El cuento del mes

Colinas como elefantes blancos

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Un cuento de Ernest Hemingway (1899-1961), tipo legendario, ganador del Premio Nobel y uno de los grandes narradores del siglo XX. Fue publicado primero en la colección Hombres sin mujeres (1927) y hasta hoy sigue desconcertando a muchos lectores: se requiere un poco más de atención que la habitual para descubrir el secreto de su trama, y es un gran ejemplo de lo que Hemingway llamaba «teoría del iceberg», pues los detalles más importantes para comprender lo que sucede están por debajo de la superficie de lo contado. Agradezco a Ovidio Ríos la transcripción del texto, que es el de una traducción sin crédito publicada en la revista mexicana El Cuento en 1985.

COLINAS COMO ELEFANTES BLANCOS
Ernest Hemingway

Del otro lado del valle del Ebro, las colinas eran largas y blancas. De este lado no había sombra ni árboles y la estación se alzaba al rayo del sol, entre dos líneas de rieles. Junto a la pared de la estación caía la sombra tibia del edificio y una cortina de cuentas de bambú colgaba en el vano de la puerta del bar, para que no entraran las moscas. El americano y la muchacha que iba con él tomaron asiento a una mesa a la sombra, fuera del edificio. Hacía mucho calor y el expreso de Barcelona llegaría en cuarenta minutos. Se detenía dos minutos en este entronque y luego seguía hacia Madrid.
      —¿Qué tomamos? —preguntó la muchacha. Se había quitado el sombrero y lo había puesto sobre la mesa.
      —Hace calor —dijo el hombre.
      —Tomemos cerveza.
      —Dos cervezas —dijo el hombre hacia la cortina.
      —¿Grandes? —preguntó una mujer desde el umbral.
      —Sí. Dos grandes.
      La mujer trajo dos tarros de cerveza y dos portavasos de fieltro. Puso en la mesa los portavasos y los tarros y miró al hombre y a la muchacha. La muchacha miraba la hilera de colinas. Eran blancas bajo el sol y el campo estaba pardo y seco.
      —Parecen elefantes blancos —dijo.
      —Nunca he visto uno —. El hombre bebió su cerveza.
      —No, claro que no.
      —Nada de claro —dijo el hombre—. Bien podría haberlo visto.
      La muchacha miró la cortina de cuentas.
      —Tiene algo pintado —dijo—. ¿Qué dice?
      —Anís del Toro. Es una bebida.
      —¿Podríamos probarla?
      —Oiga —llamó el hombre a través de la cortina.
      La mujer salió del bar.
      —Cuatro reales.
      —Queremos dos de Anís del Toro.
      —¿Con agua?
      —¿Lo quieres con agua?
      —No sé —dijo la muchacha—. ¿Sabe bien con agua?
      —No sabe mal.
      —¿Los quieren con agua? —preguntó la mujer.
      —Sí, con agua.
      —Sabe a orozuz —dijo la muchacha y dejó el vaso.
      —Así pasa con todo.
      —Si dijo la muchacha—- Todo sabe a orozuz. Especialmente las cosas que uno ha esperado tanto tiempo, como el ajenjo.
      —Oh, basta ya.
      —Tú empezaste —dijo la muchacha—. Yo me divertía. Pasaba un buen rato.
      —Bien, tratemos de pasar un buen rato.
      —De acuerdo. Yo trataba. Dije que las montañas parecían elefantes blancos. ¿No fue ocurrente?
      —Fue ocurrente.
      —Quise probar esta bebida. Eso es todo lo que hacemos, ¿no? ¿Mirar cosas y probar bebidas?
      —Supongo.
      La muchacha contempló las colinas.
      —Son preciosas colinas —dijo—. En realidad no parecen elefantes blancos. Sólo me refería al color de su piel entre los árboles.
      —¿Tomamos otro trago?
      —De acuerdo.
      El viento cálido empujaba contra la mesa la cortina de cuentas.
      —La cerveza está buena y fresca —dijo el hombre.
      —Es preciosa —dijo la muchacha.
      —En realidad se trata de una operación muy sencilla, Jig —dijo el hombre—. En realidad no es una operación.
      La muchacha miró el piso donde descansaban las patas de la mesa.
      —Yo sé que no te va a afectar, Jig. En realidad no es nada. Sólo es para que entre el aire.
      La muchacha no dijo nada.
      —Yo iré contigo y estaré contigo todo el tiempo. Sólo dejan que entre el aire y luego todo es perfectamente natural.
      —¿Y qué haremos después?
      —Estaremos bien después. Igual que como estábamos.
      —¿Qué te hace pensarlo?
      —Eso es lo único que nos molesta. Es lo único que nos hace infelices.
      La muchacha miró la cortina de cuentas, extendió la mano y tomó dos de las sartas.
      —Y piensas que estaremos bien y seremos felices.
      —Lo sé. No debes tener miedo. Conozco mucha gente que lo ha hecho.
      —Yo también —dijo la muchacha—. Y después todos fueron tan felices.
      —Bueno —dijo el hombre—, si no quieres no estás obligada. Yo no te obligaría si no quisieras. Pero sé que es perfectamente sencillo.
      —¿Y tú de veras quieres?
      —Pienso que es lo mejor. Pero no quiero que lo hagas si en realidad no quieres.
      —Y si lo hago, ¿serás feliz y las cosas serán como eran y me querrás?
      —Te quiero. Tú sabes que te quiero.
      —Sí, pero si lo hago, ¿volverá a parecerte bonito que yo diga que las cosas son como elefantes blancos?
      —Me encantará. Me encanta, pero en estos momentos no puedo disfrutarlo. Ya sabes cómo me pongo cuando me preocupo.
      —Si lo hago, ¿nunca volverás a preocuparte?
      —No me preocupará que lo hagas, porque es perfectamente sencillo.
      —Entonces lo haré. Porque yo no me importo.
      —¿Qué quieres decir?
      —Yo no me importo.
      —Bueno, pues a mí sí me importas.
      —Ah, sí. Pero yo no me importo. Y lo haré y luego todo será magnífico.
      —No quiero que lo hagas si te sientes así.
      La muchacha se puso en pie y caminó hasta el extremo de la estación. Allá, del otro lado, había campos de grano y árboles a lo largo de las riberas del Ebro. Muy lejos, más allá del río, había montañas. La sombra de una nube cruzaba el campo de grano y la muchacha vio el río entre los árboles.
      —Y podríamos tener todo esto —dijo—. Y podríamos tenerlo todo y cada día lo hacemos más imposible.
      —¿Qué dijiste?
      —Dije que podríamos tenerlo todo.
      —Podemos tenerlo todo.
      —No, no podemos.
      —Podemos tener todo el mundo.
      —No, no podemos.
      —Podemos ir adondequiera.
      —No, no podemos. Ya no es nuestro.
      —Es nuestro.
      —No, ya no. Y una vez que te lo quitan, nunca lo recobras.
      —Pero no nos los han quitado.
      —Ya veremos tarde o temprano.
      —Vuelve a la sombra —dijo él—. No debes sentirte así.
      —No me siento de ningún modo —dijo la muchacha—. Nada más sé cosas.
      —No quiero que hagas nada que no quieras hacer…
      —Ni que no sea por mi bien —dijo ella—. Ya sé. ¿Tomamos otra cerveza?
      —Bueno. Pero tienes que darte cuenta…
      —Me doy cuenta —dijo la muchacha. ¿No podríamos callarnos un poco?
      Se sentaron a la mesa y la muchacha miró las colinas en el lado seco del valle y el hombre la miró a ella y miró la mesa.
      —Tienes que darte cuenta —dijo— que no quiero que lo hagas si tú no quieres. Estoy perfectamente dispuesto a dar el paso si algo significa para ti.
      —¿No significa nada para ti? Hallaríamos manera.
      —Claro que significa. Pero no quiero a nadie más que a ti. No quiero que nadie se interponga. Y sé que es perfectamente sencillo.
      —Sí, sabes que es perfectamente sencillo.
      —Está bien que digas eso, pero en verdad lo sé.
      —¿Querrías hacer algo por mi?
      —Yo haría cualquier cosa por ti.
      —¿Querrías por favor por favor por favor por favor callarte la boca?
      El no dijo nada y miró las maletas arrimadas a la pared de la estación. Tenían etiquetas de todos los hoteles donde habían pasado la noche.
      —Pero no quiero que lo hagas —dijo—, no me importa en absoluto.
      —Voy a gritar —dijo la muchacha.
      La mujer salió de la cortina con dos tarros de cerveza y los puso en los húmedos portavasos de fieltro.
      —El tren llega en cinco minutos —dijo.
      —¿Qué dijo? —preguntó la muchacha.
      —Que el tren llega en cinco minutos.
      La muchacha dirigió a la mujer una vívida sonrisa de agradecimiento.
      —Iré llevando las maletas al otro lado de la estación —dijo el hombre. Ella le sonrió.
      —De acuerdo. Ven luego a que terminemos la cerveza.
      El recogió las dos pesadas maletas y las llevó, rodeando la estación, hasta las otras vías. Miró a la distancia pero no vio el tren. De regresó cruzó por el bar, donde la gente en espera del tren se hallaba bebiendo. Tomó un anís en la barra y miró a la gente. Todos esperaban razonablemente el tren. Salió atravesando la cortina de cuentas. La muchacha estaba sentada y le sonrió.
      —¿Te sientes mejor? —preguntó él.
      —Me siento muy bien —dijo ella—. No me pasa nada. Me siento muy bien.

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  • Hola Alberto, esto que traigo no tiene que ver con el cuento (que está muy bueno por cierto) sino con la actualidad que tanto preocupa. Veo que te preocupa también y por eso lo dejo. Un beso.

    Ana

    ¿Y TÚ? ¿PIENSAS QUE LA REALIDAD SE LIMITA A TENER MÁS?

    Cada quien tiene su visión en la vida, y es muy cierto. Todo ciudadano vive una realidad distinta, y no debemos desechar ninguna de ellas. El ritmo que se vive en éste país nos ha llevado a caer en un egoísmo y un materialismo que, pensándolo bien, no nos pertenece. Debemos recordar que la realidad llega más allá de la materia, y que debajo de las capas de cemento, (que nos han llevado a creer que esto es lo que debe ser), se encuentran nuestras raíces. Yo pienso en mí y en todos. Sé que la vida, y la realidad, no es llevar los tenis más caros, ni comprar la ropa de moda. Todos hemos nacido con el derecho y el deber de disfrutar la vida. ¿Por qué empujarnos, entonces, unos a otros? ¿Por qué despreciar a los que tienen menos, cuando podríamos haber sido nosotros los que pasaran hambre? No, ese no es el camino que se debe llevar. De momento parece que todos hemos olvidado que algún día moriremos, y sobre todo, que aquellas personas que nos rodean también sienten. Pero… ¿Cómo esperar algo cuando aquellos que manejan al país son los primeros que lo han olvidado? ¿Cómo esperar algo cuando la gente ambiciosa nos ha hecho olvidar que lo importante no es tener más, si no ser mejor? ¿Cómo esperar algo cuando los que manejan éste país han olvidado sus raíces? ¿Cómo esperar algo cuando la realidad que se les enseña a nuestros niños se basa en consumismo y materialismo?

    Por mi parte, puedo decirles que en estos últimos días, de pelea política, me he sentido debilitado y triste. Los comentarios que han llegado hasta mí, sobre todo de personas con holgura económica, y de algunos otros que no la tienen, (pero que creen tenerla, totalmente absortos en la realidad del consumismo ( Tengo más, soy más)), han sido de una deshumanización preocupante.

    Me aterroriza el futuro de la humanidad basado en la materia, y me preocupa que nuestras raíces, si seguimos en el mismo camino, sean totalmente olvidadas.

    «Los pobres son pobres por que son huevones.»

    No fue de una sola persona, (sin necesidades, claro, y con bandera azul), de la que escuché ese comentario tan triste y egoísta. Sus palabras me hacen ver su realidad, pero no comprenderla. A las personas, con ese pensamiento, puedo decirles que al ser humano que más admiro, no tiene carro del año, ni celular con la mejor tecnología; todo lo contrario. Es pobre, no sabe leer, pero es el ser más inteligente que he conocido, y no es, ni por mucho, un «Huevón». Don Chema, mi abuelo, es quien me ha mantenido con los pies en la tierra. Es quien me ha enseñado que la realidad va más allá de lo que miramos, y que toda persona, (sin importar nivel social, preferencias sexuales, creencias y capacidades), merece respeto y tiene el derecho a ser feliz.

    ¿Alguna vez has estado en casa de alguna gente humilde? ¿NO? Cuando lo hagas verás que te dan todo a manos llenas; comida y comodidad a su nivel. ¿Cómo es posible entonces que aquellos que, supuestamente, tienen más educación (aunque no sepan ni pronunciar BORGES) no sean capaces de pensar en ellos?

    Bien le dijo Don Juan a Carlos Castaneda en el libro «Relatos de poder», cuando Carlos se sorprendió al ver unos niños comiendo sobras de la mesa en un restaurante. «Ellos sí pueden llegar a ser hombres de poder; tú no».

    Nosotros no podemos aspirar a eso por que la materia nos ha cegado.

    Aspiramos a la mejor posición y a la mejor apariencia, pero… ¿A costa de qué? ¿A costa de sacrificar a personas de conocimiento? ¿A costa de sacrificar a personas honestas y que dan todo? ¿A costa de humillar a las personas que tiene, verdaderamente, callos en las manos, por trabajar honestamente para poder comer?

    Eso es preocupante y no se detiene sólo ahí. Esto ha abarcado todos los medios desde el social, el empresarial, y ahora, preocupantemente, también el cultural.

    ¿Alguna vez has observado qué «artistas» apoyan a los de la banderita azul? ¿Quieres que tus hijos piensen que la cultura es «otro rollo»? ¿Quieres que tus hijos piensen que el «Chapulín colorado» merece un premio nobel?

    Los artistas independientes también sufrimos, ahora, las consecuencias de la ambición de los «poderosos». Se ha dado preferencia, en nuestros espacios de expresión, a las grandes producciones con poco contenido de OCESA, Televisa, y de muchos otros que saben la forma de enriquecer a los que más tienen, y siempre, siempre, haciendo menos a los que con trabajo, intentamos salir adelante.

    Pero no me extraña; es al parecer la forma que se pretende de evolución; alejándonos cada vez más de sentir y pensar.

    No dejemos que con el miedo nos engañen. El conservadurismo, principal portador de la bandera del miedo, es aquel que discrimina a los pequeños sectores y comunidades, abusando de ellos para ganarse el poder y luego olvidarlos.

    ¿Yo? Yo no me dejo engañar, por que una persona que camina en huaraches me ha enseñado otra realidad.

    ¿Y tú? ¿Piensas que la realidad se limita a tener más?

    Yo lucho por mí, por la cultura, por los artistas independientes, y por aquellos que han sido olvidados.

    En cada grito que doy, (por respeto a la elección del pueblo), está el nombre de la persona que me llevó a ver más allá del cemento. En cada grito está el campo, la luna, el aire, los animales, la paz, y el respeto.

    No quiero tener más.

    Jonathan Minila

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  • Buen cuento de Hemingway. Kundera lo comenta en Los testamentos traicionados: como conocemos los diálogos pero no la entonación que los personajes les dan, no sabemos cuál es la naturaleza de la conversación. ¿Acaso discuten? Por lo tanto no podemos tomar partido por uno de los personajes. ¿Quién es la víctima? ¿Hay una víctima? Algo parecido ocurre en «Los asesinos». Gracias por la lectura, Alberto.

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  • acerca de «Impersonal «… Y me respondo que hay algo repugnante en la adoración de las celebridades, […], y leugo esto: http://www.elcomercioperu.com.pe/EdicionOnline/Html/2006-07-20/onlPortada0544358.html Soy lector en este sitio y sólo a veces me animo a dejar notas. sólo saber su opinión. los bloggers a veces me recuerdan a los toreros: que no, que es un arte, que es que no lo entiendes, todo sería más fácil si aceptaran las cosas!!, demos gracias a Ricardo Garibay, chingados, seguiré leyendo.

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  • Ana, el texto que dejas me parece muy interesante; no te preocupes por si viene a cuento o no, en todo caso en esa situación estamos, por lo menos, aquí en México.

    Manuel, gracias por lo que dices. Realmente el cuento me parece extraordinario justo por lo que has observado. Me alegra que la lectura haya valido la visita. Un saludo.

    Estragon, estoy pensando que voy a escribir una nota sobre esto que has escrito… Ojalá te guste cuando aparezca y resulte pertinente.

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  • CATALINA MEJIA
    14/08/2006 9:54 am

    HEMINGWAY: La simpleza de la construcción narrativa empleada por Ernest. Nos obliga a dar una mirada más precisa a sus diálogos. Hemingway utiliza uno de los elementos más recurrentes en la literatura para darle sentido a su historia. Mi pregunta es la siguiente Alberto: ¿tu consideras que la mujer es la portadora de ese elemento o lo es el hombre?
    Gracias y espero tu respuesta ansiosamente.

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  • el cuento esta demasiado brutal pero tengo muchas dudas ¿ ella aborto el bebe o no ? explicame plis

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  • Hola, Catalina. Mmmm…, si te entiendo bien, y estás pensando (digamos) en la variabilidad, las turbulencias del carácter y el ánimo, creo que ambos tienen ese elemento.

    Joseline, creo que ella no ha abortado todavía pero lo hará.

    Muchos saludos y gracias por venir hasta acá…

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  • ok me parece que el cuento trata de decirnos que el no esta dispuesto a cambiar su vida como la conoce y ella por otro lado tiene una autoestima tan baja que no le interesa pelear por algo que siente que la puede hacer muy feliz y va a terminar por ceder a lo que el le pide, tengo una pregunta que ojala me puedas contestar quisiera saber si la historia tiene alguna relacion con la vida de hemmingway? y como es que para ti se relaciona con la vida actual? espero y me puedas ayudar de antemano gracias y que periodo historico comprende?

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  • Isaías, hola. Creo que el cuento no tiene demasiada relación con Hemingway. Sobre la vida actual, bueno, los problemas de estos personajes podrían ser los de muchos hombres y mujeres de ahora y de cualquier época: la buena literatura puede sondear la existencia de todos los seres humanos. Un saludo.

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  • Anita Vigo
    15/11/2006 1:37 pm

    Yo creo que Hemingway nos muestra la incompresion entre la pareja. Ella está infeliz, insegura por ir a Madrid a abortar, el muestra este camino como unica y mejor solucion. La distancia comienza a ser mayor, hasta el punto de que aunque cojan el mismo tren de ida juntos, no se sabe si volvera en diferentes.

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  • CATALINA MEJIA
    15/01/2007 12:14 am

    alberto, te pregunto sobre el tipo narrativo, no las turbulencias (acaso es avión). yo creo que es la mujer la que a traves de la descripción del paisaje nos da los elementos que le dan sentido al cuento. pero, dime. por qué del titulo «colinas como elefantes blancos»

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  • CATALINA MEJIA
    15/01/2007 12:18 am

    isaias, hemingway en la epoca en que termina la II guerra mundial conoce a una muchacha cuando visita un pueblo cerca de barcelona y ella le cuenta la historia. el al llegar a su hotel la escribe. si quieres la fuente busca el libro «el oficio de ser escrito»

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  • Hola, Catalina. Perdón, pero sigo sin entender lo del tipo narrativo. Sobre las colinas: en el texto, lo que la muchacha ofrece es la comparación entre aquéllas y los elefantes, y la descripción la da, más bien, la voz narrativa impersonal, que no es ni de ella ni de su interlocutor. Creo que el título está elegido por ser oblicuo: por no referirse explícitamente al asunto central, pero a la vez ser una imagen atrayente. (De hecho, todo el cuento es oblicuo: ella nunca dice nada como «me siento terrible porque quieres que aborte».)

    La anécdota que cuentas no la conocía. Pensando en lo que pregunta Isaías, creo que de todas formas no se podría decir que el cuento tiene una relación clara y crucial con la vida de Hemigway.

    Anita, creo que tienes razón. Muchos saludos para todos.

    [Agregado del 19/1/07: sobre en el asunto del «tipo narrativo» que Catalina ha mencionado en varias ocasiones, si ella está pensando en términos de teoría literaria (lo que, lamento decir, no me quedó nada claro), yo diría que el cuento es una narración heterodiegética (porque hay un narrador impersonal que presenta los hechos, aunque esté en los huesos) pero su tipo narrativo varía: primero es autorial, porque el narrador establece una orientación inicial de lo que vamos a leer, y después se vuelve neutro, porque el narrador prácticamente desaparece y deja hablar solos a los personajes.]

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  • Alberto Chinai, encontré este sitip buscando en Internet para un curso al que estoy asistiendo, de cuatro clases, con el escritor Leopoldo Brizuela, y debemos llevar leído este cuento para la próxima clase.
    Aunque lo que más buscamos en los cuentos son las técnicas,estilos y efectps, debo decir que este cuento que no conocía me produjo «el efecto deseado» por su autor.
    Si, decididamente tiene que ver con la vida actual, pero sobre todo de las ciudades y de una clase que acomoda cualquier cosa a cumplir con sus aspiraciones. En el caso de la mujer, es notorio que transa para no perder su posición al lado de ese señor, que puede amarla o no, pero es posible que por lo menos ella forme parte de las cosas que le ayudan a vivir feliz. Los motivos de ella pueden ser no perder su amor, no perder su posición, o ser muy débil para imponer lo que siente. El cuento está muy bueno y no necesité saber la entonación del diálogo porque lo escuché en mi mente.

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  • El título es porque en la tradición cristina el elefante representa la innocencia y la castidad. Además, las colinas blancas, redondeadas, hacen referencia a la silueta de una mujer embarazada.

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  • Este cuento de Hemingway me fascina tanto como a Kundera por sus infinitas posibilidades, porque el mensaje oculto entre líneas es aprehensible para todos, pero distinto para cada lector. La ambigûedad del texto nos aleja de los absolutismos y nos reconcilia con esa voz interior creyendo que entendemos lo que el autor quiso decir, sin darnos cuenta que en realidad cada uno de nosotros somos el autor de la historia al leerla y darle un cierto significado. Considero que no se trata de un asunto de entonación, sino de algo más, Hemingway nos muestra que una historia no sólo se compone de palabras…

    Responder
  • Alberto Chimal
    20/04/2007 12:36 pm

    Me alegra, Betucha, que el texto te haya servido.

    Ceci, no había pensado en eso: puede ser…

    Robert, creo que tienes razón, aunque precisamente son las palabras las que nos llaman la atención sobre lo otro, lo que no se dice.

    Muchos saludos para todos.

    Responder
  • Dafne AvriL
    25/09/2007 10:34 am

    Soy estudiante y me he esaminado de Colinas como elefantes blancos. Gracias por vuestros comentarios. Este texto me ha hecho mucho reflexionar… Al
    principio no entendí nada en absoluto. Poco a poco lo he logrado
    comprender. Gracias por los comentarios.

    Responder
  • Gracias a ti, Dafne. Un saludo.

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  • Muchas gracias, los comentarios me han ayudado mucho a realizar mi tarea. Todos me ayudaron a compender mucho mejor el contexto y la historia

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  • muy bueno….da para pensar.

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  • Ime, Pau, me alegra que el texto les haya gustado. (Y también que esta página, gracias a todos, se esté convirtiendo en una buena guía para quienes desean acercarse a este gran cuento de Hemingway…) Muchos saludos.

    Responder
  • Nancy, colombia
    12/02/2008 5:39 pm

    Este es un corto dialogo entre una pareja que viaja con rumbo a Madrid, en el cual a simple vista del lector no existe un motivo por el cual se genera una discusión entre ellos.
    Colinas como Elefantes Blancos es un cuento corto y confuso, pero al analizar la conversación se descubre que esta es una discusión sobre el aborto a practicarse la protagonista del cuento, esto se deduce al leer –Todo sabe a orozuz. Especialmente las cosas que uno ha esperado tanto tiempo, como el ajenjo.
    El ajenjo es una planta medicinal a la que se le atribuyen grandas propiedades digestivas, pero su mala utilización es abortiva, además de su aspecto plateado del cual podría decirse que se componen las colinas cuento.
    También las tantas preguntas en el dialogo de si la mujer querría o no practicarse el aborto, aunque allí no se especifique.

    Este es un maravilloso cuento que esconde un mensaje sobre el aborto y la influencia ejercida por la pareja sobre este, es ver como en un corto dialogo aparentemente sin sentido puede camuflarse un acto y el poder de convencimiento y manipulación que ejerce un hombre sobre una mujer enamorada y desesperada.

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  • Cierto, Nancy, aunque también lo contrario ocurre: él trata de imponerse, pero cuando ella acepta la imposición él recula, porque no quiere cargar con la responsabilidad; entonces el conflicto se complica porque ella también, de algún modo, lo manipula. La grandeza de Hemingway está, me parece, en que muestra con poquísimos recursos la enorme complejidad que puede tener una relación de pareja.

    Muchos saludos y gracias por la visita y el comentario.

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  • cuales les parecen q son los indicadores q muestran q el hombre la esta para realizarse la operacion presionando para realizarse la operacion (aborto a mi entender)??
    saludos ivana la tanita

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  • soy una estudiante de 11 grado y leer el cuento ha sido una grata experiencia.
    primeremete cuando lo lei una o dos vecces solo identificaba una magica y exotica historia de amor, llena de sentimientos encontrados y mucha sicologia afectiva. pero alverlo profundamente, nos muestra otra cara del «amor», la cara de la responsabilidad evadida, del facilismo,la inmsdurez y la baja autoestima de sus personajes ….. es to me dio a conocer la real caa del mundo en el que siempre nos hemos visto envueltos, las oscuras ideas que puwde tener un hombre, totalmente disfrzadas de AMOR, COMPROMISO,TOLERANCIA, para llegar a sus fines mas oscuros. no solo el aborto(fin que aqui se evidencia) es una de esas oscuras metas que el mudo de hoy nos muestra hay tantas que seria dificil enumerarlas, pero lo que si se es que el ser humano con tal de llegar a lo que quiere no tiene en cuenta muchas veces, la dignidad, los derechos, entre otraspertenencias de los que los rodean para alcanzar su meta…… solo tiene un ideal….EL FIN USTIFICA LOS MADIOS….
    sus comentarios son muy reflexivos, sobretodo los de ana y alberto…gracis

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  • El magnífico cuento de Hemingway está lleno de metáforas e intertextos. Desde las primeras dos líneas, plantea una clara antinomia, sobre la que girará el cuento. Por un lado: las colinas largas y blancas… vida y promesa. Por el otro, no había ni sombra ni árboles y la estación se alzaba al rayo del sol, entre dos líneas de rieles… la ausencia de vida, aridez del paisaje y rigidez de los rieles en una clara alusión a la rigidez de pensamiento. En un segundo momento, subrayo el miedo de los personajes a hablar de lo verdaderamente importante, evadiéndose, en un diálogo sobre si existen o no, los elefantes blancos. En México, un “elefante blanco” es un proyecto sin sentido, una ficción improductiva y estéril … luego, el título está más que bien puesto, y nos lleva a la “relación ficción entre la pareja” que no se responsabiliza mutuamente ni de sí mismos, y por consecuencia, mucho menos de una vida. Y habría mucho más que comentar… línea a línea… Enhorabuena, por este espacio

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  • Muchas gracias, Yolanda, por tu apreciación y tus palabras tan amables. Gracias también a Ariadna y a Ivana. (En otro momento escribiré, tal vez, un poco más sobre la operación.) Saludos a todos.

    Responder
  • Y nada más porque sí, uno de los "hits" de Las Historias: Colinas como elefantes blancos, de E. H. http://bit.ly/4gpWQj

    Responder
  • RT @albertochimal Y nada más porque sí, uno de los "hits" de Las Historias: Colinas como elefantes blancos, de E. H. http://bit.ly/4gpWQj

    Responder
  • […] This post was mentioned on Twitter by Alberto Chimal, tryno. tryno said: RT @albertochimal Y nada más porque sí, uno de los "hits" de Las Historias: Colinas como elefantes blancos, de E. H. http://bit.ly/4gpWQj […]

    Responder
  • Mía Gallegos
    27/11/2009 11:20 am

    Aquí te mando el cuento de Hemingway que ilustra la famosa frase: «un cuento es como la punra de un iceberg. La mayor parte debe quedar bajo el agua». Yo le saco copias. Saludos,
    Enrique

    Responder
  • Mía: ?

    Responder
  • Las historias » Colinas como elefantes blancos http://bit.ly/4gpWQj

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  • hola!tenia que hacer un trabajo sobre esta historia para clase de filosofia y habia que interpretarlo como nosotros pensabamos, yo lo interprete una pareja joven que el chico quiere que aborte la chica no esta segura etc…Pero mi profesor lo intrepreto como que tenia que inplantarse unos microchips o algo asi la chica, algo como insectoides y la chica no queria y al final se suicida…De que trata esactamente esta historia porque yo opino que trata de lo que conte yo…
    gracias!

    Responder
  • Virginia, creo que en este caso eres tú quien tiene razón. El cuento es de hace unos ochenta años (mil novecientos veintitantos) y Hemingway jamás escribió ficción especulativa (ciencia ficción)… Además, los indicios de lo que tú dices están bastante claros en el texto, creo. Saludos.

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  • ¿qué significan los elefantes blancos???

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  • me parece que trata de una mujer española que quiere beber cerveza y que su marido el americano solo piensa en tener hijos gracias carolina

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  • Laura: creo que son simplemente una imagen que se le ocurrió a la muchacha, una gracia que el americano en otro tiempo le podría haber celebrado, pero ahora no.

    Rafo, es mucho más. La clave: ¿de qué operación están hablando?

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  • @chorawsky, basta leer lo que escribió; como, por ejemplo, esta historia que propongo a @antoniomr: http://j.mp/b5rhbP

    Responder
  • RT @albertochimal @chorawsky, basta leer lo que escribió; como, por ejemplo, esta historia http://j.mp/b5rhbP / gracias por el texto

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  • hola!!!estoy cursando el profesorado de lengua y es la primera vez que lo leo.. me costo mucho entenderlo pero despues de haber leidos los comentarios entendi..
    esta muy bueno me gusto.. gracias atodos me ayudaron mucho

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  • He acabado aqui un poco por casualidad, y después de leer el cuento, no había visto clara la referéncia al aborto, cosa que ha cambiado al leer sobre las propiedades abortivas del ajenjo, que yo desconocía, o la justificación de que la operación, a la que yo no había encontrado explicación, sea un aborto.

    Con todo, la primera idea que me ha venido a la cabeza al leerlo, antes de leer las críticas, ha sido un reflejo de los personajes de Adán y Eva; Ella parece sufrir un gran sentimiento de culpabilidad, y reclama en todo momento el perdón y amor de él. Asimismo, hablan de haber perdido su posesión del mundo, cosa que yo interpretaba como la expulsión del jardín del edén.

    Se que es una tonteria, pero después de entender lo que queria hacer entender Hemingway, me ha hecho gracia que mi interpretación fuera algo tan distante de la idea original.

    Un saludo, y gracias por esta gran historia.

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  • vaya¡¡¡
    esta historia es preciosa.
    por si la gente no se dio cuenta el probema que tiene la pareja es que la mujer esta embarazada y el hombre quiere que ella aborte pero ella no quiere

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  • a mi me parecio un texto muy interesante, y que al principio da una idea de una pareja normal q solo busca la paz pero cuando lees bn el texto y notas las marcas textuales y la situacion en la q se da empiezas a tomar otra perspectiva de la historia q viene siendo el problema mas comun en esta epoca q es el aborto… bueno mas q nada mi pregunta o mi duda es ….
    ¿que significa el titulo en si? y ¿que tipo de narrador se utliza?
    gracias..

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  • porque habla de colinas como elefantes blancos
    nolo entiendo

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  • me da mucho gusto haber encontrado esta pagina, que al principio busque como una tarea pero ahora me interesa saber mas sobre este texto por ejemplo el escenario tiene mucha importacia para el tema que se esta manejando ? De verdad que es una exelente narracion-!!

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  • Es Muy buen texto aunque me gustara saber que es lo que sentiría cada uno de los protagonistas, es decir su forma de pensar que es lo que en realidad uno de ellos quiere..!

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  • Hola a todos y muchas gracias por los comentarios, como siempre.

    Mark, justamente una virtud de este texto es que fijándonos un poco podemos averiguar mucho sobre lo que sienten los personajes simplemente «viéndolos», «oyendo» lo que dicen. Fíjate en las conclusiones de algunas de las personas que ya han comentado antes.

    Miitzii, el título se refiere a lo que dice la muchacha: ella se queja de que en otro momento de su relación con el americano podía decir algo como que las colinas parecían elefantes blancos (que puede sonar a una tontería pero también a una cosa tierna, de las que se pueden decir a una pareja con la que hay cierta confianza y complicidad) y a él le parecería gracioso, mientras que ahora ya no es así. La diferencia de las reacciones de él es señal del deterioro de la relación. Ah, y el narrador podría describirse como narrador en tercera persona con focalización externa (es decir, que no nos dice qué están pensando los personajes y los ve como desde fuera).

    Berevip, creo que en este caso el escenario no tiene mucha importancia: Hemingway nos da justo lo mínimo para que los ubiquemos y nada más, ¿no crees? 🙂

    Gracias y saludos a todos…

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  • huy, el cuento esta excelente. es impresionante ver la cantidad de interpretaciones y caracteristicas que el cuento posee ocultamente, muchas gracias a todos por sus comentarios me han ayudado a comprender la historia en gran medida. me servira demasiado para un trabajo que tengo que hacer con el cuento.

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  • […] = 'wpp-261'; var addthis_config = {"data_track_clickback":true,"ui_language":"es"};En “Colinas como elefantes blancos” de Ernest Hemingway, dos personajes conversan y a través de sus palabras se revela, sin […]

    Responder
  • […] en las que la participación directa del narrador está reducida al mínimo (por ejemplo, “Colinas como elefantes blancos” de Ernest Hemingway), y también propuestas de escritura (dos al menos: esta y esta) a partir de […]

    Responder
  • Alberto, un par de presiciones en cuanto al cuento y su título.
    Primero recordemos lo que es un elefante blanco: una rareza que muy pocos han tenido el privilegio de ver, incluso se llegó a creer que no exixtían, que eran un mito, como sea, lo que significa en el texto es que la muchacha aún es capaz de verlos, en las colinas, es decir su capacidad de imaginación le hace ver las colinas como elefantes blancos. Pero más que la capacidad mental, se trata de que aún posee inocencia, que no deja completamente de ser una niña, si no física, sí emocional.
    Está embarazada y el motivo del viaje es por supuesto un aborto, y presisamente entre la desición de hacerlo y no hacerlo estriba la capacidad de seguir viendo las colinas como elefantes blancos o no, es decir entre seguir siendo inocente o dejar de serlo. En esto se basa el cuento, recordemos que están en un valle, formado por estas colinas y que una vez que el tren los aleje de ahí, llegarán Madrid, donde le practicarán el aborto, es decir dajarán las colinas atrás, lejos, su inocencia quedará atrás, una vez que aborte, abandonará completamente su infancia, su candidez, su capacidad de ver las colinas como elefantes Blancos.
    Este era su temor cuando dice que si todo volverá a ser como antes, hacia su interlocutor significa, claro, que si todo entre ellos va a ser como antes (la libertad en la que vivían, el amor que se tienen y que fue zanjado por el embarazo), pero hacia el lector es un guiño, un gesto en el que va ímplicita la pregunta de si volverá a ser inocente como antes.
    Por cierto, el escenario sí tiene importancia y mucha: cuando el narrador (narrador testigo a mi entender) abre el cuento con un paisaje del valle partido en dos por un río, en una parte entán las colinas, su inocencia, en la otra esán ellos, el americano, la muchacha y el narrador, los tres en la estación frente a una vía ferroviaria que el narrador llama «dos lineas de rieles». Pero vamos por partes. Mmenciona que es el Ebro, y no es gratuito como en los estrictos cuentos esféricos como les llamaba Cortázar, este río que se abre camino a través del valle donde se encuentran los personajes y no es sino Santander, se bifurca antes dedesembocar en el Mediterráneo. Desde ahí comienza una carga metafórica tremenda que se entiende poco a poco, cuando se elabora el juego con el anís que ella, sin conocer cómo se toma, lo elige con agua, el sabor le parece poco, apenas un perfume de poca sustancia como lo es el del orozuz, y todo por haber diluido el anís. Este hecho nos remite al río que se diluye en el Mediterráneo después de bifurcarse: ella tiene miedo de dejarse llevar por la vida como el río y que como él su vida con el hombre se bifurque y acabe diluyéndose, y que es lo que pude diluirla, pues el embarazo, por eso va a abortar.
    Este juego del río sigue cuando la muchacha va a la orilla de la estación y ve el río (pasa una nube, una duda), y es cuando debe decidir si elegir entre una vida diluida o una vida completa con el americano.
    Por supuesto hay mucho qué hablar de este cuento, es una caracacterística de las grandes obras. Por ahora me voy hasta el final, donde él sale del bar, y ella lo espera con una sonrisa:
    -Me siento muy bien -dijo ella-. No me pasa nada. Me siento muy bien.
    Con la sonrisa y las palabras ella está aceptando todo, el aborto, su vida con el americano, el dejar atrás las colinas. Ya no volverá a ver las colinas como elefantes blancos.
    Saludos.

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  • En apariencia un diálogo banal, indiferente, entre una pareja, que por momentos se convierte en monólogos. Cada cual está inmerso en sus propios pensamientos, necesidades y preocupaciones y cuando se establece el diálogo lo hacen con un lenguaje irónico. Dos proyectos de vida diferentes que por alguna razón coinciden en algún punto.A él, no le interesa comprometer la relación, consolidarla. A ella, como a muchas mujeres(en palabras de una escritora, lo quieren todo)la necesidad de sentirse segura, protegida; tener una familia. En fin, hay tanto de lo que se puede apreciar e interpretar de este texto. Efectivamente, Hemingway pone en práctica su» teoría del Iceberg». Gracias por compartir este cuento y convocar y concitar los comentarios tan necesarios y pertinentes, que retroalimentan e ilustran nuestra percepción y conocimiento.

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  • daniel de aguas
    25/09/2017 10:41 am

    AL ME EL FAVOR Y ME PODRÍAN DECIR EL PAPEL QUE CUMPLE EL ESPACIO EL LA HISTORIA

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  • Miguelina Reyes Hernandez.
    11/04/2018 4:16 pm

    Excelente, profe: gracias por compartir.

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