Como cada mes, esta bitácora convoca a su concurso de minificción (o microrrelato). Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:
[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»]Instrucciones:
1) Suponer que esta imagen representa un instante de una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están presentes, qué hacen. No se trata de explicar la imagen, ni de escribirle un pie de foto, sino de tomarla como punto de partida para imaginar una historia propia.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción, microrrelato; el nombre es lo de menos), en los comentarios de esta misma nota.
El o los textos ganadores recibirán un trofeo virtual y serán seleccionados considerando la opinión de quienes decidan opinar. La fecha límite para participar es el 27 de febrero. Quedan invitados.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]
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Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Como cada mes, esta bitácora convoca a su concurso de minificción (o microrrelato). Los interesados pueden comenzar observando esta imagen: (clic para ampliar) Instrucciones: 1) Suponer que esta imagen representa un instant……
«…Había creído que hacerlo en casa sería lo mismo que hacerlo ante las cámaras, pero no pudo levantar la escena, por lo que él corrigió la iluminación en tanto el iluminador le hacía el quite en la cama»
Cirilo y Satán
Nadie había pensado que Cirilo el fotógrafo de moda y alta costura, algo excéntrico y con gustos semi satánicos, haría lo que se presumía en varias publicaciones, se atrevería a cumplir su sueño: tomar una imagen del Diablo.
No sería trabajo sencillo, sin embrago, tenía todo lo que requería: un estudio, dos modelos suecas que posarían con gusto sus trajes de vinil rojizo frente o al lado de Luzbel. Cirilo lo tenía todo, fama, hacia lo que le gustaba, amaba ser él, pero demostrarle al mundo lo que él creía en imagen y luego sus compañeros dijeran “ es usted un genio maestro”, no se comparaba con nada.
Probar la existencia de Dios, quizás, todo el mundo lo hace, miras una estúpida hoja con gotitas y sabes que la naturaleza es mágica y por lo tanto debe haber algo bueno tras de ello, pero una foto del Señor de las Tinieblas…era cosa de un instante.
Ahí entre todos: las suecas, las luces, asistentes, satánicos que usaban la Ouija para invocarle, Cirilo excitado contempló con su playera de un estampado de alas huesudas que funcionaba. Todos vieron una sonrisa, tomó la foto, y la luz se apagó para ellos. Cirilo ni ellos, jamás vieron la imagen, después de ello quedaron ciegos, pero probaron la existencia de la ambición.
Felino Cósmico (Viridiana Santana)
@LeLapinMod
EL MECÁNICO
Bajo el suelo es mi lugar, bajo el suelo, he de cumplir este cometido. Yo, soy el mecánico de las personas que han sido convertidas en máquinas. Son máquinas para poder alargar la vida, para respirar con falsos pulmones este aire maligno, soportar este Sol que abrasa nuestra piel y ojos, depurar el agua ponzoñosa que bebemos, digerir los alimentos radiados de los que disponemos, para poder ver en las noches sin Luna.
Sí, en este cuarto subterráneo y oscuro, es donde yo reparo a los seres, en los que la única pizca de humanidad que en ellos existe, es el sórdido afán de sobrevivir en este mundo abyecto.
Es mi castigo, permanecer a salvo del exterior, para curar a la humanidad mecánica que depende de mí, así lo ha querido mi creador, que me ha hecho de carne, piel y huesos.
Ya casi todo estaba hecho, aun faltaba que trajeran a los verdaderos protagonistas, no sé qué pensar en estos momentos. Me inundan sentimientos encontrados, de culpa y de algo así como justicia, ahora sé que estamos a punto de lograrlo. Las luces en su sitio y cada uno haciendo lo que nos planteamos desde un principio. El silencio es sepulcral, las miradas insolentes y las voces determinantes. Ya lo quiero hacer, ya quiero que estén aquí para que vean nuestras voces y escuchen nuestra mirada. Ya quiero que empiece y termine todo para que la ciudad se dé cuenta realmente lo que son, que con estas imágenes sientan que se equivocaron, que no son nada mas ellos, que somos más y estamos en todas partes.
Neftalí en concurso #88
febrero 5, 2013 a las 7:33 am
A ÉL LE GUSTA LA COMPAÑÍA, A ELLA EL ROCK (Y LAS FOTOS DONDE NO SALGA GORDA)
El temible señor A ya no usa sobres, le extiende la tableta electrónica. Marevna Quij mira la foto.
-No veo bien a los músicos, me va a costar trabajo reconocerlos para eliminarlos.
-Nie, nie, nie -dice el señor A, practicando su polaco-. Al contrario, quiero la operación inversa.
-¿Y también que gane el concurso?
-Tak, tak, tak -responde el señor A y sorbe su vodka con pasto de bizonte polaco.
Marevna Quij en concurso #88
febrero 6, 2013 a las 12:59 pm
ASALTO (live)
Una superheroína trata de parar un asalto.
Los asaltantes ven sólo a la niña que es.
La madre de la niña grita a la puntería en el cañón
El empleado de la tienda sabe que todo lo que escucha es la bondad de la muerte bien entonada.
El destino del dinero calienta las manos que irán a la caja registradora.
La súper niña es especial, su mente se achica a medida que ella crece. No ha hecho la tarea y robó un caramelo antes del asalto.
Los asaltantes tienen niños en casa que no han comido nada, pero juegan a la familia, uno es el papá, otra la mamá, los demás los niños.
La madre de la superheroinita sueña tener ganas de que esa niña no deseada tenga otra suerte materna, luego, la señora rogará entrometérsele al disparo inminente: atrapar la bala con su matriz veterana.
El empleado teme que las deudas que tiene con su pobreza se paguen con su seguro de vida.
El dinero en la caja sólo son dos monedas de cambio, el resto ya fue robado y cambiado de sitio por el cajero hace un rato.
Neftalí en concurso #88
febrero 7, 2013 a las 5:21 pm
A ÉL LE GUSTA LA COMPAÑÍA, A ELLA EL ROCK (Y LAS FOTOS DONDE NO SALGA GORDA) [cont.]
-Me gustó la letra de la canción esa del asalto –le dice el señor A-. Aunque en tu traducción no hay rima ni ritmo, pero la historia de la canción se transmite tal cual.
-Gracias, señor A –Marevna Quij se impacienta-. Ya terminé de extraeditar a André Callado y su banda, y también algunas otras melodías y la web. Ya es real.
-Hiciste un buen trabajo, haz pasar a estos muchachos y cumplo mi parte.
Marevna Quij sale del lugar con una gran sonrisa y casi puede imaginar cómo el señor A le extiende la tableta a André Callado, líder de la banda de rock Audiorama nudista, y éste ve la foto de Marevna Quij en el concurso #89 y recibe la misma orden de extraeditarla. Ella simplemente se aleja con los audífonos reproduciendo aquella canción del asalto a todo volumen. “A ver si no salí tan gorda”, piensa.
BIG BROTHER
Observo los posos del café y miro a Beatriz extrañada. A unos metros se hallan los celadores, con los brazos en jarras, los ojos inyectados en sangre y con el oído puesto en la conversación por si tienen que intervenir. La joven padece paranoia. Sostiene que su vida es una película y que a su alrededor hay un ejército de iluminadores, cámaras, ayudantes de realización, fotógrafos, guionistas y directores artísticos para captar cada instante. Aun así, nadie excepto ella los ve. Afirma que su situación es similar a la de Jim Carrey en El show de Truman. Se siente atrapada, cautiva en un mundo que la observa, la vigila a todas horas como si fuese una estrella de televisión dentro de un reality. Cuando estornuda o dice algo, sostiene que esas palabras las ha puesto en su boca un guionista. Pese a ello, obligo a Beatriz a que se tome las pastillas mientras trato de hacerle entender que su vida es tan intrascendente que nadie repararía en ella. Enseguida se pone a chillar, pierde los papeles, me grita que yo también soy uno de esos actores invisibles que han incluido en el film por exigencias de la trama. De inmediato los celadores le colocan la camisa de fuerza. Sin embargo, ella insiste en que se trata de una conspiración y que está cien mil veces más cuerda que Don Quijote. Salgo de la sala de visitas del manicomio, nerviosa, y al entrar en mi despacho el productor ejecutivo me observa cariacontecido: las cosas no pintan bien, comenta. Anoche perdimos un 20% de share. Hay que dar un giro a la historia.
LA TRASTIENDA
Durante horas me visten, me maquillan, me peinan y me convierten en otra persona. Desde hace diez días interpreto el papel de un joven con una extraña conducta sexual que está traumatizado por la figura de su madre. En el plató hay un montón de iluminadores, fotógrafos, auxiliares de cámara y directores artísticos. Dicen que el cine es una fábrica de sueños. Sin embargo, un rodaje no tiene nada de mágico. Todo está planificado y hasta el más leve parpadeo se halla recogido en el guion. El otro día añadí una palabra a mi texto y el director casi me estrangula. Me ha pedido que jamás improvise. Que para eso ya están los guionistas y los productores. Yo solo trataba de enriquecer el personaje. Odio esta peluca que llevo en la cabeza y este vestido de mujer con el que parezco un idiota. Detesto a ese seboso director que frunce el entrecejo en su silla, olfatea a los actores como si fuésemos carroña y solo tiene ojos para las rubias. Cuando escucho el golpe de la claqueta y la palabra acción, entro en el servicio, descorro las cortinas de la bañera, alzo el cuchillo y la mujer se pone a gritar. Y lo hundo una y otra vez en todos los rincones de su anatomía, hasta que el agua se mezcla con la sangre y desaparece por el sumidero.
La fotografía ya no es lo que era, se decía a sí mismo como siempre. No sabía que lamentar más, si elegir una profesión que agoniza ya que desde hace tiempo todo mundo es fotógrafo, o el creer que esto era el futuro, la salvación de la industria. Recordaba su sorpresa y su fascinación cuando estos equipos salieron al mercado y la descripción del folleto: “La nueva fotografía es el alma”, las fotos con los amigos y eventos ya son tan comunes que han perdido su valor, pero hoy usted puede presumir sus fotos con sus sentimientos, sus sueños, esperanzas y muchas otras partes de su ser. Voltea a ver la foto con su ego, eso siempre lo anima, y pasa de su oficina al estudio. Su asistente le da las indicaciones básicas a la cliente, no basta con visualizar lo que quiere fotografiar, su estado de ánimo influye mucho y le dice una vez más que el resultado no siempre es agradable. Eso le recuerda los fallos que han pasado en este tiempo, los traumas, las culpas, pesadillas y demás parafernalia de ese tipo, aunque lo que más odia son los clientes que rechazan sus incomodas verdades o que simplemente no le entienden o no les gusto, gente estúpida, se dice a sí mismo. La cliente quiere una foto de su libido, para mi esposo, dijo.
Expectativamente le extiende el sobre con las fotos, y al ver su sonrisa se siente aliviado hasta que le dice:
-No es lo que esperaba- aunque aún sonríe
-¿Cuál es el problema?- pregunta intrigado
– Quería mostrarle a mi esposo mi deseo por él, pero esto más bien es el amor de mi vida.
Guarda silencio y espera la reacción de la cliente que aun contempla pensativa las fotos. Afortunadamente termina por llevárselas.
Me tomé mí dosis, es la primera del día. Se va el color, siempre se va el color, lo necesito.»Es la última semana», me digo, no es la primera vez. No me siento preparado. Levanto los pies, voy hacia la lámpara, es blanca. En realidad no lo es, yo lo sé, pero la cámara y mis ojos no lo ven. Los actores también se dan su dosis. Ellos no pierden el color. Ellos no usan lo mismo que yo, nadie lo usa. Los actores se preparan, sonríen, repasan sus líneas, se dan unas líneas, ríen, ligan, se visten, se desvisten. Yo no estoy preparado. Me pongo mi sudadera, negra, o podría no serlo, no lo sé, no lo recuerdo. La cámara empieza a rodar, no la escucho, no la necesito. Los actores están siendo grabados, ellos lo saben, no les importa. La camara vendrá a mí en algún momento, no estoy preparado. María, mi colega, saca su cámara, no se ha dado su dosis. Levanto los pies, me acerco a ella, no le importa. Me muestra su foto, no tiene color. Volteo al escenario, los actores siguen ahí, siguen sin tener color. Volteo a la cámara, sigue rodando, sigo sin sentirme preparado. Volteo a María, sigue tomando fotos. me paso atrás de todos, los efectos están perdiéndose, o aumentándose, no lo sé. Alguno de los actores voltea la luz frontal hacia arriba, no debería hacerlo, la luz se perderá. Llega alguien más del fondo y le intenta quitar la luz. Mis ojos empiezan a perderlo todo, fue una dosis demasiado grande, no lo sabía. María sigue con las fotos y los actores siguen con su desmadre, no me importa. Lo que me importa es que pasa algo nuevo, empiezo a ver imágenes cruzadas. Hay un dragón que vuela desde el suelo hacia arriba, a la misma altura que el actor que mueve las luces, nadie parece notarlo, yo lo noto. Mis colegas se ven cada vez menos claros, el dragón empieza a tomar más forma, escucho al viento correr, no debería. El estudio tenía paredes, según recuerdo. Esta vez es la última. Cierro los ojos, escucho a la cámara rodar. Esta vez es la última. Cierro los ojos, escucho el flash de María. Esta vez es la última. Cierro los ojos, escucho cómo mueven la lámpara. Esta vez es la última. Abro los ojos, veo a María tomar fotos, tienen color. Abro los ojos, veo a los actores divertirse, hacen ruido. Abro los ojos, no hay dragón, solo un actor dándome la espalda.Veo la lámpara, nada la mueve. Me siento, al fondo, me preparo para rodar la siguiente escena, estoy listo, esta vez es la última.
LA SOMBRA DEL JOKER
Entra en el cine cuando las luces ya están apagadas y el proyector emite un débil vómito de luz que golpea la pantalla. La sala está casi vacía. Se sienta en una de las butacas y fija su atención en los títulos de crédito que emergen de manera fugaz hasta que se funden con un cielo azul inabarcable y unas montañas cubiertas por una espesa capa de nieve que se alzan majestuosas al oeste de Montana. Ha transcurrido mucho tiempo desde entonces. Su pelo se ha tornado del color de la ceniza, de sus ojos se ha diluido el brillo de antaño y su semblante se ha convertido en una máscara obsoleta, sembrada de arrugas. Aun así, todavía recuerda aquel rodaje como si estuviese en el plató, como si los días jamás hubiesen devorado las hojas del calendario. La mirada de Ang Lee, escrutadora y sagaz controlando hasta los aspectos más nimios del rodaje. Los cámaras deambulando de un sitio a otro, el director de fotografía estudiando con minuciosidad los encuadres y Larry McMurtry repasando los últimos cambios del guion. Él era Ennis del Mar, el vaquero duro que había visto a los ocho años cómo su padre le mostraba el cuerpo de un hombre al que habían golpeado con una llave inglesa, le habían arrastrado hasta una zanja de regadío y le terminaron por cortar la polla. El cowboy que terminó solo, aislado del mundo, en una mugrienta caravana al sur de Maine. El tipo que guardaba en su armario aquellas dos camisas, una encima de la otra como si fuesen un par de almas gemelas y una vieja foto de la montaña Brokeback. La escena lo resumía todo. Él abotonando la prenda, las lágrimas embadurnando sus ojos y un enorme vacío abriéndole en canal, partiendo su corazón en dos mitades. Y así se sintió aquella noche años después, antes de tomarse aquel cóctel de somníferos. Porque al final cuando se apagan las luces, pronuncian la palabra corten y la película concluye uno se queda realmente solo entre bastidores. Y eso a pesar de que en su teléfono móvil tenía un montón de números, pero nadie a quien llamar. A veces se sentía como aquellos personajes del cine mudo olvidados por la industria del sonoro que algunas tardes iban a la casa de Norma Desmond a jugar a las cartas. Se gira y repara en la chica que está tres filas más atrás. Las lágrimas comienzan a deslizarse por su rostro igual que un río sin diques de contención. Sale antes de que concluya la película. Sus botas repiquetean en los pasillos. En la calle una niebla, densa y asfixiante, envuelve la ciudad. Se sumerge en la noche poco a poco, paso a paso, hasta que su andar titubeante y cansino se confunde para siempre con la oscuridad.
…Esa obscuridad que atrapaba todo mi cuerpo llegó como un centelleo…
Sin querer mi pensamiento se fue a negros también, pero, desde ese instante algo pasó: ya no le temí al ambiente sombrío fue el augurio de lo que vendría después; casi instantáneamente volví en mí y retomé la concentración; esa sensación que me acompaña cuando me rodeo de algo que me apasiona me hizo sonreír, y suspirar; retomé la jornada ardua ya no llena de oscuridades, sino, feliz de que en ese espacio, como en la vida (de todos) hubiera constantes claroscuros.
Sabía que, después de un par de horas, máximo, la grabación y las fotos estarían listas y mis compañeros y yo estaríamos completamente satisfechos y asombrados por tal trabajo y su ¿Final?…
Sabías que era un plan estúpido. Estúpido y jodido. Trescientos plásticos por una sesión de cinco de Los-que-no-se-deben-fotografiar. Nada más la multa de la paracomunitaria es como de seis mil grandes, haciendo a un lado la reclusión por seis tardes enteras en asquerosos encierros donde lo mismo ponen a fotógrafos rebeldes que a miserables traficantes de azúcar. Te prometiste que era la única vez que lo harías; también te justificaste que, en particular, estos de Los-que-no-se-deben-fotografiar merecían conservar sus rostros para sus nietos, para que, si no aparecían en ningún libro, al menos se supiera de ellos como un árbol genealógico de billetera. Además se ven tan normales, tan fotografiables. ¿A quién pueden hacer daño las fotografías de estos don nadie? La teoría de la combustión por exposición a visiones horrendas es, en realidad, una hipótesis que aún no desmiente a su contraexplicación de combustión espontánea. A la mierda el sistema y sus precauciones mojigatas. Aquí hay un puñado de Los-que-no-se-deben-fotografiar bastante fotogénicos. Sobre todo éste, que se le ve tan nervioso y vulnerado por la lente. Éste mismo que suda como gallina de los dedos y se los guarda en el abrigo como queriendo alcanzar algo pero, en realidad, embarra ese mediocre sudor en el bolsillo. ¿Qué carajo puede hacer de daño un retrato de éste? No podría herir ni aunque le tomáramos una sesión sosteniendo cabezas de canguro.
Incluso, sientes simpatía por estos ignorados. Al menos te hacen charla, y preguntan dónde vives y de qué te cae más trabajo. Presumes que has estado en casi todas las bodas del partido como fotógrafo oficial y que, muy de vez en cuando, haces -por-amor-al-arte- este tipo de hazañas. Aunque está muy nervioso el de la derecha, metiendo y sacando la mano del abrigo, es de los más parlanchines y curiosos. Sabías que era un plan estúpido. ¿Por qué habría de mejorar la operación si el plan ya había sido fraguado estúpidamente? El dedos-resbalosos pregunta ¿has oído hablar de los-que-no-se-deben-fotografiar-simulados? Cierras los ojos, escudándote en el gran angular de la cámara, echas aire como caballo mientras continúa ese cabrón traidor ¿sabes dónde encierran a los que hacen sesiones de los-que-no-se-deben-fotografiar? Recuerdas, como consuelo parco, que te deben dinero un par de traficantes de azúcar que quizá te encuentres en unas horas.
Ectoplasma
Los excéntricos cazafantasmas armaban laboriosamente todo el tinglado. Afanosos empeñábanse en urdir otra mentira, un engaño más para saciar la curiosidad, ignorancia y morbo de su numeroso teleauditorio. Otro récord mediático basado en la mentira bien planeada. «El mal sí paga», pensaban todos los involucrados mientras trabajaban sin cesar. Al mismo tiempo tras bambalinas una presencia extraña deslizábase: invisible, cauta. sigilosa y muy, muy hambrienta…
El viejo Charly y yo trabajamos toda la tarde en el estudio tratando de ajustar la cámara de video que íbamos a utilizar para las entrevistas después del concierto en pocas horas. Dana ajustó a su cámara fotográfica un formato de 35 mm de baja saturación. Disparaba a una velocidad de 1/60 en su toma, por las condiciones de poca luz de la habitación. Modelaban para ella Martinica Ramírez y Julio Corredor, baterista y cantante respectivamente, de la banda local “Death Trash”. Marcelo y John, dos estudiantes de Artes Visuales de la Fraterna del Norte, apoyaban con el encuadre. “Tato” integrante de “Negra Noche” se encontraba sentado en una esquina del estudio fumando un cigarrillo. Después de la sesión de fotos, esta banda traía un cover de Led Zeppelín para el toque después de la sesión de fotos y otras producciones propias. Charly esperaba conocer a la voz grave de las “Dark Angels” y claro, a la rubia baterista en sus pantaloncitos de cuero ajustado. “Todas las fotos están buenas” dice Charly mientras termina de ajustar el flash para la próxima toma. Charly y yo nos relajamos 5 minutos con unas cervezas, Dana seguía tomando fotos, mientras nosotros comentábamos con “Tato” que esta jornada sería una de las que muchos rockeros de la escena no olvidarían en su historia: una reunión de 25 bandas locales en vivo que serían fotografiadas y entrevistadas por la revista “Rolling Stone” Edición Especial de Platino con premio incluido de 10.000 US y un disco, además de una gira de dos años por países de Europa. Para los estudiantes de fotografía y Artes Visuales también había premios. Las mejores bandas del país iban a dar todo en el escenario; este sería el festival del rock que iría a poner a vibrar los corazones de muchos, donde quedaría sangre regada en el escenario y sudor y solo sobrevivirían los mejores; furor al cien en medio de trances de marihuana; un pequeño Woodstock, por lo menos para mí, que nunca he salido de esta ciudad.
MI OTRA VIDA
Cientos quizá miles de destellos sobre mi rostro uno tras otro procurando tatuar en papel hasta el mas mínimo de los rasgos de estas facciones que alguna vez fueron mías , el suave aire de este obscuro episodio de mi vida paseándose entre mis dedos girando por todos y cada uno de mis negros cabellos , con el rostro cubierto por una espesa capa de maquillaje bendito disfraz de mentiras mostrando algo poco real , no vislumbro momento alguno en que la vida se halla convertido en esto , quizá no quise ver las señales o quizá fue mi orgullo y egoísmo los que me cubrían los ojos cada vez que la conciencia gritaba la escuchase …
…nunca sucedió, sino que por el contrario me dedique a ser lo que quise sin ponerme a pensar si era lo correcto , me olvide de lo que es realmente vivir , deshice mi vida poco a poco se fue de entre mis manos al abismo convirtiéndose en añicos de la maravillosa fortuna que pude haber tenido , pero no hablo de esa fortuna monetaria sino de la que realmente vale la pena “ vida en vida “ , sin embargo cambie todo eso por instantes de diversión sin sentido y vacíos ganando poco a poco mas y mas pases de camino directo al infierno sin boleto de regreso , como es de esperarse deje de saborear cada momento del tesoro que se me había conferido y así pasaron los días uno tras otro hasta que un día …
…morí por causa de esos malditos excesos de superficialidad que si bien me daban la felicidad momentánea después se convertían en polvo , heridas en el alma que jamás sanaron y precisamente fueron esas mismas las que me llevaron a la tumba el 2 de febrero del 2013 justo el día de mi cumpleaños numero veintidós deje esta vida para convertirme en esto que ahora soy , un fantasma , de estos foros conviviendo con recuerdos invisibles que jamás volverán , aguijoneada mi alma por el dolor , encerrada en esta cárcel de soledades interminables , para mi ya no existe el pasado ni el presente y mucho menos el futuro , yo solo soy un ente inexistente que merodea por esta eternidad sobreviviendo de lo que pudo haber sido ….porque solo soy un fantasma .
Dalia – Karla ven mira lo que encontré bajo el libro una carta vieja
Karla – ¿De quién es?
Dalia – no dice, vamos a leerla
Karla – ¡no puede ser! , pero si es de….
Y como poder resistirme a esa hipnótica mirada de demonio alado que parapetado tras la cámara roba parte de mi alma en cada imagen que toma.Que lastima, los vampiros han perdido el romanticismo, cosas de el modernismo supongo.
…a hierro mueres
-Sí, soy yo.
-Antonio encontró esta foto en el celular de Ricardo.
-¿Qué carajos hacía esa foto en su celular? ¿Cómo logro sacar esa foto?
-Esperaba que tú me lo dijeras.
-No tengo idea, es muy confuso todo y hasta pensar hace que me duela el cuerpo.
-…Estaba en un viajesote el cabrón, según sus compas estaba celebrando, pero nunca dijo que, ¿tuvo algo que ver?
-¿Qué hiciste cabrón? Tú eres de “armas tomar” pero él no llega a tanto…
-¡Marisa! Todos están muertos, si no fuera por los dos asistentes de iluminación que cayeron sobre ti no estarías medio muerta en este hospital. Y todo curiosamente a la semana que expulsan a ese pendejo de la banda.
-Cálmate, estaba del otro lado de la ciudad cuando paso, ¿no dijiste que andaba con sus compas?, ellos te dirán donde anduvo… pero esta foto si me inquieta, ¿quién se la mando?
-Por eso vine contigo, no quise seguir con…bueno no quiero arrepentirme de nada y quería saber si ubicas quien pudo haber tomado la foto.
-No tengo idea, era una sección chica, poco personal, salen todos en la foto, ahí no había nadie… ¡la bocina! Hijo de…
La mano de Marisa comienza a temblar. Busca en los contactos del celular de su hermano el nombre de Antonio y marca. Con la voz quebrada la indica que marque en el celular de Ricardo 561825 y presione el botón para realizar una llamada. Una palabra por respuesta, “Cerberus” palidece y se escapa el celular de su lacerada mano.
Intenta tragar saliva y sus ojos se vuelven llamas más intensas que las que tuvo que soportar su cuerpo.
-Ricardo en su peor etapa puso una aplicación en mi celular que le permitía controlarlo a nivel remoto, podía rastrearme o saber que mensajes y llamadas recibía, además de otras cosas que nunca entendí. El muy idiota siempre usa la misma contraseña para todo “561825”, entra a la aplicación seguro encontraras más fotos tomadas desde la bocina, debió haber escondido un celular dentro de ella, así fue como la activo y pude dejarla cerca de nosotros.
-Bien, yo me encargo.
-A media noche vienes y me sacas de aquí, lo quiero vivo y consciente, y dale tiempo a que se le baje lo que se metió…consígueme un soplete. A hierro matas…
[…] me sea posible para hacerla tradición de este blog. De igual manera les extiendo la invitación al concurso #88, una excelente dinámica para fomentar la […]
[Pagan Poetry]
«El conocimiento nos hace responsables.» «El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor.»
-Ernesto Che Guevara-
LA REBELIÓN DEL PENSAMIENTO
¿Leer libros nos vuelve más humanos o más inhumanos? ¿Leer libros nos vuelve más sabios o más ignorantes? ¿Cuál es la finalidad de leer libros?
Creo en el instinto lector para dejarse llevar por el sendero de las letras que uno lee o impedirles el paso.
¿Consumimos libros o leemos libros como acción vital? ¿Para estar ante un gran escritor es necesario reconocerlo por haber ganado premios? ¿Leemos sólo para saciar nuestra necesidad de entretenimiento?
¡¿Qué es una revolución intelectual y cómo se inicia; cómo se nutre; cómo se vive?!
¡¿Somos flamas artificiales o somos capaces de dejar que la lumbre emane de nuestra naturaleza?! ¡¿Somos libres o somos esclavos?!
La vida es un poema que exige de nosotros: lectores.
Someto a la aprobación de la sociedad de la media noche, el siguiente fragmento del libro “¿Tener o Ser?” del Maestro Erick Fromm influenciado a su vez por el maestro Eckhart (1260-c.1327). ISBN 968-16-0171-8 Editorial: Fondo de Cultura Económica [PP. 21,22, 49, 50,54, 73(las negritas son mías), 84, 85, 86, 105, 106 y 114.]
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¿TENER O SER?
(Pág. 49)
Lo que se aplica a la conversación igualmente puede decirse de la lectura, que es, o debería ser, una conversación entre autor y lector (responden espontánea y productivamente; se olvidan de sí mismos, de sus conocimientos y de su posición social. Su ego no les estorba, y precisamente por ello pueden responder plenamente a la otra persona y a sus ideas). Desde luego, en la lectura (como en una conversación) es importante a quien leo (o con quien hablo). Leer una novela mediocre, burda… No permite una reacción productiva; el texto se devora como un programa de televisión o como la comida chatarra mientras se ve televisión; pero una buena novela, puede leerse con una participación interior, productivamente (esto es en el modo de ser). Sin embargo, probablemente la mayor parte del tiempo ésta también se lea según el modo de consumir, o de tener. Después de que a los lectores se les despierta la curiosidad, desean conocer la trama: si el héroe muere o vive, si la heroína es seducida o resiste. Los lectores desean conocer las respuestas. La novela sirve como una especie de “avance” para excitarlos; el final feliz o infeliz es la culminación de su experiencia: cuando los lectores conocen el final, poseen toda la historia… pero no han aumentado su cultura; no han comprendido a los personajes de la novela, no han ampliado su conocimiento de la naturaleza humana, ni han logrado conocerse a sí mismos.
Los modos de leer se aplican igualmente a un libro de filosofía o de historia. La manera de leer un libro de filosofía o de historia se forma (o mejor se deforma) por la educación. La escuela intenta darles a los estudiantes cierta cantidad de “propiedad cultural”, y al final de los cursos certifica que los estudiantes tienen por lo menos una cantidad mínima. A los alumnos les enseñan a leer un libro para que puedan repetir los principales pensamientos del autor.
(Pág. 54)
Nuestra educación generalmente intenta preparar al estudiante para que tenga conocimientos como posesión, que por lo general se evalúan por la cantidad de propiedad o de prestigio social que probablemente tendrá más tarde. El mínimo que recibe el alumno es la cantidad que después necesitará para desempeñar adecuadamente su trabajo. Además, a cada uno le dan “un paquete de conocimientos de lujo” para aumentar su sentimiento de valor, y el tamaño de cada paquete está de acuerdo con el probable prestigio social que tendrá la persona. Las escuelas son las fábricas que producen estos paquetes de conocimientos generales, aunque usualmente afirman que intentan poner a los estudiantes en contacto con los logros más elevados del pensamiento humano. Muchas universidades son especialmente hábiles para alimentar estas ilusiones.
(Pág. 50)
Así es como los estudiantes “conocen” a Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Leibniz, Kant, Heidegger o Sartre. La diferencia entre los diversos niveles de educación, desde la preparatoria hasta la universidad, consiste principalmente en la cantidad de propiedad cultural que se adquiere, que corresponde aproximadamente a la cantidad de propiedad material que los alumnos esperan recibir en su vida posterior. Los llamados estudiantes excelentes pueden repetir con mayor exactitud lo que ha dicho cada uno de los filósofos. Son como un catálogo de museo bien documentado; pero no aprenden lo que se encuentra más allá de este tipo de propiedad cultural. No aprenden a cuestionar a los filósofos, si eluden ciertos problemas o si evaden determinados temas; no aprenden a distinguir lo que era nuevo y lo que los autores no pudieron dejar de pensar porque era considerado de “sentido común” en su época; no aprenden a escuchar para distinguir cuando los autores sólo hablan con su cerebro, y cuando hablan con su cerebro y su corazón; no aprenden a descubrir si los autores son auténticos o falsos…
(Pág. 21,22)
…LA GRAN promesa de un Progreso Ilimitado (la promesa de dominar la naturaleza, de abundancia material, de la mayor felicidad para el mayor número de personas, y de libertad personal sin amenazas) ha sostenido la esperanza y la fe de la gente desde el inicio de la época industrial. Desde luego, nuestra civilización empezó cuando la especie humana comenzó a dominar la naturaleza en forma activa; pero ese dominio fue limitado hasta el advenimiento de la época industrial. El progreso industrial, que sustituyó la energía animal y la humana por la energía mecánica y después por la nuclear, y que sustituyó la mente humana por la computadora, nos hizo creer que nos encontrábamos a punto de lograr una producción ilimitada y, por consiguiente, un consumo ilimitado; que la técnica nos haría omnipotentes; que la ciencia nos volvería omniscientes. Estábamos en camino de volvernos dioses, seres supremos que podríamos crear un segundo mundo, usando el mundo natural tan sólo como bloques de construcción para nuestra nueva creación.
Los Hombres y, cada vez más, las mujeres tenían un nuevo sentimiento de libertad; se convertían en amos de sus vidas: las cadenas feudales habían sido rotas y el individuo podía hacer lo que deseara, libre de toda traba, o así lo creía la gente. Aunque esto sólo era verdadero en relación con la clase alta y la media, sus logros podían hacer que los demás tuvieran fe en que posteriormente la nueva libertad podría extenderse a todos los miembros de la sociedad, siempre que la industrialización continuara progresando. El socialismo y el comunismo rápidamente cambiaron, de ser movimientos cuya meta era una nueva sociedad y un nuevo hombre en movimientos cuyo ideal era ofrecer a todos una vida burguesa, una burguesía universalizada para los hombres y las mujeres del futuro. Se suponía que lograr riquezas y comodidades para todos se traduciría en una felicidad sin límites para todos. La trinidad “producción ilimitada, libertad absoluta y felicidad sin restricciones” formaba el núcleo de una nueva religión: el Progreso, y una nueva Ciudad Terrenal del Progreso remplazaría a la Ciudad de Dios. No es extraño que esta nueva religión infundiera energías, vitalidad y esperanzas a sus creyentes.
Lo grandioso de la Gran Promesa, los maravillosos logros mariales e intelectuales de la época industrial deben concebirse claramente para comprender el trauma que produce hoy día considerar su fracaso. La época industrial no ha podido cumplir su Gran Promesa, y cada vez más personas se dan cuenta de lo siguiente:
*La satisfacción ilimitada de los deseos no produce bienestar, no es el camino de la felicidad ni aun del placer máximo.
*El sueño de ser los amos independientes de nuestras vidas terminó cuando empezamos a comprender que todos éramos engranes de una máquina burocrática, y que nuestros pensamientos, sentimientos y gustos los manipulaban el gobierno, los industriales y los medios de comunicación para las masas que ellos controlan.
*El proceso económico ha seguido limitado a las naciones ricas, y el abismo entre los países ricos y los pobres se agranda.
*El proceso técnico ha creado peligros ecológicos y de guerra nuclear; ambos pueden terminar con la civilización, y quizás con toda la vida.
Cuando fue a Oslo a recibir el Premio Nobel de la Paz (1952), Albert Schweitzer desafió al mundo “a atreverse a enfrentar la situación… El hombre se ha convertido en un superhombre… pero el superhombre con su poder sobrehumano no ha alcanzado el nivel de la razón sobrehumana. En la medida en que su poder aumente se convertirá cada vez más en un pobre hombre… Debe despertar nuestra conciencia el hecho de que todos nos volvemos más inhumanos a medida que nos convertimos en superhombres”.
(Pág. 84)
El uso de la fuerza heterónoma contra los seres vivos (o sea, la fuerza que nos impulsa en dirección opuesta a nuestra estructura y que perjudica nuestro crecimiento) produce resistencia. Ésta adopta diversas formas, desde la resistencia franca, eficaz, directa, activa, hasta la resistencia indirecta, ineficaz, y muy a menudo, inconsciente.
Aquí se limita la expresión libre y espontánea de la voluntad del bebé, del niño, del adolescente, y hasta del adulto, su sed de conocimiento y verdades, su deseo de amor. La persona al crecer se ve forzada a renunciar a la mayoría de sus deseos e intereses autónomos, genuinos, a su voluntad, y a adoptar una voluntad, unos deseos y unos sentimientos no autónomos, sino impuestos por las pautas sociales de pensamiento y sentimiento. La sociedad, y la familia como su agente psicosocial, deben resolver un difícil problema: ¿cómo quebrantar la voluntad de la persona sin que ella lo advierta? Sin embargo, mediante un complicado proceso de adoctrinamiento, recompensas, castigos y una ideología adecuada, generalmente se realiza esta tarea, tan bien que la mayoría cree que obedece a su propia voluntad, y no advierte que su voluntad ha sido condicionada y manipulada.
(Pág. 86)
…A menudo la rebelión se manifiesta en un tipo de “tortuguismo” general, en un desinterés del mundo, en la pereza y la pasividad, hasta en las formas más patológicas de la autodestrucción lenta…
(Pág. 105,106)
…Por ello, esos jóvenes se alejan de sus hogares, buscando un nuevo tipo de vida, y se sienten insatisfechos porque no tienen oportunidad de realizar esfuerzos constructivos. Muchos de ellos fueron originalmente los más idealistas y sensibles de la generación joven; pero en este punto, faltándoles tradición, madurez, experiencia y sabiduría política, se sienten desesperados, narcisistamente sobrestiman sus capacidades y posibilidades, y tratan de lograr lo imposible mediante el uso de la fuerza. Forman los llamados grupos revolucionarios y esperan salvar el mundo con actos de terror y destrucción, sin advertir que sólo contribuyen a la tendencia general a la violencia y a la inhumanidad.
(Pág. 114)
Lo que es cierto para las guerras internacionales igualmente puede aplicarse a la guerra de clases. La guerra entre clases, esencialmente los explotadores y los explotados, siempre ha existido en las sociedades basadas en el principio de la codicia. No hubo guerra de clases donde no existió necesidad o posibilidad de explotar, ni carácter social codicioso; pero necesariamente hay clases en cualquier sociedad, hasta en la más rica, cuando predomina el modo de tener. Como ya se ha observado, si hay deseos ilimitados, ni aun la mayor producción puede mantenerse al ritmo de la fantasía universal de tener más que los vecinos. Necesariamente, los más fuertes, más astutos, o más favorecidos por otras circunstancias, trataran de establecer una posición favorable, e intentarán aprovecharse de los menos fuertes, sea por la fuerza y la violencia o por la sugestión. Luego las clases oprimidas derrocarán a sus gobernantes, y así sucesivamente. La lucha de clases quizá podría volverse menos violenta, pero no podrá desaparecer mientras la codicia domine el corazón humano. La idea de una sociedad sin clases en un llamado mundo socialista lleno del espíritu de codicia es una idea tan ilusoria (y peligrosa) como la paz permanente entre naciones codiciosas.
(Pág. 73)
…ser significa vivir, permanecer activo, nacer, renovarse, derramarse, moverse, ser productivo. En este sentido, ser se opone a tener, a permanecer atado al ego y a la egolatría. Para Eckhart, ser significa estar activo en el sentido clásico de expresar productivamente nuestros poderes humanos [rezar (leer poesía en voz alta como acto espiritual), estudiar, comer, beber, cantar, amar… disfrutar de una libertad responsable y consciente del acto sexual], no en el sentido moderno de estar ocupado. Para él, estar activo significa “salir de sí mismo”
(Pág. 85)
Sólo la independencia interior conduce a la libertad, y termina con la necesidad de una rebelión estéril.
FUSILADA
La cámara comienza a dispararse como si fuera una carabina 30/30, puedo escuchar caer al suelo los casquillos mientras me fusilan a quemarropa los incesantes destellos del flash brotando de la lámpara de xenón que me incendia las retinas.
Me contorsiono adoptando distintas poses frente a los ojos de Moyo que me miran fijos detrás de la lente, aquellos ojos que enmarcan sus tibias pupilas cafés y que conocen al igual que su rasposa lengua los relieves imperfectos de mis muslos, vientre y senos.
-Si no fueras modelo de revistas porno, bien podrías ganarte la vida de Psicóloga-. Me dice Moyo minutos después de eyacular dentro de mí.
-No ganaría ni para la renta. -Le respondo- al mismo tiempo que busco a tientas una grapa de cocaína entre mi bolsa…El sexo es cotidiano en el estudio como la cocaína en mi sangre.
He dormido con todos los del equipo incluyendo a Maritza y me eh quedado varias horas con mis piernas entrelazadas a las suyas en el sofá del improvisado camerino escuchándolos desahogarse de sus problemas, dicen que soy buena en eso de escuchar.
Cada ráfaga fulgurosa de la carabina que se impacta sobre mi cuerpo va desgarrándome la piel y perforando mis músculos, las luces como relámpagos esparcen por el piso mis venas y tendones tiñendo de rojo la escenografía, dejando solo un tenue esqueleto de huesos transparentes ante las cámaras que expulsan un olor a pólvora.
Insomnio
Abre los ojos, oscuridad total. 3:00 am parpadeando en verde fluorescente. Al sentir las puntas de su cabello erizado recuerda cómo era tocar el pasto con la mano abierta a los seis años. Suspira, prende la vieja lámpara, se incorpora y saca un objeto rectangular del buró. Sonríe, una especie de cuadro dentro de otro cuadro, una fotografía de alguien tomando una fotografía. La toca, la tomó por su perfil izquierdo, ella aparece en cuclillas sosteniendo la cámara. Aún se pregunta cómo su vida devino en esto. La noche que le tomó la foto proviene de una época oscura en que su vida tenía luz, aún cuando reinaban las prohibiciones y castigos desmedidos de un enfermizo sistema judicial. En un acto de audacia habían decidido festejar su aniversario en un bar clandestino, tocaría la banda de un amigo en común. Escucharon, rieron, conversaron, bebieron, 2:00 am. Sintieron la calma que sigue a la tempestad, los chicos ya recogiendo los instrumentos, chicos pagando la cuenta, el lugar quedándose vacío, todo era esa calma abrazada de alcohol que precede a las últimas horas de la noche desnudándose en una cama de hotel, plenitud. Ella lo miró a los ojos sabiéndose ebria, muy ebria, lo besó y lo empujó para después estallar en carcajadas, un Te amo torpe con voz perfumada y sacó la Canon profesional, comenzó a disparar flashazos a diestra y siniestra , primero a él, después a los chicos ebrios, a los chicos recogiendo el equipo de sonido, a las parejas, a las parejas ebrias besándose, a las parejas manoseándose, a los vasos, a las botellas, a las mesas sucias, a la cerveza derramada, a la luz refractándose en infinitos colores a través de tarros vacíos y semillenos, a sí misma sacando la lengua y haciendo bizcos. Por un instante los presentes palidecieron, dudaron. Después de algunos segundos él se levantó ya sin miedo y comenzó a posar, resaltando sin desarrollar, besando bíceps enclenques, poses ridículas, estúpidas, otros comensales sacaron pequeñas cámaras de sus escondites más ingeniosos y con el flash encendido, comenzaron a perseguirse disparándose unos a otros mientras reían, tropezaban y se lanzaban la bebida al rostro. Todos recordaron cómo era jugar a los seis, a los cinco, a los diez, once, doce, cualesquiera que hubieran sido sus años más felices… En algún momento, todos asimilaron las consecuencias.
Afuera sirenas, dentro más flashes, autos frenando en seco, más abrazos, botas pisando fuerte, más risas, hombres rompiendo puertas, más besos, golpes, sorpresas fingidas, empujones, el mundo es un extraño lugar, un abrazo deshecho por última vez y él es el único sin cámara. Se encontró las manos vacías, con los brazos vacíos, entendió. Fue como morir antes de tiempo, después de ella, en un mundo extraño en el que tomar fotografías se considera delito contra la salud y espíritu y se castiga con pena capital.
Es todo lo que tiene ahora, ceguera inducida como sentencia y este maldito insomnio de por vida, despertar siempre a la misma hora, recordar, acariciar un papel en blanco, sonreír un momento y saber que no le queda nada más por perder.
Oscuridad
Era increíble. Los fotógrafos de prensa y las peritos, que estaban en el lugar del crimen, no podían dar crédito a tan horrorosa escena. Una decena de cuerpecitos luminosos desmembrados brillaban languidamente sobre la banqueta y la pared de la calle Ensueño. Al parecer, algunos niños y niñas dejaron de creer en la fantasía y motivados por la desolación en sus corazones comenzaron a cazar a las hadas de los sueños.
[…] ganador del concurso de febrero es “Big Brother” de Roñas, por su versión de un tema clásico: la paranoia que termina por abarcar la visión […]
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