Concurso #10
Una vez más, esta bitácora convoca a su concurso mensual. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:
Instrucciones:
1) Suponer que la imagen ilustra una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están allí, qué hacen.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción), en los comentarios de esta misma nota.
El ganador de cada mes será elegido tomando en cuenta la opinión de quienes decidan opinar, y recibirá un trofeo virtual. (Los concursantes deben dejar una dirección válida de correo electrónico, para poder recibir su premio.) La fecha límite para hacer propuestas es el 24 de agosto.
Quedan invitados…
21 comentarios
Cada vez que aquella mujer asistía al Club de Hipnosis colectiva, el dirigente-hipnotista-grangurú de las sesiones, un tal Juan José Juárez, le tomaba una enorme cantidad de fotos a sus ojos completamente idos en el trance, que, decía, le recordaban las ventanas semi-abiertas del alma al infinito.
Así era: Horacia nunca veía tanto, tan lejos y tan intensamente como cuando tenía los ojos en blanco.
Cuando se apoyó sobre mi hombro, me dije -mirando todavía al frente, atento al partido de básquetbol- «¡Al fin, Dios mío, por fin! Pero luego, levantando con cuidadosa alegría la mano para abrazarla, pensando acaso en los días de amor venideros y campos soleados, y besos y cantos y lunas, de repente sentí que ella se derramó lenta y perdida: sufría un desvanecimiento. Su cuerpo pertenecía al accidente del cuerpo, no a mis brazos.
Despues de varias decepciones amorosas, que me dejaron muy lastimado, determine que mi siguiente pareja fuera una mujer bondadosa, pero no solo de dicho, o sea que sus virtudes fueran más que probadas y comprobadas. Mis indagatorias me llevaron varios meses de busqueda, llegando por fin a encontrarla en un convento.
Aunque parezca mentira, realmente no fue dificil convercerla, era tanto su sacrifio y devoción, producto de su amor hacia completamente todo, que acepto mi propuesta para alejarme del dolor y aquellos resentimientos que me estaban volviendo loco.Desafortunadamente el gusto me duró poco.
Sucedia que era tan buena y pura, que era frecuentemente recurrida por el Señor- el de arriba- para compartirle toda clase de visiones y mensajes angelicales, profecias etc. Y eso en un inicio no me molestaba, de hecho me dio gusto saber que dios existía, aunque exactamente eso no resolvia ningún problema de mi vida. Lo que hecho a perder todo fue la insoportable frecuencia en la que ella tenia sus cosas, «extasis» creo le llaman.
Y asi se desconectaba de este mundo material a toda hora: mientras tomabamos café, a media pelicula en el cine, ni pensar en comentar la pelicula, en las fiestas en mi casa, en el coche, en el bar con mis amigos, sobraria decir que no podiamos tener intimidad.
Al menos, cuando me separe de ella, no me dolió.
Lo peor de aquél hombro era el olor que se desprendía de sus axilas.
Y ahí esta apoyada en mi hombro descansando, pero como siempre en su perpetúa vigilia.
No me le iré le dije, mas ella no contesto, dormía.
Reí para mis adentros., pensé eres una chica rara… mas no dije nada.
Existirá algún modo en el que te pueda demostrar que eres el amor de mi vida…
Nunca me ha gustado un hombre con camisa verde.¿ o eran 2? ¿o 4 ?, no lo se. Cuando reaccione, habia mas sol y tenia esa foto en mis manos con una cara y un hombro que no supe explicar. Menos pregunten por los ojos.
Mi hija y su novio, que (ahora lo veo) serán unos inútiles para toda la eternidad, se la pasaron dormidos todo el viaje: veintiséis horas sin mirar una sola vez por la ventanilla, con los ojos en blanco, salivando de pronto. Y salivando sobre mí. ¡Qué molesto estaba, qué horror! Y lo peor no era eso, sino constatar cuántas otras cosas del mundo se hallan también en el Más Allá: además del desplazamiento en autobús estaban las casetas de cuota, atendidas por ángeles rapados y con cara de hastío; estaban los vendedores de hostias y vino en botellas sin etiqueta; estaban los accidentes de tránsito…
Dios, ¿cómo se supone que debo interpretar a esas almas hechas pedazos sobre el asfalto, entre fierros y vidrios, o a las ambulancias que llegan por ellas?
Ahora, desde luego, es peor. Con mucha frecuencia me pregunto: ¿será verdad que vinimos al Cielo o todo será una tortura, muy elaborada, para alguien que jamás se animó a nada peor que deplorar a su hija y a su novio imbécil? Los tres vivimos en esta ciudad que es exactamente igual a la ciudad que habitábamos, en una casa que es exactamente igual a mi casa; yo salgo a trabajar a una oficina como la de siempre, con gente que tiene las mismas caras y voces y nombres que antes, y mi hija y su novio imbécil se quedan en casa, viendo reality shows, salivando.
Hace ya varios días que no duermo, será que la vida ya no sabe igual. Tiempo atrás solía divertirme como los demás, ahora solo hay una soledad amarga y persistente. Me levanto de la cama y enciendo el stereo, pongo mi canción favorita. Busco signos en las paredes y solo veo telarañas, busco una luz que me saque de este desconcierto y solo encuentro oscuridad.
Ahora soy cliente frecuente del desanimo, desde que mi papá se largó los recuerdos se colapsan en el disco duro y en mi escasa memoria. Javier se siente igual, en su casa ya no lo quieren, dicen que es un vago y que no sirve para nada, solo me tiene a mí y él es todo para mí.
Después de tomarnos la botella que trajo, ya solo quedan dos despojos tirados en la alfombra, con mis sentidos embotados me levando lentamente, voy a la cocina y abro la llave del gas. Regreso y me recuesto sobre su hombro. Solo me tomó diez días tomar esta decisión, y ahora que el gas entorna mis ojos, solo estoy a la expectativa, esperando un Ángel que me indique el camino o un demonio que me desvíe de mi destino..
VIAJANDO
Turn of your mind, relax and float down stream,
it is not dying, it is not dying.
-The Beatles, Tomorrow Never Knows
El extraño sentimiento de volar sin dejar el suelo y soñar sin estar dormido es único en el planeta. Después de que Marisela dejó de fumar el pitillo de marihuana se sintió ir. Primero la taquicardia que le aceleraba la mente y luego los ojos desorbitados tratando de estar en contacto con algún ser celestial. Pedro estaba en la misma situación, deteniendo la cabeza de Marisela sin sentirla, y si es que la sentía pensaría en alguna presa que pudo haber cazado en as profundidades del bosque negro.
Y ahí estaban los dos: viajando. Pero el viaje no será eterno. En algunos minutos más, ella se dará cuenta que nunca dejó este miserable mundo y que sigue compartiendo el espacio con ese mísero hombre que instantáneamente la golpeará en cuanto despierte del trance. ¿Por qué? No sé. Pero aún puedes ver los colores fosforescentes y explosivos en los ojos de Marisela.
Mi voto es por «Viajando”.
Bueno, si es que tengo voto.
Nota: léase tarareando, Tomorrow Never Knows, para un mejor resultado.
Descuida. No te despertaré para decirte lo que ya sabes: tus desplantes siempre tienen un aura tan seductoramente espontánea, que, en vez de ofuscarme o zaherirme, me hacen caer rendido (como caíste tú magníficamente ante la película de David Lean).
“Doctor Zhivago es mi película favorita”, te había dicho en la previa, ignorando (o queriendo ignorar) que para ti ‘favoritas’ son las actividades más biológicas: comer quesadillas, beber tequila, chingar frente al espejo… y luego dormir donde (y como) se pueda.
Descuida otra vez y sigue siendo presa del letargo, porque todavía queda un buen tramo de cinta. Además, ya recordé que los únicos que no te hacen caer en esa suerte de alegre y quieta convulsión de ojos desorbitados… son Michael J. Fox y el profesor. Alquilaré toda la saga de Volver al futuro y mi hombro izquierdo esperará ansioso otros –nuevos– desplantes.
Clasificación fatal
«¡Que no me ensalive la camisa, que no lo haga porque entonces sí aquí se termina todo, aquí y ahorita: soy capaz de armarle una escenita! Ah, pero es terca, terca y necia, siempre queriendo llevarme la contraria: ella siempre tiene la razón. Y aquí está el resultado. No me hizo caso.
«- Te vas a dormir- le dije, pero no quiso escucharme. Mira que pagar casi doscientos pesos para que viniera a dormirse al cine. Si yo ya sabía que se dormiría, por eso le di el gusto. Ya mejor le doy gusto a lo que quiera, para que sufra más. Ella no sabe que ya me hartó, que un día de estos me largo. ¡Qué digo un día de estos, ahorita mismo me voy! Total, ni quien se dé cuenta de que está aquí sola, la sala está oscura y nadie me verá salir.
«Maldita sea, no me suelta la mano. ¡Carajo, sólo eso me faltaba! Y está fría, fría como una paleta. Sin pulso. ¡Mierda, mejor me voy: más vale que largue antes de que la descubran. Cuando la policía me pregunte sobre ella me será fácil decir que murió de aburrimiento por culpa de esta película!»
Voto por el de Iván, jejejeje! y el mío, obviamente!
A mi me gustó el de luis fernando y el de clasificación fatal. Voto por ellos
Un voto y medio por el de Luis Fernando. Excelente y breve.
Noruega
Segundos antes de perder la conciencia Bjorn sintió la misma sensación de somnolencia que solía atacarlo en el módulo de Álgebra, que por decisión de algún bastardo de la planificación escolar de aquel año solían ser generalmente las primeras horas de la mañana, justo cuando todavía uno no terminaba de despertarse. Varias veces se había dado de violentos cabezazos contra Stefan, compañero de banco y amigo, para despertarse sobresaltado y tratar de volver a prestar atención a lo que decía la profesora y a esos jeroglíficos matemáticos que ésta escribía en el pizarrón. Claro que ahora no estaba dándose de cabezazos, simplemente retozaba en el hombro de su amigo.
«En Noruega nunca pasa nada», le había dicho Stefan tres días antes. Así había surgido la charla que desembocó en todo esto. La misma tuvo lugar en la casa de Bjorn.
– ¿Será que la vida en un país organizado es siempre así de aburrida? -inquirió Bjorn ante la afirmación anterior de Stefan.
– La verdad es que no lo se, sólo se que aquí no hay acción. Definitivamente no es como en otros lugares, como ser Norteamérica o Sudamérica, allí hay acción, saben como divertirse.
– ¿Crees que nuestros padres llevan una vida divertida?
– No lo creo. Y es allí hacia donde vamos. Terminar el colegio, empezar la universidad, conseguir un trabajo, comprar un auto, casarnos, casa, hipoteca, pagar cuentas, comprar cosas, tener hijos, nietos y luego la muerte.
Ahora la cabeza le había comenzado a doler, pero el sueño, esa sensación de irse predominaba. Miró de reojo a Stefan, éste ya parecía ido.
– No creo que ese sea el sentido de la vida -concluyó Stefan.
– ¿Qué hacer entonces? -preguntó Bjorn.
– No lo sé. Naveguemos por internet mientras tanto.
– Ok -respondió Bjorn.
– Dime una palabra -dijo Stefan.
– Japón -respondió Bjorn.
http://www.google.com – Búsqueda ingresada: «Japón» – Botón presionado: «¡Voy a tener suerte!»
– Ja! -soltó de pronto Stefan- mira donde hemos caído.
– El jodido Google parece querer definir nuestros destinos -dijo Bjorn.
– O eso parece al menos.
Luego de navegar la web destinada decidieron poner el plan en acción, así porque sí.
– Avisémosle a Eric y a Andrea -dijo entusiasmado Bjorn.
– Escríbeles un mail luego, no tengo ganas de verlos -respondió Stefan.
Y como una cosa lleva a la otra finalmente aquí estamos.
– ¿En qué andan muchachos? -les preguntó el padre de Bjorn.
– En nada papá -respondió Bjorn escondiendo las llaves de la cabaña de fin de semana en uno de los 8 bolsillos de su pantalón cargo.
– ¿Hacen algo hoy? -les volvió a inquirir.
– No lo creo -respondió ahora Stefan- en este país nunca hay nada para hacer. No hay acción.
El padre de Bjorn no le prestó mayor atención a la respuesta aunque esbozó una sonrisa por la ocurrencia del muchacho. Siguió echado en el sofá mirando el fútbol con su cerveza en mano.
Stefan recibe un SMS en su móvil.
– Llegarán allá en 30 minutos, tendremos que apurarnos, tú ya tienes las llaves ¿no?, tenemos que preparar el lugar.
– No perdamos tiempo entonces.
Llegaron. Prepararon el lugar, lo de «preparar» no era más que chequear que la conexión de gas de la cabaña estuviera funcional. Al rato llegaron por fin Eric y Andrea.
– ¿Están seguros de querer hacerlo? -les preguntó Bjorn.
– Seguro, no tenemos nada que hacer -respondió Eric no sin antes buscar un gesto de complicidad en la cara de Andrea.
– Bueno, que así sea entonces -dijo Stefan.
Los muchachos pensaron que los encontrarían dormidos plácidamente en un par de días pero esto no fue tan así. Al arrancar el termostato del refrigerador el chispazo eléctrico hizo que la jodida cabaña de fin de semana volara por los aires.
Restos de madera chamuscada adornaron un fiordo aquel fin de semana. Los turistas no se lo podían creer, después decían que en Noruega nunca pasaba nada.
Nota: Google decidió que la suerte de Stefan y Bjorn fuera esta.
Noruega (aclaración)
Recién me acaban de informar que en la foto, la persona de la derecha, es mujer. Yo al verla rápido me pareció ver un tipo. En fin, para solucionar el problemilla parto de la base entonces de que los que aparecen en la foto son Eric y Andrea, los amigos de los personajes principales en mi historia.
Sepan disculpar mi malentendido visual!
Salutes a todos
Hola, acabo de llegar a este sitio. Si mi voto cuenta, lo quiero dar, en primera instancia a Luis Fernando y en segunda, a Charles de Batz =) saludos
Yo de nuevo…
Para no volverlo a poner aquí en los comentarios he dejado una versión corregida del texto en mi blog con algunos retoques para enmendar mi «error visual».
Sepan disculpar.
Salutes
Chucuchú-chucuchú-chucuchú…
Era lo único que podía escuchar en mi estado de duermevela, recorriendo la costa de norte a sur, apoyada en su hombro ajeno a mis sueños, atravesando sobre los raíles miles de distancias que nos llevaban de vuelta a casa. Era lo único que quería oír como banda sonora de aquel final.
Tal vez durmiendo, escaparía de una realidad hiriente, de la hora de una despedida cercana, y guardaría en algún lugar remoto de mi recuerdo, ese verano que se despedía.
Chucuchú, chucuchú, chucuchú…