Concurso #82

Dejé pintada tu silueta en el pavimento, como he visto en esas películas gringas que tanto te gustaban, borré toda evidencia que me incrimine. ¿Por qué tenía que pintar tu silueta? porque me lo pediste aquella vez. –De azul Renata, la pintas de azul. Creo haber cometido el crimen perfecto sin haber dejado el mínimo rastro… ¿Una copa? A tu salud…

El mar, el cielo, algunos ojos lo reflejaban, pero nada como los sujetos que azulaban el camino. En la cacería que desató su descubrimiento fueron muchos los torturados, interrogados y minuciosamente destazados bajo licencia científica. Otros se cortaron los pies, desconociendo que el azúl brotaría de sus manos y de todo el cuerpo por lo que terminaron destazándose… De todos los sujetos sólo uno aceptó ser perseguido. El individuo aprendió a ocultarse y como persona descubrió que poseía alma.

El estaba atrapado en el mundo onírico y mientras recorría las calles de ese extraño cosmos, miró en el suelo puntos azules al principio, luego manchas azules, las calles abrieron entre los edificios al mar más impactante e inusual, sus ojos y sus pasos lo guiaron a las olas del mar donde pudo ver el futuro de las civilizaciones, el sencillo renacer, escasas devastaciones, vidas longevas, más comodidades, personas libres de condena y un mundo sin guerra.

El estaba atrapado en el mundo onírico y mientras recorría las calles de ese extraño cosmos, miró en el suelo puntos azules al principio, luego manchas azules, las calles abrieron entre los edificios al mar más impactante e inusual, sus ojos y sus pasos lo guiaron a las olas del mar donde pudo ver el futuro de las civilizaciones, el sencillo renacer, escasas devastaciones, vidas longevas, más comodidades, personas libres de condena y un mundo sin guerra.

El estaba en un mundo onírico, el caminaba por las calles de ese cosmos extraño fue cuando aprecio mientras pasaba por las calles, unos puntos azules, luego unas manchas del mismo color, las banquetas y los edificios se abrieron entre la tierra dando paso a un mar extenso e inusual. Sus ojos y sus pasos lo condujeron a las olas tan inmensas que le presagiaron el futuro, el cual consistía en: el sencillo renacer, vidas longevas, comodidades innumerables, y la vida sin guerra.

El osado centurión necesitaba un poco de pintura azul. Se le acercó al príncipe y, de un solo tajo, le abrió la yugular.

Aunque no era la primera vez, en esta ocasión pensó que era la definitiva. Sus palabras, tan ardientes como sus manos, recorrieron su piel con el conocimiento y la sabiduría del amor eterno. La vida misma duró un instante. El sonido de un celular interrumpió el paraíso, develando – una vez más – la existencia de otra, la única, la verdadera…
Un rayo atravesó su cabeza, su vientre, su pecho.
La cegadora luz de la calle no detuvo su caminar, mientras pensaba que algo bueno había surgido al final: los príncipes de sangre azul sí existían y ella había amado, brevemente, a uno.

Me derrito a cada paso que doy. El pavimento no logra absorber la esencia que escurre bajo mis pies. Te dije que vendría a buscarte, pero no sé si me reconozcas, estoy a punto de convertirme en una mancha azulina.

«Matanza»
El gigante que todos temían despertó de malas, asesinó a todos los pitufos.

Queta Navagómez
La bisabuela le hablaba de su sangre azul. Familia de nobles venida a menos que remató casonas, muebles, joyas… la añoranza le provocaba suspiros.
Ella no lo creía. Lo empezó a creer cuando se dio cuenta de que estaba menstruando, de que no traía protección alguna, e iba dejando manchas azules sobre las baldosas.

Dra. Frankestein

Ya no había en ella ningún rastro de humanidad cuando abrió la puerta del laboratorio, confundida, sin saber si era ella misma o el monstruo.

LA CRIATURA

De pronto elisa escucho un ruido, un extraño ruido salió para ver que era, vio unas pisadas azules de forma humanoide que se dirigían a la casa de su vecino cuando se vio enfrente de la puerta sintió algo húmedo, vio su hombro y se percato de que tenia fluido azul, cerro los ojos y cuando los abrió se vio envuelta en un azul profundo muy parecido al tono de las pisadas de pronto se percato de una criatura de pelaje marrón y de mirada penetrante con una aparente herida de la cual surgía un fluido azul intento escapar pero no pudo ya que de pronto la criatura la tomo de la mano y le dijo estoy a qui para protegerte elisa

Salió de la cápsula de gel azul al mundo real. A su paso dejaba las huellas de los mundos que vivió, de los sueños infinitos y de la felicidad jamás alcanzada… quizás ahora la encontraría entre las personas de carne y hueso.
Al llegar a la ventana, sólo vio ruinas quemadas y silencio. Era la única sobreviviente del Apocalipsis.

No se imaginaba cuanto tiempo había pasado en aquel lugar,ni cuantas aventuras había vivido,solo recordaba aquella persona que después de destruir su mundo le pinto los pies para poderlo perseguir a donde quiera que fuera, tratar de despintarse no serviría de nada,pero al pasar del tiempo después de que aquella persona tratara de atraparlo y destruir por donde el pasara el se dio cuenta que mientras el no lo atrapara no importaría por donde el pasara con su estela de destrucción azul

Y terminamos de pintar el gran camino de la vida, ambos supimos que era hora de separarnos para siempre, nuestras almas se alejarían y probablemente nunca nos volveríamos a ver. Le sonreí para luego acercarme lentamente y besar su suave mejilla que estaba ligeramente manchada del color del cielo y nubes que habíamos plasmado. Nuestros pies también se encontraban manchados de esa mágica sustancia que se quedó marcada mientras nuestras almas se separaban por una eternidad indefinida.

~Perdón por ponerlo de nuevo, había olvidado añadir algo xd

Dejando huella.
Eligió el color azul porque era su favorito. Cruzó toda la ciudad dejando huellas. regresó a casa pensando en que se había convertido en una persona importante

En la tarde se vio en la nesecidad de abandonarlo todo hasta su mas preciada obra de arte dejando a su paso el celeste de la tranquilidad

“El camino más difícil”

Aquella travesía, llena de obstáculos, complicaciones y decisiones que tomar…..llamada vida…..donde dejamos huella en nuestra ruta personal.

-Huellas imborrables

Estoy decidido a dejar mi pasado atrás, ese pasado que siempre me ha venido atormentando desde mi mas grande tragedia en la vida, mas sin embargo, existen huellas, las cuales me lastiman y no me ayudan en nada, tal vez esas huellas nunca podrán borrarse pero yo, yo lo voy a superar y saldré adelante cuésteme lo que me cueste, atravesare esa puerta que lo cambiara todo y comenzare de nuevo… dejando atrás, mis huellas imborrables.

Perpetuado en mi balcón, en mi terrible espacio inmovilizador, apareciste de la nada a invadir el campo visual, a asaltar mi paisaje diario, mi único dominio tangible y seguro. Me estudiaste con miradas esquivas y paseos sin razón, me dominaste con sonrisas desafiantes y gestos complacientes. Inventamos sin querer el juego y comenzamos a retarnos, a conocernos volviéndonos niños. Con tu temible lengua de fuera, tus bailes disimulos y los aviones de papel besando el asfalto, sin llegar a su destino. Pactamos el trato en el silencio; con palabras se rompería el hechizo de nuestros encuentros.

Cuando el paisaje aparecía desolador y las ansias me carcomían en tus ausencias, realizaste el juego final, el último acto. Intempestivamente dijiste adiós, adivinándome en el silencio, interpretando mis ilusiones. Dejaste las huellas en el camino, volviendo eterna tu presencia, en el lienzo con el que siempre juego. Ganaste el reto final con tu usual transgresión. Fue una burla y homenaje, el único monumento con dedicatoria, que observaré eternamente en el irremediable sufrir de esta silla y mi balcón.

grupo 147-b

despues de una fuerte batalla el guerrero herido y exausto brotandole su real sangre azul regresa a casa y espera su juicio final.

Y la huella que dejaste en mi … la llevare durante toda mi vida

De sus lindos ojos azules rodaron lagrimas de amor tiñendo el piso de su color.

sairus era un hombre que seguia manchas azules en su camino por que no recordaba nada acerca de el,al final de las manchas encontro un templo donde vio toda su vida,y despues entendio que las manchas azules era todo aquello que lo representaba recuerdos,emociones,y muchas cosas mas…

Después de ese rencuentro sorpresivo, salí sin saber qué dirección elegir… sin embargo, mis pasos eran constantes y firmes. Aunque llovía no me importó, decidí empapar mi imaginación.

Y después de aquella tarde, había regresado a casa dejando huellas del pasado para comenzar un mejor futuro.

El queria olvidarlo,mas no podia, a cada paso, cada centimetro recorrido. Esa maldita mancha azul su culpa le recordaria.

Sola caminando por las calles esperando que algo llegara a salvarla iva dejando una marca para que al final alguien pudiera encontrarla…

Por el mundo caminaba dejando huellas, no sabía hacia dónde dirigirme, sentía que el mundo me daba la espalda lo único que quería era encontrar una puerta hacia un mundo diferente ¡mi salvación!

-¡Déjame en paz!- grito Almudena mientras se alejaba presurosa de la fuente. La gente volteó a verla extrañada. Parecía huir de alguien pero no había nadie detrás. Sin embargo, ella sabía que él estaba presente. Dejaba sus huellas donde quiera que ella estuviese. En la calle, en el restaurante, en donde fuera. Y ya estaba cansada de que siempre estuviera ese ser detrás de su sombra. Hasta en los momentos más íntimos no podía librarse de su presencia. Era intolerable.
Tenía quince años cuando todo empezó. Se estaba peinando frente al espejo de su cómoda cuando, al agacharse a recoger un arete, vio unas huellas. Estiró su mano y las tocó, pero solo sintió el frío del suelo. Pero unas horas después, estando en clase, al cambiar de salón ahí estaban nuevamente. Y así en cada espacio en donde ella estaba, aparecían. Huellas frescas. Al principio pensó que era una broma, pero cuando ella estaba sola también las miraba. Entonces le dio miedo. Algo la estaba siguiendo y solamente dejaba las marcas de sus pisadas. ¿Y quién era?
Se atrevió a comentarle a una amiga, quien la miró muy seria y le dijo –eso es un ente, un espíritu. Conozco a una persona que te va a ayudar- Y fueron –a escondidas de su familia- a ver a la persona, allá lejos, en una colonia que estaba en un cerro, donde el camión no podía subir.
La señora –como de setenta años- estaba sentada en una silla de madera y tenía muchas plantas y flores junto a ella, agua, huevos, y otras cosas que no reconoció. Había mucha gente en la habitación, y fuera haciendo fila. Se formó y cuando le tocó pasó tímidamente. La señora la miró de arriba para abajo, la paró junto a ella y le pasó unos ramos de flores por todo el cuerpo. Luego siguió el huevo –que rompió en un vaso con agua- y después de verlo detenidamente, habló. –A ti te sigue un espíritu de un hombre que murió hace mucho. Es un hombre que se ha enamorado de ti, el sabe que no pertenece a este mundo y te quiere llevar con él. Así que debes tener cuidado. Pon una cruz de ocote en el lugar más alto de tu casa y trapea diario con agua bendita. El siempre va a estar contigo y no te va a dejar ser feliz, no sabe que tú estás viva y él ya no. No lo entiende- Dicho esto, le dio unas flores para que las pusiera en su cuarto y pidió que pasara la siguiente persona. Cuando Almudena le quiso pagar, se negó a recibir el dinero –Esto es un don. Si cobro, ya no podré ayudar a nadie-.
Almudena consiguió la cruz de ocote y la puso arriba del espejo, donde nadie la viera. Todos los días, al salir de la escuela, pasaba a la iglesia por agua bendita y trapeaba por la noche su cuarto, y si podía, el resto de la casa. Después de un tiempo, olvidó el asunto, dejó de hacerlo y siguió su vida normal. Y un día, las vio otra vez. Huellas en el baño, en el patio, en la calle. Si corría, también corrían detrás. Si se paraba, se quedaban esperando que continuara su marcha. Era verdaderamente exasperante. Y bizarro. Era algo que sólo ella veía, los demás no las percibían. ¿Y cómo contarles de esto, con qué argumento? Seguramente pensarían que estaba loca. Así que prefirió vivir con ello y quedarse callada.
Y así terminó la preparatoria y la universidad. Siempre acompañada.
Cuando salía con algún chico, aún sin voltear, sabía que estaba detrás, como si la vigilara. Y si le daban un beso, o algo más, no podía dejar de pensar que había alguien incorpóreo observando todos los movimientos. Eso a veces le daba risa, otras la incomodaba o la hacía enojar. Los muchachos empezaron a evitarla, pensando que esas carcajadas que hacía a mitad de una caricia, o los insultos que susurraba eran para ellos. Pero eran para él, para el ente.

Ese día se sentía mucho calor. Almudena acudió al parque a sentarse junto a la fuente y recibir un poco de esa brisa que soltaba el agua. Era mediodía de un sábado cualquiera, de una semana cualquiera, de cualquier mes. Había perdido la cuenta de los días hace mucho tiempo y ya no le importaba. Total, siempre estaba sola porque estaba acompañada. ¡Qué ironía! Pero su mente estaba llegando al límite. Nadie comprendía lo que pasaba, no entendían porque cambiaba así de carácter. Ni su familia se explicaba porque había cambiado tanto. De ser una muchacha inteligente y estudiosa, se transformó en una chica rebelde e intolerante. Terminó la universidad pero no era estable en ningún trabajo. Entraba y salía constantemente lo mismo era en sus relaciones personales. Sólo su mamá le llamaba y la invitaba a comer o al cine con el afán de distraerla, de ver que sucedía. Almudena platicaba alegremente un rato, pero después algo pasaba y cambiaba drásticamente. Se despedía apenas con un beso y corría. Siempre corría, como si alguien la siguiera.
El día de la fuente, Almudena corrió y corrió y corrió hasta que una camioneta le detuvo el paso. Unos hombres con uniformes blancos bajaron rápidamente y la detuvieron. Ella forcejeó pero no pudo. Eran muchos y muy fuertes. Le pusieron una camisa blanca y le amarraron los brazos en cruz por detrás. Le inyectaron algo en el brazo que le dolió y la fue relajando poco a poco. Cuando despertó estaba en un cuarto cuya única ventana estaba fuera de su alcance. Sólo había una cama, un retrete y un lavabo y una silla. Se dio cuenta que estaba en el hospital psiquiátrico. Sonrió y después la sonrisa se convirtió en una carcajada. Y otra, y otra más. Había llegado al lugar indicado, donde no tendría que dar explicaciones de nada, ni a nadie. Y al bajar los ojos, ahí estaban. Las huellas del ente que, seguramente, estaba sentado a su lado, en la cama.

EL SUEÑO

La calle es estrecha, sombría, con una mortecina luz, señal de un lugar apartado o poco frecuentado. Las pisadas dejan marcas de agua como dejando atrás una vida pasada, dolorosa, llena de matices oscuros, miserable, sofocante. Nancy camina sin mirar atrás en un intento de olvidar ese monstruo que lo devora todo. Es una lucha incesante por encontrar en si misma a una persona olvidada, encerrada entre un grueso muro de piedra, privada de su libertad y esperando ser rescatada. La noche jamás ha sido tan oscura, con un tono casi siniestro, falta de estrellas, falta de esperanzas, y Nancy sola, soportando el peso de su manto. Camina hasta detenerse en un mirador, donde lo único que percibe es el romper de las olas que dejan un eco de muerte. La vida se le escurre como fina arena entre las manos y aun no encuentra la llave para liberarse de esa prisión que la tiene atormentada. Busca entre dichos y proverbios un hilo de luz que justifique su cruel homicidio, no el de sí misma, el que perpetró días atrás a esa inocente criatura que nunca logro respirar por vez primera. Pero nada la consuela y se ve flotando en la imagen espumosa de las olas golpeando las rocas. Se sube al barandal que ya es muy viejo y reza sus oraciones a la vez que su instinto bastante mellado trata de salvarla, logrando un repentino cambio de actitud muy favorable. Respira profundamente y medita su próximo acto concluyendo que ha llegado muy lejos, cuando a la distancia se escucha una voz familiar y ella responde al llamado volteando la cabeza con aire de sorpresa. Se escucha el crujir del barandal haciéndose pedazos y el cuerpo de Nancy cayendo al barranco a la mirada inútil y expectante de su madre. Cuánto dolor inundaba el cuerpo de Nancy cada vez que chocaba con las rocas afiladas. Podía sentir cómo sus extremidades se iban desprendiendo, cómo los huesos astillaba su débil carne que ya solo era eso, carne sin forma. Hasta que su mirada clara, se torno de rojo intenso, cuando colapso su cabeza con aquella roca puntiaguda que tenía su nombre escrito en ella. Allá, flotando entre la coyuntura del mar y las rocas, se ve a sí misma masacrada, victima solo de su conciencia y de la inexperiencia propia de una niña de 15 años, ve la cara de su madre allá en lo alto, que grita desesperadamente en busca de ayuda. Hasta que escucha un grito tan fuerte que turba sus sentidos: “¡Nancy!, ¡despierta hija!, ¡se te está haciendo tarde para ir a clases!” grito su madre, haciéndola salir de su profundo sueño. Nancy, aliviada suspiro a la vez que se tocaba el vientre y, dijo a sus adentros con lagrimas corriendo por sus tersas mejillas y aun asustada por aquella pesadilla: “perdóname mi cielo, no lo voy a hacer, tu mami te va a proteger”.

Sola y sin rumbo caminaba dejando huellas , sentía que el mundo me había dado la espalda en lo único que pensaba era en encontrar una salida a mi desgracia, quería hallar una puerta que me dirigiera hacia un lugar diferente ¡mi salvación!

Reprochandome me pedia una explicación del por que solo quedaron sus huellas, si yo le habia prometido cuidarlo siempre, pero las huellas azules eran mias yo lo carge y cuide todo el camino.

Aquella mujer triste dejando una historia en cada huella… obstáculos que ha cruzado, premios ganados y perdidos pero en ella existe una gran fuerza llamada «Amor» que la anima a luchar por su felicidad y seguir este camino

tu te vas sin decirme que te marchas yo solo recordando aquel dia que te coni aquel dia en el cual amor yo te declare que eras ala mujer que le dedicaría mis mis toda mi vida pero ve te vas y mi mira entera se va y se que no volverás pues el corazon lo demanda ya que no te puedo detener y mucho menos abrazar para poder llorar

Cuando despertó a su lado, Valeria supo que había llegado al Cielo en la Tierra. Cuando dejó el hotel, quiso que todos supieran dónde estaba parada ahora.

Era tanta su frialdad que dejaba mares al pasar; mares donde se ahogaron los que intentaron penetrar su coraza de hielo.

La ultima heredera.

Y así fue
como la legítima y única heredera
abandono el reino,
no sin mas dejando las huellas de sangre azul,
Para que todo el mundo viera la verdad
sobre la familia real, y su ultimo descendiente,
y para que nadie olvidase esta historia,
y su alma y espíritu siguiese vivo.

Después de haber logrado su venganza se fue con los pies llenos de la sangre de sus enemigos a los montes, para encontrar la paz interior.

Camino y camino… para al final darse cuenta que ella es la misma que deja huellas azules en el camino de su vida

Con cada paso hacia la libertad pequeñas partes de mi se van quedando en el camino se aferran al suelo al resistirse ala idea de que ella no estará en mi destino

te marchaste tu de mi dejaste mi corazon sin marcas de libertad pues tu tienes la llave que guia mi felicidad no pedire que regreses solo te pedire que no olvides que la luna jamas dejara de brillar y mis estrellas te cuidaran si decides volver aqui estare yo y si mis palabras no significan nada mi ultimo acto sera verte volar como un mujer que buscara su felicidad

«Ella, la chica que fué lastimada muchas veces se armó de valor y pisoteó aquellos recuerdos pintados con un color tan hermoso para disfrazar la mentira.Logró dejarlos atras dejando huella.. comenzando una nueva vida»

caminando lentamente por las rocas del cielo me miran boquiabiertos viéndome pasar

Y a pesar de que durante días el cielo observo, ninguna estrella brillo…

Fue entonces cuando dejando huellas de cielo como rastro, comprendí que el tan solo caminar es un milagro.

Y así fué que el decidio dejar atrás todo, sin saber lo que le esperaba al cruzar esa puerta, que problablemente lo llevaría a mundos de los que difícilmente podrá salir.

Y sin darse cuenta de lo que a dejado atrás se retiro en busca de una nueva vida

Descendiente

Sitios encorvados, les decimos por la carga que llevan. Desde abajo, nuestros muertos los marcan con huellas celestes; el color del peso del mundo. Justo en estos lugares mataron a Vivalanqué, a Ix, a Yatzil, a todos. Y nosotros, sus diluidos parientes, nos hemos ido acordando al pasar por ahí y de pronto hemos ido reconociendo las huellas como se reconoce una vieja mueca en una cara familiar.
Vivalanqué, Ix, Yatzil y los demás ya no sufren ahí donde estén junto a los huesos del mundo. Hoy hacen música y acá arriba tiembla con ritmo de corazonadas.
Anda por ahí y vete leyendo los pisos. Yo ya fui la séptima-jaguar venganza de Vivalanqué, ahora a ti te toca revengar. La marca te encaminará con su lengua azul hasta la sangre diluida del octavo-piedra pariente del español que mató a tu tataramadre, Yatzil, ante un cielo hembra de testigo.

Septiembre.
Mientras su cuerpo caía al suelo, vislumbraba a su otro yo, avanzando poco a poco impregnando en cada paso huellas de su sangre pura y fría. Juró venganza. Y la tendrá.

EL RECUERDO
Este es solo el comienzo de otra historia sin fin, pues ya que de mis huellas siempre quedaran ahi, marcadas como recordatorio para ti, tu fuiste la tormenta en mi dia soleado, el tirano que me mantenia cautiva en la torre de mi cuento de hadas sin esperanza de salvacion, estaba cegada, caminaba sin un punto fijo, creyendo que algun dia en verdad me vas a amar he querido darle fin a mi historia pero es inutil vuelvo a caer en la red de mentiras que tan delicada has tejido para mi, esto continuara por que te seguire amando a pesar de ese piso tan frio y duro como tu corazon.

como la arena en el desierto , como la espuma en los mares , el tiempo en el planeta , las personas llegan y salen de nuestras vidas …. algunas solo de paso algunas simplemente un pasatiempo pero existe aquella que deja huella en el alma 🙂

despues de haber lo imperdonable dejo mi enseñansa para que nadie cometa el mismo error

grupo102B
Asegurate de dejar huella en tu camino marca tus alegrias, tristezas para nunca olvidarte

Erase una vez una mujer que le gustaba mucho las aventuras, conforme iba teniendo una aventura dejaba un rastro, el cual para ella significaba que las demás personas podían ver lo hermoso que era disfrutar haciendo cosas nuevas; así que los guiaba por un camino luminoso y muy bonito en donde jamás experimentarian cualquier tipo de experiencias.