Concurso

Concurso #25

66 comentarios

Una vez más, esta bitácora convoca a su concurso mensual. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:

Instrucciones:
1) Suponer que esta imagen ilustra una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están allí, qué hacen.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción), en los comentarios de esta misma nota.

El ganador de cada mes será elegido tomando en cuenta la opinión de quienes decidan opinar, y recibirá [fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][por lo menos; existe la posibilidad de otro premio] un trofeo virtual. Los concursantes deben dejar una dirección válida de correo electrónico, para poder recibir su premio. La fecha límite para hacer propuestas es el 24 de noviembre.

Quedan invitados.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

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66 comentarios. Dejar nuevo

  • LA NOCHE DE LA INFANCIA

    Los espectros sabían del día de «La Noche de la Infancia»; ese nombre daba el Klan a la celebración después de la cacería.

    Una vez al año, el alcalde permitía a los niños negros entrar a la feria. Sin embargo, también dejaba entrar a alguien más.

    Después de la masacre, el Klan montaba en los juegos para «purificarlos» con su presencia.

    No obstante, los espectros se cansaron de sus túnicas tan parecidos a ellos.

    Después de la muerte de los hombres blancos vestidos de blanco, el alcalde cerró la feria para siempre: sabía que si dejaba la puerta abierta, los espectros también lo buscarían.

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  • Rip van Winkle
    01/11/2007 9:25 pm

    La foto del recuerdo

    ¡Mira, soy aquel del fondo! Veníamos de jugar tiro al negro, con las bestias que sacamos del río, ¿te acuerdas? Yo a la primera le reventé el pecho a una, y en cambio tú fallaste tanto que casi tuvimos que dejarlo vivo. Luego, al anochecer, nos sentamos alrededor de la fogata, ¡que bien prendieron los restos de los animales!…Lo que me encanta de la foto es la manera en que contrastan nuestros picos con la forma circular de la ruleta. Es muy armónica, hasta hay una estrella que se asoma. Que luminosa tarde, ¿no es cierto?

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  • – !Madre!. !Es mi cumpleaños!. ¿No entiendes la diferencia entre bonetes y capuchas?. !Hubiera preferido que me ahorques!.

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  • Vakirstinkle
    01/11/2007 10:48 pm

    (tercer intento) por favor ingenieros del blog borren los demás

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    ……..e
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    …….n—i
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    E——————-t
    ———————a

    Responder
  • Vakirstinkle
    01/11/2007 10:54 pm

    último, lo juro

    ………..l
    ……….e..
    ………….c
    ………n….i
    ……..e……e
    …………….l
    ……o……….o
    …..i………….
    ….d…………..r
    …o…………….e
    …………………b
    .l………………..o
    E………………….t
    ……………………a

    Responder
  • De día la ruleta gira. De noche todo es negro.

    Responder
  • (siempre las confundo)

    De día gira la rueda de la fortuna. De noche todo es negro.

    Responder
  • Juro y doy fe que empezaba con: Madre y luego: Es mi cumpleaños.

    Cosas de la internet.

    Responder
  • Antes, cuando la fe (en Jesucristo) movía los objetos, nada se hacia sin el consentimiento de Él; así los coches, trenes y batidoras se movían por pura gracia divina, incluidas las Ruedas de la Fortuna (artefactos que en tiempos anteriores a los de Cristo, hacian lo que les placia y eran muy peligrosas). Estas al inicio fueron consideradas paganas, pero cuando se comprobó el favor que la fe ejercía sobre ellas, fueron bautizadas como Ruedas de Dios. Las ruedas siempre se movían hacia adelante (y se cuenta que) en movimeintos ascendentes. En la actualidad estos artefactos ya no existen; la inmortal rueda de la fortuna volvió a la vida gracias a la electricidad, quien la controla y priva de todo su poder anterior.

    Responder
  • Eran tan feos

    Eran tan feos que hasta para salir a divertirse tenían que cubrirse el rostro para no asustarse unos a otros, cuando subían a la rueda de la fortuna aseguraban con una correa interior para que el viento no les vuele la capucha y terminen siendo motivo de burla de todos los demás o causar una huida general.
    No se porque el gobierno tuvo que congregar a los mas feos del país en un solo lugar, creo esperaban que estando todos juntos no se asustaran de su fealdad pero resulto contraproducente, ya en todos lados le llaman el pueblo de los encapuchados.

    Responder
  • Los feos

    Eran tan feos que hasta para salir a divertirse tenían que cubrirse el rostro para no asustarse unos a otros, cuando subían a la rueda de la fortuna, única diversión del pueblo, aseguraban con una correa interior la capucha para que el viento no se las vuele y terminen siendo motivo de burla de todos los demás o causar una huida general por el susto de verlo.
    No se porque el gobierno tuvo que congregar a los mas feos del país en un solo lugar, creo esperaban que estando todos juntos no se asustaran de su fealdad pero resulto contraproducente, ya en todos lados le llaman el pueblo de los encapuchados.

    esta versión es la definitiva no tomen en cuenta la anterior.

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  • La Red Literaria del Sureste

    Invita a la conferencia

    Cómo quedamos de tanto quedarnos

    85 años de Trilce

    A cargo de

    Lic. Jorge Cortés Ancona y Lic. José Díaz Cervera

    Miércoles 7 de noviembre

    12 : 30 pm

    Facultad de Antropología

    Universidad Autónoma de Yucatán

    Para mayores informes:

    http://www.redliterariadelsureste.blogspot.com

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  • Cuando me invitaron no sabía qué pensar. Y sin embargo, aquella visión derrumbó por completo mis ensoñaciones más terroríficas, para trocarlas por una abyecta y más bien vulgar realidad: la fábrica de fantasmas estaba frente a mi ojos.

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  • Después de marearse un poco en una lúdica rueda de la fortuna, el clan se dedicaría luego a buscar el negrito en el arroz.

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  • Cierto, aquellos varones maduros disfrutaban de las estivales tardes en su feria privada. Sin embargo aquello les avergonzaba de tal manera que sólo podían relajarse bajo el anonimato de capuchas almidonadas.

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  • Para ser un pueblo fantasma, sus tétricos habitantes se la pasaban bastante bien entre ruedas de la fortuna y algodones de azúcar.

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  • Y todos los de la Cofradía quedaron de verse después de La Procesión del Silencio en la feria que pasaba por el pueblo. Dado que era el último día, ninguno tuvo oportunidad de cambiarse.

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  • Llegar al ágape sin capucha era igual de oprobioso como llegar a la orgía sin condón ¡Todos se me quedaron viendo!

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  • La Rueda de la Fe

    (corregido)

    Antes, cuando la fe (en Jesucristo) movía los objetos, nada se hacia sin el consentimiento de Él; así los coches, trenes y batidoras se movían por pura gracia divina, incluidas las Ruedas de la Fortuna (artefactos que en tiempos anteriores a los de Cristo, hacian lo que les placia y eran muy peligrosas). Estas al inicio fueron consideradas paganas, pero cuando se comprobó el favor que la fe ejercía sobre ellas, fueron bautizadas como Ruedas de Dios. Las ruedas siempre se movían hacia adelante (y se cuenta que) en movimeintos ascendentes. En la actualidad estos artefactos ya no existen; la inmortal rueda de la fortuna volvió a la vida gracias a la electricidad, quien la controla y priva de todo su poder original.

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  • Gracias por participar.

    Ya resignados, miran, añorantes y asombrados, como su compañero entra en la rueda de la vida y se transforma en cigoto.

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  • –¡Papá, papá! ¡Vamos a la rueda de la fortuna!

    –A esa sí que no podemos hijo.

    –Pero por qué- Preguntó el negrito.

    –Mejor no preguntes.

    –Bueno, pero ¿puedo tomar una foto a los fantasmitas?

    –Está bien

    Y el negrito se llevó su inocencia a otro lugar.

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  • Raúl Anibal
    05/11/2007 1:06 pm

    Al principio no era más que una broma de escoceses borrachos; un club para caballeros. Sonrío siempre al contemplar la imagen. ¿Quién diría que el recuerdo iba a iluminarse con la luz de cruces y carne, ardiendo en la memoria?

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  • […] Concurso del blog «Las historias»www.lashistorias.com.mx/blog/?p=188 por fatalespejo hace pocos segundos […]

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  • … y mira que yo siempre había pensado que las procesiones de Semana Santa eran otra cosa…

    Responder
  • EL ALMA MAS BLANCA,PUEDE SER LA PEOR
    Y HASTA EL ALMA MAS NEGRA PUEDE SER FELIZ……
    BUSCA LA MALDAD EN EL CIELO,
    PERO KUANDO DESPIERTES LA ENKONTRARAS AQUÍ

    Responder
  • Janet Aguilar
    06/11/2007 5:01 pm

    La Feria Anual del Condado de Montgomery, Kentucky; tuvo la peculiaridad de celebrar en 1923, el Primer Año del Orgullo Negro. La comunidad afroamericana, en ese momento a punto de sublevarse, tuvo la oportunidad de vivir sin prejuicios durante un día y usar sus proios uniformes del KKK, excepto por el logo en las partes traseras de los uniformes que mostraba a una sonriente Aunt Jemima, primer e involuntaria vocera de la raza negra en Estados Unidos.

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  • EL VIAJE SOÑADO

    Y creían que así llagarían al cielo, no los culpo, digo, -hasta yo me he subido con la idea de emprender un viaje para estar más cerca de esos grandiosos asteroides, haber si ahí encuentran lo que creen buscar, eso si todos juntos para no caer en la tentación del suicidio. Pues a esas alturas todo cabe en la posibilidad de poder ser o no ser posibles, por que ahí arriba es un lugar tan desconocido que asta da miedo aventarse y no caer nunca y flotar por siempre, y no llegar nunca a lo que se espera

    Responder
  • […] Vía […]

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  • [ este comentario fue borrado por el moderador]

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  • Caray, Alberto, voto porque borres ese comentario de Wong. Es (además de una gran mentira) particularmente purulento, envidioso, mala onda y cobarde (¿quién pitos es «Wong»). Ensucia el clima agradable y creativo; creo que es ofensivo no sólo para ti, sino para todos lo que leemos y participamos en el blog.
    Un escupitajo para Wong y un abrazo para Alberto 🙂

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  • Yo digo que no lo borres; su texto es muestra de increible talento. Sólo una observación: quizá debiera llamarse La Rueda de la Envidia en la Vejez. Es tan bueno que pareciera que ese sentimiento emana de cada una de las lineas.

    Cuidado con que luego te invite algún trago un viejito, «filósofo famoso», diciendote que te hereda toda su fortuna. No tomes el trago!!! hahaha

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  • Los de más alto valían más.

    …Y llegó el día de la venganza…

    Cuando los hermanos se sublevaron, cuando tomaron el poder, reunieron a todos los blancos y los vistieron con las ropas de sus verdugos, atormentadores, esclavizadores, amos.

    Aprovechando las instalaciones de la vieja feria, los obligaron a subir a la Gran Rueda, y, cual si fuera un pasatiempo más, practicaron el tiro al blanco toda la tarde y noche siguientes.

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  • Marco A. Velazquez Lozano
    08/11/2007 11:10 am

    ULTIMO DESEO

    No era muy comun en aquellos tiempos ver negros con los ojos extremadamente rasgados, por eso cuando los encapuchados alcanzaron al negrito y supieron que se llamaba Ismael Wong, gritaron de alegría.
    Y es que en Ismael se congregaban dos de las razas mas abundantes después de la gran inmigración.
    La tortura de Ismael duro poco, mas bien la aguanto por poco tiempo, y poco antes de matarlo, el jefe de los encapuchados le escupió la cara y en tono de burla le dijo que cual era su ultimo deseo.
    El negrito balbuceo algo, después garrapateo una dirección y por ultimo cerro los ojos antes de escuchar la detonación.

    Era ya medianoche cuando en la puerta del apartamento del Señor Wong se escucharon unos golpes impacientes. Antes de abrir, èl anciano observo por la mirilla y vio a un hombre alto y rubio, entonces sintió miedo.

    La puerta se abrió lentamente, él hombre que esperaba parecía impaciente.

    -Es de su hijo- dijo él hombre, mientras aventaba un sobre en las manos del anciano que miraba fascinado lo intensamente azul que eran los ojos de aquel sujeto, él hombre se alejo de prisa.

    El anciano, cerró la puerta y abrió el sobre. Una fotografia con dedicatoria para él. Con cariño de tu hijo Ismael Wong.

    Responder
  • A pesar de la seguridad con la que actuábamos, estábamos concientes de la atrocidad de nuestras acciones y de la mentira que nos nublaba el alma. Era un saber casi imperceptible, que vivía muy dentro de nosotros.

    Sin embargo, en aquel viejo parque abandonado volvíamos a ser como niños. De alguna forma recuperábamos cierta inocencia que lavaba nuestra culpa. Sólo así, podíamos dormir de noche. Así era, y nada más importaba.

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  • gustavo morales
    08/11/2007 12:53 pm

    LOS CUCURUCHOS.

    Cada uno, fue subiendo a esa rueda giratoria, ocupando las
    canastillas de entre dos o tres cucuruchados.
    Donde los picos de sus cucuruchos parecían estar dirijidos al
    cucurucho mayor que se asomaba en las nubes.
    sus identidades cubiertas, escondian todos sus rencores que se acumularon
    y se trasmiten al infinito en el tiempo y el espacio.
    Sólo quedo, ahi en la instantanea imagen tomada y en la mente del
    captador decir.
    – algun día, si algún día llegará que ustedes se maten entre si-
    y atras de él, se empezaron a sumar almas en pena y cuerpos azotados, mutilados,vilados
    mujeres y niños contes negra, mulata,morena, mestiza.
    musitando su más profundo canto negro, que al oirlo los cucuruchos quedaron
    ahí, nomas sin aliento.

    Responder
  • gustavo morales
    08/11/2007 12:59 pm

    ahi, nomas queda tambien cubierto con el cucurucho
    el anonimato de la intolerancia de UN TAL WONG.
    y subido en la rueda giratoria se acomoda en la
    parte más alta.

    Responder
  • Brevísimo aviso: borré el comentario de «Wong» (un seudónimo; su cuenta es hechiza al menos) y dejo enlace a la fuente del comentario de Fernando: «El caso del difunto Mr. Elvesham» de H. G. Wells.

    Responder
  • Caballo

    Por el pequeño agujero apenas puede ver a la larga fila de niños y sus padres, todos vestidos a la usanza: túnicas blancas, gorros picudos y rostro cubierto. Respira con dificultad dentro de la mínima caja metálica que pareciera ser parte de la rueda de la fortuna que un “miembro anónimo” donó al pueblo. El sol de mediodía eleva la temperatura, pero él se mantiene inmóvil, agachado a la fuerza, solo sostenido por el deseo de venganza. Recuerda a su pequeño hijo calcinado. También el libro que le leía acerca de un gigantesco caballo de madera. Después enciende la mecha.

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  • Los Masombres eran una logia bastante poblada de miembros que floreció en Juchimililco el Chico, en lo que otrora podía llamarse México. Sus costumbres y prácticas eran sencillas y claras; quizás por eso se extendieron rápidamente por el ahora sumergido continente americano.

    Este grupo no basaba su elitismo en el tamaño, factores raciales, pasado histórico, complexión, religión, condición económica, sabor de helado ni equipo de Ritlon. Es muy probable, de hecho, que el Ritlon aún no existiera en esas épocas bárbaras y actividades parecidas al deporte, mucho más primitivas, eran practicadas. (Se escucha un oooh de sorpresa y superioridad petulante de la audiencia).

    La logia de los masombres repudiaba al género femenino. Su odio no cruzaba la frontera del respeto mínimo hacia las mujeres, pero los masombres hacían todo cuanto les era posible por diferenciarse de la mujer. Ocultaban su rostro, pues estaban seguros de que su Dios, Plácido Domingus, ignoramos aún hoy mucho sobre su monoteísmo, había cometido un error al dotar al hombre de ojos, narices, boca, dientes, barbas, orejas y cejas, tal como la mujer. Se paseaban por aquí y por allá en sus túnicas haciendo lo que para ellos era símbolo de ombría, sin h. Dado que la h es una letra, sustantivo femenino, decidieron omitirla.

    Llegaron incluso a fundar ciudades enteras de habitantes masómbricos. En su excentricidad y magnificencia, ocupaban palacios con estatuas gigantes, que pueden observar acabados por el tiempo en la sala siguiente, de personajes con el rostro cubierto. Cazaban, cocinabam y hacían páginas web. Pueden observar en esta sala un poco de la memoria histórica que ellos mismos decidieron dejar para las generaciones que les sucedieran. Ahora bien, en la sala siguiente, me gustaría hablarles de la logia de los humanos, misma que floreció y cayó en el siglo…

    Responder
  • Ya a mis años, cuando regreso a aquellas viejas fotografías en blanco y negro, siempre blanco y negro, recuerdo con vergüenza los días donde una alba túnica disimulaba lo oscura que tenía la conciencia…

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  • Marco A. Velazquez Lozano
    10/11/2007 10:19 am

    Buena, Juan Carlos Gutierrez, al vincular el color de las fotos con los colores de la piel que generaron gran parte de la homofobia de los kkk.

    Responder
  • Corrió la noticia: ¡Existen ángeles negros!

    Solo eso encontraron,
    la rueda para levantarse de la tierra,
    siguen buscando en el viento.

    Responder
  • mario garza
    10/11/2007 10:25 pm

    Fiesta infantil
    Que curiosa forma de hacer una fiesta infantil tan excentrica, lo que hacen los ricos; todos los invitados al llegar tienen que ponerse ese ridículo disfraz blanco y subir en la rueda de la fortuna.
    El papa del niño rico del pueblo ideo esta tontería porque no quiere que ningún niño luzca mas que el suyo, lo que tiene uno que hacer para que a papa no lo corran de la fabrica.

    Responder
  • Ya pertenezco al Klan

    Me pasa por briago. Beber, beber y beber durante una improvisada
    parranda durante mis vacaciones por Arkansas, y repentinamente despierto
    tumbado en una loma, y lo primero que veo a unos cincuenta metros es que
    el Klan está empezando a preparar su enorme cruz para no sé qué podrido
    rito, y que además han montado una feria. Seguro que después de su abyecto
    ritual ígneo se la van a pasar en los coches chocantes, el tiro al blanco
    (o tal vez al negro) y la rueda de la fortuna.

    Mientras, tengo que saber qué hacer con el encapuchado que me acaba de
    descubrir. Supongo que fingir que sigo desmayado es buena idea, porque a
    juzgar por la forma en la que me observa, ya debió descubrir que soy judío,
    no sé si por mis rasgos atávicos o porque todavía traigo el kaple puesto.
    Bueno, no hay más remedio que aprovechar la piedra que tengo aquí al lado,
    y esperar que este bruto se recupere pronto del tremendo golpe que le
    acabo de soltar en la sien. Ahora todo es cuestión de ponerme su pijamota
    con cucurucho y todo y salir corriendo de aquí.

    Claro, debí hacerlo por el otro lado. Por esta parte del sendero viene
    toda la procesión, y no me queda más remedio que ir a lo de la cruz y
    supongo que luego a la feria. Para colmo, me he tenido que formar junto
    a este tío con ese logotipo raro. Parece que es el gran dragón, o como
    le llamen. Así que…

    Lo de la quema esa no estuvo mal. Sólo tuve que fingir un acento teutónico,
    y a veces insultarlos en yiddisch, confiando en que su coeficiente subnormal
    les hiciera deducir que soy alemán. No pudo funcionar mejor. Y el gran
    dragón sólo se limita a mover la cabeza para arriba y para abajo diciendo
    que sí a todo. Hasta me empieza a simpatizar. Creo que voy a subrime a la
    rueda de la fortuna con él, aprovechando que no nos están cobrando.

    Lo único que lamento ahora es no haber recordado que seguía crudo, y este
    maldito ajetreo ferial me va a hacer vomitar en cualquier momento. Como
    este. Lo lamento por el cucurucho de abajo. Ahora tiene una impresionante mancha
    de lúpulo y malta bien digeridos, con su característica peste que muestra
    que alguna vez fueron cerveza. Lo peor es que el gran dragón, sin decir
    nada, me ha quitado la capucha para que respire bien, y ahora él y el fulano
    que está sentado a su derecha me miran con una cara de sorpresa desaforada.
    Supongo que se esperaban a un alemán, no a un judío.

    Vaya cosas. Ahora se levantan las capuchas, ponen su dedo índice en la boca
    y me dicen «Sh», y levantan un poco sus trapotes faciales para que pueda
    descubrir que ¡Joder! Uno es japonés y el gran dragón es negro. Supongo
    que…

    La idea fue buena. Una discreta encuesta y quedó claro que tres cuartas
    partes de la concentración del klan somos todo menos blancos. Hasta un
    pigmeo se nos coló (pensábamos que era un niño). La golpiza que le propinamos
    a los verdaderos pseudoarios fue de antología. Ya organizamos una división
    especial del klan, y decidimos respetar al negro en su rol de gran dragón.

    La cita es el próximo año en esta misma feria. El objetivo, lograr que unos
    treinta miembros del verdadero klan nos acompañen. No saben la que se les
    espera.

    Responder
  • Reviso la cámara fotográfica y me sitúo a una distancia conveniente para la sesión de fotografías de este parque de diversiones, la publicidad es un gran negocio. Estoy listo. La gente animada ha subido ya a la rueda de la fortuna, sus rostros expresan diferentes emociones: excitación, alegría, angustia. Abajo, los demás observan y esperan el próximo turno. La algarabía me aturde así es que me daré prisa y aprovecharé este giro de la gran rueda.
    Al ver a través de la lente quedo mudo. ¿Qué sucede? Bajo la cámara y veo nuevamente a las personas…todo está normal. Tomo otra vez la cámara y miro por la lente una segunda vez…¡lo mismo! Todos sin excepción usan grandes capuchas blancas, el color se ha perdido y solo veo el blanco, negro, gris…¿qué sucede?

    Escucho una voz interior que me lo dice: Estás viendo la realidad de las personas. Todos usamos una capucha que nos esconde, que usamos durante toda la vida. Mostramos lo que queremos, pero no lo que realmente somos. Esas capuchas blancas son nuestros escudos, los que resguardan nuestra vulnerabilidad. Miedos, tristezas, soledades, fracasos, iras, rencores, todos vienen cubiertos por hermosas capuchas con sonrisas, miradas soñadoras o desafiantes, con rostros de bondad. Estás viendo bajo la lente de la realidad lo que la misma realidad oculta.

    Responder
  • LA RUEDA DEL INFORTUNIO

    Mira ¿recuerdas? Este eres tú, el de la izquierda, alejado. Y este soy yo, a punto de bajarme. Claro que recuerdas… El KKK festejaba su aniversario y la feria abriría sólo para ellos, ¡gratis! ¿Cuántas veces en nuestros 14 años habíamos fantaseado con subirnos a esa rueda de la fortuna? Fue enterarnos y correr a idear cómo lo haríamos. ¿Recuerdas como temblaba la negra Mwajuma cuando nos cedió dos de los trajes que tenía para remendar? Si tan sólo mi manga no se hubiera enganchado al bajar. Este brazo moreno mío hizo que todos se nos vinieran encima. ¿Recuerdas cómo corrimos? Claro que recuerdas…Tuvimos suerte de que tanto festejo entorpeciera sus reflejos. Ya sé que el susto te costó el habla pero ¿no crees que ya es tiempo dejarlo atrás? ¡Han pasado 50 años! Siempre lamentaré que no hayas llegado a dar tu vuelta…¿Te conté cómo fue aquella vuelta?… Pues lo haré otra vez…

    Responder
  • Mira ¿recuerdas? Este eres tú, el de la izquierda, alejado. Y este soy yo, a punto de bajarme. Claro que recuerdas… El KKK festejaba su aniversario y la feria abriría sólo para ellos, ¡gratis! ¿Cuántas veces en nuestros 14 años habíamos fantaseado con subirnos a esa rueda de la fortuna? Fue enterarnos y correr a idear cómo lo haríamos. ¿Recuerdas como temblaba la negra Mwajuma cuando nos cedió dos de los trajes que tenía para remendar? Si tan sólo mi manga no se hubiera enganchado al bajar. Este brazo moreno mío hizo que todos se nos vinieran encima. ¿Recuerdas cómo corrimos? Claro que recuerdas…Tuvimos suerte de que tanto festejo entorpeciera sus reflejos. Ya sé que el susto te costó el habla pero ¿no crees que ya es tiempo dejarlo atrás? ¡Han pasado 50 años! Siempre lamentaré que no hayas llegado a dar tu vuelta…¿Te conté cómo fue aquella vuelta?… Pues lo haré otra vez…

    Responder
  • La búsqueda de la diversión de seres que al parecer no tuvieron infancia.¿Se puede creer acaso que el klan finalmente encuentra algo que deseaba hacer? La sombra gris cae sobre el parque de diversiones abandonado,la soledad se manifiesta lejana y vacía,ya que todos esos fantasmas deambulan por el desde hace tanto,que es difícil poder imaginar la cantidad en meses o en años.La larga espera por regresar a la vida,la larga espera por volver a empezar.

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  • Al ver la foto, recordé a mi abuelo. Odiaba a los custodios de la cárcel, tal vez
    porque él era uno de ellos. Y cuando me la explicaron, comprendí cabalmente
    la historia familiar.
    Mi padre decía que esa era la única fotografía del abuelo que existía
    en la familia. Era una reunión del Club de Custodios de Penales al Servicio
    del Gobierno de la Ciudad de México y, para desahogarse de las presiones
    de su profesión, se encapucharon para que la gente no los descubirera; de
    esa forma pretendían divertirse como niños y olvidar sus tarugadas de adultos.
    Cuando detuvieron la rueda, quienes ocupaban el carro de arriba, que bajo el
    amparo de las capuchas hacían el amor de una forma desenfrenada, provocaron
    que algunos carros se voltearan y los ocupantes cayeran al vacío. El pánico cundió
    y no se detuvo hasta provocar la matanza del 90% de los encapuchados. Se lofró
    identificar a la pareja causante del percance: mi abuela, también custodio, y
    su amante. Casi lograron acabar con el gremio, sin quererlo.
    Yo soy ingeniero, contra la tradición familiar, porque mi padre fue custodio,
    como los abuelos. Pero fue entonces cuando comprendí por qué mi padre siempre
    se portó como un auténtico hijo de puta. Y, conociendo la historia de la abuela,
    creo que se justifica decir que así son todos los custodios.

    Responder
  • CUENTO CORTO.

    ¡Véngase, mi negra, a dar una vuelta antes de que las cosas se calienten!

    Responder
  • jajajajajajajajajajajaja, me encantó tu cuento corto Billy. Buenísimo. Me hizo reir mucho.

    Responder
  • La historia de Billy Jean

    Su desgracia creció como ese lunar de diferente color en su piel. Lo tenía desde que era niño y conforme transcurrieron los años creció y cubrió todo su cuerpo. Nadie notó el cambio, ni sus músicos, ni el productor, hasta esa mañana que le pareció láctea e infinita. Perdió el sueño buscando cómo revertir el proceso. Nada. Cremas, exfoliaciones, spa, baños María. Nada. Lo único que obtuvo fue una millonaria demanda por presunto abuso de menores por culpa de un loco que, en el momento de mayor desesperación, le dijo que los humores infantiles transmitidos durante el sueño resolverían su problema. Y ahí se le fue media fortuna, construyendo un parque de diversiones para atraer a los pequeños que lo curarían de su enfermedad, pagando estratosféricas fianzas para seguir en libertad, para continuar buscando la cura.

    Mosqueteramente, sus cuatro hermanos, cantantes también, lo buscaron para grabar ese disco, éxito en ventas, aire puro para sus finanzas, que sostiene en sus manos y en cuya fotografía de portada se cifra su pasado, su presente y su futuro: la ausencia de color alguno.

    Responder
  • Solamente corrijo el dato de mi blog, no piensen que se trata de una página hechiza…

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  • La convención de los verdugos

    En el año de 1964, en Nuevo Orleans, fue la última y más grande convención de los verdugos. Se reunieron de todo tipo, los tradicionales, con sus hachas; los inquisidores, que trabajaban secretamente para la iglesia católica y los torturadores de la CIA y la KGB (la llamada nueva camada). Para la clausura se planeó un gran desfile privado en el parque de diversiones. Y hubiera sido un éxito de no ser por una falta aparentemente menor: el día previo se lavó la ropa con lejía, dejándola blanquecina. Ante este incidente la gran mayoría se rehusó a participar bajo el argumento de que «debemos vestirnos de negro porque tenemos el corazón negro». Sólo algunos obstinados decidieron llevar a cabo la comparsa, sin saber que afuera los esperaba una multitud enardecida de afroamericanos; en el histórico episodio conocido erróneamente como la venganza negra.

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  • Alejandro Alcántara
    19/11/2007 7:19 pm

    De quién es el miedo?

    Podrían ser más de mil las vueltas en la rueda, a veces un potro, una guillotina o
    quizá las tenazas ardiendo sobre el pecho desnudo. Habrá que encontrar
    una disculpa para el castigo y un castigo para la propia disculpa.
    Ardamos la rueda de la fortuna. Y que giren las diferencias del otro que tanto nos aterran.

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  • Dos niños de 2 y 5 años escondidos entre un arbusto:

    -¡William! ¡mida eso! No sabía que los tontos también se divedtian…
    -¡Que tonto eres Tomy!¡ellos no se divierten! Se suben ahí por horas para
    marearse y así poder hacer las cosas que le hicieron a mamá. ¿Tu crees
    que lo podrían hacer sin estar mareados?
    -Pus no ¿veda?

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  • Jason Smith nota como se expande lentamente una mancha negra en su piel de WASP. ¡Justo en el día del bautizo colectivo! Su visión se altera, ve la rueda como el cadáver del sol y la luz sobria de la tarde como remanente del pasado.

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  • Y entonces subieron a la rueda de la fortuna para secar su ropa, empapada de lágrimas negras…

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  • Sadelotodo
    23/11/2007 1:35 am

    La capucha

    Desde aquel día del gran apagón comenzaron a usarla. Se dieron cuenta de lo parecidos que eran a los hombres de color, pues en cuanto se detuvieron los juegos mecánicos… se pusieron negros de puro coraje.

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  • Chineco (II)
    23/11/2007 10:00 am

    El hambriento

    Al parque de diversiones le da hambre y sed como a cualquier animal. Por eso cuando llegó la procesión de capuchinos, confundido, el parque se la tragó. Sostiene que le faltó un poco de leche.

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  • Chineco (II)
    23/11/2007 10:57 am

    (mejor así)

    El hambriento

    Al parque de diversiones le da hambre y sed como a cualquier animal. Por eso cuando llegó la procesión de capuchinos, confundido, se la tragó. A juzgar por sus muecas yo diría que le faltó un poco de leche.

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  • Monólogo

    ¿Por qué reunirse? ¿Y por qué no? La psicología dice que la sociabilidad es para las especies avanzadas.
    ¿Porque en la rueda de la fortuna? ¿Por qué no? La vida tiene altibajos y, además, es cíclica. Newton (el inglés blanco) dijo que lo que sube, baja. Y yo digo que siempre evolucionamos, nos perfeccionamos, como lo dijo también Darwin.
    ¿Y por qué el disfraz? ¿Por qué no? Estábamos algo tristes después de todo. El día se nubló y no nos gustan esas penumbras. Necesitabamos dos corazas blancas para iluminar nuestras almas ensombrecidas… Quedó linda la foto ¿No crees? Sí, sí creo.

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  • La Cacería

    Diciembre de 1925.
    1
    Un viento gélido sopla. La rueda de la fortuna gira con el último grupo del clan. Abajo los demás esperan con la paciencia de una araña atrapada en una piedra. Mientras, el cuerpo del negro se desparrama dentro del kiosco, solo los pies asoman. Todo eso forma parte del rito; la cacería pronto comenzará. De pronto aparece en el cielo, el plato volador dirige su rayo letal, blanco mejor no podía existir, y en unos instantes todo acaba.
    2
    Con los primeros rayos del sol invernal, la gente se despierta con una sorpresa: Esa noche no llegó el infierno, como siempre. Por la calle principal de la aldea la gente, otras veces azorada, cabizbaja, queriendo olvidar, ahora parlotea aquí y haya, detenida. Existe un rumor: El día anterior, por la tarde, muchos aseguran que durante unos instantes el cielo refulgió más que de costumbre. Dos ancianas corren por la calle alzando y meneando los brazos: “¡Fue Yemaya, vino a liberarnos del verdugo encapuchado!”, vociferan…
    3
    Hacia el medio día, una maza de gente: Hombres, mujeres, ancianos y niños, todos de color caminan entrelazados de las manos por los campos de algodón entonando cánticos de góspel. Quieren hacer frente, asegurarse que la maldad se ha ido. Se detienen ante el gran portón de sus pesadillas –quietud, silencio en derredor–. Una figura corpulenta bañada en sudor se ánima, se acerca y empuja: Un campo de cenizas les da la bienvenida. Por fin el martirio se ha ido. Gritos y sollozos rompen el silencio. Unos se arrodillan con los brazos al cielo, otros bailan… De pronto el cielo se oscurece. Todos enmudecen… No tuvieron tiempo de advertirlo, en unos instantes las cenizas vuelan.

    ¡Ups! Creo que la verdadera cacería apenas comienza. Veo el plato volador perderse en el horizonte. ¿Qué recónditos lugares visitará?…

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  • La rueda de la fortuna fue el juego que menos ganó en la feria de Día de Muertos. No por falta de gente, sino a causa de una mala idea por parte del dueño: «Vuelta gratis a quien llegue disfrazado de fantasma.»

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  • Hola a todos. Buenas noches. Con este mensaje se cierra el concurso de este mes. Estén pendientes de los resultados en unos días; entretanto, muchas gracias a todos por participar. Hasta muy pronto y suerte.

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  • Oscar Armando
    02/12/2007 10:11 pm

    noc

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