Concurso #15
Bienvenidos. Y feliz 2007.
Una vez más, esta bitácora convoca a su concurso mensual. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:
Instrucciones:
1) Suponer que la imagen ilustra una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están allí, qué hacen.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción), en los comentarios de esta misma nota.
El ganador de cada mes será elegido tomando en cuenta la opinión de quienes decidan opinar, y recibirá un trofeo virtual. (Los concursantes deben dejar una dirección válida de correo electrónico, para poder recibir su premio.) La fecha límite para hacer propuestas es el 24 de enero.
Quedan invitados…
20 comentarios
A desnivel del suelo
Un bulbo se complacía en la textura semi-blanda de su hábitat, el cuerpo hundido en la tierra glutinosa o seca. Era una raíz lozana que se convertiría en un…ignoraba qué, pero habría bastado mirarla: redonda, firme y fresca, para convencerse de su prometedor futuro. Y era una lástima que por la vecindad no pasaran sino entes lechosos, con ojos de albino y ciegos como topos, las lombrices, por ejemplo; o bien, insectos ensimismados en sus transacciones cotidianas, sin tiempo ni interés para ocuparse de otra cosa que en la recolección de alimento. Al final, la situación resultaba molesta: sentirse cabal y lleno de virtualidades para dar un tallo, una flor quizá, y por milagro o con más suerte, un fruto; y no hacerlo, por la tonta aunque obvia razón, de que todo esfuerzo requiere de metas y el bulbo, nuestro bulbo, quería ser algo, quién sabe qué. Entre tanto mantendría el ánimo, su destino cualquiera que fuera, lo encontraría listo. Y en el ocio que le brindaba su entierro, repasó las posibilidades de su ser, lo que en realidad era, siempre había sido: Una flor liliácea, sin lugar a dudas, alcatraz o tulipán, al menos; pronto lo sabría, en cuanto los mechones de su tallo incipiente se desarrollaran.
Al ras del suelo y en la maleza culta del jardín, apareció un atado de hojas gruesas, el bulbo no se había equivocado, era una flor noble, tulipán al menos, que el jardinero dejo crecer. La raíz, por su parte, se aplicaba: en una concentración zen buscaba la luz afuera y con sus extremidades verdes apuntaba al cielo.
La flor, sin embargo, la única que por cada bulbo su especie da, se quedo en veremos. En efecto, el jardinero, una noche, lo extrajo con cuidado de la tierra tras cortar parejo, a cinco centímetros, sus hojas y tallo. Y lo guardó, en espera de otra estación o de que algún curioso lo pelara, cual vil cebolla, capa por capa.
INTENCION EVIDENTE
-¡Malditas hojas!- Me molesta caminar en la hojarasca.
-¿Qué es esto?
-¡Que asco, es un pájaro muerto!
Zzzzzzzzzzzzzzzzzing (Sonido sutilísimo producido por las neuronas al realizar la sinapsis)
-¡Por Dios, estoy en la imaginación de un escritor Colombiano!
¡Carajo, con que no me salgan alas ni cola de cochino!
-Pensándolo bien, mejor me largo a la playa a esperar a Esteban.
RECETA SECRETA
Es por todos bien sabido (sobre todo por los que leemos periódica y resignadamente la gaceta del buen aviador) que Dios acostumbra de cuando en cuando dejar caer una lluvia de pájaros muertos. También es del dominio público que según el día que caen se puede saber si lo hizo por ira o por descuido. Si caen un martes es seguro que los pobrecitos andaban volando alegremente cuando sintieron la ira de Dios. Si caen un viernes se deduce que murieron por uno de los cada vez más frecuentes descuidos del creador.
Al final de cuentas el resultado es el mismo, y nosotros los humanos tenemos que fletarnos todo el día a recoger los cuerpecitos inertes, aunque este trabajo implica para el que lo realiza cierta conveniencia.
Esto es comprobable remitiéndose a la copia en miniatura de cierto pergamino medieval que puede obtenerse gratuitamente en la compra de unas papas fritas “La Pecosita” (las papitas mas doraditas, según reza el eslogan), por cierto, nadie sabe todavía porque la empresa productora de las papas obsequia la copia del documento y la única hipótesis que se tiene es que Dios sea el accionista mayoritario.
Además del pergamino, es recomendable dotarse con algún buen diccionario de latín antiguo para lograr una traducción fiel y poder de esta manera seguir los pasos indicados sobre la forma y el tratamiento que habrá de darse al cadáver del ave, y según me he enterado, se procede a un embalsamamiento y a un rito funerario, para concluir con un enterramiento en lugar secreto, y remitiéndome nuevamente al pergamino, terminado el ritual de corrección a los errores divinos, es posible obtener favores y perdones hasta para la tercera generación del afortunado.
También es factible para la gente mas campechana, recoger los pájaros que estén en mejor estado y darse una vuelta por el mercado, seguramente allí podrán encontrar los ingredientes mencionados en la receta que toda bisabuela deja escrita con letra menudita en un papel amarillo, mismo que estará dentro de un frasquito azul que habrá dejado guardado en el cajón derecho de la alacena.
Veinticinco Músculos de la Cara
El gusano que se arrastra apaciblemente sobre el suelo para llegar a su morada es sencillamente aplastado por el hombre que tras terminar su trabajo vespertino se dispone entrar en la casa que a diez pasos de su humanidad se encuentra. El otro hombre, menos viejo que el recién asesino de invertebrados lo espera a la entrada de la morada de concreto con una pacífica sonrisa.
-Le gustaría al hombre apoyar la causa?, dice el sonriente joven a su interlocutor, cuyos ojos reflejan el naranja fosforescente de la playera juvenil con un estampado de lo que parece ser el contorno de un león negro.
-Para la protección del puma y otros felinos en estado de extinción, repite.
El silencio irrumpe 3.9 segundos.
-Su nombre científico es Felis concolor, agrega el joven mas sonriente que nunca.
Sintiéndose víctima de una burla, el caballero que ha retrasado su llegada al hogar 17.8 segundos mueve sus pies hacia el joven, hasta quedar frente a él.
-Te estás burlando de mí, idiota?, proclama el único adulto dos metros cuadrados a la redonda.
-No señor, solo quería sab..
La vocal e y la consonante r quedaron interrumpidas de los labios del joven al recibir el puñetazo en el rostro.
-Vete de aquí, y no vuelvas a molestarme!, gritó el malhumorado pedazo de hombre antes de ingresar a su aposento privado.
El joven, cuya mano había extendido en señal de ayuda monetaria antes de recibir el golpe sintió, casi al mismo tiempo del impacto, que un objeto caía en la palma de su mano izquierda. Mientras caía al suelo lleno de hojas de otoño y doliéndose más de la actitud del hombre que del propio golpe, sacudió su brazo izquierdo por el reflejo que le provocó el sentir que apretaba algo que se quejaba y movía en su mano.
Tras cerrar brevísimamente sus ojos y mover rápidamente su cabeza, reponiéndose, buscó aquello víctima de su cerrar de puños. El pequeño pájaro tendido en el suelo, sin mayor daño que el simple estrujo de su cuerpecillo fue levantado por Andrés, el joven ayudante de la conservación de la naturaleza.
Observando a la pequeña ente alada ahora sobre su palma derecha de la mano y preguntándose como había llegado hasta ahí ese proyectil emplumado, dijo, en voz alta, como si el animal pudiera entender:
-Vamos amigo, vamos a casa.
Y esbozando una sonrisa, agregó:
-Solo espero que tu tengas un mejor carácter, eh?
Corro por el bosque. Mi sombra extrañamente alargada que la luz de un farol dilata, mi sombra que persigo y que aborrezco por ser larga e idiota y frugalmente burlona con su parsimonia oscura que diligente imita mis movimientos; pero no con la nulidad de espejo, sino como un retrato de caricaturista de plazuela churriguresca en donde niños gordinflones sostienen globos y algodones azucarados. Persigo y corro y las sombras de los árboles que se ciernen sobre mí, también extrañas, como manos de dedos afilados, estructuras erógenas que me invaden y me matan. Persigo y huyo. Corro por el bosque, y el rumor de las antorchas que los hombres llevan, se reflejan en los troncos de los árboles. No están sólos, los acompañan perros negros y mojados (imagino), perros mojados de ojos negros y mortuorios como gotas de obsidiana. En mis manos, el pájaro muerto. A mis espaldas, el rígido estruendo de un rifle. Sobre mí, el cielo infinito y estrellado que me recuerda por última vez lo que hace un par de horas iniciara: el escabullirme de la celda, el arrastrar lánguido y patético entre los desagues, el mancillar de mis ropas por los excrementos de mis compañeros presos, el rugir de la alarma en todo el complejo, el adivinarme fuera de la cárcel y ver el bosque erigirse y un pájaro que cae a mis pies, y que sostuve como si fuera un indicador de esperanza, de esperanza que ahora no tengo. Mientras me desvanezco entre la sábana del pasto, entre los altos troncos, pienso que también soy un pájaro muerto; tal vez haya un dios que me tome y que me crea esperanza.
ah, se me olvidó el título, pero pongan que se llama:
alusión distante
–Mira, aquí la tengo en mis manos. ¿Estás grabando?
Le responde que sí con un movimiento de cabeza
–Haces bien. Todo tiene que estar en película.
Se acercan a la fogata y al círculo de personas que la rodea.
–Todavía no la avientes. Espérate tantito.
Se acerca a ellos un extranjero que les dice:
–Qué momento tan místico, todos alrededor del fuego, pasándola bien. ¿Vosotros de dónde sois?
–De aquí– responde uno secamente.
–Sí claro, sois de aquí, del bosque– dice sardónicamente, y se aleja y desaparece en la oscuridad.
–Ya. Ahora es el momento. Tírala y que explote en la fogata.
Sale de su mano haciendo una elipsis en el aire. Y apunto de caer en las llamas, desdobla su cabeza, la pobre paloma, y rompe a volar. Ante el asombro de todos. Incluyendo los que ven el video.
El título: La paloma
«¡Hay aves tan valientes en el mundo! Tanto que no atreven a escapar». dijo el ciego.
AAAAHH!!! Otra vez se me olvidó quitar esa «i» final en mi nombre. Bueno, es Fernando eh jejeje.
Pero se es sólo un pájaro muerto, exclamó ante la catatónica mirada de aquella que con movimientos nerviosos insistía en un estupor clavado en el cielo. Murió de frío o de hastío, agregó aquel, murió para mutar a flor o planeta, como muere lo que está y lo que ha estado. Se inclinó a levantar, pequeño cadáver, las alas inertes y el pico callado, es sólo un pájaro, podemos enterrarlo. Pero ella no escuchaba o sería que no estaba ahí con la simplicidad que se posa en lo que fue canto de amaneceres alados. Ella, ausente de la mano bañada en minuciosa lástima, no regresaría del momento en que un rayo brotó de celestial orgía para golpear, azaroso, la delicada materia de un ave. No se permite que el humano que ha contemplado la creación de la muerte en lasciva actividad divina, nada común en éste acrílico siglo, retorne al plano que comparte los recuerdos.
Si de verdad nos hiciéramos una idea…
… de lo pernicioso para nuestra salud mental que puede resultar asistir a ceremonias en las que, con solemnidad, se procede a plantar una pelota de badminton en un terreno pedregoso bajo la luz equívoca de la luna; lo que estas prácticas malsanas aumentan nuestra sensación de soledad, a pesar de que, en actitud reverente y rodeados de desconocidos, acompañemos en silencio al hierofante que, con solemnidad, procede a plantar una pelota de badminton en un terreno pedregoso bajo la luz equívoca de la luna; lo difícil que será llegar algún día a ocupar el lugar del sumo sacerdote que ejecuta las ceremonias en las que, con solemnidad, se procede a plantar una pelota de badminton en un terreno pedregoso bajo la luz equívoca de la luna; y a pesar de que ya no somos unos chiquillos cuya inexperiencia podría arrastrar al abismo si, desoyendo las recomendaciones paternas, albergaran esperanzas de descorrer algún día el velo que oculta el verdadero significado de las ceremonias en las que, con solemnidad, se procede a plantar una pelota de badminton en un terreno pedregoso bajo la luz equívoca de la luna; y de que sabemos que nada podrá evitar que, al final, se nos derrumbe el pecho de la misma manera que, llegada la hora, se le derrumbará también al hierofante que preside las ceremonias en las que, con solemnidad, se procede a plantar una pelota de badminton en un terreno pedregoso bajo la luz equívoca de la luna…
…nos lo pensaríamos mucho mejor antes de tomar la decisión de asistir a una de esas ceremonias en la que, con solemnidad, se procede a plantar una pelota de badminton en un terreno pedregoso bajo la luz equívoca de la luna.
Más vale pájaro en mano que siento volando
¿Nos lo fumamos? —preguntó uno de ellos. El otro recordó un refrán, y antes de responder, sintió que habían pasado 2500 años.
-dale loco, son 100 los 50, pero es de la mejor…
– y, no se… no llego a tanto…
– si vo tene pinta de guita guacho… te saco de algun lado a vo guacho ¿no sos cana vo?
– no vieja todo bien, yo trabajo en la tele, por ahi quiza me viste haciendo una camara oculta ¿no?
– ahhhhh… si ahora me acuerdo te quedan bien esos lentes gruesos..
– gracias, siempre dije que me daban un toque de esti……….
Transformaciones
Sabes que no tenía intención. Fue sin querer. Ya te había dicho que me hacía falta un poco de práctica con los conjuros y que todavía no aprendo a revertirlos. Pero tienes que aceptar que las plumas grises están mucho más bonitas que el color de cabello que traías.
Sin Nombre
Ella lo encontró perdido entre las hojas secas y la humedad de aquel lugar, lo miró detenidamente mientras aquel sonido agudo pero sutil le quebraba la cabeza…uno, dos, tres…la punzada que dividia su cerebro la hizo caer, tendida sobre la hojarasca sintío las gotas de lluvia una tras otra llenar su cuerpo de un sentimiento de alivio y un poco de terror…se preguntaba por que no podía mover las manos o sus pies…aquel objeto que aún seguía en la palma de su mano comenzó a moverse, punzaditas en la piel, aquello se
arrastraba dentro de su ropa, dejando a su paso un liquido baboso con un olor agrio, no lo pensó mas y cerro los ojos, su corazón latia fuerte y extraño, no podía escucharlo tan claro todos los sonido la aturdían.
Pasaron tres horas desde que perdió el cococimiento, sentía como su pecho se colapsaba oprimiendo el corazón, el aire le quemaba, las gotas de lluvia perforaban su piel tersa, dejó de observar su entorno, la vista nublada y apagada…era ya presa del miedo que le provocaba poder sentir a aquel animal dentro de su piel.
Tres horas mas… dejó de ver las hojas secas, la lluvia no la quemaba más, el animal se comió sus ojos, la paralizó completamente, se la comía poco a poco…..lento.
Extienda su mano y el bosque caerá. Ahí lo tiene. Desde aquella estrella. Por cada árbol un granito de aserrín. En su mano el peso de las almas; nada. Ya lo ha conseguido. Ahora depende de usted. Estas tierras solo lograran sobrevivir hasta la próxima luna nueva si las almas no vuelven a la tierra. Las hojas que está pisando no volverán a subir hasta el sol. No habrá mas verde sobre las colinas y los animales deberán devorarse para no emigrar. Escuche el silencio. No hay sueños ya en este lugar. Ni los insectos caminan, ni las aves aletean para abrigarse. Todo está en su mano y lo mío en la mía. Un solo árbol bastaría para hacer más papeles que los que me ha pagado. Y el verde en ellos se ve tan embarrado. Pero no es por los papeles que lo he hecho. Soy la Machi y mi misión es manejar los espíritus, las almas, la esencia. Usted podrá plantar su trigo, su soja o cualquier otra cosa en este lugar, a pocos meses después de la luna. Pero sepa, ahora que todo está hecho, que hay un solo alma en este planeta y esa bolsa en su mano encierra la suya también.
¡Vuela, por favor! Vuela de una vez, pajarito, y sé libre… o te convertirás en hombre…
Te lo dije, pero eres necia, no vayas, no es un mito, todo lo que dicen de los brujos de catemaco es verdad, si los haces enojar encojen tu cabeza.
perdon , Titulo Necia