aparato de: forma cuadrada, color gris y con un frente de cristal. Al mostrárnoslos exclamo con un tono grave:

    -Queda prohibido tocar lo que les acabo de mostrar, al que desobedezca mis ordenes será castigado severamente.

    Aquel día la pareja se sumergió en dos perspectivas la primera: en la prohibición dictada por Theo y en la lista de acciones drásticas para quien desobedeciera, y la segunda: en el deseo colectivo de: tocar, ver de cerca, sentir la textura de esa figura cuadricular que los arrastra y los detiene al mismo tiempo, hacia un drama o quizás hacia una tragedia.

    Por largo tiempo discutieron el tema, los dos completamente obsesionados con esa imagen misteriosa que vieron; decidieron arriesgar su existencia al maquinar el plan preciso que los llevaría a poder acceder a esa extraño aparato.

    A la llegada de la noche todo estaba preparado, esperarían que Theo durmiera para trasladarse hacia la sala.

    Caminaron hacia su destino los dos entes nerviosos.

    -¡Tengo miedo!, -exclamo Eva con voz aguda al penetrar en la sala que permanece en completa oscuridad-.

    Con pasos lentos y sigilosos se introducen, Eva detrás de Adán transpira sin control, su pulso se acelera, el pánico la bloquea, la envuelve con alevosía en una desesperación; que la lleva a abandonar la sala y a Adán.

    -¡No me dejes Eva!, -Gritó con decepción e impotencia al oír los pasos ágiles que se alejan-.

    Adán retomo su espíritu e inicio el camino hasta posarse de frente ante ese extraña figura. Enciende una lámpara la cual detalla sin fuerza la estructura del cuerpo cuadricular que yace inmóvil, Adán lo observa, sus emociones brotan al ver con detenimiento aquélla figura, se acerca cada vez mas, eleva su mano, no recuerda la prohibición y oprime con alevosía el primer botón. Los ojos absortos de Adán descubren con gran placer su rostro sumergido en esa brillante y mágica caja de televisión.

    Theo se aproxima con Eva frente a Adán; que no deja de admirar la televisión, y exclama: -Me has desobedecido y tu castigo será el escoger entre Eva y la televisión-. Silencio en los rostros, Adán voltea a mirar a Eva brevemente, después, se queda fijamente observando la televisión hasta la llegada de su vejez.

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  • Javier Alfaro Martínez
    21/04/2009 9:54 pm

    El Perdón

    Esa noche me acosté temprano. La seguridad de pasearme eternamente por el infierno me causaba emoción. Mentí, manipule, engañe e hice todo el daño posible, sin sentir por ello remordimiento alguno para conseguir mi objetivo.

    Había cortado en forma certera mis miedos. Un cálido torrente color púrpura manaba por las muñecas de mis manos. El sueño me vencía cuando sentí que mi pecho se templó para darle paso a un aliento gélido. Mis ojos débiles lentamente se cerraron.

    Cuando desperté. Unas figuras etéreas me conducían a una gran puerta. Al llegar me mostraron una televisión que se hallaba sobre una mesa. Apareció la imagen de quien dijo ser el apóstol Pedro y que en un breve discurso me daba la bienvenida al paraíso. Mire lastimosamente a quienes me sostenían de mis brazos. Con una sonrisa que poco a poco se fue convirtiendo en una mueca de ironía, me respondieron: “Dios te ha perdonado”.

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  • Le di pausa a la imagen para mirarla de cerca. No quería pescar ese preciso momento, sólo quería pescarlo a él, a su ansiedad de péndulo remoto mientras le hacían las preguntas más idiotas en la entrevista. Había sido entrevistado en televisión nacional días antes de largarse a ese otro país que él llamó, primero, «su segunda patria» y que terminó por reconocer como su lecho húmedo de muerte. Pero había sido entrevistado en televisión nacional, eso es lo que importa. O eso es lo que a mí me importa.

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  • Le di pausa a la imagen para mirarla de cerca. No quería pescar ese preciso momento, sólo quería pescarlo a él, a su ansiedad de péndulo remoto mientras le hacían las preguntas más idiotas en la entrevista. Había sido entrevistado en televisión nacional días antes de largarse a ese otro país que él llamó, primero, «su segunda patria» y que terminó por reconocer, y supongo que bienvenir, como su lecho húmedo de muerte. Pero había sido entrevistado en televisión nacional, eso es lo que importa. O eso es lo que a mí me importa.
    No vi la entrevista tantas veces –tal vez 3 ó 4 –porque ya vivía con Paulina y Paulina le odiaba en silencio; le odiaba dentro de la inmensa admiración que sentía por él. A mi hermano tampoco le caía sin pesar Paulina. Su relación era la cosa más hermosa: mi hermano enamorado de mi novia; mi novia enamorada de mi hermano; ellos dos enamorados de mí y en perpetuo conflicto por no poder satisfacer ninguno de sus deseos para con el otro. Claro, ni Paulina ni él pensaban mucho el uno en el otro. Creo que no pensaban en eso siquiera, y yo quería mantenerlo así. Enterarse de que había videograbado la entrevista que le hicieron en televisión nacional habría sido un acabose dentro de todos los acaboses en que podríamos incurrir. Pero yo adoraba su inteligente oscilación, su incomodidad, su miedo, su dolor de cabeza, su vista borrosa, sus manos que sudan, su deseo de dar las respuestas más lúcidas y su incapacidad de hilar oracione largas, por no decir coherentes.
    Y mi hermano ya murió. Paulina y yo podemos descansar en paz y él, columpio de alabastro puro, cometería un suicidio semanalmente si se enterara que yo estoy aquí, tratando de recordar cuánta graduación tenía en sus lentes.

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  • perdón por los dos comentarios, le piqué un enter estúpido y bueno, el segundo es el que cuenta… ji.

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  • LA ÚLTIMA MEMORIA

    Permanezco tendido sobre el terraplén, exhausto, la sangre llena los ojos y la garganta. Está ahí, en la oscuridad: un inmenso y ridículo monitor. La luz intensa que irradia me ciega. Busca a su víctima, al sobreviviente de la invasión. Estos seres en nada se parecen a los que solían habitar hace pocos días el planeta. Han perdido el cerebro y las manos y los pies. Simples y enormes cubos que oscilan sobre el césped.
    Soy el último vestigio de la raza humana: un gato doméstico que aprendió a odiar y a no despedirse por cobardía y al que la memoria lo está volviendo loco. Recuerdos: desaparecen, apenas puedo asirlos con esfuerzo; es la agonía. Sólo falta un momento y ya no habrá nada ni nadie que relate historias. Se terminó.
    La memoria enmudece, de a poco, apenas escucho su intermitente y desesperado murmullo.
    El monitor me ha visto, viene a desconectarme como dicen ellos: ____________.

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  • No es el hecho de que la puerta esté cerrada con llave ni la idea de que se haya metido alguien, tampoco la posibilidad de que esté esperándome en la alcoba listo para asesinarme en lugar de huir. No me da miedo pensar que hay un ladrón en la casa, ni tampoco la casualidad de que el sujeto del televisor sea casi idéntico a Cortázar. No, no es nada de eso, lo que me tiene aterrado, en verdad, es que la televisión está encendida y no ha habido luz en toda la noche.

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  • Jorge Ramos
    23/04/2009 9:16 am

    Estaba anodaddo por ver como del otro lado del crsital había tanta violencia, perversiones sexuales, degeneración y podredumbre humana. Tenía tiempo que no veía de frente la pantalla, siempre creyó que la ficción supera la realidad; sin embargo, hoy se atrevió nuevamente a encender el monitor y vio con estupor y tristeza que el mundo real es todavía más porquería que esa serie policiaca nortemaericana en la que el vivía y decidió mejor apagarse.

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  • Uno súper corto:

    REBELDE.

    «Te dije que si usabas esos lentes… te iban a descubrir…»

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  • INSOMNIO

    Finalmente, toda su resistencia a la invasión de imagenes, palabras y colores, se derrumbó. En silencio y a escondidas, encendió ese aparato repudiado. Ahora, tal vez, podrá soportar el paso del tiempo.

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  • 1984

    Al principio, el pacto sólo sería vigente en tanto el orden se restableciera: Ellos renunciaron a su libertad a cambio del beneficio colectivo. La guerra entre zetas, sinaloenses y familiares había cundido por el país y estaba a punto de desgarrarlo. No había nadie ya que no hubiera perdido a un ser querido víctima de un secuestro o de un asesinato.

    La propuesta de gobierno pareció la única salida aceptable. Por eso nadie reculó cuando desapareció el Congreso, ni se armó la grande cuando anunciaron la creación del tal Ministerio de la Verdad. Todos los derechos fueron revocados. Ellos decidieron que mandarían para siempre y no hubo nadie que se atreviera a contradecirles. Cada veinte metros instalaron cámaras con las que registraban nuestras más íntimas actividades y pantallas a través de las cuales se nos daban órdenes y hacían anuncios.

    Ayer, mientras esperaba mi transporte, le comenté a una mujer que esas cámaras a veces me intimidan. Fui detenido veinte minutos más tarde y aquí estoy todavía tratando de explicarle a ese barbón de la pantalla que no soy un delincuente, que simplemente a veces hablo sin pensar muy bien mis palabras. Escuché que sólo me darán tres años de prisión.

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  • Cuando la tecnología nos alcance

    Miro con atención el escaparate y recuerdo cuando me contaba mi padre que parecía que la ficción nos había alcanzado; y ponía como ejemplo las aventuras de Flahs Gordon, que él conoció de chico como Roldán el Temerario, con su aparato de comunicación a larga distancia e inalambrico, y hoy tenemos el telefono celular; o cómo tenía que ir al cine para ver diferida despues de unos tres días una pelea de campeonato o la serie mundial de béisbol y ahora podemos verla en vivo y a todo color; o cómo una carta escrita o una noticia de otro país tardaban en llegar y nosotros con el internet y con el correo electrónico nos comunicamos y nos enteramos de lo que pasa en el mundo al instante; de cómo cuidaba y catalo-gaba su grán colección de discos de acetato que ocupaban la mayor parte de la estanteria y que todos juntos no llena-rían mi MP3 de 120 gigas que me cabe en la mano; o que nunca imaginó tener una pelicula y poder ver a Errol Flynn, James Stewart o Alain Delon sentado comodamente en el sillón de la casa.
    – ¡Hay, mi papá tán exagerado! – pensaba – Es que está caduco…….
    Pero ahora, curiosamente me siento igual que él, pues viendo lo último en tecnología de computo, audio y video, encuen-tro que hasta los genios de los cuentos se han adaptado a los nuevos tiempos y han dejado atras sus lamparas de aceite, que ya nadie utiliza, o sus botellas, tan dificiles de encontrar porque la mayoría estan hechas con pet, y los en-contramos disponibles en DVD Blue Ray y salen (algunos bien modernos con sus gafas) con solo frotar la pantalla, o en el peor de los casos al oprimir el play.

    Responder
  • Alejandro Olvera
    24/04/2009 9:20 am

    TESTIMONIO ANGULAR

    B se encontró con A y éste le devolvió un dejo de cierta compasión y reclamo. B lo vio de arriba abajo, a través de largos y cansados minutos, sin parpadear siquiera, desde la imagen detenida en un pause que pareciera llevar una eternidad hasta el presente. ¿Y tu… familia dónde está? le preguntó con la cuarta parte de uno ojo y la mitad del otro. A no contestó y bajó la vista, fiel a su actitud derrotada. B contempló, entre el polvo pegado a la pantalla del televisor, la ropa regada por todos lados y unas flores extremadamente marchitas que hacía mucho tiempo quiso regalarle a una mujer que había perdido sus mejores años. Sólo la soledad crece con la humedad de los años, se dijo. Deberías buscar una mujer que ordene tu casa, que recoja tus ansias, que limpie tu corazón. B no contestó. Permaneció frente a la televisión, haciendo caso omiso de las palabras pausadas que salían como botones desde ojales sucios de abandono y odios, dejando descubierta una desnudez que A no iba a justificar de ninguna manera, para eso estaba B, quien ya lo había dicho todo y por un volado momento desconoció al A que se acercó rasurado y con las canas apagadas en un rumor juvenil, falso y barato, apagó el televisor y B se esfumó, iba a rasurarse y a teñirse las canas, luego analizaría el video que a nadie iba a dejar como explicación y testimonio de su soledad.

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  • Arturo de la Torre
    24/04/2009 9:22 am

    AMETROPÍA ESQUIZOFRÉNICA

    Observé su rostro, sí, miré su foto contemporánea con anteojos. Él era, sí, él era Julio Cortazar, yo pensaba y veía felizmente anillos olímpicos girando sobre su nariz.
    Sólo pienso en sus ojos de Julio, más separados que los del retrato al colocarme mis gafas.

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  • Abro la puerta del baño. Recibo el pequeño envoltorio con cocaína. Lo abro. Distribuyo el polvo en un par de líneas con una tarjeta de crédito. Me acerco al borde del lavamanos. Lo aspiro por la nariz. Repito la operación. Me lavo la cara. Me miro en el espejo. A mis espaldas, escucho que alguien se pedorrea. Alguien intenta vomitar. La tos es fuerte y nada. No vomita. Imagino ese par de escenas, al par de tipos que están dentro. Tres golpes cortos a la puerta: la señal de que alguien más entrará al baño. Mojo un poco mi cabello. Me miro fijamente en el espejo y comienzo a pensar si realmente Dios lo ve todo, si inhalará cocaína, si puede ver al par de imbéciles intentando cagar, intentando vomitar. Me sonrío. Saludo al tipo que entra. Abre su envoltorio, arma un par de líneas e ihnala. Gracias, le digo, cuando me invita un poco. ¿Usted cree en Dios?, le pregunto. A veces, me responde. Dios está en todas partes, le digo. ¿Ah sí?, me pregunta, mientras saca un cigarrillo e intenta encenderlo. Dicen que puede verlo todo, le digo. Cierto, eso dicen, me dice. ¿Usted lo cree?, me pregunta. Es probable, le digo. Quizá Dios sea un ingeniero o un tipo muy listo, tan listo que para saber lo que hacemos convirtió los televisores en sus ojos. Tenga cuidado. Ese televisor por donde transmiten las películas porno o las novelas o las noticias, ese que tiene usted en su habitación, quizá sea una rendija por donde Dios lo ve coger, comer, dormir, le digo. Puede ser, me dice, puede ser, me dice. Un zumbido cruza por mi cabeza. Bien, es hora, le digo, y me dirijo a la salida…

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  • Había regresado la cinta una, y otra, y otra vez. A pesar de sí mismo, era él. Pudo haber rechazado el trabajo desde el principio. Pero ya no podía dar marcha atrás y ahora estaba ahí, contemplando ese rostro tan absurdamente familiar.

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  • Thierry Meyssan
    24/04/2009 11:24 pm

    Apocalíptico

    Venía con el cuerpo de seguridad de Barack Obama. Por supuesto al principio no nos lo dijeron.Hablaron mucho, como siempre, tomaron medidas insuficientes y contradictorias, como siempre. Perdieron tiempo precioso, como siempre. Cuando al fin se decidieron a informarnos verazmente a través de los medios, no había nadie del otro lado de los monitores que pudiera escuchar la verdad

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  • Felipe Huerta
    24/04/2009 11:31 pm

    Integrado a los circuitos

    Mi monitor de TV comenzó a presentar un problema. Al principio era un punto oscuro en el centro. Era molesto pero permitía ver las imágenes. Con el tiempo fue creciendo y se hizo una especie de vórtice. Llamé a un técnico. Quedó solo en el cuarto reparándolo. Tardaba mucho, cuando le llevé un refresco para ver cuál era el avance de la reparación noté que el técnico ya no estaba. Se encontraba dentro del televisor. Al principio fue una situación difícil pero poco a poco fue acostumbrándose. Lo he visto dando las noticias, haciendo de cómico, actuando en las peículas y recientemente fue el autor del gol de mi equpo favorito.

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  • Asi es Felipe, yo conosco a varios que quisieran ser ese tecnico en electrónica y poder meterse al televisor para ayudarle a la Seleccion Nacional de futbol o al America. ¡Buuaaggh!

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  • A destiempo (aunque ya no entre al concurso), pero de todas formas lo pongo:

    MIEDO

    Mis parpados no se doblegan, quieren seguir inertes. Miro el monitor, una y otra vez. Tu imagen sigue allí… Ya me lo habían dicho mis hermanos, los que siempre me cuidan, los que siempre me protegen: “el fin está por llegar, él vendrá, nos redimirá a todos”…

    Ahora tengo miedo, sé que no cumplí, sé que mentí. Me sigo flagelando, pero es inútil, volteo y aún estas ahí…

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  • Hola a todos. Con este mensaje queda cerrado el concurso del mes de abril. Por ser días complicados y circunstancias especiales, entrarán todos los textos incluyendo el anterior.

    Cuídense, no dejen de mencionar los textos que más les gusten y nos vemos en un par de días con los resultados. Gracias a todos.

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  • voto por apocalíptico, de Thierry Meyssan

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  • Voto pot la historia de Yair, la mayoría de las historias son buenas y felicidades por este sitio. Los cuentos de Alberto son exelentes, fui a la presentacion del libro Los esclavos y aunque no la he leído aun, creo que es una lectura que nadie se debe perder, ya les platicaré. Gracias.

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  • La magia de las Luces

    Nadie se ditrae con una imagen, aunque le parezca la más remota. Siempre hay una estúpida empatía por una tele o una instantánea. Qué me puede decir este maldito amparado entre sus anteojos vidriosos y su imagen de la misma forma. Somos demasiados tontos para comprenderlo…qué nos diría, que no nos diría, qué es lo moralmente que no nos comunicaría. Solamente ante nuestras plegarias de control remoto, esbozaría una imagen, miraría a la cámara y ejecutaría:
    _Gracias por tu comentario_ Anónima como todos.
    Alegaría ser persona que le pregunta a la persona pero es el Gran Show!
    Detrás de las luces, guiones y cortes comerciales, se saca sus lentes y simplemente espera llegar a su casa.

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  • Y quién ganó?

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  • Creo que el Real Madrid…

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  • Hola a todos. Hoy por la noche estarán los resultados y la convocatoria al nuevo concurso. Saludos…

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  • Buenas noches (días) a todos. Y, primero que nada, una felicitación general: los textos concursantes de este mes fueron, en conjunto, inusitadamente buenos.

    Hay dos ganadores: «Virtuality Show» de Felipe Huerta, por su imagen directa y dickiana, y «Catemacotech S. de R. L.» de Mangarju, por la razón opuesta: su insinuación sutil.

    Y hay más de dos menciones, como podrán ver… Las reciben «¿Será posible?» de Miguel Lupian, «El séptimo día» de Fernanda, el cuento sin título de Yair Lira, el cuento sin título de David Chávez, «Górico el fantasma» de Górico Junior, «Ventura Febris» de Carlos Monaura y «El pijama de Eco» de Alonso.

    La resonancia de la televisión en muchos de los textos (por no hablar de la presencia frecuente de la opresión y de esas ambiguas figuras divinas) dice algo del tiempo en el que estamos. Qué bueno que siguen animándose a decirlo.

    Nos vemos prontísimo con el nuevo concurso. Gracias y felicidades a todos.

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  • cecilia Arce
    07/05/2009 12:27 pm

    ahora un poco asustado de todas las situaciones que hanb pasado en estos dias me detengo a meditar profunadamente de aquellos sucesos que me trae dando vuelta la cabezacomo dardos.
    imaginnado cada imagen , cada palabra , cada esena que me hacxe amar la vida y al mismo tiempo odiarla me detengo por un instante recuerdo lo que amo de aesta; a mi familia , mias amigos micarro y mi telefono al dienero no tanto por que como no lo tengo he dejado de ambicionarlo. ahora por totdo esto estoy apunto de perder todo lo que amo camino sin direccion por este rumbo transitado de la ciuudadd y me detengo a cotemplar la expresion que tiene mi rostro en el reflejo del crista.

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