Concurso #18

Una vez más, esta bitácora convoca a su concurso mensual. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:

Instrucciones:
1) Suponer que la imagen ilustra una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están allí, qué hacen.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción), en los comentarios de esta misma nota.

El ganador de cada mes será elegido tomando en cuenta la opinión de quienes decidan opinar, y recibirá un trofeo virtual. (Los concursantes deben dejar una dirección válida de correo electrónico, para poder recibir su premio.) La fecha límite para hacer propuestas es el 24 de abril.

Quedan invitados…

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34 comentarios

  • Y así entregamos los crayones a los gigantes. Que acallaron sus quejas interminables de cantos hipnóticos en ultra baja frecuencia, dejándonos volver a dormir, volver a soñar. Caminando como libros volvieron por sus cuevas cerrando el paso con pisotones en las piedras. Prometieron quedarse por 1000 años más en el centro de la tierra. Pero nunca confié en sus palabras.

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  • Y PENSAR…

    — Tres después de cada comida, Sr. País.
    — ¿Y los efectos secundarios?
    — Mínimos si consideramos las alternativas.
    Miró el frasco. Las pildoras platreadas, brillantes, crepitantes de radiación.
    — Tal vez si dejo que la revolución…
    –Las revoluciones entran en matastasis rapidamente, ahora aquí y mañana en todo el organismo…
    — Tres…
    — Por el momento, tal vez.
    El Sr. País suspiró. Y pensar que todo empezó con un enrojecimiento.

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  • El perdón

    Anda hijo ayuda a este pobre viejo, llévame, haya detrás de esas puertas.

    –Jamás había visto a alguien pedir con tanto fervor que lo llevase– dijo el chico con gran admiración
    Con un enorme suspiro el viejo dijo: –Las manos que me trasformaron me dieron alas, grande alas para danzar con el viento, me podía acercar un poco mas a mi padre el sol y podía ver la grandeza de mi madre tierra¡, por mucho tiempo creí que era el mejor, me pavoneaba de mi valor por los cielos, era grande y tenia muchos pasajeros– el viejo asintió la cabeza y agachando la mirada le dijo al chico- un día, deje caer a tres pasajero sobre mi madre, sobre mi esencia, sin saber que tenían dentro una rara enfermedad, y la contagiaron por muchos años, después de eso deje de funcionar, las mismas manos que me arrancaron de la tierra para convertirme, me desecharon, me olvidaron, sin darme la oportunidad de demostrar que podía hacer bien y no el mal y eme aquí viejo y oxidado, pero no hijo, mi camino no ha de terminar aqui, la tierra me a dado otra oportunidad, el viento soplo de nuevo en mi interior, no podré regresar a sus entrañas pero si e de ser transformado en algo constructivo y por eso, es que añoro tanto, ir detrás de esas puertas.

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  • Rencor

    Vine a Comala porque mi pueblo nos lo destruyó mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto oímos los aviones y que empezaban a echar las bombas. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y muy sentimental porque la explosión le habría arrancado todo de la cintura para abajo. «No dejes de ir a visitarlo», me recomendó. «Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte, aunque como ves es medio atrabancado.» Entonces no pude hacer otra cosa sino preguntarle si así trataba mi padre a todas las mujeres, y ella me respondió que sólo a las rejegas, y de tanto decírmelo me lo siguió diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas. «Ah, qué mi madre tan rejega», le dije, y la dejé entre el montón de piedras que había sido nuestro pueblo, todavía renegando.

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  • Los pasos de la guerra

    Estaba sentado en la mesa redonda de la sala, ya de noche. Recuerdo mi sombra en el piso, y un foco titiritando. Fue entonces que los pasos cimbraron el poblado. Los habitantes que nos manteníamos despiertos temblamos ante la aproximación del desconocido. El primer paso se oyó tras el rugido de un avión. El segundo, inesperado, oculto en la iglesia. Luego se oyeron más y más, cada vez más fuertes, unos tras otros, hasta que no se oyó nada más.

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  • —¡Capitán, se abrió el depósito de las bombas!
    —¡Mierda!… ¿todavía sobrevolamos Texas?

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  • Hoy decidí dejar de pensar en él. En ese día insomne, cuando abrí la posibilidad de andar por caminos inciertos; pero verdaderos. Nadie podrá negar que todo eso pasó, Hay testigos, hay vestigios, bueno, digamos, testimonios. Siempre las teceras personas lo inducen a uno a pensar que todo lo que han presenciado, a fuerza de ver una imagen, debe ser real, –tiene que serlo- se repiten constantemente. –Todo es parte de la hitoria dicen otros– para calmar sus conciencias-, deberá aparecer eventualmente en losl libros de texto. Para otros sólo es la oportunidad de hacer frases celebérrimas que llevan el venneno bien puesto: «crear una conciencia colectiva, a fin que ninca se OLIVIDE ESTO»…
    ¿Y cuántas veces lo olvidan? ¿Después de cuántos días deja algo como esto de ser «de actualidad»? Y eso es lo precisamente funesto de este asunto. Lo han olvidado y permanecerá así, hasta que las «buenas conciencias» reemergan una vez más de entre los escombros. Sin embargo, yo no puedo, de hecho, no permito que eso suceda, dejar de luchar para permitirme enterrarlo sería desmembarme, desabaratarme, desabarrancarme como lo judíos lo hacen hoy día con su holocausto.
    Por eso hoy al igual que hace 61 años, los rostros desconocidos de aquellos a quienes asesiné a larga distancia, desde el Enola Gay, sin haberlos concido, recorren mis ansias, deseos, pueblan mis sueños, que otros calificarían como verdaderas pesadillas.
    Pero no caeré en el viejo truco, la tentación de acabar con ellos de tajo, sería demasiado fácil, y es precisamente la penitencia que me impuse ese mismo día, cuando literalmente «el cielo se cayó a pedazos»

    P.S.
    Hijo cuando leas esta carta probablemente estaré disfrutando de unas merecidas vacaciones en Cabo Ratón, tu madre y yo esperamos tu llamada.

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  • Felipe Huerta
    10/04/2007 12:52 pm

    Haikú

    Silencio roto
    pájaros metálicos
    siembran la muerte

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  • Estrictamente negocios

    –No es que les tenga odio… Hasta me caen bien. Lo hago sólo por la paga… Bueno, tíralas ya y regresemos pronto, antes de que termine el partido que estaba viendo en la tele…

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  • No podía creer lo que miraban sus ojos; después de meses de sequía Biame finalmente había perdonado a su gente y nuevamente les hacía partícipes de sus bendiciones. Luego de tantas penurias por la falta de alimento, el dios mismo estaba compartiendo de sus huevos sagrados con ellos enviando al mismo Buntil, el gran águila, para que los dejara caer sobre su aldea.

    -Malditos japoneses- se repetía Jack Wilson mientras dejaba caer las bombas; seguramente alguien les había informado del bombardeo, ya que al aproximarse a Okinawa le estaban esperando dos escuadrones de aviones. Lo único que le quedaba por hacer era deshacerse de las bombas para evitar que estas estallaran a bordo e intentar alcanzar la base más cercana.

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  • Es demasiado tarde para cualquier acción. Veo humo en mis ojos incluso antes de que éste exista, ahora no es difícil prever el futuro. Siento el calor que habrá de venir mientras observo el destino que se cumple a través de los misiles que ahora, poco a poco descienden.
    Tomo la mano de Clara y le digo que todo estará bien, debo decirle eso, hacer que me crea, aunque yo no crea ni mis palabras. Parece que escucho, otra vez, antes de que haya algo que escuchar. Aprieto la mandíbula muy fuerte, Clara se ha venido a recostar en mi pecho, me abraza.
    Siento la velocidad desde mi cuarto tan pequeño en un edificio de esta ciudad ruinosa y sé que nosotros estamos en el onceavo piso y que veremos el desastre que cae al suelo y que luego sube hasta nuestra cabeza. ¿Lo veremos? Ojalá que Clara no lo tenga que ver.
    Respiro muy hondo; Clara me pregunta qué habrá de cenar. Sonrío en el silencio, ella no me ve, si ella deja los ojos cerrados estaré más tranquilo. Es demasiado tarde para cualquier acción. Ya no hay nada qué hacer.

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  • Chriza Cezeta
    11/04/2007 11:51 pm

    Y si no había más que hacer, de seguro que llegaba el silencio: Dormidos, ajetreados, convexos, superpuestos. Andantes de sueños poco recurridos y finales – basta con observar que las hectáreas ya desgranan sus últimos perfumes, que los ojos del remanso ya dan vuelta, que la leche pasa y los dulces; que la ropa cuelga en la campiña y aletea. A lo lejos el metal canta, a lo lejos. Mientras detrás de la yerba espesa copulan las ratas, las hormigas mueven sus patas, los humanos cagan, fornican, comen y duermen. Apenas un insecto en el cielo y un zumbido en la tierra…

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  • HECATOMBE

    Siempre sospeché que ese día iba a llegar: cuando llegaramos a la conclusión de que la revolución era una farsa. Han pasado años de la ilusión pueril de que peleabamos por un cambio que ni siquiera se asomó a la puerta. Lo sabes, porque tu y yo caminabamos codo a codo, pero nunca supiste que mi pasión por ti iba más allá de las pancartas y los piquetes.

    Hoy todo ha terminado, de la manera más estúpida posible, pero hay algo que ni la bomba más poderosa del mundo podrá destruir: el hecho de que siempre te amé en silencio. Ahora rezo ante tu cadaver mutilado por las esquirlas una oración destinada a un dios anónimo, grito de impotencia y de rabia al saber que mi vida llega a su colofón.

    Quién sabe si te vuelva a ver en la otra vida, pero prometo que si es así, te tomaré de la mano como en los buenos tiempos de la revolución, con la diferencia de que no te soltaré nunca.

    Adiós, amor mío. Kaput.

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  • Angel García
    13/04/2007 9:44 am

    SAMBOMBAZO
    Todos los ingenieros del país quedaron estupefactos ante la observación de aquél niño, cuyo padre trabajaba para el Instituto de Aeronáutica. El mozuelo, con una lógica infalible, como suelen tenerla los chicos de su edad, simplemente dijo:
    “¿Por qué el avión tiene que atrapar las bombas después de que se las aventemos hacia arriba?”
    Los científicos perdieron su trabajo y les dió por beber, el padre siguió volando aviones (Con bombas de esas que se dejan caer y no se avientan hacia arriba), el niño se convirtió en el primer presidente del país con doctorado en física, y todo el mundo contento.

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  • Carlos Olea
    13/04/2007 7:10 pm

    La huérfana –así le decían en el pueblo–, jugaba a tirarles piedras a las gallinas. La tía Carmela, con su voz apacible y esa lozanía apenas truncada por los años, le gritó desde el alféizar de la ventana: –María, métete a la casa. Hoy verás a tus padres.

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  • voto por Z, Hernán y Santiago.

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  • oferta

    No se preocupe más si en estas vacaciones no pudo salir a la playa y sus piernas, brazos y cara conservan la palidez del burócrata que se desvive en el trabajo hasta los días de asueto. Ahora escoger el color de su tez será uno de los problemas a resolver. Su bronceado será prácticamente perfecto. No lo dude. Deje que los átomos, neutrones, núcleos y algunos fotones y rayos Gamma hagan su tarea. Tome varias capsulitas del frasco. Arrójelas a la piscina, el jardín, la casa del vecino o el patio de su casa –tres, para comenzar-. Obtendrá el calor necesario para liberar todo ese estrés. Se sentirá como en la playa.
    Nuestro producto en su versión Camping también puede ser empleado para encender fogatas, parrilladas, hogueras y hasta en la quema de pastizales en terrenos que pueden utilizarse para la siembra. Sus cuatro mil grados centígrados de temperatura garantizan que no tendrá problemas incluso para quitar las rocas en el suelo, proporcionándole un confort jamás imaginado.
    Todo lo anterior lo podrá usted adquirir por una bicoca. Comuníquese con nuestras operadoras a la línea 01 800 THE-WHITE-HOUSE y disfrute de esta oferta de oportunidad. Sea feliz. Doscientos setenta mil personas que ya han disfrutado de este producto en la historia de la humanidad, en tan solo breves minutos, no pueden estar equivocadas, ¿o sí?

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  • Germán Amaro
    17/04/2007 6:02 pm

    Era una lluvia pertinaz de efluvios cálidos, casi olvidados; su origen era más que un misterio, génesis de mónadas disfrazadas que turbaron el sueño de varios caminantes despistados; aún recuerdo sus rostros, el brillo de sus pupilas; las gotas pendían del cielo en reflejos plateados que cegaban nuestra conciencia y, cómo averiguamos años más tarde, nuestras vidas.

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  • Germán Amaro
    17/04/2007 6:19 pm

    Un saludo y una felicitación a Alberto por el espacio, es un ejercicio y una forma de conocernos a través de lo que traemos en la cabeza.

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  • Neoconquista Gardel.

    Aquella madrugada los misiles bailaron con elegancia al ritmo del despertar de una nación. Hubo un estallido y el mundo entero se cimbró. Del cielo llovió sensualidad…llovió música de tango. Todos, absolutamente todos bailamos en aquel despertar, en aquel jardín de poesía.

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  • – ¡Mira ma! ¡A Dios se le cayeron sus crayolas! – dijo el niño antes de que los misiles tocaran tierra.

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  • Jorge Warneros
    20/04/2007 12:41 pm

    –¿Para qué sirven las semillas, abuelito? –preguntó Ángel, mirando en su manita la forma de algunas semillas de calabaza– ¿Para comer?
    –De alguna manera, hijo –respondió el abuelo, la vista fija en el cielo–. Se siembran en la tierra y ésta nos da los alimentos.
    –¿Y Dios también siembra semillas, abuelito? –dijo Ángel, él también levantó la vista al cielo–. ¿Como esas que vienen allá? –señaló las semillas que caían del cielo.
    –Sí, hijo. Como esas que vienen –dijo el abuelo y abrazó al niño–. Sólo que de esas semillas no brotarán calabazas.
    –¿No? ¿Entonces, qué?
    –Hongos. Hongos gigantes. Y no es Dios quien siembra esas semillas.
    –¿Quién las siembra?
    –Todos, hijo. Todos nosotros.

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  • Tenía la palanca apretujada en mi puño. O al menos esa era la imagen que recojían mis ojos, pues al mismo tiempo sentía mis brazos sin fuerzas. No podìa creer lo que había hecho; abrir la compuerta de las bombas. Probablemente ya habìan caído una o dos, pero aún no escuchaba ninguna detonación, así que giré mi cabeza y vi caer la última bomba. Mi mente quedó en blanco, pero no me sentì vacío, entonces yo dije es el miedo. Y fue sólo hasta entoces, pronunciadas estas palabras, que no dejé de apretar el culo.

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  • Estás sentado al fondo del patio de la escuela, no más de doce veranos marcados en tu rostro. Los niños juegan quitados de la pena, indiferentes a tu soledad, sin que entiendas porque no puedes simplemente acercarte y sonreir junto a ellos. Quisieras apedrearlos, pero no tienes valor.
    Luego creces.
    Estás sentado en tu magnífica oficina, quizá cincuenta inviernos tallados en tu pecho. Hay tantos pueblos que viven, indiferentes a tu ambición, sin que entiendas porque no pueden simplemente acercarse y reconocer tus poderes. Quisieras bombardearlos, y ya no necesitas valor para hacerlo.

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  • Miguel Velasco
    23/04/2007 12:40 pm

    American Heros.

    La mano le tiembla sobre el gatillo a dos mil metros. Recordar el talento de los pases lanzados por John III, no le ayuda. Este no es un ensayo; hoy, en nombre de la libertad, cumplirá la misión.

    El momento le ha llegado a los veintiocho años, y esa noche de la que su padre le habló, en la que imaginará a quién, a cuántos y cómo, sin preguntarse nunca el porqué, pues también, contundente le dijo: “un buen soldado siente pero no cuestiona”.

    Defender la libertad ha sido una tradición, un honor familiar que terminará con John III, a quien ha enseñado a lanzar el balón de americano con talento para que escape de su noche, su absurda noche de american hero por un Monday Night Football.

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  • Bajaban buscando…
    mas no sabían que buscaban
    envueltos de aíre, viento, fuego, arena y el calor de sus corazones palpitantes
    al respirar ese fin que acontecía,
    se miraba llegar como aquel amanecer después del alba,
    eran unos y otros mas…
    se imaginaban cubiertos de hierro, fierro y latón,
    mas no eran cohetes, tampoco eran naves,
    eran sólo cuerpos cubiertos de nada en cualquier amanecer…
    ¡NO! TAMPOCO ERAN CUERPOS, era sólo tu imaginación que te hace enloquecer.-

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  • José Pablo Porres
    24/04/2007 2:04 am

    Aún analizo la voz más horrible que jamás escuché, no entendí nada, hasta que del otro lado del mundo otro trono flotante lanzó un alarido sagrado. Fue hasta entonces que entendimos que no eramos más que animales en cautiverio que olvidaron un día lo que siempre ha existido en la selva del cosmos.

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  • Mientras recibía el siguiente insulto, Malena cerró los ojos. Acostada sobre la cama se imaginó: su piel era el campo verde, erizado, lejano, que esperaba los golpes y los escupitajos que la arrasaban como misiles de alto alcance.

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  • Alberto Chimal
    25/04/2007 9:17 am

    Con este mensaje se cierran las participaciones en este concurso. Quienes quieran votar por alguno de los textos ya presentados son bienvenidos. Pronto se publicarán los resultados.

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  • Miguel Velasco
    25/04/2007 11:25 am

    Yo voto por Santiago. Saludos.

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  • Mis «gallos» son Hernan (crayones a los gigantes) y Cin (Malena). Voto por ellos. Mucha suerte a los demás (mis gallos vienen fuertes eh). ¡Saludos a todos!

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  • Voto por el de Jorge Warneros
    Me resulta muy visual

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  • Ya está el aviso de los ganadores de este mes; muchas felicidades y gracias a todos por participar. Por cierto, gracias a Germán por su mensaje. Hasta pronto…

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  • Cualquiera diría que es superman salvando al planeta tierra…

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