Esta bitácora convoca una vez más a su concurso mensual. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:
Instrucciones:
1) Suponer que esta imagen representa un instante de una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están presentes, qué hacen. No se trata de explicar la imagen, ni de escribirle un pie de foto, sino de tomarla como punto de partida para imaginar una historia propia.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción), en los comentarios de esta misma nota.
El o los textos ganadores recibirán un trofeo virtual y serán seleccionados considerando la opinión de quienes decidan opinar. La fecha límite para participar es el 25 de septiembre. Quedan invitados.
68 comentarios. Dejar nuevo
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Esta bitácora convoca una vez más a su concurso mensual. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen: Instrucciones: 1) Suponer que esta imagen representa un instante de una historia. 2) Imaginar cuál es esa his……
Siempre la esperó en esa silla. El auto que iba a recogerlo parecía nunca llegar. El momento reclamaba ir a mear detrás de los arbustos. Y al estar paciente, meando todo su ser a través de ese líquido humeante, ella llegó y se dio cuenta que él no estaba ya para esperarla.
Cayo la noche, se repite constantemente y se mantienen a lontananza las ilusiones; me quedare hasta que se esfume la esperanza, erigire «Mi Imperio», con las uñas si es preciso. El infimo rayo de luz es suficiente, mi reflejo sera el torrente poderoso que abrira el camino entre la penumbra, la silla sera «Mi Trono y mi vista sera el paraiso».
-¿A dónde vamos tan tarde?, ¿qué es eso que quieres enseñarme?, preguntó mamá Ruth con la emoción vibrando en sus pupilas.
-¿Recuerdas esa silla que te robaron, la que tanto te gusta? La he encontrado por fin. Mírala: ahí está.
Bajamos y mi abuela se sentó en ella, comprobando la comodidad que tan bien recordaba. De regreso en casa, entre las risas grabadas de una tonta comedia por cable, me pregunto si debí haberle dejado la t.v.
Resulta ser que la compulsión de realizar renovación cacharrística de un alma caritativa le dio vida a mi humilde morada. Desafortunadamente, mi miopía me dejó con un comedor de tres asentaderas, la cuarta quedó postrada en la banqueta, para servir de hogar a algún otro.
Sabe que volverá en cualquier momento.
En la espera está la victoria del abandonado.
Nooo vecina se lo dije, una ya esta lo suficientemente ocupada pagando la cuota de fotosíntesis en estos días nublados o con las invasiones de esos pinches insectos que parece que cogen al revés, pero se tragan a la familia como cerdos. Y pa acabarla de chingar, llega un patán y mata a los primos con su cascajo a mitad de la noche. Ya lo decía el ahuehuete antes de que lo talaran.
-estos putos apenas están empezando.
La fiesta de la promoción estuvo muy buena.El último en salir embarcó todos los restos,sillas,botellas,manteles,la idea era que se olvidaran de la fiesta.En la lucecita del fondo estaba ese último compañero.X porque nunca se supo quien era.
Como a Penélope, a Diego la espera se le hizo eterna, vendado de los ojos, perdiendo su soberbia y escurriendo justificaciones…Pensando que estaba sentado encerrado en un cuarto y no, estaba encerrado en si mismo…
Los fantasmas de su mente, lo atormentaban a cada instante…
inundaban sus sueños de miedo, no dejandolo conciliar el sueño… no permitiendole controlar la paranoia.
Desesperado, asustado, y con deseos de proteccion, solo pensaba en su madre!
Tomo el auto, y se enruto a un camino sin destino, a un pensamiento lejano…
Freno en la oscuridad de la noche… solo con las luces del auto… logro identificar una silla.. una tormenta de imagenes en su cabeza, voces, gritos, regaños, llantos…
la vio… la observo…
Se hinco, y con los ojos húmedos, con un grito desesperado… dejo ir… y perdonando…
lo que esa silla le recordo… se sintio libre…
En medio de esa tormenta, una suave brisa acaricio su rostro… y una delicada voz, le dijo… «Gracias por perdonarme hijo mío»
Desuso
-Cierra la cortina y vente a dormir hijo, -Simulé una voz soñolienta.
Javier no dijo nada, no se movió y yo no tuve fuerza de volver a abrir la boca.
Ver a mi pequeño hijo de 5 años mirando hacia afuera, con el vidrio empañado y con la cabeza apoyada sobre sus brazos cruzados; es la imagen más dolorosa de mi vida. Mordía mis labios para no dejar escapar algún sollozo.
…Hace algunas horas Javier había recordado que al otro día pasaba la basura. -¿Papá?, creo que esta silla ya no nos sirve, ¿la podemos sacar también? –sugirió…
Esa noche no dormí viéndolo mirar la silla desvencijada, en la que su madre había estado postrada los últimos 6 meses, la silla que la sostuvo mientras el cáncer la apolillaba por dentro.
Con las rudimentarias cañas de pescar al hombro, seguían la orilla de la carretera. Al pasar junto al vertedero improvisado afuera de la tienda de autoservicio abandonada, le preguntó, ¿te cogerías a alguien aquí? Se imaginó a si mismo arrodillado frente a la silla, haciéndole una felación a su amigo. No, respondió.
Todo tiene un punto de fuga: la llave de la bañera, el orgasmo, la reticula que traza los escaques al suelo, la banqueta, los recuerdos… ¿A dónde ibas? Sueltas la silla de la prisión de tus manos, te das vuelta rascandote la barbilla. Te sientas mentalmente repasando el desorden neuronal…
¡No, pues no te acuerdas! Te incorporas (mentalmente también) y te das a la fuga. La silla quiere ser árbol, pero se te olvido sembrarla.
Las luces de los carros que pasaban encandilaban las pupilas de aquellos ojos fijos y vidriosos, ausentes de toda expresividad, excepto del dolor que sentía su dueño: un recuerdo que se resistía a hundirse en aquella botella de ron que recogió en la licorería de un pueblo por ahí.
¿Dónde estaba? ¿Cómo se llamaba aquel lugar? Poco importaba. El camino y la noche eran sus amigos, y eso era todo lo que necesitaba, lo que quería saber. En ese momento su horizonte, su futuro, estaba allí, definido claramente por el alcance de los faros de su vehículo, derramando luz sobre aquel pavimento al cual no le importaban los motivos de quienes a diario lo pisotean.
De repente la calle termina y la última imagen que en vida observa el conductor es una silla vacía y detrás el monte inescrutable, como la misma ausencia causante de su dolor y mas allá el caos de lo incierto y desconocido.
A mi abuelo le entró la excentricidad y se aficionó a las puestas de sol. Primero se quedaba silencioso frente al portal, mirando cómo se acostaba el sol entre las crestas de la sierra. Luego empezó a dibujar cosas en un cuadernito y a alejarse del portal. Hasta que un día desapareció. Lo único que pudimos hallar fue una silla junto a la carretera, a las afueras del pueblo, y un lienzo muy bello; naturalmente, una puesta de sol. Mi abuelo le escribió un título en la parte de atrás: La Vía Láctea (detalle).
Una niña te espera desde hace tiempo, quizás miles de años. Una niña espera el regreso tuyo, porque tú le prometiste volver. Un día se sentó en una silla en medio de su casa. Pasaron muchos años. Pasó el tiempo. La casa se llenó de polvo. La casa se derrumbó, se convirtió en un terreno baldío. Con el crecimiento de la ciudad construyeron ahí una carretera. Al fin has llegado. La has encontrado al fin, después de buscarla todos estos siglos en el limbo. La miras, sentada en su misma silla, esa que estaba al lado de la tuya.
-Es tiempo de irse, le dices.
Pero ella no te puede ver ni escuchar. Te quedas ahí de pie, esperando que termine la eternidad.
<¿Y por qué no?
-¡A mí qué me dices de tus historias de mentiras!-
<Ya te dije que es verdad, era el viejito que venía con Doña Juana todos los domingos.
-Ya no quiero hablar de eso. ¿Dónde dejaste la botella?-
Le dio un largo trago al mezcalito que habían comprado unos minutos antes, su mano un poco temblorosa e insegura le limpio el sudor frio de su frente. Su hijo había empezado a pensar de más, haciendo comentarios incómodos, ¿a sospechar? Tal vez.
<Pinche viejito! Me caía rebien-
Dijo su hijo interrumpiendo sus pensamientos.
Al escuchar esto, sin querer volteo al lote baldío, espacio oscuro y lleno de yerba, donde la gente sin siquiera repara en lo que hacen y va cubriendo poco a poco de objetos innecesarios para su vida, para su camino.
Gente que decide deshacerse de recuerdos estorbosos.
Dio un segundo trago, esta vez lo sintió más suave que el primero, se dio cuenta que tendría que matarlo a él también.
VIVIR DEL RECUERDO.
Se mira en los múltiples espejos de agua, una y otra vez. Constantemente, se hace la misma pregunta: «Qué hice para merecer ésto». Una pregunta sin respuesta en medio de la noche.
El jefe llega con el cargamento del día siguiente mientras llueve, mientras las gotas de agua caen sobre la cara del hombre que yace varado viendo los espejos de agua, esos que le dan esperanza de un futuro y le recuerdan su pasado.
-Aquí está el cargamento de hoy. Firma.
-¡No, ya no más!-. Dice el hombre mirándose por última vez en los espejos de agua, antes de quedar abrazado a uno de ellos para siempre.
NUEVO DÍA.
Se sentía habitado por el deseo de muerte.
«Vamos, sólo haz perdido tu casa». Se repetía internamente al cerrar los ojos y al abrirlos, descubría la terrible realidad: su casa ya no estaba y sus cosas se mojaban a la intemperie, al igual que él.
«Podrán haberme quitado mi casa…». Se dijo a si mismo el hombre «…pero jamás podrán quitarme mi dignidad».
Se dirigió a un baúl de cual extrajo una pistola, y mientras las gotas de lluvia caían se apuntó directo a la cabeza, jaló el gatillo y cayó al suelo, sin vida.
Justo después de eso, el sol comenzó a asomar entre las nubes y la lluvia desapareció.
–Quiero que me aclare esta foto, –solicitó el inspector– que se puedan ver bien los paquetes esos entre la maleza.
–Lo voy a intentar, Jefe, pero la imagen no da para mucho más.
–¿No se puede hacer como si fuera de día?
–Oiga, que el Photoshop tampoco hace milagros.
–¡Cómo que no! Mire las caras de las actrices en las revistas, ¡ni una arruga! ¿Y borrar la silla? ¿Se puede?
–Por supuesto.
–Porque quiero ver lo que hay atrás.
–¡Eh! ¡Eso no se puede!
–Silla de mierda… justo atrás creo que está la prueba de que ahí tiraron la cocaína.
Optimismo
Yo no quiero que me llamen pesimista porque no creo en que la fe mueve montañas o que la esperanza muere al último. Llámenme como quieran pero sé -porque me consta- que el vacío que ocupa un vaso es el mismo que se sienta en una silla cuando nos levantamos de ella. Por eso opto por pensar -cuando la miro sola, como esperando a que me siente, medio coqueta- que la silla esconde todo un mundo debajo de esas cuatro patas bien torneadas que la sustentan.
A finales del siglo pasado una familia estaba por mudarse a la ciudad. Un tratado de comercio los había obligado. Días antes de la mudanza, en un viaje preparativo a la nueva casa, la familia entera murió al chocar contra un trailer; su coche cayó a un barranco. En el pueblo su casa quedó intacta tras el incidente. Desde entonces y hasta nuestros días, en la ciudad, el entonces nuevo terreno recibe a veces una silla, una mecedoras, platos, zapatos de niña y de mujer, herramientas, y así centenares de objetos que los vecinos salen por las noches a guardar esperando no encontrar ninguno cuando amanezca.
A finales del siglo pasado una familia estaba por mudarse a la ciudad. Un tratado de comercio los había obligado. Días antes de la mudanza, en un viaje preparativo a la nueva casa, la familia entera murió al chocar contra un trailer; su coche cayó a un barranco. En el pueblo su casa quedó intacta pero en la ciudad, desde entonces y hasta nuestros días, el terreno de la entonces nueva casa recibe a veces una silla, una mecedoras, platos, zapatos de niña y de mujer, herramientas, y así centenares de objetos que los vecinos salen por las noches a guardar esperando no encontrar ninguno cuando amanezca.
*Una pequeña correción.
Querido… nuca jugué a esto. Espero que esto que envío vaya, o por lo menos que se disfrute. fue divertido escribirlo.
Desde donde estoy
No alcanzo a ver el fin del bosque,
No distingo si es una silla tapizada o rota,
No sé quién se esconde tras el leño
de un árbol caído o de una pierna putrefacta.
Eres una iguana
o un pedazo de papel periódico expectante,
Tal vez una liebre asustada
en vez de una bolsa de plástico volando al sur del océano atlántico,
Eres un flashazo artístico de una canaleta llena de mierda
o la tapa sensacionalista del crimen de Candela.
Puedes ser tantas cosas…
Pero no eres nada;
Eres el retoque ideático
de un programa de computadora
masivamente instalado
en teléfonos celulares
y en millones de cabezas.
Ahora, todo es sorprendentemente bello… Ansío llegar antes que la luz se apague también, para descansar…en paz.
Acabó la tempestad en un terremoto, las causas y las consecuencias ahora son escombros… La gente del poder quería arrancar la verdad, descubrir lo que ellos jamás podrían saber, pero la libertad es una fuerza que supera las inclemencias físicas y el umbral del dolor se convierte en una espiral. Él supo ser libre, supo no someterse, ellos en cambio olvidaron su decencia al castigar y traicionar a la razón. Él iba a morir de todas formas por la tormenta física que se le atizó, el terremoto arrancó la vida de todos, solo quedó la silla del interrogatorio y la libertad. Antes de partir él supo que venció.
La silla abrió los ojos y esbozó una sonrisa de burla, el Presidente apuró su copa para darse valor, el líquido abrasó su garganta pero le permitió acercarse a la temida silla.
La primera vez que se sentó en ese mueble sintió una oleada de electricidad que le puso los pelos de punta, en su cabeza escuchó las voces de reclamo de un pueblo que clamaba justicia. Decidió deshacerse de esa silla y ordenó que la tiraran.
La silla apareció al día siguiente.
El Presidente veía cómo sus empleados se llevaban el mueble cada mañana y cómo éste regresaba a su recámara en la noche. Ordenó que la quemaran, incluso vio cómo se consumía en la hoguera. Ese día trabajó feliz pero al regresar a su dormitorio encontró la maldita silla intacta y con los ojos abiertos. Decidió dejarla ahí e ignorarla igual que a su conciencia.
El Presidente dejó de escuchar la voz de su conciencia pero la pérfida e endiablada silla seguía observándolo y se reía de él.
El Presidente tomó la silla y se escabulló de sus guardaespaldas, se subió a uno de los autos que tenía a su servicio y huyó. Nadie lo volvió a ver.
La silla espera paciente a su próximo propietario.
La verdad está allá afuera o Ya éramos muchos en este planeta y la abuela va a…
Tenía yo cinco años cuando un día llegó corriendo mi abuela, asustadísima..
– Estaba paseando a caballo, cuando un ruido lo asustó, se encabritó y me tiró; cuando pude incorporarme vi con trabajos a través de una como grieta en el suelo a dos seres parecidos a unas lagartijas en una cueva subterránea hablando en un idioma extraño, como en inglés. Supe que eso había asustado al caballo. Me vine corriendo sin parar hasta la casa – dijo jadeando mi abuela y se fue casi llorando del susto a encerrarse en su cuarto…
-¡No la peles!… ¡está bien pinche borracha! . dijo mi papá quien no quería mucho a su suegra y siguió comiendo su sopa, impertérrito.
Desde ese día mi abuela se la pasaba sentada en su silla en el patio todas las noches mirando al cielo. Tendría yo diez años cuando una noche desde mi cama escuché sus gritos: ¡Están aquí! ¡Están aquí! ¡No dejen que me lleven!
Solamente acerté a taparme los oídos con la almohada para no escuchar esos alaridos.
Al día siguiente mi papá me dijo: Al fin sucedió lo que tenía que suceder: ¡Se la llevaron! Y acto seguido continuó comiendo su sopa, impertérrito.
Fui corriendo al patio y solamente encontré la silla de mi abuela, vacía…
Soy tan cobarde que ni siquiera le pregunté a mi padre quién se llevó a mi abuela. Suponía yo que habían sido esos seres como lagartijas que hablaban en un idioma extraño, como el inglés.
Hace poco murió mi padre y en el testamento me leyeron mis derechos y obligaciones. Me había dejado una herencia que me permitiría vivir sin excesivos lujos y entre muchas latas de sopa. Por otra parte entre mis obligaciones estaba el comerme toda esa sopa y visitar de cuando en cuando a mi abuela materna. En la cláusula final del testamento me daba la dirección de un manicomio. En cuanto salí de ver al abogado que me leyó el testamento fui atónito y de inmediato a conocer dicho manicomio. Ni siquiera probé un plato de sopa. Cuando llegué al susodicho manicomio me recibió el director y me informó que a mi abuela la habían raptado hace un tiempo unos seres de los llamados «grises» y al parecer habían experimentado con ella. La habian regresado embarazada y posterioremente unos agentes del gobierno de los Estados Unidos se la habian llevado para hacerle unos estudios. (Por lo visto la suerte de mi abuela era que la raptaran)
Excuso decir que monté en cólera en la oficina del director del manicomio…
¡Esto es de locos, (muy acorde al lugar en que estamos)! le dije.. ¿Cómo que mi abuela está embarazada? ¿Y de quién? ¿acaso de unas como lagartijas que hablaban un idioma extraño como el inglés? le espeté angustiado…
– No señor, quienes la raptaron fueron unos seres de los llamados «grises» con unos ojos…, me contestó
Lo interrumpí diciendo: ¡Ya sé, ya sé cómo son los famosos grises señor!… ¡Yo también veía los «Misterios del Tercer Milenio»! o ¿por quién me toma?
El director, un tipo muy parecido a Jaime Maussán, se disculpó de inmediato
– ¡Lo que me molesta!, continué gritando y haciendo aspavientos, es que quizás ahora voy a tener un tío tan gris como los que tuve cuando era niño y yo lo que quería era emparentar con la estirpe reptiliana que gobierna al mundo y de la cual es parte la Reina de Inglaterra…
se oian ruidos, se escuchaban carcajadas, la fiesta habia tomado un curso muy singular, se escuchaba a lo lejos por aqui van a pasar.. los de adelante corren mucho los de atrás se quedarán…….
SOBREVIVIENTE
El paisaje era desolador, en ése estado había quedado esa casa, ó lo que quedaba de ella, luego de que el temible tifón pasara por allí.
Lo único en pie era esa vieja silla, que había sido testigo muda e involuntaria de un suceso más, y parecía esperar algo más.
Esa fue la impresión del equipo de rescate, cuando alumbró hacía el lugar en busca de sobrevivientes.
2012 ( fuimos advertidos)
Es una sola silla y muchos contendientes. En el juego clásico los participantes caminarían alrededor de ella y al terminar la música tratarían de sentarse de inmediato y dejar a los demás afuera. Aquí en este juego en medio de la música de una lluvia de balas tendrán todo un año y muchísimo dinero y mala leche para: establecer alianzas, difamar, señalar y cualquier otra artimaña con tal de elminar a los contendientes y quedarse en esa codiciada silla. Por el grupo de los dinosaurios: Quique, el Nieto de Doña Peña parece ser el único jugador. Por el grupo amarillo: Aún no se sabe si será Ton tín o su carnal Marchelo pero en una de esas puede hasta colarse Juanito. En tanto que por el grupo del bolillo asesorado por Hilde la hermana de Marlon Brando: Al principio eran muchos pero de los muchos que tenía ya solamente quedan doña Jose Vas que Chutas, un Lobo con Piel de Cordero (quien viene de quemar su hacienda) y el descendiente de Catalina, una señora mala de malolandia que salía en una telenovela con un parche en un ojo, Santiago el niño se llama aparentemente. Todos ellos jugarán con mucho entusiasmo al parecer ignorantes que al final las siamesas diabólicas: Elba Surero y Ester Colero serán como siempre quienes escojan al que se sentará en la codiciada silla amenazando con escupir sobre la tumba del que se oponga a su decisión final. Haiga sido como haiga será este juego no es apto para mayores de dos años (a riesgo de que se depriman al ver la cantidad de suciedad y arbitrariedades cometidas en nombre del Fair Play)
Los proscritos del recuerdo, así los llamo. Acumulados en su esquina, donde apenas alumbra la conciencia, símbolos revueltos. La carretera de la cual no volviste. Detritos diversos. Una silla. Es todo lo que me viene a la mente al querer verte, no queda mas, por aquí paso la memoria selectiva. Por mi bien, por mi culpa, olvidar. Quise traer de vuelta tu imagen y solo obtuve un negativo: no es una silla vacía, es tu ausencia.
¿Ves a esa señora en la silla? Hace veinte años no la habrías visto. Te la habría escondido una casa y unas cortinas; detrás ella terminaba de coser su velo nupcial.
¿Cual señora?
Los faros del automóvil, la iluminaron.
El pelo negro y lacio, le envolvía el cuerpo desnudo.
Parecía una estatua de mármol, sentada sobre la silla antigua.
Bajó a buscarla.
Ella pemaneció con su cabeza inclinada.
Se acercó, el aire movió sus cabellos, un suave murmullo, salió de su boca, como una plegaria.
Levantó los brazos, sus manos la atravesaron.
Desde el otro lado, ella lo miró con sus ojos vacíos.
Solo un cristal celeste como una lágrima, rodó hacia la carretera solitaria.
Siempre me dijo :Aqui te espero… lo que nunca me aseguro es que iba a estar ahi para cuando yo volviera…
Presente vacío
La noche y el recuerdo perdido del ayer, son alumbradas por la tenacidad de una linterna, no cree en ruinas.
Tan sólo miraba un pasado vacío. Perdido en la lejanía de la luna, el sueño del hombre que no logró construir una vida. Sólo una silla para esperar el final.
Una silla fue el ultimo recuerdo de su existencia.
ABRE LOS OJOS.
Esa mañana me di cuenta de que había perdido todo. Los recuerdos me golpeaban sin darme tiempo para pensar. Las terapias eran lo de menos, todas terminaban incitándome a hacerlo, como si fuera un anciano que se perfila a su final. ¡Carajo! Por qué somos los diferentes, los de la periferia social, los que nadie mira, los que nadie siente. La tarde se extinguió con una marcha silenciosa llena de colores y tacones, pero silenciosa al fin. Ellas o ellos, da lo mismo. Al final, caminé sobre la avenida principal, la noche glotona se había tragado la ciudad, los autos y su gente. Algo me golpeó. Al final, desnudo en una calle sin nombre y sin despedida. Mi pubis al cielo, junto a una silla vacía, mi lugar, un lugar que nunca pude ocupar porque siempre tuve miedo de morir.
-¡Ándele mijo, que ya va a amanecer, creo en esta vuelta ya queda todo, mire que bien tempranito hay que chapolear y levantar el tinglado, apúrele con esos trapos, como si pesaran tanto….No chille mijo, este sacrificio es pa´ tener nuestro terrenito, ya ve que dijo el líder que si no estamos posesionados no nos van a dar nada, andele que orita llegando hacemos un cafecito, sirve que espantamos los zancudos con el humo, y le voy a dar un bolillo que traigo aqui guardado en esta bolsa…
-Ya llegamos amá, la bolsa sí pesa porque no quise dejar mis juguetes y los metí aquí, ya no voy a llorar, pero tengo mucha hambre, dame el bolillo aunque luego hagas el café, me da miedo que salga una víbora. Oiga amá, mis amigos me dijeron que la policía te puede llevar y tengo miedo…
-No se apure mijo, mire pa´allá pa´l fondo, están todos los compañeros, los sin tierra, como nosotros, no nos va a llevar nadie porque ´ora sí venimos decididos, ándele mijo tenga su bolillo, coma…duérmase mijo, ahi está tendida su cama, duérmase mijo yo le espanto los moscos, aqui me voy a quedar sentada a su lado… a pesar de mis miedos y mis dudas, aquí voy a estar, duérmete mijo y que Dios me de fuerza para lo que vendrá…
¿Qué una silla no es nada, decís? ¿Te parece? Es un lugar de descanso que te està esperando, amigo, no creo que sea poco. ¿Que el verde del entorno es una desprolijidad? Es verde en esencia y sin ausencia. La tuya sí que es ausencia, pero no te estoy pasando factura, te estoy queriendo decir que aquì estoy con voluntad de espera y por si no lo notaste aùn, te dejo un camino señalado.
UN SEGUNDO
No había nada.
UN MINUTO
Todos corrían desesperados tratando de escapar de la terrible inundación.
UNA HORA
El agua incrementaba desenfrenadamente su nivel. Todos corrían desesperados tratando de escapar de la terrible inundación. «Mujeres, niños y ancianos primero. No lo olviden» Eran lo gritos de los rescatistas pero la deseperación era más grande como para atender a las súplicas en ese momento. Los del conjunto habitacional estaban confiados, «nunca pasa nada por este lado. El rio siempre está apacible y, si a caso, el algua tan sólo llegaría a la entrada del conjunto.
Siguen corriendo, abrazándose, el agua está inapacible, el nivel sube cada vez más rápido. Zara toma a Loise y ella a su hermano. Doña Celia los abraza, corran, suban a la casa. Zara regresa, la ropa seca debe ir en una bolsa junto con las mamilas. Doña Celia sale. Zara detrás de los tres y cuando está a punto de pisar el primer peldaño para alcanzar a su madre y sus hijos alguien la toma de la blusa. «No nos dejes». Su amiga, con el agua hasta la barbilla, señala a su abuelita. «Sube Zara». Lo piensa. Regresa, ayuda a Ángeles. La abuela se aferra a ellas. El nivel del agua sigue en aumento. Llegan hasta la escalera. Han salido triunfantes con algunos sorbos de agua en el estómago. Las mujeres se abrazan en el techo de la casa. Desde allá se ve el espectáculo de gente como hormigas tratando de refugiarse.
Suena una sirena. Más voluntarios como rescatistas.
UN DÍA
Todo está quieto. Nadie baja. Se ven helicópteros en el aire. Los reporteros toman imágenes impresionantes con sus cámaras potentes. Comienzan los gritos para recibir alimentos. El lugar ahora es el centro de atención.
UN AÑO
Llueve agresivamente. La imagen de la silla de madera fuera de la casa de su madre pasa como un relámpago por la cabeza de Zara. Abraza a sus hijos. El miedo la invade. Piensa rápidamente ¿huir o esperar vivir una pesadilla más?
*
Estuvo ahí sentado; en la silla de siempre, con la mirada perdida en el mismo punto, con los mismos ruidos en los mismos oídos, la misma comezón en la misma piel, con los mismos tics en la misma cara, con las mismas neurosis en la misma mente, y se sacó los mocos con la misma mano, y se rascó la misma parte con los mismos dedos, y se olió con la misma nariz el mismo olor de la misma verga que ya no se paraba y cerró los ojos con los mismos párpados, y cuando los cerró no soñó nada, y cuando despertó estaba en el mismo lugar, seguía estando*…
*en algún lugar muy cercano a la chingada
La tranquilidad de la calle rodeada de madrugada es trastocada por la luz. Ella, desde su moderno autómovil, observa una vieja silla sobre la banqueta. El, mira su sala.
La noche parecía estar sola. Caminaba para hacerle compañía, en los lejanos rumbos de la vida. Una calle me esperaba; sentí el miedo común del asombro cuando no te vi, ahí, donde siempre, cuadrada, inmóvil, resignada. Me has abandonado. Sólo dejaste los desechos: basura y una silla para sentirme diferente, y el camión no me lleve, casa mía.
Cuando Cucaracha vio la luz se detuvo. Rápidamente y con discreción hizo señas a Rata y Grillo que aún se mantenían ocultos en la penumbra: Alto.
El guardia, que hacía su último rondín antes de entregar la estafeta a su relevo, trató de contener la respiración, pero la vaharada que salía de sus labios lo delató. Los ojos muy abiertos, el dedo en el gatillo. Mientras tanto, Rata y Grillo tensaban sus músculos, preparados para la acción. Cucaracha seguía inmóvil, sin poder adivinar la jugada que venía.
Estaban todos listos para atacar cuando apareció Gato.
En dos movimientos relampagueantes y silenciosos borró de la existencia a Cucaracha y a Rata, que sin éxito trató de huir. Grillo saltó como nunca antes lo había hecho y consiguió ocultarse detrás de la basura. El guardia disparó hiriendo de muerte al felino mientras éste le incrustaba sus garras en los ojos.
La lámpara del guardia quedó tirada en el piso.
Diálogo entre un transeúnte y un escritor o viceversa.
-¿Por qué una silla no puede ser sólo una silla?
-Ello depende de su colocación.
-¿Qué tiene de especial encontrar una en un sitio abandonado?
– Puede ser basura, un recuerdo, el recinto de algún insecto, etc.
-O bien, puede seguir siendo una silla.
-También, pero olvidas que hay mucho más de fondo.
-¿Cómo qué?
-La iluminación.
-¿Qué tiene de especial?
-Si observas con detenimiento esta silla podrás ver que de su iluminación pueden surgir viñetas, novelas, cuentos, y toda una serie de invenciones…
-La silla es equivalente a un receptáculo en el que uno puede depositar parte de su cuerpo. No veo la utilidad de considerarla una fuente inacabable de ideas.
-Entonces, si aquí se suscito toda una historia, ¿puedes prescindir de imaginarla?
-Totalmente, de lo que no puedo prescindir es de imaginarme sentado ahorita en una, estoy cansadísimo.
-Bien, supongo esta silla es una silla y ya, pero no nos engañemos con aquel ojo que brilla a lo lejos.
-Poste de luz querrás decir.
*Suscitó
Felicidades al ganador, el cuento es ingenioso e inteligente
LA LUZ LLEVA A LA ESPERANZA
Cuando oscureció tuvo miedo. Miedo de no reconocer el camino, de no llegar a tiempo, de perderse. No quiso esperar más a que vinieran por ella y se adentró en el bosque, tanteando, intuyendo. Se fijó pequeñas metas iluminándolas con la linterna eléctrica, corriendo hacia ellas y lanzando de nuevo el haz de luz hacia adelante, hacia donde recordaba debía encontrarse con él.
Un árbol, una roca, una zanja fueron las estaciones de alcance de su memoria y su paciencia. De dos cosas tenía que acordarse para seguir viva: del camino y de las palabras correctas, las que tenía que repetirle para salvarse. La luz la guiaba. ¡Aprisa, aprisa! ¡No te detengas! ¡Sigue! Se decía mientras sus ojos trataban de orientarla (tanteando, intuyendo). De pronto vio el muro. Había llegado. Detrás de aquel estaba la cabaña y lo saltó con esperanza.
Se quedó helada. La luz de su linterna le permitió ver lo que quedaba de aquella. Apenas ruinas, una silla, desolación. Nadie la llevaría a América. Ni a ella ni a nadie más. Los nazis se les habían adelantado. Los ladridos le confirmaron que ahora también vendrían por ella.
Ozetamaster empresa líder en espectáculos, se ha dado a la tarea de montar escenarios a lo largo de la república Mexicana con el fin de llevar hasta su hogar el arte de la psicosis colectiva. Hay escenarios para todos los gustos, todos ellos publicados en el noticiero de las 10 de la noche, quedan invitados.
Fragmento capítulo X, Tomo de las Decisiones del libro de los Dioses que dudan.
Está escrito que el sino de Teofilius (que significa Preferido por los Dioses), fuera el de que cada 400 Lunas del Conejo, nace un escritor y muere otro.
El Naciente esta predestinado a violar mentes y de esa violación procreará conciencias nuevas, perpetrará tumbas de conciencias muertas y devolverá al mundo conciencias resucitadas, asaltará lugares de reposo y despertará conciencias dormidas, entrará por la puerta de atrás de cocinas y preparará exquisitos y abundantes festines para engordar conciencias flacas, derribará la puerta de un taller de herrería y al más puro fuego y golpe enderezará conciencias chuecas y esto provocará revoluciones, guerras fraternales, el hijo morirá en manos del padre, el padre en manos de la esposa, el tío en manos del sobrino, la abuela en manos de la nieta, el pueblo morirá y renacerá.
El Moribundo antes de partir amontonará todo aquello que un día fue causa y origen, sus historias, sus ensayos, sus ficciones, sus fricciones, papeles en blanco ansiosos por ser llenados por esos seres diminutos pero de gran poder (llamadas palabras) que bailan sobre su piso blanco nacarado para formar ese remolino de ideas y de frases lapidarias que fueron y serán las guías de lo eterno. Amontonará en un traspatio todo aquello que le empujaba a escribir y que no será mas suyo sino del perro que merodeará y orinará sobre esos montones de cosas muertas, su silla, su pluma, su mesa, su chal, la botella de vino vacía y más allá en lo oscurito, amontonará todos sus sentimientos, experiencias y sueños, todos inertes lo que alguna vez fue una casi interminable orgía literaria y revolucionaria, chispeante y vivaz.
En verdad os sentencio, que el Moribundo morirá en manos de la pluma del Naciente y así será por los ciclos de los ciclos.
1) Ya iba a casa pero al fondo del estacionamiento vi a ese sujeto de cabello blanco sentado en una silla. Fue entonces cuando tomé una decisión que cambiaría mi vida por completo: dirigí el auto hacia ese tipo y no hacia la salida.
2) Las luces de los faros lo iluminaban mientras avanzaba hacía él. Detuve el auto, bajé la ventanilla y grité: -¿Todo bien?.
Él no contestó. Seguía mirando hacía mi sin que las luces de los faros parecieran molestarle.
Bajé del auto sin apagar el motor. No creo poder explicar porqué lo hice. Me acerqué al sujeto e insistí: -¿Todo bien?.
-Hasta ahora creo que todo va bien- dijo el sujeto.
-¿Qué hace aquí?- pregunté.
-Estoy en mi casa y me parece que estoy haciendo lo mismo que usted- contestó el tipo de pelo blanco. Luego se puso de pie y me invitó a tomar asiento. Yo me senté en la silla. Él subió al auto y se marchó.
3) Me quedé ahí, en medio de la noche mirando como se perdía el auto en la obscuridad.
De momento no supe que hacía yo ahí. No tenía una idea clara de lo que había sucedido en realidad, pero poco a poco fui comprendiendo que por fin me encontraba en casa.
LUCES Y SOMBRAS
Alumbré el lugar con las luces del coche. Entre la suciedad y las porquerías que había en el descampado me llamó la atención una silla. Apagué las luces y me dispuse a esperar. De pronto me pareció ver a alguien ocupando la silla. Prendí las luces. Con seguridad las sombras y los nervios jugaban conmigo. “El Ñato no pudo elegir peor lugar para pasarme la merca”, gruñí. Me llevé un cigarrillo a los labios y volví a observar algo, pero esta vez de manera fehaciente: una mujer. Me contuve de alumbrarla. No era una vagabunda, lucía buenas prendas. ¿Estaría dopada? Por las dudas, me calcé el 38, lo disimulé bajo el saco, y caminé hasta ella. “Hola -le dije-, ¿qué hacés aquí?”. No respondió. Le puse una mano sobre un hombro para zamarrearla y volteó hacia mí con los ojos en un grito. Poco después entreví cómo se alejaba del lugar en mi auto. No pude hacer nada, la silla me impedía moverme.
Sólo espero que cuando el Ñato llegue no sea tan cobarde cómo para dejar las luces encendidas.
Nimiedades
Pateó el cacharro por negarse a encender – ¡Chingada madre, chingada madre, chingada madre! – y arrancó las piezas innecesarias del cohete. Propulsores – ¡Chingada madre! – Tanque de hidrógeno – ¡Chingada madre! – Estabilizadores – ¡Chingada madre! – Hasta quedar sólo la vieja silla de madera con el logotipo de NASA pintado en el respaldo. El cohete por fin arrancó y despegó con una estela luminosa que a más de uno dejó boquiabierto.
jajajaja, con madre!
Historias de Marina (8)
Ocurrió ocho días después de que el pueblo viera arder a Marina en leña verde. El bebé donde estaba su cuna, la esposa buscando una peluca y el alcalde al sentarse en su silla; todos ellos estrangulados por bestias cefalópodas disfrazadas de un objeto cualquiera.
Se busca.
Mi madre es un cerdo embrujado con incrustaciones de monociclo.
Ha escapado de nuevo, regrese al lugar donde la deje semiquieta esta tarde, le he traido comida, agua y un lazo para que no se pierda.
Detesto buscarla de noche.
Hace años ya que las paredes de la casa huyeron. Se levantaron un día indignadas y no les importó dejar los muebles abandonados. Presos entre hierbas, ellos también querían huir.
Escucho el rumor, sus gruñidos, su hambre.
Mis pies llagados ya no pueden; están más hinchados que mis ganas de continuar. El último impulso se perdió como el sol.
¿Caminar a gatas y ahora destrozarme las rodillas? Tampoco escaparé: no me han quitado los ojos de encima, han dejado que me agote desde hace horas, días, meses… no sé.
Creo que es tiempo de dejarme seducir por el acolchado asiento de esa silla. El último placer… Es hora de descansar.
…donde la encuentres
allí espérame
¡No más sangre!
Antes la violencia se me hacía muy lejana; Era algo que solamente ocurría en otros países; Aquellos que por desgracia estaban en guerra; Cuando la miraba en los noticieros tomaba un libro y mejor me iba al patio a mi silla a leer algo agradable; Después se acercó más la violencia; Era común en otras ciudades; Cuando miraba esas noticias en la TV mejor la apagaba y me iba al patio a leer algo agradable sentado en mi silla ; Hace poco supe que la violencia llegó por fin a mi ciudad; Cuando escuchaba los rumores acerca de ella mejor me iba a mi silla y me ponía a leer algo agradable; Hoy la violencia ya llegó a mi calle; En cuanto escuché los balazos rompiendo el silencio de la noche prendí la luz del patio y me fui a mi silla a leer algo agradable; Estaba concentrado en mi agradable lectura cuando de repente, sin previo aviso, desde la oscuridad de la noche alguien acaba de lanzarme una pistola cargada a mi regazo.
Amigo imaginario
Desde niño hablaba con alguien. Alguien a quien sus padres no podían ver, solamente él. Creció como muchos otros niños, con un amigo imaginario. A sus padres ya les parecía algo normal que interactuara con ese ser, que nada más él podía ver. Un día algo hizo el amigo imaginario y un extraño suceso ocurrió: pudo ver algunos otros objetos de ese mundo imaginario y se le ocurrió que podía atraparlo con alguno. Lo sorpendió, lo sometió y amarró con una cuerda imaginaria a una silla real en el patio y les dijo a sus padres que lo había capturado. Ellos rieron. Y pensaron: A fin de cuentas si tiene ese amigo imaginario: ¿qué daño puede hacer?.Como no le creyeron, se le ocurrió que podría echarle pintura encima para que sus padres también pudieran verlo pero cuando regresó con un bote de pintura blanca a la silla el amigo imaginario ya no estaba ahí amarrado. Se había soltado. Lo estaba buscando cuando sintió un fuerte golpe en la cabeza. Cuando despertó se encontraba amarrado él a la silla y el amigo imaginario había tomado su lugar en el mundo real. Los padres desde entonces notaban como que su hijo era un poco más alto pero bueno …estaba creciendo ¿no?… la voz era un poco diferente a veces pero ¿no era esa la edad en que debería comenzar a cambiarle? Lo que sí conservaba era esa manía de jugar ahora todas las noches con el amigo imaginario al cual decía tener amarrado a la silla del patio. Todas las noches iba y se entretenía mucho tiempo con él pero a fin de cuentas ¿qué tan grave podría ser eso? Ilusos. Si pudieran escuchar solamente por una noche los gritos de dolor de su hijo torturado a diario por ese monstruo que había tomado su lugar seguramente se les helaría la sangre. Y aún peor: Si supieran que cada vez ese ser dominaba más la forma de hacer pasar objetos y seres de ese mundo imaginario al mundo real tendrían al menos una idea de los horrores por venir…
OTRA DE VAMPIROS .
Tomó la imágen en sus manos . No sabía que hacer con ella , sí partirla en mil pedazos por todos los fracasos anteriores ó hacer una buena historia con ella .
Pero , ¿ cuál podría ser ? . Quizás una donde le venda su alma al diablo , pero no , esa ya estaba muy gastada . Se echó a dormir sin ninguna novedosa idea.
La mañana siguiente despertó buscando la dirección de Alberto para poder inviitarlo a formar parte de la historia . Él le dijo que aceptaba con tal de que la historia fuera algo similar a » Los esclavos » ; a Fidel no le pareció muy buena la propuesta se aguantó por que a lo mejor con esto ganaría el concurso .
El día de los resultados llegó y su nombre no era el ganador ; entonces… desempolvó su vieja historia de vampiros .
Una silla estaba sentada sin hacer nada cuando de pronto se apareció un maleante con una linterna. La silla se hizo la silla. El asaltante pensó que no había nadie y se subió a la silla para de ahí brincarse la barda y salir de la casa con los objetos robados. Pero la silla se rompió a propósito y el pobre ladrón se lastimó el tobillo. Llegó el dueño de la casa y lo agarró a batazos. La silla, que pagó con su vida, el haber atrapado al ladrón, acabó en la basura. Levanta la mano si cuando te despiertas y miras el despertador y ves que se te ha hecho tarde para el trabajo te sientes como la silla.
Buenos días a todos. Los ganadores de este mes son «Diálogo entre un transeúnte y un escritor o viceversa» de Israel, por su juego con las reglas del concurso, la presentación en esta página y el acto de contar una historia; el cuento sin título de Jorge Chípuli, por la sutileza de lo que describe, y el de Fernando García por la originalidad de su trama de fantasmas.
Reciben mención, por lo sugerente de sus imágenes, tanto el cuento político de Tania como el poema sin título de Vanessa.
Muchas gracias a todos los participantes y felicidades a los premiados. En breve aparecerá la convocatoria del mes de octubre.
¡Es la primera vez que recibo una mención! Gracias Alberto, tengo siete meses escribiendo cuentos y sé que me falta muchísimo por aprender. ¡Voy a enmarcar tu comentario! Hasta pronto.
¡Qué gusto, Tania!
Muchas gracias, ánimo y felicidades. Nos seguimos leyendo.
[…] [];}Buenos días. He aquí los resultados del concurso de septiembre. Los ganadores de este mes son “Diálogo entre un transeúnte y un escritor o viceversa” de Israel, por su juego con las reglas del concurso, la presentación en esta página y el acto de […]